27 abril 2024

Los últimos guerreros (1995)

 








Hace unos años era más reacio a las películas de la década de los 90 del pasado siglo, pero poco a poco voy dándole oportunidades, preferentemente a las de la primera mitad de la década, y sorprendentemente todavía hay bastantes películas interesantes, y desconocidas, como ésta, que hasta podría calificar, siempre en mi opinión, como una pequeña joya oculta.

Cuando no le dedicaba este tiempo al cine y era un aficionado con mucho menos conocimiento, me costaba diferenciar entre Tom Skerrit, Tom Selleck y Tom Berenger, el protagonista de hoy. En especial los dos primeros a veces tenían looks parecidos, con bigote, pero sobre todo que los tres nombres se me parecían.

No he visto excesivas películas de ninguno de ellos, pero más o menos ya los tengo totalmente ubicados y diferenciados, y sé que Skerrit (del que hace más tiempo que no veo nada y ya por encima de los 90 años), tiene un papel protagonista en Alien y también trabajó en Top Gun. De Selleck, cuyo quizás su papel más representativo sea en la serie Magnum, le vi en La Gran Ruta Hacia China, y Tom Berenger tiene un bagaje quizás más importante.


Y es que en su momento podría quizás hasta parecer el sucesor de Paul Neman, con sus ojos azules, y un ligero parecido físico, pero habitualmente siempre le he visto un poco pasado de peso y con la impresión de ser un poco descuidado o no interesarle ese gran estrellato.
De hecho, pensaba que era una apreciación mía, pero me he encontrado con esta cita que hace más extendida esta consideración, "ganó el papel de Butch Cassidy en Los primeros golpes de Butch Cassidy y Sundance (1979) por su parecido con Paul Newman".

De hecho su bagaje en los años 80 no fue ni muy prolífico ni muy exitoso, aunque interviniera en películas como Platoon o Nacido el 4 de julio (nominadas ambas al Óscar a la mejor película, así como también otras dos en las que ha intervenido, Reencuentro y Origen), y sus papeles más recordados llegan en la década de los 90, en películas como Jugando en los Campos del Señor, Acosada (película de la que parece no guardar muy buen recuerdo) y sobre todo El Sustituto.

Realmente se podría hacer una lista de películas más importante, y casi más extensa, con las que estuvo a punto de conseguir un papel, pero que finalmente fue a manos de otro actor.

Por ejemplo, en esta película cuenta con la misma voz de doblaje con la que vemos a Kevin Costner en sus películas, y que también podría haber interpretado esta película perfectamente. Pues al parecer Berenger fue candidato a cuatro papeles que finalmente cayeron todos en manos de Costner, en las películas, Los Intocables de Eliot Ness, Los Búfalos de Durham, Bailando con Lobos y JFK.

También estuvo en el casting para protagonizar películas tan importantes como Jungla de Cristal, Robocop y Pretty Woman, nada más y nada menos.


Es la única película dirigida por Tab Murphy (y resulta extraño viendo el buen resultado que consiguió), quien también escribió el guión a principios de la década de 1980 y le llevó más de 10 años conseguir financiación para la película. En un artículo del Chicago Tribune, Murphy dijo: "Esta, para mí, es una pequeña historia personal, porque realmente refleja muchos de mis intereses mientras crecía: la naturaleza, los indios, los animales, la aventura..."

Uno a veces se pregunta por qué unas películas tienen tanto éxito, y otras relativamente parecidas caen completamente en el anonimato.
Además de a Bailando con Lobos, la película también se puede dar un aire a El Último Mohicano (de hecho los títulos originales son muy parecidos, Last of the Dogmen frente a The last of the Mohicans) en líneas generales, y luego en algunos detalles menores a otras como El Fugitivo, Caída Libre o Máximo Riesgo, tres de ellas muy conocidas y con éxito en taquilla, mientras ésta en cambio no creo que sea muy conocida aquí en España.

Y es que tanto ésta película, como Máximo Riesgo, así como la saga de Rambo tienen en común al productor libanés Mario Kassar, que además coincidió con el tercer actor protagonista de esta película, Kurtwood Smith, en Rambo III.


La segunda pata de la película, después de Tom Berenger, es una siempre fiable Barbara Hershey, a la que había visto hace poco en Vidas Distantes, y a la que todavía no he visto desafinar.

Aunque se intenta ambientar en Montana, la película está rodada en Canadá, siendo especialmente notable el Parque Nacional de Banff, en la región de Alberta, proporcionando un clima y un entorno idílicos para esta historia (la buena banda sonora también contribuye a ello) y ofreciendo estampas de gran belleza, como una increíble cascada, que es uno de los accidentes geográficos que más me gustan, y que últimamente están presentes en las películas que veo.

Y es que hay una frase en la película que me incitó a detenerla y anotarla, y que refleja porque este tipo de películas me gustan en especial. 
"Estar al aire libre me resulta muy estimulante, muy vitalista" 
A mi también y más si es con poca gente y la gente adecuada.










Valoración:                                8/10












21 abril 2024

Riff Raff (1991)

 







Ken Loach es uno de los claros ejemplos del cine de autor o cine independiente, no cine divertido ni comercial, ese que raramente se estrena en los cines generales o se proyecta luego en televisión, habitualmente con bajo presupuesto, actores pocos conocidos, pero que suele tener un buen número de fieles incondicionales que van a ver sus películas y que reciben siempre muy buenas críticas y valoraciones de las mismas.

A mi, personalmente, no es que me suelan apasionar este tipo de directores o películas, pero tenía que darle una oportunidad a una para poder valorar.

Siempre buscamos algo excepcional o interesante en una película para verla, o esperamos que nos sorprenda con cosas extraordinarias, pero fíjate tú lo que una historia cotidiana, que podría ser familiar para muchos puede resultar igual de interesante y además bastante real y creíble.

No es necesario ningún superhéroe o personaje extraordinario, ni que los actores sean todos modelos de belleza, con ojos azules y su pelo intacto y bien peinado, existe otro cine en el que tienen cabida otro tipo de circunstancias, personajes e historias, que no tienen porque desmerecer en nada a los estereotipos habituales de la mayoría de largometrajes.


Y es que, el que los actores con gran caché ecónomico y reconocimiento, que actúan en las grandes películas, sean habitualmente gente muy atractiva mayoriariamente, no significa que sean los mejores actores o que sean grandes actores. Entran en juego otros factores, principalmente un gran número de seguidores incondicionales, un marketing muy efectivo, o una superproducción muy costosa, que evidentemente implica una película atractiva.

Pero en películas como la de hoy, con la historia reducida básicamente a un único escenario, sin ningún tipo de lujo ni de actores conocidos, más allá del ámbito local, lo que te encuentras es únicamente es actuación, y evidentemente buena en la mayoría de sus protagonistas.


Estamos ante una crítica muy bien hecha hacia el sector de la construcción en el Londres de esa época, denunciando las paupérrimas condiciones laborales de los trabajadores, así como el carácter tiránico y avaricioso de los empresarios.

Y todo ello queda todavía mejor reflejado mirando ese sector hoy en día. Como las condiciones no han variado sustancialmente, más allá de que los trabajadores autóctonos han ido desapareciendo del sector, que ha quedado prácticamente monopolizado por inmigrantes, que no ven tan mal las condiciones de seguridad y mucho menos las económicas con respecto a de donde vienen.

Aunque principalmente califican a este película como comedia, hay una o dos escenas cómicas de verdad, poco más, aunque la película tampoco tenga un tono especialmente serio hasta el final, para mí está lejos de serlo. Más bien es un relato amargo y con cierto tono de rabia contra la difícil situación de la clase trabajadora en el Reino Unido en aquel momento. 

Loach trata de realizar una comedia ácida, sin mucho de dónde agarrarse, pues el ambiente general hace que sobrevivir sea lo prioritario cada día. Sin embargo, hay lugar para una camaradería y unión entre los trabajadores muy especial, para la solidaridad, para momentos de ocio básicos pero distendidos, y hasta para un poco de amor… aunque también en éste penetre la angustia de vivir.

Una crítica no solo contra los dirigentes y contra los empresarios, si no también contra la decadencia de la sociedad general de su país, cosa común en toda Europa, sin importarle que sus películas las protagonicen personajes poco atractivos para el espectador medio de una sala de cine.


Digamos que Riff-Raff podría referirse como a "gentuza", y podría caber la pregunta de si esa "gentuza" son los que denuncia el director, o si por el contrario como otros podrían pensar son los propios trabajadores.

Un fragmento realista y conmovedor de la vida cotidiana.











Valoración:                                6/10














19 abril 2024

Rescate en la jungla (1993)

 






Más allá de que me gusten las películas de junglas o selvas y supervivencia, por eso de que te puedes encontrar bonitas estampas de la madre naturaleza, y del siempre sobrio trabajo de un actor que me gustaba, como Robert Loggia, elegí esta película por la sorprendente presencia de una muy joven Jennifer López, a la que seguramente la mayoría tenemos por cantante, pero da la casualidad que se adentró antes en el mundo de la interpretación que en el de la música, detalle que no muchos conoceríamos.

La neoyorquina, de origen puertorriqueño, empezó como bailarina en 1991 y dos años más tarde decidió dedicarse a la interpretación, siendo éste su primer papel en un largometraje. Y su primer álbum musical no salió a la luz hasta 1999.

Así que no sé si podríamos decir, como yo pensaba erróneamente, que es un caso de cantante que también es actriz, porque cuando me refiero a ese término lo suelo hacer en alusión a cantantes, que ya consolidados en el gremio musical, empezaron a realizar interpretaciones cinematográficas. Sea como fuere, si que estamos ante un caso de dualidad de artista, que se ha dedicado a ambas artes escénicas, tanto la música como el cine.


Una lista que sería muy larga, pero que es un tema intersante de tratar, y nos podríamos fijar en algunos de estos artistas que fueron más o menos significativos.

El primero que se me viene a la cabeza cronológicamente, y posiblemente también de los cantantes que mejor interpretara fue Frank Sinatra, con hasta 75 títulos de crédito y alguna película notable como De Aquí a la Eternidad.

Luego, así pensando sin tirar de hemeroteca, se me viene a la mente Elvis Presley, que aunque en este caso era claramente cantante, no puedo evaluar mucho su faceta como actor, porque creo que no he visto ninguna película suya, que por otro lado creo que eran todas bastante similares. Tiene 31 títulos de crédito.

Hasta un Óscar consiguió Barbara Streisand por la película Tal Como Éramos, bien es cierto que su faceta de cantante para mi es bastante desconocida o no muy de mi agrado, sobre todo si la comparamos con las tres que voy a enumerar a continuación.

En la década de los 80, tres cantantes, que se podrían considerar Divas de la música, como Madonna, Cher o Whitney Houston desembarcaron también en el mundo del cine con más o menos éxito, y con mayor o menor continuidad. Aunque seguramente las críticas se despacharon a gusto con ellas, en especial con Madonna, a mi al ser películas de esa década que tanto me gusta, no me resultaron notas discordantes.

También hizo su incursión principalmente durante los 80 David Bowie, con una película por encima de todas, Dentro del Laberinto.

Y por último en los 90, además de la protagonista de hoy, Jennifer López, podríamos destacar también a Will Smith, en otro caso del que no sé que fue antes, si músico o intérprete, ya que seguramente el primer recuerdo que todo el mundo tenga de él sea en la televisión, en la serie El Príncipe de Bel-Air. Es especialmente reconocido por la saga Men in Black.


Evidentemente no es ni de lejos la mejor película de esta temática que he visto, donde flojea tanto la historia, como la interpretación, como el doblaje.

No obstante tiene algunas cosas interesantes o diferenciales con respecto a otras películas de este estilo, que habitualmente suelen estar localizadas más en la Selva Amazónica o como mucho en América Central, y que en este caso elige una localización poco conocida de México, como es la población de Catemaco (Catamaco durante toda la película), y que además el rodaje se realizó allí.

Había visto películas ambientadas y rodadas en Acapulco, otrora paraíso turístico del Pacífico y también en Puerto Vallarta, y además he estado de vacaciones en la Riviera Maya, pero esta localización mexicana me era totalmente desconocida, en el estado de Veracruz.

Adicionalmente se contó con dos actores mexicanos importantes de la época, Pedro Armendáriz Jr., que, eso si, apenas aparece un par de minutos, y el menos conocido en aquel momento Sergio Calderón, que luego ganó más importancia.
Pero realmente la mejor interpretación del elenco es la de Lindsay Wagner.

Deja también la película el valor de la gente humilde, y más en un momento de necesidad, como dan sin esperar nada a cambio, y dan lo poco que tienen, sin ningún tipo de egoísmo y sin esperar nada a cambio. Muy bien reflejado por el director y muy edificante.










Valoración:                              5/10















12 abril 2024

Desmadre en la autopista (1981)

 






Siempre me han gustado las películas en las que la carretera es la protagonista, bien sea a través de una Road Movie, con una película de acción o con una comedia como es el caso.

Aparentemente parecía una película muy de mi agrado, pero no me encajaba el nombre de un buen director como John Schlesinger al frente del proyecto, que habitualmente solía ir asociado a otro estilo de películas, como por ejemplo su trabajo más conocido, Cowboy de Medianoche.

Y es que tuvo que reemplazar al director original, Don Boyd, en un proyecto que parece ser que no empezó bien y que acabó siendo un estrepitoso fracaso.

La película estaba originalmente planeada con un presupuesto de 2 a 3 millones de dólares, pero los costes finalmente se dispararon hasta los 25 millones.
Quizás a ello contribuyeron cosas como que se contó con dos mil extras en Mount Dora (lugar de rodaje), Florida, a los que se les pagó alrededor de 35 dólares por día para aparecer en la película.
Y adicionalmente a las empresas de Donnelly Street en Mount Dora se les pagó alrededor de 100 dólares al día para permitirles filmar fuera de sus escaparates.


Otro motivo del fracaso, según una revista americana fue que, "la película había estado plagada de problemas, desde un guión inconexo hasta su título, y un marketing que implicaba que la vendía simplemente como ... otra comedia de accidente automovilístico. Esto se vio agravado por la decisión de los productores de vender los derechos del vídeo antes de que Universal Pictures aceptara estrenar la película. Enojada por esto, Universal minimizó su apoyo al marketing de la misma y limitó el número de salas en las que se proyectaba la película. Se retiró de los cines apenas una semana después de su estreno, y la película desapareció".

El caso es que cuando la película se estrenó, su presupuesto de 24 millones de dólares la convirtió en la comedia más cara jamás producida. Fue un gran fracaso en taquilla.

Otro detalle significativo del fracaso de la película fue que "hizo perder a sus patrocinadores británicos Thorn-EMI un estimado de 11.000.000 de dólares y afectando profundamente su fortuna y aspiraciones. La película fue financiada en parte por los planes de evasión fiscal de Roy Tucker financiados por el grupo bancario Rossminster".


Posiblemente también ayudara a que el presupuesto se disparara el elenco de actores que trabajaron en la misma, no porque hubiera ninguna estrella, pero si porque hay un buen número de actores secundarios, algunos de nivel importante, que evidentemente no trabajarían de manera altruista.

Entre estos secundarios podemos destacar a William Devane, Beau Bridges, Beverly D'Angelo, David Rasche, Teri Garr, Geraldine Paige y Jessica Tandy, curiosamente estas dos últimas ganadoras del Óscar a mejor actriz protagonista ... después de esta película, que pudiera parecer un borrón o un paso atrás en la carrera de todos los actores implicados en ella, y por el contrario no le pasó factura a ambas.

Además, aunque un poco desubicado en cuanto a estilo y en lo cronológico, también se contó con la colaboración del exitoso compositor Elmer Bernstein, autor entre otras de la gran banda sonora de Los Siete Magníficos.


Al final es una de esas películas con un humor absurdo, que no me suele gustar, pero ésta está en el límite y me resulta relativamente entretenida, en la que se mezclan un montón de parejas de personajes variopintos (una pareja de ladrones de bancos, otra de ladrones de coches, un matrimonio mayor, una mujer con las cenizas de su madre, dos monjas ... una familia en caravana), no entrelazados entre si inicialmente, que van confluyendo todas hacia un pueblo de Florida, que es el epicentro de la historia, con un reparto en escena de cada uno de ellos bastante equitativo y no haciendo a ninguno aburrido o discordante del resto.

Me ha recordado a El autobús atómico, en ese punto entre lo gracioso y entretenido y el humor absurdo y ridículo que ya no me hace gracia, pero es más bien una película que provoca sonrisas pero no carcajadas.

Una comedia al fin y al cabo, pero que ponía en valor la utilidad de las autopistas, la posibilidad que te daban de desplazarse con rapidez a sitio lejanos, de cambiar de vida, de ir de vacaciones más fácilmente, de conocer país y mundo y de descubrir sitios exóticos, pintorescos o turísticos como el pueblo protagonista ... algo que hoy en día es casi un lujo, con el precio de los carburantes y los peajes, en un país como el nuestro resulta muy costoso utilizar con frecuencia estas autovías, que tienen gran parte de culpa del progreso de los países.

Pero que también evidencia el drama para un pequeño pueblo si no está cerca de la autopista o no tiene un buen acceso a ella, con la consiguiente posibilidad de despoblación y perdida de cualquier tipo de futuro.

(Me resultó increíblemente curioso, la casualidad que en el día que había fallecido el deportista y actor O.J. Simpson, se hiciera una imitación de él en esta película, algo así como cuando vi una película en la que decían un día del año y resultaba ser ese precisamente).









Valoración:                                5/10













10 abril 2024

África bajo el mar (1953)

 





Una de las actrices que, si Dios quiere, alcanzará los 90 años en 2024 (también Brigitte Bardot)  es Sofía Loren, y ello, unido a que las reservas de películas africanas están todavía bien me llevaron a ver ésta.

Esta actriz italiana ha sido admirada por muchas generaciones, seguro que los que ronden más o menos mi edad, habrán tenido, abuelos y padre que quedaran prendados de ella en su tiempo, y nosotros mismos, si nos hemos molestado en ver alguna película suya, seguro que también hemos quedado cautivados por sus encantos.

Estamos sin duda ante un icono internacional y la máxima exponente de la gran generación de actrices italianas que asaltó y casi lideró las taquillas de Hollywood en los años 50 y 60 del pasado siglo. de las que ya apenas quedan vivas, la también enormemente atractiva Claudia Cardinale, y la menos conocida Lea Massari.

A pesar de debutar con tan solo 16 años en el cine, después de haberse presentado a Miss Italia con 15, no había tenido una vida fácil hasta ese momento.
Su padre, al que solo vio tres veces en su vida, no quiso casarse con su madre y las abandonó a ambas y a su hermana.

Sofía, su madre y su hermana tuvieron que trasladarse a Pozzuoli, cerca de Nápoles, durante la Segunda Guerra Mundial para instalarse en casa de su abuela y poder subsistir​ ya que las condiciones de vida en Roma eran muy malas.​ En uno de los bombardeos aliados, Sofia fue alcanzada por metralla hiriéndole la barbilla.​ 
Después de ésto, la familia se trasladó a Nápoles, donde fueron acogidos por unos parientes lejanos. Al finalizar la guerra, Loren y su familia volvieron a Pozzuoli. Su abuela abrió una taberna. Su madre, Romilda Villani (antigua aspirante a doble de Greta Garbo), tocaba el piano, su hermana María cantaba y Sofía servía y limpiaba los platos. El lugar fue popular entre los militares estadounidenses.


Pero de la mano de su futuro marido, Carlo Ponti, se fue abriendo paso en el cine de su país, trabajando con los grandes actores italianos de aquella época, como Mastroianni, Sordi o Gassman, para poco después desembarcar en grandes producciones americanas (ya había tenido un papel sin acreditar en 1951, con tan solo 17 años, en Quo Vadis).

En su época de esplendor trabaja a las órdenes de directores como Delbert Mann, George Cukor, Henry Hathaway o Sidney Lumet, y coprotagoniza con estrellas como John Wayne, Cary Grant, Anthony Quinn o Anthony Perkins.

Luego fue compaginando Hollywood con Italia hasta ir regresando poco a poco al cine de su país e ir bajando mucho su actividad a partir de los años 80.


Aquí tan solo tenía 18 años (y posiblemente fue su primer papel como Sofía Loren, abandonando el de Sofía Lazzaro), cuando rodó esta desconocida película italiana, en su primer papel como protagonista, ambientada en una parte de África diferente a la que habitualmente estoy acostumbrado. Y es que la acción se sitúa en los únicos territorios que fueron colonia italiana del continente africano, Etiopía y Eritrea, y por tanto la película abandona el habitual escenario terrestre, de sábana y de fauna salvaje, por uno a medias entre tierra firme y el Mar Rojo, con paisajes más áridos y desérticos.

Al parecer la publicidad de la película consistió mayoritariamente en distribuir fotos en bikini de la protagonista, y la facilidad con que asumió el papel de protagonista generó mejores críticas para ella que para la película.

Y con 18 años y siendo el único personaje femenino se lleva todo el protagonismo, acaparando las miradas de todos los demás personajes, bien sea por ser hija o pretendida por los distintos miembros de la tripulación.

Es una película curiosa, que a veces parece un documental sobre zoología, por la voz en off y las diferentes escenas y explicaciones de los animales del fondo marino, pero que a veces también deja bonitas estampas y diferentes fotografías del continente africano, especialmente al final donde irrumpen algunos paisajes novedosos y mas vistosos que el resto de la película.










Valoración:                                  5/10














08 abril 2024

Gloria de la mañana (1993)

 





Seguramente la gran mayoría, quitando los muy fans de él, no conozcan mucho de Christopher Reeve fuera de su atuendo de Supermán, tanto a nivel de su vida personal, como a nivel cinematográfico, con otras películas que no formen parte de los cuatro capítulos de la Saga.

Y es que podríamos decir que es uno de esos actores que saltó del anonimato al estrellato con tan solo una película.
Hacía poco que se había graduado, después de estudiar interpretación junto a su gran amigo Robin Williams. También tuvo gran amistad con el resto del elenco de Supermán, el director Richard Donner, y los actores, Gene Hackman y Margot Kidder, así como con la actriz Jane Seymour con la que coincidió en otro rodaje.

Reeve era un fantástico atleta, con 1,93 metros de altura, especialmente nadador, aunque también era piloto y practicaba hockey y equitación.
Se enteró de que se iba a realizar una película acerca del héroe de cómic y se presentó al casting (él tenía el pelo rubio y se lo tiñó y además se puso unas lentillas para cambiar el color azul de sus ojos y así parecerse lo máximo posible al personaje protagonista de Supermán), y allí tuvo la enorme fortuna de que su director, Richard Donner, quería un actor desconocido en la gran pantalla y parecido al personaje físicamente, y obtuvo el personaje inmediatamente.

Después del papel de Supermán, y teniendo en cuenta que era de la generación de principios de los años 50, no encajaba muy bien en el prototipo de película estándar que se empezaba a hacer en los años 80.
Así que además de no tener ningún éxito rotundo más además del de Supermán, no hizo muchas películas en los años 80, siendo bastantes de ellas películas para televisión, que habitualmente tienen menor presupuesto y menor difusión.


Ya después en la década de los 90 sufrió su trágico accidente de equitación que le dejó al borde de la muerte, y que la mantuvo parapléjico hasta el final de sus días, siendo ésta una de sus últimas películas.

Del resto del reparto destaco la presencia de J.T. Walsh, un actor bastante infravalorado a mi juicio (aunque realmente su primera película la hizo pasados los 40 años y por tanto su trayectoria fue relativamente corta), con una trayectoria relativamente paralela a Reeve (ambos fallecieron con poco más de 50 años y sin mucha diferencia), habitualmente encasillado en papeles de villano que suele interpretar con gran aplomo, destacando especialmente, para mi gusto, su papel en Breakdown junto a Kurt Russell, con el que coincidió hasta en cuatro películas.

Una película de ámbito rural, ambientada en la época previa a la Segunda Guerra Mundial, que me recordó bastante a El Mendigo, que vi hace relativamente poco, con Sissy Spacek y Eric Roberts.

Nos muestra comportamientos y actitudes habituales en zonas alejadas de las grandes ciudades, como las costumbres de la gente, la rudeza y falta de educación y el recelo hacia los forasteros, todo ello muy bien desarrollado.

Además estamos ante una historia romántica, sin que apenas haya unos besos poco explícitos en pantalla, y mucho menos ninguna escena ni lenguaje subidos de tono.

Simplemente es una película sencilla, no esperéis giros de guión porque no los tiene, que trata de demostrar que el amor se puede construir desde la confianza y en las circunstancias más extrañas posibles, y en los valores y la falta de superficialidad que se forjan en circunstancias duras, complicadas y de necesidad.

Por último quería resaltar una vez más lo mucho que hace un buen doblaje. Lo único que pude conseguir de esta película, soprendentemente desconida, fue un doblaje latino y la verdad que desluce en buena medida la película.












Valoración:                                6/10
















03 abril 2024

Invierno en primavera (1985)

 




Dada la Semana Santa y el comienzo de primavera que hemos tenido, con mucha lluvia, frío y nieve, me parecía que la coincidencia con el título de esta película era tal que era la ocasión propicia para verla.

Estamos ante el primer largometraje sobre el SIDA que se realizó para televisión y cine, aunque todo el protagonismo en este sentido se lo llevó años más tarde la película Filadelfia.

Una enfermedad que causó un tremendo impacto a principio de los 80 por su desconocimento y los estragos que causó. Hoy en día la información sobre el SIDA que muestra la película está anticuada, pero sigue transmitiendo un potente mensaje.
Además, el mundo del cine también se vio afectado. Esta película es de 1985, año en que falleció Rock Hudson, primer famoso que hizo pública su enfermedad y primero en fallecer de una lista, no excesivamente larga, pero siempre dolorosa, ya habitualmente solían ser muertes muy prematuras.

Entre ellas, además de Hudson, podríamos destacar a

Freddie Mercury
Anthony Perkins
Rudolf Nureyev
Kevin Peter Hall (el actor que hizo de Alien o Depredador)
Tommy Morrison (boxeador profesional que trabajó en Rocky V)


Aquí una lista de acotres que murieron a causa del SIDA o sus complicaciones



Y aquí una de películas que tratan sobre esta temática



Estas películas, así como las que tratan sobre el cáncer, son duras, y todas se podrían resumir en el título original (Dying young) de una película de Joel Schumacher, con Julia Roberts, que aquí se llamó Elegir un amor.
Una película que podría ser hasta bonita para una persona normal, con una banda sonora magnífica, que vi antes de tener mi enfrentamiento con el cáncer, y que luego me costó mucho volver a ver películas con esta temática.

Además de la dureza del SIDA, estaba también otro complicado y delicado asunto como era la homosexualidad, ya que en muchos casos la enfermedad era consecuencia de ello y aquí se quería dar a conocer al mundo eso. Al parecer la NBC que era la encargada de esta película para televisión, no quería ninguna escena que demostrara el más mínimo contacto físico, y era tan difícil el tema, que se estimaron perdidas importantes porque muchos anunciantes declinaron que se mostraran durante la transmisión.


El peso de recibir el mazazo del diagnóstico y la interpretación del protagonista principal corren a cargo de Aidan Quinn, un actor que siempre me gustó y al que considero un tanto infravalorado. Quizás su habitual rol de personajes atormentados, tristes o melancólicos no ayudan a ello, pero siempre que le he visto, o me han gustado esas películas o sus interpretaciones.

Junto a él, el reparto es sólido, con dos ya maduros actores secundarios de segundo escalón en la figura de sus padres (Ben Gazzara y Gena Rowlands), y otros actores decentes, además de un brevísimo papel de Bill Paxton.

El director nos transmite dos mensajes:

- Uno a los familiares de las personas que contraen alguna de estas terribles enfermedades. Nos muestra los posibles tipos de reacción y nos intenta enfocar y redirigir hacia la mejor de ellas en caso de que en algún momento nos veamos en una situación parecida.

- Y el otro a los propios enfermos, con una pregunta clara y directa ¿Te vas a rendir sin luchar? Entiendo que en aquellos momentos era una pregunta complicada, porque las esperanzas no parecían muchas, pero hoy en día con muchos más avances, me parece un gran alegato, que nadie se de por vencido de antemano y que luche hasta el final, que la vida es maravillosa.

Una película que ayudó a explicar al público la enfermedad, sin dar ningún sermón, una experiencia poderosa y un recordatorio de lo frágil que puede ser la vida.










Valoración:                              7/10













01 abril 2024

Scheherezade (1963)

 





Con las existencias de películas realcionadas con la Semana Santa o con La Biblia un poco maltrechas, este año no pude innovar y ver alguna inédita.
Y tampoco he visto ninguno de los grandes clásicos que habitualmente todavía reponen en los canales de televisión por estas fechas.

Especialmente tengo predilección, y casi siempre que las ponen les dedico un rato, por:

- Ben Hur
- Quo Vadis
- Barrabás (esta la echan esta noche, aunque quizás un poco fuera de lugar ya)
- Los diez mandamientos
- Rey de Reyes
- Sodoma y Gomorra


Y luego hay otra serie de películas que he visto menos y que ya hace mucho tiempo, y que algún día debería volver a ver, como:

- Sansón y Dalila
- La túnica sagrada
- Salomón y la reina de Saba


Tendré que seguir investigando, sobre todo, seguro que tengo o hay por ahí alguna versión de Adán y Eva que tengo curiosidad por ver.


Para suplir este tipo de escasas películas (o no tan escasas, pero no tengo especial interés por muchas de las miniseries que se hicieron en los 70 y los 80), de vez en cuando tiro de algún Peplum, que también pegan bastante en estos días (estuve viendo una de las muchas películas de Hércules, pero ni me gustó, y además estaba centrada en el imperio maya), o de alguna película también histórica o que se localice en esa zona de Oriente Medio, como parecía evidente que era ésta, Scheherezade, y que además tenía un pequeño motivo cristiano en el argumento, como era permitir el paso a Tierra Santa a los europeos para visitar la tumba de Cristo.

Una interesante coproducción francesa, italiana y española, con partes y personajes históricos reales, como Carlomagno y Harún Al Rasid, mezclado con otras ficticias.

La parte francesa de la película corre a cargo de su longevo director y guionista, en quizás su película más internacional, y el actor protagonista Gerard Barray, fallecido recientemente, en España, donde estaba asentado tras casarse con una española, y donde rodó la gran parte de sus últimas películas, ya más en el anonimato.

Por la parte italiana, varios actores, entre ellos Giuliano Gemma, que participó en bastantes Spaghetti Westerns y en muchas más películas.

Y por parte española, además de un guionista, dos actores pioneros en películas internacionales en España, hoy prácticamente olvidados por completo, como fueron Fernando Rey y Jorge Mistral, en dos papeles más secundarios, pero con visibilidad.

Sorprende que los otros dos actores protagonistas vinieran de dos países con mucha menor tradición e importancia en el cine, como Dinamarca (Anna Karina), y Portugal (Antonio Vilar, que también se asentó y falleció en España).


Una película totalmente desconocida, entiendo que no con un presupuesto excesivamente bajo. Una película oriental típica con todos sus ingredientes (a veces alguna está rodada totalmente en interiores y le quita el ingrediente fundamental, como pueda ser el desierto), con interiores muy ornamentales y glamourosos, bailes típicos, desierto, vestuario elegante y recargado y varias localizaciones interesantes y apropiadas para el argumento.

Con el trasfondo de los cuentos de Las Mil y Una Noches de fondo, nos encontramos con una película de héroes y villanos, desiertos inóspitos y lujosos palacios, combates medievales a espada y un nuevo romance a tres, como me sucede últimamente en bastantes películas.

Por último, tres elementos que acaban de dar fuerza y vigor a la película.

Por un lado el potente efecto que le da el sistema de grabación Eastmancolor a la película. Aunque fuera el hermano pobre del Technicolor, y supuestamente con el paso de los años parece ser que los colores desteñían, en aquel momento, y la copia que tengo yo lucen radiantes, con una gran paleta cromática.

Por otro, el rodaje, con voces bastante reconocibles y notables de la época, especialmente destacada la del personaje de Gerard Barray.

Y por último, la partitura de André Hossein, con cierto parecido en algún momento a la de Miklos Rozsa de Ben-Hur, y muy a la altura de la película.












Valoración:                                   7/10