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04 abril 2025

La muerte golpea dos veces (1989)

 





Tristes noticias las que llegaban ayer al despertar desde Estados Unidos con el fallecimiento de Val Kilmer. Aunque había estado gravemente enfermo tiempo atrás parecía que lo había superado y ha sido un tanto inesperada, ya que con 65 años en los tiempos que corren en principio no debería ser edad para morirse (y más teniendo en cuenta que nos hacen trabajar más allá de esa edad), aunque depende de los excesos que hayas en tu vida (se pasa media película fumando).

Uno de esos actores nacidos el 31 de diciembre, fecha en la que me suele gustar ver una película en la sobremesa, y que hace unos años hice con El hombre que rompió mil cadenas (1987).

Nunca tuvo el aurea de Los Cruise, Pitt, Depp y compañía, y es que aunque era mayor que ellos, sus mayores éxitos vinieron más en la década de los 90 que en la de los 80 como los actores referencia que he nombrado.

Y todo a pesar de que rodó una interesante película totalmente ochentera como Escuela de genios en 1985, donde descubrí esa increíble canción que es Everybody wants to rule the world de Tears for Fears, y que tan solo un año después compartió protagonismo, bueno, realmente acompañó a Tom Cruise que era el claro protagonista, en la mítica Top Gun, también con una increíble canción Take my breath away, compuesta por Giorgio Moroder e interpretada por Berlin.


Pero sus papeles protagonistas importantes vendrían más adelante, primero con Willow (1988), posteriormente con The Doors (1991), Batman Forever (1995) o El Santo (1997), además de aparecer en otras interesantes y taquilleras películas en las que no era protagonista, o no el único, como Amor a Quemarropa (1993), Tombstone (1993) o Heat (1995). 

Luego esta la curiosa casualidad (o no), de su papel en Corazón Trueno (1992), la cual vi hace tiempo aunque no recuerdo muy bien, en la que interpreta a una persona con ascendencia Sioux, cuando el en realidad tenía ascendencia Cherokee, su abuela paterna pertenecía a esta tribu. De hecho en esta película también se mueven por una reserva india, en unos paisajes ocres y arcillosos de gran belleza, alejados del mundanal ruido y con una densidad de población reducida a la mínima expresión, que rozán lo idílico para mi.

Pero por parte de su madre el origen era sueco, de ahí su aspecto rubio y claramente mezcla de razas, que le dio en su época de juventud una apariencia inmejorablemente atractiva y seguramente deseo de muchas chicas jóvenes de la época.

Esa será siempre la imagen suya que quede en mi memoria, y es que más allá de El Santo creo que no vi nada más de él, aunque por desgracia he visto alguna imagen más actual y su deterioro había sido muy evidente, sobre todo si lo comparamos por ejemplo con su compañero de reparto en Top Gun.


Siempre le encontré cierto paralelismo con Patrick Swayze, uno de mis favoritos de esa generación, y que también, aunque parecía totalmente saludable y con una presencia envidiable, falleció muy joven.

Se le relacionó con la cantante Cher, la cantante y actriz Lesley Ann Warren, la modelo Cindy Crawford, o las actrices Angelina Jolie, Daryl Hannah y Ellen Barkin. Pero se casó con su compañera de reparto aquí, la actriz británica Joanne Whalley (en los títulos de crédito Joanne Whalley-Kilmer), con la que ya había protagonizado el año antes Willow. A ella no la veía desde que lo hice en Un buen hombre en África, y ya la tenía olvidada.


Esto nos lleva a los matrimonios en la vida real que son llevados al mundo cinematográfico. Así de esa época me vienen a la cabeza las películas de Alec Baldwin con Kim Basinger, Dennis Quaid y Meg Ryan, Tom Cruise con Nicole Kidman o Angelina Jolie con Brad Pitt ... incluso Sean Peen y Madonna protagonizaron Shanghai Surprise

Aunque no recuerdo si en alguna película más además de ésta, uno de los miembros de la pareja intenta matar a su cónyuge en la vida real.

Todos esos matrimonios, incluído el de Val Kilmer con Joanne Whalley, acabaron en divorcio, así que no parece una buena idea trasladar un matrimonio en la vida real a una historia en la gran pantalla.


Ambientada en Nevada, se pasa por Reno y Las Vegas, para finalizar en la frontera con Arizona, el medio oeste de Estados Unidos. Las películas de esa zona de América tienen magia, ya que es un terreno sobrecogedor por su belleza, con algunos de los accidentes geográficos más impresionantes y sorprendentes del planeta.

Kilmer interpreta a un personaje tímido, desafortunado e inseguro por las vicisitudes que la vida le ha deparado, al que nada le sale bien, pero al que el destino le tiene reservada una recompensa a tanto sufrimiento.

En cambio Michael Madsen adopta aquí un personaje menos habitual para mi por sus anteriores papeles que he visto suyos, pero está sobresaliente, y supongo que tendrá más personajes parecidos viendo lo bien que se desenvuelve.

Ambos compartirían cartelera después en The Doors.

Los tres personajes principales están rodeados por un punto de desesperación que convierte la película en imprevisible, ya que nunca sabes como se va a comportar una persona tan inestable.

Se convierte en una mezcla de Dos hombres y un destino (1969) y Thelma y Louise (1991), aunque también me evoca a algún episodio de Crímenes imperfectos, en el que se produce algún asesinato en un apartado motel. Y es que aunque parezca idílica la imagen de ese turismo interior y pernoctar en un motel alejado del mundanal ruido en Estados Unidos, no deja de ser un país en el que se cometen crímenes y más en estas zonas apartadas del bullicio, al final perturbados hay en todas partes, y cuanta más población más probabilidad de encontrarte a uno.

Es la primera de las tres películas del director John Dahl, que componen su trilogía más importante, seguida de Red Rock West (1993) y La última seducción (1994), las tres con ciertas similitudes (a pesar de que Red Rock West no la he visto), pero parecen tener patrones comunes y son catalogadas como Cine negro moderno o Comedia negra, aunque ya sabemos que el género de una película muchas veces puede ser muy amplio y hay géneros que compraten muchas características en común y se podrían catalogar también como Thrillers, que es algo más genérico.

La historia tiene algunos giros de guión, grandes giros incluso, cerca del final, aunque realmente si lo piensas lo suficiente, descubrirás algunos problemas de credibilidad en alguno de ellos.

Aunque es cierto que es un guión relativamente frecuente, y los seguidores de este género la considerarán una más, a mi me parece una película interesante y un homenaje a un buen actor como Val Kilmer.










Valoración:                             7/10












04 marzo 2025

El carnaval de las bestias (1980)

 





Buscando entre mis películas alguna que incluyera la palabra carnaval en el título, di con una interesante Carnaval de Ladrones (1967), con un actor que me gusta mucho como Stephen Boyd, y que supuestamente está ambientada, no sé si rodada, en Pamplona, pero era una versión original con subtítulos y me cuesta, prefiero una en español.

Así que la alternativa fue ésta película española, o coproducción hispano-japonesa (hay algunos actores japoneses necesarios para la trama, y vuelve a aparecer el Buda sentado de Kamakura, como recientemente en Siete Noches en Japón), de la mano de uno de los grandes olvidados del cine español, como Paul Naschy. Él, junto con Jesús Franco (o Jess Franco, su sobrenombre muchas veces), fueron quizás más importantes y reconocidos fuera de España que aquí, y habitualmente con películas diferentes al estándar español.

Naschy, aquí también director, fue un actor especializado principalmente en el cine de terror, posiblemente no de la calidad que el americano, pero no estaríamos desencaminados ni sería una comparación absurda si decimos que podía ser el equivalente español a los Vincent Price, Peter Cushing o Christopher Lee, ya que como éstos era un todoterreno del género de terror.

Con un aspecto fornido, había hecho carrera inicialmente como levantador de pesas y luchador profesional, no tenía quizás el aspecto más habitual de un actor, pero si el talento suficiente para ello, y además dotar al cine español con un registro poco habitual y necesario.

En esta película su personaje se llama Bruno, que es el nombre que le puso a su hijo, y el nombre de un cantante español de la época, Bruno Lomas, al que le encuentro cierto parecido. No obstante ni el actor ni el cantante se llamaban así realmente, Paul Naschy nació como Jacinto Molina Álvarez, mientras Bruno Lomas como Emilio Baldoví Menéndez.

Soprende nada más empezar la película escuchar a su personaje con una de las voces más famosas de doblaje en España, y es que en las versiones originales de sus películas, incluso en las dirigidas por él mismo, su voz fue casi siempre doblada por actores profesionales de doblaje, con mayor frecuencia José Guardiola o Simón Ramírez. Un caso poco frecuente en el que utilizó su propia voz fue en La noche del ejecutor (1992).


Interpretó varias veces el personaje de hombre lobo, con el nombre de Waldemar Daninsky. Al respecto de ello decía "Sencillamente, soy yo. La lástima es que no puedo convertirme en un hombre lobo en la vida real. Con demasiada frecuencia me gustaría hacerlo. Es evidente que en las obras de cada hombre hay mucho de su verdadero yo. Al igual que Waldemar, yo también he sido dejado de lado y malinterpretado. He pasado toda mi vida nadando contra la corriente."

Paul Naschy resulta ser el mayor actor del cine de terror de la Europa continental con su personaje clásico, el inolvidable Waldemar Daninsky. Fue actor, guionista y director de diversas películas sobre el personaje basado en el personaje ficticio, el conde polaco Waldemar Daninsky. La primera película sobre Waldemar fue La marca del hombre lobo (1967) de Enrique Eguiluz, después La noche de Walpurgis, La furia del hombre lobo, El doctor Jekill y el hombre lobo, El regreso de Walpurgis, El aullido del diablo, La bestia y la espada mágica (1982) que se filma en Japón y por último Licantropo (1998). Después de El antojo fue tal desastre de taquilla que Naschy se declaró en quiebra. Se vio obligado a acudir a Japón para realizar documentales de artistas, y obtuvo financiación de productores japoneses para ésta, la primera coproducción hispano-japonesa y a la que siguió La bestia y la espada mágica. Ambas están  producidas bajo los estándares habituales de Paul Naschy.


Nos encontramos ante una película rural española, diferente, interesante, sin mucho que envidiar a ciertas películas de terror americanas o británicas, porque el guión es sólido, intersante y novedoso con respecto a lo que yo he visto.

El terreno elegido para el rodaje bien podría pertenecer a la sierra de Guadarrama e incluso el pueblo que se ven en una toma de fotografía ser el de Lozoya, ya que Naschy era madrileño y el terreno se presta perfectamente para esta película.

No hay actores excesivamente conocidos entre el reparto, algunos pueden sonar vagabamente, sin que por ello desentonen en su personaje. Luis Ciges o Paloma Hurtado, una de las famosas hermanas del Un, dos, tres, son los más familiares.

La película, aunque pudiera parecer un slasher típico de los años 80, más que de terror a mi me parece un auténtico misterio. Van sucediendo cosas, a veces un poco confusas o inconexas debido a la excesiva utilización de flashbacks (recurso que no me gusta nada), muchas de ellas no se muestran totalmente para mantener el misterio y aunque uno cree saber por donde va la trama, el giro final es fantástico y sorprenderá a todos, siendo para mi ingenioso, diferencial, inesperado y poniendo un fantástico fin a la película.

La película nos transmite dos lemas, el primero que no se puede confiar en nadie y que el hombre siempre está dispuesto a aprovecharse de su prójimo, y que las apariencias engañan, y en este caso como un criminal y dos bellas jóvenes invierten sus papeles ya que la confianza de una parte en la otra le hizo bajar la guardia y no ver venir el peligro.

¡Probad un poco de este guiso de terror español!









Valoración:                          6/10












08 enero 2025

La última ola (1977)

 




Estos días recordé que uno de los actores que el año pasado también había cumplido 90 años y además hacía mucho que no veía una película suya era Richard Chamberlain.

Luego cambié de idea y pensé que los primeros siempre en dar la bienvenida al año nuevo son los australianos (entiendo que técnicamente los neozelandeses, pero básicamente lo mismo o puede que compartan uso horario con la costa este de Australia), así que pensé que la primera película en ver en este 2025 tenía que ser australiana.

Y luego buscando una película australiana para ver, me encontré que ésta aunaba las dos ideas que se me habían pasado por la cabeza y era la ideal para inaugurar el año cinéfilo.

Aunque evidentemente no me parecía la más atractiva, o no la más parecida a ese buen número de películas australianas rurales que he ido viendo estos años, aunque también he visto alguna urbana interesante como Conexión Sidney (1990).


Un Richard Chamberlain al que antes confundía con Richard Attenborough, pensando además que ambos eran británicos cuando no es así, y cuando físicamente no se parecen nada y tampoco en sus papeles habituales hay ningún parecido.

Siempre lo suelo asociar a sus papeles protagonistas en las películas de aventuras Las Minas del Rey Salomón (1985) y Alain Quattermain y la Ciudad Perdida del Oro (1986), ésta porque era la carátula de muchas tarjetas en un juego que tenía de niño que se llamaba Movies y en el que se trataba de adivinar películas.

Aunque también interviene en dos de las películas más significativas de catástrofes de la década de los setenta, las dos que a mi más me gustan, como son El Coloso en Llamas (1974) y El Enjambre (1978), la enorme cantidad de estrellas en esas dos películas, con hasta 10 o más actores que eran o habían sido estrellas o eran muy conocidos y por lo tanto él no destacaba y pasaba un poco desapercibido, no tanto en El Coloso en Llamas pero si algo más en El Enjambre.

Se le llegó a conocer por el Rey de las Miniseries, y es que otros le asociaran a su papel en alguna de éstas, principalmente quizás en El Pájaro Espino (1983), de la que luego posteriormente se hizo una película también en la que intervino.

También intervino en las adaptaciones de las tres novelas de Alejandro Dumas sobre los mosqueteros, Los tres mosqueteros: Los diamantes de la reina (1973), Los cuatro mosqueteros: La venganza de Milady (1974) y El regreso de los mosqueteros (1989).

Nacido en ese lugar tan cinematográfico como es Beverly Hills, aunque estuvo una buena etapa de su  vida en Honolulú, Hawaii, especialmente dedicándose a la pintura de paisaje marinos especialmente extraños, regresó a California en busca de trabajo, ya que sus características, ya era mayor y homosexual (dato que conozco ahora), no invitaban a vivir alejado del epicentro cinematográfico ya que tenía muchas posibilidades de ser ignorado y caer en el olvido. 


Aquí, uno de los más exitosos directores australianos, Peter Weir, todavía en sus inicios atrajo la figura de un actor extranjero para una película australiana, como he visto en alguna más, aunque es más habitual que sean actores autóctonos los protagonistas, y más en esa década de los setenta donde entiendo que el cine australiano estaba bastante en pañales, ya que todavía no se había hecho la, posiblemente, película más exitosa e influyente del cine de este país, como es Mad Max (1979).

Y es que Peter Weir ha estado nominado hasta en 6 ocasiones para el premio Óscar, cuatro como director, una como productor y otra como guionista.

Posiblemente su éxito comenzó con El Año que Vivimos Peligrosamente (1982), con Mel Gibson y Sigourney Weaver, para luego encadenar casi un éxito en cada película que dirigía, y así llegaron

- Único testigo (1985)
- La Costa de los Mosquitos (1986)
- El Club de los Poetas Muertos (1989)
- Matrimonio de Conveniencia (1990)
- Sin miedo a la vida (1993)
- El Show de Truman (1998)
- Master & Commander (2003)


Antes de elegir a Richard Chamberlain para el papel principal, se barajaron dos actores australianos, pero uno fue rechazado y el otro no estaba disponible. Se hizo una lista de seis actores que tenían reconocimiento internacional. Se envió a Chamberlain el guión que le pareció interesante, pero al principio se mostró cauteloso a la hora de hacer una película en un país extranjero y con un director con el que no estaba familiarizado. Peter Weir visitó a Chamberlain en el Broadway Theatre, donde protagonizaba La Noche de la Iguana, y los dos congeniaron. A continuación, se proyectó a Chamberlain la película anterior de Weir, Picnic en Hanging Rock (1975), que aún no se había exhibido en los Estados Unidos, a Chamberlain le gustó la película y poco después fue contratado.

Weir era natural de Sidney, donde se ambienta la película, pero se tuvo que recurrir a la ciudad de Adelaida, que se convirtió en el doble de la de Sídney. Durante la producción, Sídney sufrió duras condiciones climáticas con fuertes lluvias constantes. Irónicamente, ese clima tuvo que ser recreado en Adelaida, que estaba soleada y agradable durante el rodaje.

Las condiciones climáticas oscuras, tormentosas y lluviosas se crearon mediante máquinas de viento y mangueras gigantes, estas últimas accionadas desde varios camiones de bomberos.


Pero la película me ha resultado un tanto pesada y difícil de digerir por momentos. Aunque el comienzo me hacía ilusionar y pensar en otra película rural interesante por la ubicación elegida, y es un comienzo francamente interesante, y aunque la película también tenga alguna conexión o parecido con otra, para mi, gran película australiana como es El Secreto del Lago (1986), rápidamente la película olvida ese comienzo rural y se sumerge en el mundo aborígen australiano, cosa bastante diferencial y novedosa para mi, y que debería ser un buen aliciente, pero que a la postre se convierte en algo desfavorable.

Y es que aunque la palabra aborígen de por sí debería concordar con mis gustos y deparar una película de mi agrado, y la palabra aborígen sugiere ir acompañado de rural, formando un binomio que me debería entusiasmar, la película tránsita por la oscuridad e incomprensibilidad de la cultura más profunda de esta tribu, adentrándose en la brujería y en la magia negro y componiendo un lienzo complejo de entender por momentos, basado en culturas, ritos y justicia ancestral pero a su vez entremezclado con sueños y la conexión con una persona ajena a ellos.

No por ello deja de tener buenos momentos de misterio, sobre todo al principio en, para mi la parte más interesante, pero luego no me gusta hacia donde se dirige y creo que al final la película, siguiendo el hilo argumental de la misma, se ahoga en tanta precipitación acumulada.

De fondo resuena un mensaje de crítica hacia el arrinconamiento y casi extinción de los aborígenes, pero hay que abstraerse para sacarlo, ya que la película más bien ofrece una imagen negativa de los habitantes nativos de Australia.


Podríamos decir que La Última Ola no está, para mi, en la cresta de la ola de películas australianas, pero si que formó parte de una ola de películas intersantes.










Valoración:                         5/10













29 diciembre 2024

Colisión en la nacional 5 (1976)

 





Pues alcancé las 500 entradas en mi blog, y para tal efeméride estuve dudando en a quien dedicarle dicho evento. Ya quedan muy pocos actores/directores vivos nacidos en la década de los años veinte del siglo pasado.

Recientemente le dediqué una entrada a Dick Van Dyke por su 99 cumpleaños y meses atrás a Eva Marie Saint por sus 100 años. Podía también haber valorado a otros actores muy veteranos ya, pero nacidos en la siguiente década, como Gene Hackman, Clint Eastwood o Robert Duvall, pero a todos los considero como un poco más modernos, no tienen ninguna película importante en los años 50 por ejemplo.

Además Hackman y Duvall empezaron a ser importantes yo creo que allá por los años setenta ya, y Clint, que creo que es el actor vivo más importante, pues es difícil encontrar alguna película suya que sea poco conocida, tanto en su faceta de actor como en la de director.


Así que elegí una persona, que siempre me ha parecido poco valorada, y que tiene papeles importantes en grades películas, como por ejemplo una de mis películas favoritas, Centauros del desierto (1956), pero también en Psicosis (1960), y completando su podio de películas más importantes podríamos poner El hombre que mató a Liberty Valance (1962). Estoy hablando de la actriz Vera Miles.

Una de las muchas actrices (y actores) que usan un nombre artístico, en su caso podríamos decir que semi artístico. Cambió su nombre a Vera Miles (derivado de su primer nombre de casada) al llegar por primera vez a Hollywood, debido a que ya había una Vera Ralston que trabajaba allí en ese momento.

Su éxito como reina de belleza (en 1948, quedó en tercer lugar en el concurso Miss América y después fue coronada Miss Kansas) la llevó a trasladarse a Los Ángeles en 1950, donde pronto comenzó a desempeñar pequeños papeles en cine y televisión, entre las que se encontraba una participación menor en el musical Dos billetes para Broadway (1951), que estaba protagonizado por Janet Leigh, con quien Miles protagonizaría nueve años más tarde la película Psicosis de Alfred Hitchcock. Atrajo la atención de varias productoras, con las que trabajó como modelo publicitaria, como era habitual en esa época para la mayoría de las aspirantes a estrellas en Hollywood.

Fue una de las actrices favoritas de Alfred Hitchcock después de que Grace Kelly se retirara, pero el embarazo le impidió interpretar muchos papeles protagonistas. De hecho estaba previsto que rodara otra gran película como Vértigo (1956), pero el embarazo hizo que el papel fuera a manos de Kim Novak (otra que podía haber considerado para esta entrada número 500, porque aunque es ligeramente más joven (1933), si que tiene papeles en la década de los cincuenta), con la que no logró conectar nunca.

Y es que tuvo hasta cuatro hijos, con tres maridos diferentes (de los cuatro que tuvo), uno de ellos el también actor Gordon Scott, que interpretó a Tarzán en varias ocasiones, cuando quizás se daban más las relaciones y matrimonios entre compañeros de la profesión.

Vera Miles pudo ser musa, pero decidió ser simplemente mujer y su peso en el cine es mayor de lo que dice su popularidad y el conocimiento sobre ella (seguro que muchos ni siquiera la conocen).


De entre su filmografía, teniendo en cuenta lo que tenía disponible, me fijé en esta película para televisión, que aparte de coches y carreteras, que suele ser un binomio que me gusta bastante, y en los años 70 me permitiría ver coches americanos clásicos de aquella época, tenía la conexión de contar en el reparto con Terry Moore, también nacida en 1929 como Miles, y también viva. Una actriz todavía menos conocida pero que llegó a recibir una nominación al Óscar en la categoría de actriz de reparto.

Pero había más detalles que llamaron la atención apriorísticamente. El resto del reparto, con varios nombres que me restultaban familiares, en especial un relativamente joven Tommy Lee Jones, la curiosidad de un padre y una hija en la vida real dentro del reparto, o el nombre de Bill Conti al frente de la banda sonora de la película, uno de mis favoritos, conocido especialmente por sus trabajos en la saga de Rocky o en Evasión o Victoria.

Así que me aventuraba con otra Disaster Movie de los años 70, con una catástrofe diferente a las que había venido viendo hasta ahora, y que me sorprendió con una situación que hasta ahora no había visto y que pensé que me había estropeado la película.

Y es que la película cuenta al principio lo que va a suceder al final, de hecho hay unos minutos, pocos, que se repiten tanto al principio como al final de la misma. Pero por suerte, pude comprobar al final que ese preámbulo no me había desvelado quienes morían en el accidente.

Así que aunque es claramente catalogable dentro de este subgénero casi exclusivo de los años 70, si no nos cuentan al principio de la película el desenlace final podríamos catalogarla como un drama o película de acción, digamos que no tiene la estructura habitual de las películas de catástrofes, en las cuales el desastre es al comienzo de la misma, o se prolonga durante gran parte de la película, pero a diferencia de algunas películas de este tipo, las historias de fondo individuales son realmente interesantes, aunque a veces pueda parecer un poco telenovela.

Con lo cual a diferencia de otras películas de este género, el desastre o catástrofe se produce al final de la película y mientras tanto nos va contando las vidas en las horas previas de varios de los protagonistas que van a converger en dicho accidente, con la curiosa característica de que casi todos los personajes aparentemente llevan vidas ociosas.


Una película que a mi parecer pretende enfatizar en que detrás de cada accidente, de cada víctima, hay algo más que la correspondiente estadística. Detrás de cada víctima de tráfico hay una persona con su propia historia que contar, y eso es lo que esta modesta pero admirable película de catástrofes hecha para la televisión quiere enfatizar.









Valoración:                          6/10















05 diciembre 2024

La travesía del Congo (1956)

 




Después de unas semanas con problemas de salud y también atascado mentalmente, que me había hecho tomarme un descanso con mis películas, voy a intentar retomarlo poco a poco, con el aliciente de mis 500 entradas, algo motivante y momento para rendir homenaje a algún actor/actriz.

Me decanté por algo de mi gusto, África, aunque siempre está la posibilidad de que no salga la película que esperabas (como en este caso), o que te sea complicado escribir una mínima e interesante reseña sobre la misma.

El principal problema, o la principal decepción de la película para mi viene de la falta de credibilidad de que la película esté rodada o ambientada siquiera en África, así que una de las primeras cosas que hice nada más terminar de verla fue consultar las localizaciones del rodaje para verificarlo, y efectivamente me confirmó mis sospechas, ya que la película, aunque rodada posiblemente en el sitio más parecido al lugar que intenta simular la película como es Florida (imagino que la zona de los Everglades), fue rodada en Estados Unidos y no en África, no habiendo tampoco escenas de fotografía de África aunque fuera sin los actores en ellas.

Para mi es el detalle más importante y en torno al cual deben girar todos los demás en una película africana. Puedes no tener buenos actores o ni siquiera un argumento brillante pero con una buena localización y un escenario que te transporte allí es como se debe construir una película de éstas.


Así que el director Joseph Pevney lo fió todo en el reparto que seleccionó para la película, encabezado por la siempre intersante Virginia Mayo (la había visto hace poco en un western, Tierra de Violencia, justo su anterior película cronológicamente, y no soy partidario de repetir director, actor, actriz o temática con tan poca frecuencia, pero es lo que tiene haberla elegido sin mirar y sin estar muy espabilado).

Virginia decía que creía que era mejor actriz de lo que la opinión tenía de ella y que no pudo demostrar todo su potencial, achacando que cuando eres una cara bonita enseguida te encasillan o etiquetan con ello y es difícil salirse de ahí.

Pero era una actriz francamente versátil, interpretaba desde westerns o film noirs, habituales de la época, pasando por películas de aventuras, comedias o musicales, especialidad que le gustaba ya que era o había sido bailarina de joven.

Entre sus películas más destacadas podemos encontrar Al Rojo Vivo (1949) o El halcón y la Flecha (1950), siendo por tanto ya una actriz importante en la década de los 40 del pasado siglo.

Además trabajó con muchos actores importantes de la época dorada de Hollywood, como Paul Newman, James Cagney, Alan Ladd, Danny Kaye, Bob Hope, Kirk Douglas, Burt Lancaster, Joel McCrea, Gregory Peck, Clint Walker, Jack Palance o el mismo Ronald Reagan, actor inicialmente y posterior presidente de los EEUU.


Entre los que la acompañaban en el reparto, quizás el nombre más conocido sea el de Peter Lorre, con su característica escasa estatura y sus ojos saltones. Actor nacido en la actual Eslovaquia, principalmente asociado el cine en blanco y negro, especialmente conocido por su papel en Casablanca (1942) y también en El Halcón Maltés (1941), y que ya tuvo un primer papel protagonista en 1931, en la película de culto M, el Vampiro de Düsseldorf, una de las primeras películas sonoras de la historia del cine.

Junto a ellos, pero compartiendo el protagonismo, dos actores relativamente poco conocidos, como George Nader y Michael Pate. Pate y Virginia Mayo eran de 1920 y Nader de 1921, todos coetáneos prácticamente.

Lo que más me llama la atención es la aparente sensación de mayores que transmiten ellos en la película, especialmente Pate (a pesar de que luego vivió hasta los 88 años) cuando apenas contaban 35 años, pero es cierto que en aquella época la gente envejecía más rápido, o por lo menos la sensación es que comparándolo con los tiempos actuales daban más sensación de mayores.

Ninguno de los dos desentona y encajan bien en este tipo de películas. Pate, australiano, tuvo una carrera bastante más prolífica y exitosa, aunque fuera de secundario siempre, con películas como El Gran Houdini (1953), Todos los Hermanos Eran Valientes (1953) o El Cáliz de Plata (1954), donde también trabajó con Virginia Mayo (además de por lo menos también en el western Valle Prohibido (1957)). Además me ha servido para conocer y encontrar otra película africana que desconocía, Tambores de África (1963).


Una película no excesivamente interesante, ni de las destacadas en cuanto a películas ambientadas en África, pero a la que siempre se le pueden encontrar algunas cosas interesantes, conexiones o descubrir actores inéditos para mi y sacar algo provechoso de sus filmografías.









Valoración:                            5/10














16 octubre 2024

Ruta hacia el pánico (1975)

 






Habitualmente las películas cuyo título comienza por Ruta, o tienen incluida esa palabra en el título suelen ser de mi agrado o por lo menos suelen estar entre las prioritarias para ver, ya que siempre las asocio a Road Movies o desplazamientos en coche por parajes bucólicos, solitarios y bonitos que encajan perfectamente con mis gustos. Aunque esta vez la ruta fue principalmente en barco, a pesar de que el trepidante y emocionante comienzo si que es un accidentado trayecto en automóvil.

Realmente la película está basada en una novela del mismo nombre (Journey into fear), y no es la primera que se basó en ella, ya que hay otra película de 1943, que no he visto, con Orson Welles y Joseph Cotten, cuyo título aquí fue Estambul, que también está basada en dicha novela.

Se dice que esta novela influyó posteriormente en la que escribió Ian Fleming Desde Rusia con Amor, que en el cine fue una de las películas de la saga de James Bond.

Además de este aliciente otras cosas que me llamaron la atención para verla fueron que se trataba de una película de los setenta mezcla de misterio, intriga, aventura, acción, que suelen ser interesantes y uno de los géneros característicos de esa década, y además que poseía un reparto bastante decente y a la vez era una película totalmente desconocida.

Ya una vez comenzada la película, me encontré con otro aliciente, aunque fue bastante efímero, y es que la película comienza ambientada en Turquía, cosa que ahora mismo, de memoria, no recuerdo en otras películas, aunque rápidamente la acción se traslada principalmente a la travesía de un barco por el Mediterráneo, pasando por Grecia y llegando a su destino en Génova, una ciudad que conozco y siempre me gusta ver el contraste de como eran algunos sitios y ciudades muchos años antes, y básicamente como la acción del hombre los ha convertido en asfalto, ladrillos y coches.


Dentro de ese reparto decente, para mi, sobresalían por encima del resto Vincent Price y Donald Pleasence. El primero fue uno de ese gran triunvirato, junto a Peter Cushing y Christopher Lee, que tomaron el testigo de los Boris Karloff y Bela Lugosi y que coparon el cine de terror desde la década de los 50 hasta entrada la de los 70. Aquí por lo tanto lo vemos fuera de su hábitat habitual, pero con una actuación siempre notable, reforzada por una voz de doblaje sublime, y con la sorpresa del notable envejecimiento, facial especialmente, que tenía con respecto a sus películas de miedo, pese a no ser muy mayor todavía.

El otro actor destacado para mi, es ese gran secundario como es Donald Pleasence, también bastante ligado al cine de terror, casi nunca protagonista de una película, con personajes muchas veces ridículos, desconcertantes o de personas que no parecen muy cuerdas, y uno de los actores que recuerdo que más veces muere en la gran pantalla, con un secundario pero notable y muy recordado papel en la magnífica película La Gran Evasión.

Especialmente por estos dos actores te puedes convencer para ver la película, simplemente porque sabes que uno de ellos (o tal vez incluso ambos) representará a un villano formidable.

Entre los veteranos, por ahí también se cuela Shelley Winters, mientras que los papeles protagonistas y de los jóvenes del reparto recayeron sobre un poco destacado Sam Waterston y la guapa Yvette Mimieux.

Él, venía de trabajar en El Gran Gatsby, posiblemente el mejor título de su filmografía, aunque no recayera en él el papel protagonista de dicha película. Gran amigo de Bruce Lee, trabajó en cuatro películas de Woody Allen e interpretó cinco veces a presidentes de los Estados Unidos en la gran pantalla, especialmente a Abraham Lincoln, en tres ocasiones. Ha aparecido en dos películas nominada al Óscar a mejor película, Los gritos del silencio (1984) y Hannah y sus hermanas (1986).

Yvette Mimieux me era totalmente desconocida hasta que la vi en la notable y recomendable La celda de la violación, junto a Tommy Lee Jones, y donde deja bien a las claras que no solo era actriz por su físico. A pesar de que muy joven había participado en El tiempo en sus manos (1960), que juraría que he visto, y haber estado casada con un director importante como Stanley Donen es bastante anónima entre el público en general.

Con ese nombre suena poco a estadounidense, pero es de esos actores/actrices que tienen un árbol genealógico desperdigado por medio mundo. Su padre nació en Londres, aunque su abuelo paterno era francés y su abuela materna alemana, mientras que su madre nació en México.


De todas maneras como buen viaje en barco, o por lo menos en mi caso, te marea. La película es confusa por momentos, más allá de que sea una película de misterio o intriga, pero no queda muy claro el motivo por el que se persigue y se quiere asesinar al protagonista y cuando se desliza ligeramente o se intuye no resulta nada emocionante.

Así que lo mejor de la película son los actores, el doblaje y algunos de los parajes que aparecen durante la película, y la trama, a mi modo de ver queda aprobada por los pelos o incluso en suspenso.

A pesar de que los primeros minutos son de los más interesantes que he visto desde hace tiempo, luego la película languidece, se vuelve poco creíble y poco interesante.

Y es aquí donde, para finalizar, se podría hablar de las películas basadas en libros que quedan muy por debajo del libro, o que realmente son libros que no dan para trasladar al cine. No es que tenga yo un gran bagaje como lector y menos de películas que luego se hayan llevado al cine, pero mi sensación es que habitualmente si has leído el libro luego te suele decepcionar la película basada en el mismo.










Valoración:                            5/10












24 septiembre 2024

Estación ardiente (1994)

 





Siempre he sido bastante aficionado a las películas de selvas o junglas, que se pueden prestar a aventuras diversas, tesoros escondidos, tribus peligrosas e incluso canibalismo, y dentro de las selvas, la Amazónica es la más importante del mundo y la más habitual.

Ya he visto unas cuantas películas ambientadas o rodadas allí desde que empecé el blog, ahora mismo se me vienen a la cabeza La Selva Esmeralda, Manaos u Holocausto Caníbal, que engloban los diferentes argumentos habituales que he dicho anteriormente.

Aunque en este caso nos encontramos con una trama completamente diferente y poco habitual de un entorno así.

El reconocido director John Frankenheimer, ganador de 4 premios Emmy, con películas como El hombre de Alcatraz, El mensajero del miedo, Grand Prix o casi su última película Ronin entre las más destacadas, contó para esta TV Movie con un amplio elenco de actores con raíces latinas o hispanas o por lo menos sus apellidos, ya que algunos de ellos a pesar del nombre ya son estadounidenses.

A saber:

- Raúl Juliá (puertoriqueño)
- Esai Morales (estadounidense de origen puertoriqueño)
- Edward James Olmos (estadounidense, dice que es de ascendencia azteca y española)
- Sonia Braga (brasileña)
- Carmen Argenziano (italo-americano)
- Tomas Milian (cubano)


El protagonista es Raúl Juliá. Y estamos ante una película prácticamente a título póstumo para él (ganó el Emmy y el Globo de oro a título póstumo por esta película), ya que falleció ese 1994. De hecho, falleció cuando estaba a punto de finalezar su siguiente película Street Fighter, junto a Jean-Claude Van Damme, donde no me pegaba mucho por cierto.

También había sido el elegido originalmente para el papel de Bucho en Desperado (1995), pero enfermó durante el rodaje y tuvo que ser reemplazado. Falleció poco después.


Junto a él me gustaría resaltar la presencia de Esai Morales. Un actor que me recuerda mucho al gran Stephen Boyd (con personajes casi siempre entre tormentosos y desafortunados), y también ligeramente a Omar Sharif, en sus interpretaciones pero que quedó casi en el olvido después de despuntar a finales de los 80 y principios de los 90 con películas como La Bamba o Rapa Nui.

En La Bamba, originalmente él iba a hacer del protagonista, Ritchie Valens y Lou Diamond Phillips su papel, pero finalmente fueron a la inversa y Esai Morales logró una interpretación sobresaliente, por encima del protagonista Phillips.

Precisamente, junto a su compañera de rodaje aquí, Sonia Braga, y otro actor que me gusta bastante como Jimmy Smits, es cofundador de la Fundación Nacional Hispana para las Artes.

Edward James Olmos es el único integrante del elenco que consiguió una nominación al Óscar, además como protagonista, en 1989 por Lecciones Inolvidables.

Sonia Braga, puso el acento local, ya que la película, basada en hechos reales, está ambientada en Brasil, siendo posiblemente la actriz más importante o internacional que ha tenido el cine brasileño.


Al final, no deja de ser una TV Movie, que suele implicar bajo presupuesto, basada en la lucha sindical de un pequeño poblado de trabajadores, y por tanto no hay grandes localizaciones ni tomas de fotografía, todo se basa en el elenco importante de actores y sus correspondientes actuaciones dramáticas, sin mucho adorno.

Una lucha del pueblo y para el pueblo, por sus antepasados, por su lugar de nacimiento, por el medio ambiente y con una carga religiosa importante de por medio.

Es la extrapolación de los diamantes y la selva africana, tantas veces representada en el cine, al caucho y la selva amazónica.









Valoración:                         6/10













12 septiembre 2024

Buscadores de marfil (1990)

 






Ayer fallecía James Earl Jones, quizás un actor no tan conocido aquí en España, salvo para los grandes amantes de Conan, el bárbaro. En EEUU debía de ser mucho más importante, ya que era la voz de Darth Vader en la saga de La guerra de las galaxias, siendo allí casi tan importante como actor como de actor de voz.

Conocido por su humildad, se negó a que su nombre apareciera en los créditos tanto de La guerra de las galaxias (1977) como de El imperio contraataca (1980), alegando que sentía que su contribución no era lo suficientemente significativa como para merecer un crédito. Sí aceptó que su nombre apareciera en los créditos de El retorno del Jedi (1983).

Yo, como digo, lo recuerdo principalmente por su papel de malo en Conan, el bárbaro, un papel que con el tiempo creo que no le pegaba nada. Y es que cuando era niño, y vi aquella película, y luego le vi en otras películas, además de no parecerseme nada, en Conan está tan bien caracterizado que no parece una persona afroamericana como tal, luego el resto de personajes que he ido viendo de él no guardan ninguna relación con el que interpretó en una de las películas que hizo famoso a Arnold Schwarzenegger.

Tuvo un problema de tartamudez cuando era niño y hablaba muy poco. Todavía de mayor luchaba con el problema y decía que tenía que pensar cuidadosamente lo que iba a decir antes (sorpredente, ya que es ampliamente conocido por su voz).

Para superar su tartamudez, tomó lecciones de actuación y escribía poesía y sus maestros le dejaban leerla delante de la clase.

Fue la primera celebridad establecida en aparecer en la serie Barrio Sésamo (1969).

No tiene una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood.

Es uno de los 14 individuos que son un "EGOT", lo que significa que ha recibido al menos uno de cada uno de los cuatro principales premios de entretenimiento: un Emmy, un Grammy, un Oscar y un Tony. Los otros destinatarios, en orden cronológico, son Richard Rodgers, Barbra Streisand, Helen Hayes, Rita Moreno, Liza Minnelli, John Gielgud, Audrey Hepburn, Marvin Hamlisch, Jonathan Tunick, Mel Brooks, Mike Nichols, Whoopi Goldberg y Scott Rudin. Tres de los 14 destinatarios, incluido Jones, recibieron un premio no competitivo, honorífico supongo: Streisand ganó un Tony especial, Minnelli ganó un Grammy especial y Jones ganó un Oscar especial.


A la hora de elegir película me debatía entre La gran esperanza blanca, sobre Boxeo, o ésta Buscadores de Marfil, una película africana que tanto me gustan y por la que me decanté (además de que tengo un cuadro en mi habitación que se parece bastante al cartel de la película y ese parecido me convenció).

Me sonaba su director, Joseph Sargent, no porque sea famoso ni importante, si no porque había visto algo suyo recientemente, pero si que me parecía más notable el trío formado por nuestro protagonista Earl Jones, con John Lithgow e Isabella Rossellini, como para ser tan sumamente desconocida esta TV Movie, no teniendo apenas votos y consiguiendo solo una grabación bastante deteriorada, que fue lo peor de la película.

A Lithgow no le he visto mucho, aquí en el blog apenas en Un lugar de descanso, aunque siempre lo asocio a una película que me gusta mucho como es Máximo Riesgo con Stallone, donde interpreta un personaje totalmente diferente a éste, y que en mi opinión le pega más. Aunque he visto más películas suyas, tengo un recuerdo más vago de ellas y de su papel en las mismas.

Y a Rossellini menos todavía. Un ejemplo de esos más extraños, de hija (o hijo), nacida de dos estrellas del cine, su padre Roberto Rossellini y su madre Ingrid Bergman. Habitualmente se suele ver a hijos siguiendo las carreras de sus padres, especialmente cuando es padre e hijo masculino, hay bastantes casos, pero es raro encontrar alguien medianamente importante cuyos dos progenitores fueron muy importantes en el cine. Además para ampliar su círculo de estrellas cinematográficas, estuvo casada con Martin Scorsese, cosa que desconocía.


Me esperaba una película bastante estándar sobre África, sin nada especial, con partes de la misma que me recordaran a otras películas que ya hubiera visto sobre el continente africano, y en general ha sido así, pero con un matiz importante.

Salvando un poco las distancias, la película se me asemeja a Gorilas en la Niebla, y podríamos haberla titulado como Elefantes en la hierba. Sin la mitad de impacto que la película protagonizada casi exclusivamente por Sigourney Weaver, que consiguió hacer mucho por la defensa del gorila de montaña y ayudar a proteger la especie y evitar su extinción, aquí hay hilo conductor bastante parecido cambiando de animal, añadiendo algo más de trama y más personajes, pero básicamente el mensaje que resuena de fondo, es una condena feroz al contrabando de marfil y la caza indiscriminada de este bello animal para arrebatarle esa parte de su cuerpo.

Un animal que en un mano a mano destrozaría a cualquier humano, a pesar de que no suelen ser tan agresivos como los leones o los hipopótamos, pero con mucha más fuerza que ellos, pero que en cambio resulta tan frágil ante la barbarie del ser humano y todos los mecanismos que ha creado para matar y destruir seres humanos y animales.

También recuerdo un episodio muy bonito de Macgyver, éste en concreto, con un jovencísimo Cuba Gooding Jr. y curiosamente con el cuarto actor en discordia en esta película, Tony Todd, conexión que desconocía, en el que hacía un alegato con otro animal de la sabana africana, el rinoceronte negro, seguramente más castigado todavía que el elefante, y que son películas altamente sensibles y que atacan la conciencia del ser humano para que evite y reflexione sobre algunos de sus comportamientos, pero evidentemente donde esté el dinero de por medio a la gente se le nubla la mente.


Historia interesante aunque no sea muy innovadora, con nuestro protagonista recientemente fallecido, James Earl Jones, en un papel bastante característico suyo, sobrio, sereno, seguro y transmitiendo una gran madera de actor que no es tan fácil de encontrar ya.









Valoración:                            6/10












30 agosto 2024

La secta de los falsarios (1988)

 






La última película que vi, La gran aventura de África, me recordó a otra que había visto con un título casi idéntico, La gran aventura de La India, y que me hizo pensar en las pocas películas ambientadas o rodadas en este país que había visto, y justo, casual e involuntariamente me topé con una que desconocía completamente que tuviera como escenario este país, en este caso ambientada en la época colonial que ejerció Gran Bretaña en este país.

Y si aquella película fue de lo que más se me pudo asemejar (saliendo muy mal en la comparación evidentemente), con Indiana Jones y el Templo Maldito, en ésta tenemos al actor que yo creo podría haber sido la alternativa a Harrison Ford si la saga de Indiana Jones hubiera seguido después de La última cruzada y Ford no hubiera sido el protagonista.

No obstante, Pierce Brosnan, alcanzó luego el papel protagonista de otro personaje cinematográfico todavía más importante y muchas más veces llevado a la gran pantalla, como es James Bond, al que interpretó hasta en cuatro ocasiones.

Aunque evidentemente para mi Pierce Brosnan siempre irá asociado a su personaje de Remington Steele, una de esas series míticas de los años 80, pero mucho menos emitida en televisión que otras. De hecho hace un año o así me puse a ver episodios de esta serie porque no veía nada desde el siglo XX y por lo menos lo que vi de la primera temporada, me decepcionó ligeramente, no es como yo lo recordaba, aunque también hay que decir que fueron 94 episodios y posiblemente mis buenos recuerdos de esta serie vengan de episodios posteriores.


Pero este personaje es el que le hizo labrarse un nombre y unos contratos suculentos , sobre todo en la década de los noventa, que fue su época más prolífica y con títulos más importantes, ya que además de las películas de James Bond protagonizó otras como Mars Attacks!, Un pueblo llamado Dante's Peake, El secreto de Thomas Crown o Búho gris.

Como británico, más concretamente irlandés, encajaba mejor en este papel que sus competidores por él mismo, que parece ser que fueron Christopher Reeve y Treat Williams. A mi, personalmente, Reeve no me encajaría nada en este papel una vez vista la película.

El resto del reparto es bastante anónimo, con la curiosidad de que dos actores, padre e hija en la vida real, interpretan a sendos personajes que son padre e hija en la película, curiosidad ésta de la que ahora mismo no tengo conocimiento que haya visto en otra película.


La película está ambientada en torno a 1825 y según los créditos finales está rodada íntegramente en locaciones situadas en La India. Aparentemente si que lo parece, pero tampoco eligieron las mejores posibles dentro de las multiples posibilidades que seguramente ofrezca el país.

No obstante no creo que ese sea el problema por el que a me no me ha entusiasmado la película, si no que más bien la historia no me transmite nada. A veces se hacen películas de acontecimientos históricos poco interesantes. Y es que el título puede parecer atrayente, pero al final no deja de ser la historia de un grupo de ladrones bastante vulgar y con poco interés.

Recuerdo la palabra secta cuando era niño como algo bastante peligroso o macabro, sobre todo por un acontecimiento (que no necesito buscar en Wikipedia o Internet), que me causó tanto impacto que todavía lo guardo intacto en la memoria, como fue la muerte de decenas de seguidores de la secta de Los Davidianos, cuyo líder espiritual era un tal David Koresh, en Waco, Texas.


La película me parece lenta para tratarse de una película de crimen y robos, desfocalizada del asunto principal, mostrando escenas de folclore largas, poco importantes y monótonas y dando muy poco protagonismo al aspecto colonial y al destacamento británico en el país asiático.

Muchas subtramas que no llevan a ninguna parte, lo que sugiere que los productores estaban tratando de llenar los 98 minutos con algo. De manera similar, la película languidece durante los primeros veinte minutos hasta que empieza a moverse.

El director Nicholas Meyer intenta transmitir el encanto de una cultura antigua como la India, pero la película no tiene el estilo suficiente para camuflar su descuidada falta de sustancia, y los gestos simbólicos de sabor y atmósfera de época no se extienden más allá del buen diseño de vestuario y un misticismo esotérico de escasa calidad.

Esta historia de aventuras y traiciones en la India británica es sólo una película de serie B con pretensiones exóticas, que se quedan en un suficiente raspado o un rotundo suspenso.









Valoración:                                 4/10















19 agosto 2024

Tres aventureros (1967)

 






Se murió Alain Delon (a los 88 años, justo en el día que otro gran actor Robert Redford cumplía esa misma edad), así que tocaba noche de homenaje, a un actor que además de ser de lo mejor del panorama europeo, lo llegó a ser también en Hollywood, por su interpretación y por su innegable atractivo y aire de rebelde sin causa (de hecho en algunos sitios se le consideraba el sustituto de James Dean, protagonista de ésta película), y a pesar de considerársele maleducado por mucha gente y ganarse la enemistad de gran parte del sector por sus amistad con Jean-Marie Le Pen y no esconder que era votante de derechas, tenía multitud de seguidores, sobre todo entre el público femenino, evidentemente (fue considerado el hombre más guapo del mundo en algún momento).

Empezó casi de la mano de su compatriota Jean-Paul Belmondo en Una rubia peligrosa. Aunque eran dos registros de actores bastante diferentes, Belmondo más de comedia y acción y Delon más de drama.
La primera parte de su carrera, donde posiblemente estén sus mayores éxitos, fue principalmente en blanco y negro, con películas como Rocco y sus hermanos (película que ha anunciado RTVE como homenaje) y El eclipse, además de El gatopardo (ésta ya en color) donde compartió escena con Burt Lancaster, películas por cierto bastante largas de duración.

Aunque realmente era más su persona y su halo de glamour lo que triunfó en Hollywood, que sus películas. Algunos proyectos para los que le contrató Metro Goldwin Mayer o Columbia se cayeron, tampoco ayudaba su acento, y el hecho de que alguna película francesa como ¿Arde París? no tuviera apenas repercusión en el mercado estadounidense le hicieron desistir y volverse a su Francia natal a continuar con su carrera.


De hecho ésta fue su primera película después de volver de Francia, que fue un éxito en su país y totalmente anónima en Estados Unidos. Y poco después rodó La Piscina, película que vi el año pasado con motivo de la muerte de su compañera de reparto en ella, Jane Birkin, y que fue una película que me causó una gran impresión y por la que empecé a valorar bastante más a Delon y al cine francés en general.

También compartió reparto en esta película con Romy Schneider, con la que mantuvo una de las relaciones sentimentales más largas de su vida, y con la que posteriormente mantuvo una gran amistad hasta la prematura muerte de ella, aunque ninguno de sus hijos fueron con ella.

Pero esta película, además de ser medio maldita para parte del reparto, también estuvo a punto de serlo para el propio Delon. El 1 de octubre de 1968, mientras estaba rodando el thriller La piscina con Romy Schneider, el amigo y guardaespaldas de Delon Stevan Marković fue encontrado muerto en un basurero del pueblo de Élancourt, cerca de París.​ Delon fue invesigado junto con el gánster corso François Marcantoni. Uno de los factores que apuntaban en esa dirección fue una carta de Marković a su hermano Aleksandar, en la que escribió: «Si me matan, todo es por culpa de Alain Delon y de su padrino Francois Marcantoni».

Y es que, precisamente, la investigación policial y una serie de artículos y testimonios de Borivoj Ackov revelaron denuncias de fiestas sexuales en las que participaron celebridades como Delon y miembros del gobierno, incluido el futuro primer ministro francés Georges Pompidou, cuya esposa, Claude Pompidou, supuestamente fue el foco de una serie de fotos comprometedoras en una de esas fiestas.

El caso supuso un gran escándalo en toda Francia y fue el epicentro de la prensa en lo que se denominó el «caso Marković». En una entrevista a la BBC de 1969 se le preguntó por su vinculación al asesinato de Marković, rumores de su vinculación en estas fiestas sexuales y sus preferencias sexuales con directores como Luchino Visconti entre otros. Expresó:


Periodista: La gente, una vez más, no se lo dice directamente a la cara, pero sugieren de manera muy notoria sus gustos homosexuales. Delon: Entonces, ¿qué hay de malo si lo hubiera hecho? ¿O lo hice? ¿Sería culpable de algo? Si me gusta, lo haré. Tenemos un gran actor en Francia llamado Michel Simon y Michel Simon dijo una vez: "Si te gusta tu cabra, haz el amor con tu cabra". Pero lo único que importa es amar.

 

El crimen jamás fue resuelto. 


Mirando entre su filmografía me decidí por ésta, que además no tenía ni entre mi colección, pero tardé poco en conseguirla, y acerté plenamente.

Una película que me sirvió para profundizar en el trabajo de Alain Delon y casi para conocer a un importante actor italiano, como es Lino Ventura, que está tan bien como el propio Delon en esta película, y para descubrir a una, desconocida para mi, actriz canadiense como es Joanna Shimkus, y que era nada más y nada menos que la esposa de Sidney Poitier durante 46 años, hasta la muerte de él en 2022, y con el que tuvo cinco hijos. Quizás por ello dejó de trabajar en 1972, dejando una corta filmografía en su haber.

A Lino Ventura y a Alain Delon no les gustaba mucho trabajar con Joanna Shimkus porque la consideraban poco capacitada para el trabajo. Era una principiante en el mundo de la interpretación.

La película es totalmente original dentro de mis recuerdos cinematográficos y va alternando perfectamente entre diferentes géneros. De un inicial aspecto de comedia, pasa a una película de aventuras, para acabar convirtiéndose en un drama y película de crimen, todo ello muy bien conectado y escenificado.

Digamos que cuando quedan unos 35 minutos la película, u otras películas parecidas, se podrían haber acabado, y me quedé por un momento pensando en que iba a ofrecerme la película durante tantos minutos después de haber presenciado un desenlace habitual muchas veces.

Y ahí la película mejora y sorprende no con giros de guión ni aparición de muchos personajes nuevos, pero si desarrollando una parte que muchas veces queda en el imaginario del espectador, eligiendo para ello un singular escenario, como fue el Fort Boyard, en las proximidades de la localidad francesa de La Rochelle, en la costa atlántica francesa.


En 1983 se hizo una (especie de) secuela, El rufián. La dirigió José Giovanni (que también escribió Los aventureros) y volvió a protagonizarla Lino Ventura. Delon fue reemplazado por el joven actor Bernard Giraudeau, a quien curiosamente tan solo hace unos días vi y descubrí con Una gata ardiente, dejándome una gran impresión, además del siempre irrechazable reclamo de Claudia Cardinale. 

La trama vuelve a ser sobre la búsqueda de un tesoro submarino escondido, pero ahora ambientada en Canadá ... así que quizás sea una película candidata a ver cuando pase un tiempo, ya que son argumentos que siempre me atraen.


Gran película sobre un trío de buscavidas, que siempre buscan la parte positiva de la vida, saben sobreponerse a las adversidades y con un mensaje de amor por la vida a pesar de los problemas.

La calidad de la película reside en la sinceridad y el encanto de la relación entre los personajes, cosa que se puede ver en más películas francesas de la época y que tras ver varias en poco tiempo, a día de hoy, me hace situarlo a la par del cine italiano de la época, a pesar de que hace poco lo estimaba mucho más a éste, y muy por encima del cine español, que salvo alguna coproducción casi siempre es un tipo de película estándar que a mi no me gusta y que no puede acercarse a la calidad de ésta.

Un concepto de amistad quizás en desuso, al igual que un concepto de película olvidado, pero para mi una brisa de aire muy refrescante en este caluroso y despiadado verano, y a pesar de significar la pérdida de un gran actor como Alain Delon.

Películas así nunca deberían pasar de época y todo buen cinéfilo debería verla, aunque haya nacido muchos años después del rodaje.











Valoración:                         8/10