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23 febrero 2025

El último vuelo del arca de Noé (1980)

 







Aunque todos conocemos a Walt Disney, que creó la compañía que lleva su nombre, a raíz del lanzamiento de carismáticos y entrañables personajes de animación, muchos no sabrán que Walt Disney también produjo bastantes películas no de animación (ésta en concreto es la número 107 en su historial), que principalmente solían realizarse para todos los públicos, incluyendo niños, y que por tanto no solían contar con violencia o lenguaje inapropiado y solían tener un final feliz.

Esta película de 1980, junto con Herbie, torero del mismo año, fueron los últimos largometrajes cinematográficos como productor completo para Ron Miller, el yerno de Walt Disney, quien luego se convirtió únicamente en productor ejecutivo.

Así que me puse a ver con entusiasmo esta película, a la que le encontré aliciente en el argumento y en los actores que incluía el reparto, pero que poco a poco ese entusiasmo se me fue apagando y la película me dejó un tanto indiferente.

Y es que, aunque no tengo mascotas en casa y no creo que me gustase, si que tengo mucho aprecio por los animales (si son de peluche en especial), y además cada vez es más creciente, mientras me sucede lo contrario con los seres humanos, que en muchos casos están eliminando de la faz de la tierra algunas especies, así que esta alegoría del pasaje biblíco de El Arca de Noé me parecía un buen momento de reflexión y paz para reconciliarme un poco con el planeta y sus animales que Dios puso en él.


Y dentro del reparto casi todos me parecían actores de mi agrado, habitualmente poco protagonistas, y que hacía algún tiempo a los que no veía.

El más familiar y más atractivo para mi era Dana Elcar, el sempiterno Pete Thornton, jefe de MacGyver en la mítica serie de los 80, pero que era mucho más que eso, y que previamente había trabajado en bastantes largometrajes, especialmente en El Golpe. Pero su personaje apenas aparece al principio de la película y luego desaparece, lo cual me restultó un ligero desencanto.

El protagonista es un Elliot Gould, al que a veces confundía con Harold Ramis, y que posiblemente hubiera podido también encajar en Los Cazafantasmas. Casado en su momento con Barbara Streisand, curiosamente las películas que le he visto, sus personajes eran bastantes parecidos, mitad cómico mitad dramático, muy bien interpretados, pero por lo que sea esos personajes y las películas en las que aparecían no acaban de encajar con mis gustos, estas películas que se quedan a medio camino entre comedia y drama. Creo realmente que Gould no encaja nada en el papel que interpreta en esta película.

En la parte infantil, que como digo es habitual en estas producciones de Disney, emerge un muy infantil todavía Ricky Schroder, en su segunda película ya. Con atractivo para la cámara ya, y muy hablador, se llegó a codear con las estrellas juveniles de finales de los 80 (aunque un poco más joven que ellos), y compartir protagonismo nada más y nada menos que con Brad Pitt en Triunfo Amargo, pero ese pico de popularidad se disolvió cual azucarillo y no pudo entrar en el selecto club de los Cruise, Pitt, Depp o Reeves.

El último miembro del reparto que quería destacar es el del actor estadounidense de ascendencia japonesa John Fujioka.

Su infancia tiene un ligero paralelismo con esta película, ya que nació en la isla de Hawai, la cual se menciona en esta película, cuya mayor parte de la trama transcurre también en una isla. 

Nacido en el seno de una familia japonesa-estadounidense, en 1944 se ofreció como voluntario a pesar de ser homosexual e hizo su servicio militar como traductor del japonés en la PACMIRS (Sección de Investigación de Inteligencia Militar del Pacífico) de la Oficina de Servicios Estratégicos en Estados Unidos y luego en Japón en Sendai, Morioka y Tokio después del final de la guerra. Nunca fue enviado a la Frente del Pacífico pero recibió todas las condecoraciones y medallas de los combatientes. Durante su servicio militar no le gustaban los bares por lo que comenzó a ir al cine y a ver representaciones teatrales.

Y le he mencionado el último, porque a esta película le veo conexiones con otra en la que aparece, en la que en este caso un barco arriba a una isla en la que también está él, y está ataviado y emplazado en un lugar muy parecido a éste. Me refiero a una de las películas que más me gusta de Bud Spencer y Terence Hill, y que más veces he visto, Quien tiene un amigo tiene un tesoro (1981). De hecho ésta es una año anterior a la de la famosa pareja italiana y no me cabe duda de que su personaje aquí sirvió de inspiración para el que hizo un año después en la película de Sergio Corbucci.

Por cierto, unos Bud Spencer y Terence Hill que también tienen otra película con conexiones con ésta, Dos misioneros (1974), ya que aquí el personaje protagonista femenino es una misionera.


Hay un último nombre, no en el reparto pero si en los títulos de crédito, que resulta ilusionante y curioso cuando aparece (por cierto unos títulos de crédito que creo que salen en torno al minuto 17 de la película, en un caso bastante inusual), como es el del compositor Maurice Jarre, uno de los grandes de la composición en el cine. El francés natural de Lyon, fue nominado hasta en nueve ocasiones al Óscar, ganándolo tres veces, por sus célebres trabajos en Lawrence de Arabia (1963) y Doctor Zhivago (1966), y el menos conocido y aclamado de Pasaje a La India (1985).


Una película con buenos ingredientes (doblaje incluído, bastante bueno en todos los personajes masculinos adultos) para hacer una gran receta, y que puede que le guste a mucha gente, sobre todo a los que la vean en una situación familiar con niños pequeños, amantes de los animales o admiradores de películas como la que he comentado de Bud Spencer y Terence Hill, o porqué no también a los que les gusten películas tipo Robinson Crusoe o Naúfrago, con las que tiene algunas cosas en común ... pero como digo, a mi el plato resultante final me decepcionó un poco, no sé si porque faltó sal entre esos ingredientes o porque es una película de esas que he comentado otras veces que hay que verla en una edad de tu vida determinada para que te guste.

Aunque por otro lado me gustó el recuerdo a un bonito pero dramático episodio biblíco como el del Diluvio Universal y el Arca de Noé, y como en la película se insta a creer en Dios, a darle gracias por las cosas que tenemos, a querer a las personas, no utilizar la violencia y como la fé puede mover montañas y aunque muchos no se den cuenta, la presencia de Dios y los pequeños milagros están más presentes de lo que creemos.









Valoración:                            5/10












10 abril 2024

África bajo el mar (1953)

 





Una de las actrices que, si Dios quiere, alcanzará los 90 años en 2024 (también Brigitte Bardot)  es Sofía Loren, y ello, unido a que las reservas de películas africanas están todavía bien me llevaron a ver ésta.

Esta actriz italiana ha sido admirada por muchas generaciones, seguro que los que ronden más o menos mi edad, habrán tenido, abuelos y padre que quedaran prendados de ella en su tiempo, y nosotros mismos, si nos hemos molestado en ver alguna película suya, seguro que también hemos quedado cautivados por sus encantos.

Estamos sin duda ante un icono internacional y la máxima exponente de la gran generación de actrices italianas que asaltó y casi lideró las taquillas de Hollywood en los años 50 y 60 del pasado siglo. de las que ya apenas quedan vivas, la también enormemente atractiva Claudia Cardinale, y la menos conocida Lea Massari.

A pesar de debutar con tan solo 16 años en el cine, después de haberse presentado a Miss Italia con 15, no había tenido una vida fácil hasta ese momento.
Su padre, al que solo vio tres veces en su vida, no quiso casarse con su madre y las abandonó a ambas y a su hermana.

Sofía, su madre y su hermana tuvieron que trasladarse a Pozzuoli, cerca de Nápoles, durante la Segunda Guerra Mundial para instalarse en casa de su abuela y poder subsistir​ ya que las condiciones de vida en Roma eran muy malas.​ En uno de los bombardeos aliados, Sofia fue alcanzada por metralla hiriéndole la barbilla.​ 
Después de ésto, la familia se trasladó a Nápoles, donde fueron acogidos por unos parientes lejanos. Al finalizar la guerra, Loren y su familia volvieron a Pozzuoli. Su abuela abrió una taberna. Su madre, Romilda Villani (antigua aspirante a doble de Greta Garbo), tocaba el piano, su hermana María cantaba y Sofía servía y limpiaba los platos. El lugar fue popular entre los militares estadounidenses.


Pero de la mano de su futuro marido, Carlo Ponti, se fue abriendo paso en el cine de su país, trabajando con los grandes actores italianos de aquella época, como Mastroianni, Sordi o Gassman, para poco después desembarcar en grandes producciones americanas (ya había tenido un papel sin acreditar en 1951, con tan solo 17 años, en Quo Vadis).

En su época de esplendor trabaja a las órdenes de directores como Delbert Mann, George Cukor, Henry Hathaway o Sidney Lumet, y coprotagoniza con estrellas como John Wayne, Cary Grant, Anthony Quinn o Anthony Perkins.

Luego fue compaginando Hollywood con Italia hasta ir regresando poco a poco al cine de su país e ir bajando mucho su actividad a partir de los años 80.


Aquí tan solo tenía 18 años (y posiblemente fue su primer papel como Sofía Loren, abandonando el de Sofía Lazzaro), cuando rodó esta desconocida película italiana, en su primer papel como protagonista, ambientada en una parte de África diferente a la que habitualmente estoy acostumbrado. Y es que la acción se sitúa en los únicos territorios que fueron colonia italiana del continente africano, Etiopía y Eritrea, y por tanto la película abandona el habitual escenario terrestre, de sábana y de fauna salvaje, por uno a medias entre tierra firme y el Mar Rojo, con paisajes más áridos y desérticos.

Al parecer la publicidad de la película consistió mayoritariamente en distribuir fotos en bikini de la protagonista, y la facilidad con que asumió el papel de protagonista generó mejores críticas para ella que para la película.

Y con 18 años y siendo el único personaje femenino se lleva todo el protagonismo, acaparando las miradas de todos los demás personajes, bien sea por ser hija o pretendida por los distintos miembros de la tripulación.

Es una película curiosa, que a veces parece un documental sobre zoología, por la voz en off y las diferentes escenas y explicaciones de los animales del fondo marino, pero que a veces también deja bonitas estampas y diferentes fotografías del continente africano, especialmente al final donde irrumpen algunos paisajes novedosos y mas vistosos que el resto de la película.










Valoración:                                  5/10














26 junio 2023

El tesoro de los tiburones (1975)

 





Cornel David fue, en mi opinión, un actor muy interesante. Bastante atípico, no solo por su lugar de nacimiento, Hungría, de donde así a simple vista quizás solo podríamos citar a él y a Zsa Zsa Gabor como actores conocidos oriundos de ese país. Directores hay más, pero quizás habría que recurrir a internet para saber que Michael Curtiz, André de Toth o George Pal eran nacidos en el país magiar.

Nacido prácticamente en la mitad (1912) de la época de nacimiento de las estrellas del Hollywood clásico, que podíamos establecer de manera redonda entre 1900-1920 (aunque se nos escapen por mínimos años Humprey Bogart por lo bajo y Charlton Heston por lo alto), creo que tan solo estaba un mínimo escalón por debajo de estas grandes estrellas.

Lo que más curioso me parece de él, es que a pesar de su época de nacimiento y su figura atlética, no he encontrado en su filmografía ningún solo western, siendo la más parecido quizás Al borde de la eternidad.
Pero básicamente sus papeles se repartieron entre el cine negro, donde ya hizo de secundario por ejemplo en un gran clásico, como El último refugio, las películas de aventuras, quizás donde demostraba su mayor talento, y donde aparece una de mis favoritas, como es Más allá de Mombasa, y las películas de Capa y Espada o de Espadachines, como se prefieran llamar, donde no tenía el caché de Errol Flynn, Stewart Granger o Tyronne Power, pero si era otro de los grandes destacados de este subgénero, cómo en El hijo de Robin de los bosques. De hecho fue elegido para el equipo olímpico de esgrima para los juegos de 1936 en Berlín.


Se graduó de la escuela secundaria Townsend Harris para estudiantes superdotados en Nueva York a la edad de 14 años. Townsend Harris estaba afiliado a CCNY, la universidad a la que ingresó después de graduarse. Y en esta universidad se sacó un curso de pre-medicina de cuatro años, en tan sólo tres.
Otro detalle de sus capacidades es que hablaba seis idiomas, húngaro, francés, alemán, inglés, italiano y ruso.

Dijo que el mayor error de su carrera y del que se arrepintión mucho fue, que se volvió demasiado arrogante y rechazó un papel selecto que le ofreció el viejo Cecil B. DeMille en Los diez mandamientos (1956). Dijo que el papel era demasiado pequeño y poco remunerado. DeMille nunca volvió a hablarle. Luego sintió que habría sido un éxito de taquilla que habría reforzado e impulsado su carrera.

Además de actor, también dirigía (aunque sólo fueran 9 películas en total), faceta de la que pocos de los actores de esa época clásica de Hollywood pueden presumir. Ésta fue la última película que dirigió, en la que además es productor, guionista, actor protagonista y escritor de la canción principal, algo que supongo será muy díficil de encontrar en general en otras películas.

Quizás la escasa repercusión de esta película le llevó a dejar la dirección, porque ni era muy mayor, 63 años, y además estaba en plena forma para esa edad.
Cornel Wilde dice que se le ocurrió la idea de la película en 1969, pero que no pudo conseguir la financiación hasta que Tiburón (1975) se convirtió en un éxito. "Preferiría haber tenido el campo para nosotros solos, sin Tiburón", dijo.

El caso es que esta película se estrenó 9 semanas antes de Tiburón, no sé si en esa fecha ya se preveía el éxito de la película de Spielberg o algo no cuadraba en su razonamiento.
Lo que queda claro es que la película no debió tener ningún éxito, aquí para mi era totalmente desconcida.


Y es algo que a veces me preguntó, ¿qué hace que una película tengo éxito o no, o porque una película aparentemente interesante pasa totalmente desapercibida?

Porque podemos decir que esta película tenía tres factores que cuando uno empieza a verla le hacen pensar que es una película, cuanto menos conocida, aunque no sea destacada.

- Se publicó al rebufo de la exitosa Tiburón, y en principio sólo por compartir temática debería tener aceptación en aquella época.
- Cornel Wilde era un actor importante (o lo había sido), y además consiguió reclutar a otro interesante actor como Yaphet Kotto (Brubaker o Alien), y otro par de secundarios decentes como Cliff Osmond y Carmen Argenziano.
- El primer diálogo y otra voz posterior, son de los mejores actores de doblaje de aquella época, con lo cual, o doblaban siempre los mismos cualquier tipo de película, que lo dudo, o se esperaba que fuera interesante y realzarla.


Para mi ha sido una interesante película de aventuras marítimas, con barcos, tesoros, acción ...
Y además hubo un momento que me resultó curioso como me vino a la mente, como encajaban los 4 protagonistas con los personajes de El equipo A. Cornel Wilde como Aníbal, Yaphet Kotto, como M.A. Barracus, el muchacho rubio como Fénix, y el amigo de Yaphet Kotto, extraño y con tartamudez, claramente como Murdock

La parte quizás más débil de la película, las escenas submarinas, aunque no excesivas, y la falta de utilización de una mejor fotografía en las localizaciones en el Caribe.










Valoración:                                     6/10