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16 marzo 2023

Contrato en Marsella (1974)

 






Al igual que hace poco Kim Novak llegaba a los 90 años, otro que lo hacía esta semana es Michael Caine, aunque mi impresión es que el parece más jóven, bien sea porque no ha dejado de actuar con el paso de los años o bien porque su aspecto ha seguido siendo muy bueno, con aparentes retoques estéticos de por medio, eso sí.

Tenía marcada esta película para ver en esta efeméride, aunque justo un día antes, haciendo zapping, me le encontré en otra película que me gusta, En tierra peligrosa, junto a Steven Seagal. Aunque para mi, siempre irá ligado a su personaje de John Colby en Evasión o Victoria, una de esas películas que veo siempre que puedo, de la que me sé el nombre de los personajes y seguramente también muchos fragmentos de diálogo.

Con un perfil típico de actor inglés (en esta por ejemplo se me parece muchísimo a Edward Mulhare, el actor que interpreta a Devon Miles, jefe de Michael Knight en El coche fantástico), elegante, estirado a veces, sobrio, señorial ... 
Un actor bastante versátil, le puedes ver tan pronto de bueno, como de malo, en un papel romántico, en uno de asesino, haciendo dramas o películas de aventuras, pero no sé yo si ha sido un actor suficientemente valorado, o me parece triste que todo el mundo le asocie a su papel en Batman y no sean capaces de ver sus películas de los 70 y los 80.


Una película dirigida por Robert Parrish, un director con cierto nombre (ganó un Óscar como editor en el año 1947), cuyo mayor éxito quizás fuese Casino Royale, y con tres grandes actores, James Mason, Anthony Quinn y Michael Caine, cada uno de una década diferente, pero muy buenos todos. Para mi Anthony Quinn es de los mejores actores de siempre, y además el que mejor voz de doblaje tiene en esta película.

Podría decir que ninguno de los tres es el verdadero protagonista, porque todos ellos tienen una cuota de pantalla similar y un papel tan importante como los otros en la misma.

Curiosamente, el resto del reparto son prácticamente todos actores autóctonos, sin ninguna proyección después de esta película, y es que al parecer fue un tremendo fracaso en la taquilla, así que eso dificultó que surgiera ningún actor revelación de aquí, pero que cumplieron de forma más que correcta con sus diferentes papeles.


Una trama policíaca y mafiosa, perfectamente situada en Marsella (aunque el principio es en París), una de las ciudades más inseguras que he conocido, pero a la vez con el encanto de los paisajes de la Costa Azul.
Además de los coches clásicos franceses de la época, que despiertan cierta nostalgia, se utilizan dos modelos deportivos de la época, de los que apenas se fabricaron dos mil unidades como mucho de ellos.

El rodaje al aire libre y las diferentes localizaciones le dan un valor a la película, que es cierto que no es excepcional, pero tampoco para resultar un desastre en taquilla. De hecho me sorprende el desenlace tan rápido de la misma, como si no hubiera presupuesto para más o hubiera que terminarla cuando antes por algún motivo.

Michael Caine y Anthony Quinn ya habían coincidido antes en otra película, El Mago (1968), que supongo que le gustaría más a Caine, porque de Contrato en Marsella dijo que accedió a interpretar el papel, sin haber leído el guión, y que una vez lo leyó no le pareció apasionante, no sé si el guión general o el papel que él tenía que desempeñar.

Aunque, en este homenaje que hago por su 90 cumpleaños, no sea la película que más le gustó a Michael Caine, y a pesar de esperar más de ella, ¿cómo puede ser mala una película con Caine, Mason y Quinn?









Valoración:                                  6/10













27 enero 2022

La conspiración (1975)








A principios de año fallecía Sidney Poitier, uno de los últimos grandes actores del Hollywood dorado que quedaba vivo, y de la década de los 20 (la lista ya es muy reducida), y sin duda uno de los pioneros de los actores de raza negra, siendo el primero en ganar el Óscar a mejor actor protagonista entre los de su raza por su interpretación en Los lirios del Valle (1963), estatuilla que le entregó Anne Bancroft.

Después de la muerte de Maximilian Schell en 2014, era el actor vivo con el Óscar más antiguo como actor protagonista, y que ahora creo que hereda Gene Hackman con el que ganó en 1971 por French Connection.

Natural de Bahamas, tuvo una infancia difícil, como mucha gente en esa época, independientemente de ser negro o blanco. Sus padres lo mandaron con su hermano a Miami a los 15 años, y desde allí se fue a Nueva York, donde llegó a dormir en los aseos de una terminal de autobuses.

En noviembre de 1943, Sidney Poitier, de 16 años, mintió sobre su edad e ingresó al ejército porque no tenía hogar y los militares lo recogieron del frío. 
Se desempeñó como asistente médico en un hospital psiquiátrico en Nueva York. Al no gustarle la vida del ejército, Poitier intentó fingir locura en un intento de ser dado de baja. Después de que lo amenazaron con tratamientos de terapia de choque, admitió haber mentido sobre su edad.

Fue rechazado en su primer casting interpretativo, pero no cejó en su empeño y en 1949 consiguió su primer papel.

Para conseguir su primer papel importante en Un rayo de luz (1950), le mintió al director Joseph L. Mankiewicz y le dijo que tenía 27 años, cuando en realidad solo tenía 22 años.
Poco a poco ascendiendo hasta llegar a sus grandes éxitos, que comenzaron con Fugitivos en 1958 y que abarcan hasta finales de los 60 principalmente.

En la década de 1960, para muchas de sus películas, se le pagó de una manera conocida como  "participación de un dólar", lo que básicamente significa que comienza a cobrar una parte de los ingresos brutos de la película desde el primer boleto vendido.

La revista Premiere lo ubicó en el puesto 20 en una lista de las mejores estrellas de cine de todos los tiempos en su función Stars in Our Constellation (2005) y la misma revista (2006) valoró su interpretación de Virgil Tibbs en En el calor de la noche (1967) como el puesto número 55 en la lista de las 100 mejores actuaciones de todos los tiempos.

Junto con Gary Cooper, es el actor más representado en las 100 películas más inspiradoras de todos los tiempos del American Film Institute, con cinco de sus películas en la lista. 

Ellas son: 

Un lunar en el sol (1961) en el n.° 65
Fugitivos (1958) en el n.° 55
Los lirios del valle (1963) en el n.° 46 
Adivina quién viene esta noche (1967) en el n.° 35 
En el calor de la noche (1967) en el n.º 21.


Fue padre por primera vez a los 25 años y por sexta y última vez a los 46, con dos esposas diferentes.
Hablaba ruso con fluidez, algo que resulta extraño y chocante, por lo menos hoy en día.
Era amigo desde hace mucho tiempo con el también actor y activista Harry Belafonte. Nacieron con nueve días de diferencia. Se conocieron en Nueva York a los 20 años, antes de que ninguno de los dos estuviera en el mundo del espectáculo.

Además de Los Lirios del Valle protagonizó tres de sus mayores éxitos en el mismo año, 1967, Adivina quién viene esta noche, En el calor de la noche y Rebelión en las aulas, pero no fue nominado al Oscar ese año. Una teoría es que los votos se dividieron entre las tres actuaciones, y ningún título obtuvo suficientes votos para ser nominado.

A mi la película que más me gusta suya es Los invasores, junto a Richard Widmark, con el que también trabajó en Un rayo de luz (1950) y Estado de alarma (1965).




Me decanté por esta película por ver un Poitier fuera de su época dorada, por la presencia del gran Michael Caine, a punto de ingresar también en el club de los 90 años, y por ser una película ambientada en África, que tanto me atrae, a pesar de que pudiera tener un posible parecido con alguna que he visto recientemente, como Una árida estación blanca.

Sidney Poitier y el director Ralph Nelson se reencontraban para su tercera y última película juntos, luego de haber colaborado previamente en Duelo en Diablo (1966) y Los lirios del valle (1963).

La mayor parte de esta película está ambientada en Sudáfrica, en Johannesburgo y Ciudad del Cabo, pero debido a la sensibilidad política contra el Apartheid reinante en aquel momento, no se intentó filmar allí.
El presidente de Kenia, Jomo Kenyatta, invitó personalmente a Sidney Poitier a filmar esta película en Kenia y allí se hizo, donde Sidney Poitier era considerado un Dios, y ya había rodado allí Sangre sobre la tierra con Rock Hudson.

La película, ambientada en Sudáfrica, a menudo se refiere a "Kaffirs". Un "Kaffir", según Wikipedia, "... se usaba en la antigua Sudáfrica para referirse a una persona negra. Ahora es un insulto étnico ofensivo, anteriormente era un término neutral para los africanos negros del sur. La palabra se deriva de la Término árabe Kafir, que significa 'incrédulo' o literalmente, 'el que oculta (la verdad)'... 
En Sudáfrica hoy en día, el término se considera altamente ofensivo desde el punto de vista racial, 
de la misma manera que "nigger" lo es en otros países. Rara vez se usa como un insulto aislado, sino que se usa sistemáticamente, por personas abiertamente racistas, cuando se habla de personas negras, y como tal era muy común en la era del Apartheid. 
El uso de la palabra ha sido procesable en los tribunales sudafricanos desde al menos 1976 bajo el delito de crimen injuria: “la lesión ilícita, intencional y grave de la dignidad de otra persona”.

Una película con toques de Road Movie, encima a través de un coche mítico para mi como fue el Peugeot 504, aventuras, acción y drama, con el encanto que para mi siempre tiene el rodaje en África.

Además de este gran dúo protagonista, les acompañaban muy bien Rutger Hauer, casi debutando, ya que era su primera película no holandesa, y que después tuvo una extensa y gran carrera cinematográfica, y Nicol Williamson, cuya cara me es muy familiar pero no le ponía nombre y que realiza una fantástica interpretación.

Y sin duda una de las mejores cosas de la película y por la que recomiendo verla es el doblaje, con varias de las mejores voces de doblaje de la época y de la historia del doblaje en España, que como siempre digo enriquecen muchísimo la película y son uno de los factores diferenciales entre el cine hasta los años 80 y el posterior.








Valoración:                                        7/10














15 marzo 2020

El último valle (1971)









El día 14 de marzo, cumplía 87 años Michael Caine. Es uno de esos actores, como Sean Connery que parece mentira que sean tan mayores, en mi caso yo creo porque siempre le tendré asociado al papel de John Colby en la película de John Huston, Evasión o Victoria, y se me viene a la mente su imagen física de esa película, en torno a los 50 años.

Tenía bastantes películas candidatas a ver suyas que todavía no hevisto, e incluso una que si he visto, pero hace mucho tiempo y tengo curiosidad por volver a ver, como es Lío en Río. El caso es que por cambiar un poco de registro con lo que estaba viendo últimamente me decanté por ésta.
Una de las otras candidatas era Ashanti (1979), en la que también comparten rodaje Michael Caine y Omar Shariff.

Desde que empecé con el blog me he vuelto un poco perezoso y me cuesta ver películas que rocen las 2 horas de duración o las sobrepasen, y si se trata de una película bélica más aún, ya que suelen ser bastante lentas. Pero tenía un buen presentimiento con ésta.

Y efectivamente, con un comienzo magnífico, que recuerda a Conan el Bárbaro o a Pathfinder, el guía del desfiladero, enseguida Omar Shariff nos descubre la belleza del entorno al cual girará principalmente la película.

Ambientada en la Guerra de los 30 años que tuvo lugar en Europa entre católicos y protestantes (la única película que hasta ese momento había descrito esta guerra era La reina Cristina de Suecia de 1933), lo bueno y casi novedoso, es que la película narra y muestra la guerra para personas que no participan de ella, pero que la tienen físicamente cerca, y que simplemente tratan de vivir bajo esas circunstancias difíciles y especiales.

Rodada en el Tirol austríaco y con actores de diversas nacionalidades europeas, muestra una gran belleza paisajística, cosa que para mi siempre es un aliciente y un atractivo para cualquier película, y me hizo acordarme de la película La cabaña del fin del mundo, ya que el entorno en el que se rueda guarda parecido a pesar de estar a muchos kilómetros de distancia.

Buen elenco de actores, con dos de los mejores no estadounidenses encabezando el plantel (Shariff venía de trabajar en las reputadísimas Lawrence de Arabia y Doctor Zhivago, además de una de mis películas favoritas, El oro de MacKenna), y con la extrañeza de que lo esperado, visto la carrera y los tipos de personajes interpretados por cada uno, es que hubiera sido a la inversa.

Para finalizar, John Barry nuevamente vuelve a poner la Banda Sonora, lo cuál como siempre es sinónimo de interesante.








Valoración:                                     8/10