Pues alcancé las 500 entradas en mi blog, y para tal efeméride estuve dudando en a quien dedicarle dicho evento. Ya quedan muy pocos actores/directores vivos nacidos en la década de los años veinte del siglo pasado.
Recientemente le dediqué una entrada a Dick Van Dyke por su 99 cumpleaños y meses atrás a Eva Marie Saint por sus 100 años. Podía también haber valorado a otros actores muy veteranos ya, pero nacidos en la siguiente década, como Gene Hackman, Clint Eastwood o Robert Duvall, pero a todos los considero como un poco más modernos, no tienen ninguna película importante en los años 50 por ejemplo.
Además Hackman y Duvall empezaron a ser importantes yo creo que allá por los años setenta ya, y Clint, que creo que es el actor vivo más importante, pues es difícil encontrar alguna película suya que sea poco conocida, tanto en su faceta de actor como en la de director.
Así que elegí una persona, que siempre me ha parecido poco valorada, y que tiene papeles importantes en grades películas, como por ejemplo una de mis películas favoritas, Centauros del desierto (1956), pero también en Psicosis (1960), y completando su podio de películas más importantes podríamos poner El hombre que mató a Liberty Valance (1962). Estoy hablando de la actriz Vera Miles.
Una de las muchas actrices (y actores) que usan un nombre artístico, en su caso podríamos decir que semi artístico. Cambió su nombre a Vera Miles (derivado de su primer nombre de casada) al llegar por primera vez a Hollywood, debido a que ya había una Vera Ralston que trabajaba allí en ese momento.
Su éxito como reina de belleza (en 1948, quedó en tercer lugar en el concurso Miss América y después fue coronada Miss Kansas) la llevó a trasladarse a Los Ángeles en 1950, donde pronto comenzó a desempeñar pequeños papeles en cine y televisión, entre las que se encontraba una participación menor en el musical Dos billetes para Broadway (1951), que estaba protagonizado por Janet Leigh, con quien Miles protagonizaría nueve años más tarde la película Psicosis de Alfred Hitchcock. Atrajo la atención de varias productoras, con las que trabajó como modelo publicitaria, como era habitual en esa época para la mayoría de las aspirantes a estrellas en Hollywood.
Fue una de las actrices favoritas de Alfred Hitchcock después de que Grace Kelly se retirara, pero el embarazo le impidió interpretar muchos papeles protagonistas. De hecho estaba previsto que rodara otra gran película como Vértigo (1956), pero el embarazo hizo que el papel fuera a manos de Kim Novak (otra que podía haber considerado para esta entrada número 500, porque aunque es ligeramente más joven (1933), si que tiene papeles en la década de los cincuenta), con la que no logró conectar nunca.
Y es que tuvo hasta cuatro hijos, con tres maridos diferentes (de los cuatro que tuvo), uno de ellos el también actor Gordon Scott, que interpretó a Tarzán en varias ocasiones, cuando quizás se daban más las relaciones y matrimonios entre compañeros de la profesión.
Vera Miles pudo ser musa, pero decidió ser simplemente mujer y su peso en el cine es mayor de lo que dice su popularidad y el conocimiento sobre ella (seguro que muchos ni siquiera la conocen).
De entre su filmografía, teniendo en cuenta lo que tenía disponible, me fijé en esta película para televisión, que aparte de coches y carreteras, que suele ser un binomio que me gusta bastante, y en los años 70 me permitiría ver coches americanos clásicos de aquella época, tenía la conexión de contar en el reparto con Terry Moore, también nacida en 1929 como Miles, y también viva. Una actriz todavía menos conocida pero que llegó a recibir una nominación al Óscar en la categoría de actriz de reparto.
Pero había más detalles que llamaron la atención apriorísticamente. El resto del reparto, con varios nombres que me restultaban familiares, en especial un relativamente joven Tommy Lee Jones, la curiosidad de un padre y una hija en la vida real dentro del reparto, o el nombre de Bill Conti al frente de la banda sonora de la película, uno de mis favoritos, conocido especialmente por sus trabajos en la saga de Rocky o en Evasión o Victoria.
Así que me aventuraba con otra Disaster Movie de los años 70, con una catástrofe diferente a las que había venido viendo hasta ahora, y que me sorprendió con una situación que hasta ahora no había visto y que pensé que me había estropeado la película.
Y es que la película cuenta al principio lo que va a suceder al final, de hecho hay unos minutos, pocos, que se repiten tanto al principio como al final de la misma. Pero por suerte, pude comprobar al final que ese preámbulo no me había desvelado quienes morían en el accidente.
Así que aunque es claramente catalogable dentro de este subgénero casi exclusivo de los años 70, si no nos cuentan al principio de la película el desenlace final podríamos catalogarla como un drama o película de acción, digamos que no tiene la estructura habitual de las películas de catástrofes, en las cuales el desastre es al comienzo de la misma, o se prolonga durante gran parte de la película, pero a diferencia de algunas películas de este tipo, las historias de fondo individuales son realmente interesantes, aunque a veces pueda parecer un poco telenovela.
Con lo cual a diferencia de otras películas de este género, el desastre o catástrofe se produce al final de la película y mientras tanto nos va contando las vidas en las horas previas de varios de los protagonistas que van a converger en dicho accidente, con la curiosa característica de que casi todos los personajes aparentemente llevan vidas ociosas.
Una película que a mi parecer pretende enfatizar en que detrás de cada accidente, de cada víctima, hay algo más que la correspondiente estadística. Detrás de cada víctima de tráfico hay una persona con su propia historia que contar, y eso es lo que esta modesta pero admirable película de catástrofes hecha para la televisión quiere enfatizar.
Valoración: 6/10