Habitualmente suelo tener la costumbre de ver una película por el día de mi cumpleaños, ya que tampoco hay mucho que celebrar y además en esta ocasión además de mis problemas de salud estaba con un resfriado importante.
En otros años solía ver una película de un actor o director que hubiera nacido mi mismo día, pero entre que no abundan los intersantes en dicho día o incluso ya había repetido alguno decidí cambiar la fórmula por una película en cuyo título llevara mi nombre, y es que con Ángel o Ángeles tengo unas cuantas.
Eso sí, tenía bastantes de acción y quería que mi nombre resaltara con otro tipo de película, que fuera la acepción más cercana o parecida a un Ángel del cielo (también por la proximidad de la Navidad y la figura obligatoria del Ángel que anunció el nacimiento de nuestro señor Jesús), y ésta me llamó la atención y consideré que era la idónea.
Y además nada más empezar la película me encontré con una temática que hacía mucho no me encontraba, como son los mendigos o vagabundos, unas personas especialmente olvidadas en estos días de Navidad, en la que todo el mundo debería estar acompañado y estar cerca de su familia, y quizás ellos queden en el más absoluto olvido.
También me tocó la fibra y me vi representado en como muestra a una persona enferma que queda totalmente desamparada después de la enfermedad, y como estos mendigos/enfermos llevan su tragedia con optimismo y fe en una vida mejor, dando una clara enseñanza a gente que se viene abajo por cosas mucho menores o insignificantes.
Por no hablar de sus humildes sueños y aspiraciones, el conseguir un techo bajo el que poder dormir y no tener que hacerlo en circunstancias inaceptables para cualquier ser humano, mientras otros sueñan con grandes mansiones, vehículos de lujo o multiples viajes paradisíacos, todo consumismo, frente a una inocente humildad.
Estas personas con un caparazón duro por la experiencias al límite que pasan día tras día pero frágil a su vez por lo cerca que están del abismo, no tienen porque ser personas sin educación o que hayan cometido muchos errores que les hayan llevado a esa situación, si no que un simple golpe de mala suerte te puede llevar a ello, mientras la gente miramos para otro lado al pasar a su lado o andamos más deprisa para esquivar su presencia. Y además seguramente tienen un concepto de la lealtad muy diferente y mucho más fuerte que la mayoría de las personas normales, tú me cuidas y yo te cuido, mientras las personas normales no queremos oir hablar de tener que cuidar a nadie y solo estamos para las cosas buenas.
Incluso cuando dejan este mundo la vida es cruel con ellos. Seguramente, como nos muestra la película, muchos estén enterrados en una fosa común o incinerados anónimamente. E incluso como nos muestra la película, las fotos que quedaron como su único recuerdo desaparecen, sin dejar rastro de la individualidad de ese ser humano, su huella, que seguramente algo de bueno tendría, o a lo mejor simplemente no tuvo nada de malo y eso ya es mucho más que otros que no han tenido esa vida.
Los encargados por el director de llevar a cabo esta película denuncia, que trata de ofrecer una mirada a los desfavorecidos, fueron Danny Glover y Matt Dillon.
Son dos actores que nunca me habían apasionado, pero tengo claro que esa impresión era en base a ver películas suyas que no me cautivaron o personajes con los que no contraje ninguna empatía, y que por tanto trasladé a los actores reales.
Tanto Dillon como Glover para prepararse para esta interpretación decidieron experimentar la realidad de los mismos previamente para obtener una representación lo más real posible.
Matt Dillon estudió la esquizofrenia durante dos meses para meterse en el personaje y Danny Glover se hizo pasar por una persona sin hogar de incógnito para tener una idea de las luchas y dificultades que padecen las personas sin hogar.
Matt Dillon y Danny Glover ofrecen actuaciones sutiles pero lo suficientemente poderosas como para hacerte olvidar que son actores y creerte todo el tiempo que son vagabundos. No siempre la película más taquillera de un actor tiene porque ser su mejor interpretación, y para mi hasta la fecha esta es la mejor actuación de ambos que he visto, con sobresaliente para Glover y rozándolo Dillon.
Dos buenos secundarios como Ving Rhames y Joe Seneca, acompañan y realzan a los dos protagonistas.
Nunca he estado en Nueva York y no sé cuanto de real tienen estas localizaciones (Distrito Apache, el Bronx, fue la que mejor plasmó esta realidad de Nueva York), o por lo menos en la actualidad, que nos muestran barrios totalmente marginales, peligrosos, desatendidos que parece difícil que puedan existir en la ciudad de los negocios por excelencia, pero que dotan de un valor extraordinario a una película como ésta.
No obstante, igual los alcaldes de estas ciudades se equivocan en perseguir a unos mendigos con unos sueños totalmente inofensivos y que solo luchan por sobrevivir un día más y ver un nuevo amanecer.
Pero claro, todo esto es lo que nos muestra la película, pero cuanto de real tiene, o cuanto se parecen los vagabundos de hoy en día a los que nos quiere mostrar la película, o que porcentaje de los vagabundos tienen este perfil tan tierno, desprotegido e injustamente tratado por la sociedad.
No obstante piensa que casi es más fácil que seas vagabundo que millonario.
Sea como fuere, Ángeles sin Cielo es la historia de unas personas que ni son Ángeles ni irán al cielo pero que podrían dar una gran lección a otros que se creen Ángeles o se piensan que tienen el cielo ganado.
Ojalá Dios acoja a estas personas en su gloria y les compense la desgraciada y triste vida terrenal que han tenido.
Valoración: 8/10