De vuelta a África en busca de más aventuras, a ver si había más suerte que en la última. Una película sorprendente que más bien parecería encajar como documental. Una aventura angustiosa entre un hombre y los felinos, toda clase de ellos. Una especie de Gorilas en la Niebla pero con otro tipo de animales.
Película producida, dirigida e interpretada por Noel Marshall, que por esa época era marido de Tippi Hedren, que no sé donde pasaría más miedo si en Los Pájaros de Hitchcock o aquí, y que además completan el reparto sus hijos, los de Marshall de un matrimonio anterior y Melanie Griffith por parte de Tippi Hedren, que aunque muy joven ya había trabajado en alguna película más. Curiosamente un año después de esta película se divorciaron. Un proyecto en común ya que Marshall no hizo prácticamente nada más en el mundo cinematográfico.
Uno a veces se pregunta como se ruedan las películas. No soy partidario de ver los "Cómo se rodó", pero al igual que en ciertas películas no ves cosas realmente asombrosas que te hagan preguntarte como se habrá rodado cierta escena de acción, a parte de la intervención de los dobles y las cosas hechas por ordenador, aquí aparentemente no hay mucha trampa ni cartón, una sorprendente convivencia entre humanos y felinos en un mismo recinto, sin saber muy bien si los felinos están amaestrados o de que manera se han podido rodar ciertas escenas.
No obstante a la película le falta algo más, un poco de argumento, un poco de fotografía mejor y algo más a parte del lugar sobre el que gira toda la película.
No obstante es sorprendente y diferente.
Valoración: 5/10
El gran rugido en IMDb
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