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14 febrero 2025

Satán, fuerza del mal (1977)






Uno de los actores que se ha hecho muy mayor ya, es Harrison Ford (camino de los 83 años), por mucho que muchos sigamos asociándolo a su imagen en las películas de Indiana Jones y otros muchos a las de La Guerra de las Galaxias.

Como hacía mucho que no veía una película de terror y un día mirando mi base de datos me encontré ésta entre la filmografía de Harrison Ford, la puse como prioritaria para ver y cuando tuve una noche en paz me dispuse a verla.

Así a priori sorprende ver a Harrison Ford en este género, pero lo que más sorprende es una película suya de 1977 tan poco conocida, y además en la que él no es el protagonista.

Y es que Harrison Ford ya tenía 35 años cuando se hizo esta película, y aunque tenía claro que todavía no se había rodado la primera entrega de Indiana Jones y casi seguro que tampoco la primera de la Guerra de las Galaxias, si que con esa edad suponía que ya habría hecho alguna película más intersante o con papel protagonista que le condujera a obtener los papeles protagonistas de ambas exitosas sagas.

Me sonaba que quizás la que si que habría rodado ya era Fuerza 10 de Navarone, pero revisando la filmografía tampoco, así que es sorprendente como de esta totalmente desconocida película, con un anónimo reparto, pasó inmediatamente a continuación a que George Lucas le entregara uno de los papeles protagonistas de la afamada trilogía durante mucho tiempo, y posteriormente saga de La Guerra de las Galaxias, porque la primera película es la que se ha quedado como el título oficial de la saga. 

Así a grandes rasgos, las películas de miedo podrían englobarse en estos cuatro grupos

- Asesinos en serie
- Criaturas sobrenaturales
- Vampiros
- Fenómenos paranormales


Habitualmente las que más veo y las que más me gustan son las de los dos primeros grupos, de vampiros, me gustan alguna y de fenómenos paranormales también, pero más cuando tienen más componente de ciencia ficción que de terror.

Ésta la podemos englobar en el último grupo, y más concretamente en la categoría de posesiones, donde posiblemente la gran abanderada sea el Exorcista, secundada quizás por Posesión infernal.

Yo nunca fui un gran admirador de El Exorcista, ya digo que no es el subgénero de terror que más me gusta, la única vez que la vi se me hizo pesada y no me pareció excesivamente terrorífica.

Esta película de bajo presupuesto y corta duración se me hace aburrida e insulsa (más de misterio casi que de miedo), hasta los minutos finales que son los más intersantes de la misma.

Evidentemente las películas de terror causan mayor o menor miedo en función de la edad en que las veas, el clima (el mejor es de noche y con las luces apagadas), y el subgénero dentro del terror al que pertenezca. Dudo mucho que de haberla visto de niño o adolescente me hubiera asustado, ya que me parece una película de terror suave.

Con solo 74 minutos de metraje es lógico que pasen menos cosas, pero llegamos a la recta final de la película y nos preguntamos si eso es todo lo que va a pasar y si la principal anomalía de toda la producción no ha sido en realidad el guión desde el principio. 

Hay fragmentos de diálogos y escenas que carecen de sentido y por mucho que los actores se esfuercen en cada escena la película discurre sin pena ni gloria

Hay pocas razones para invertir el tiempo en esta película, y simplemente me quedo con ver una película de Harrison Ford justo antes de se convirtiera en una estrella.











Valoración:                           4/10
















11 febrero 2025

Águila gris (1977)

 





Hace unas semanas vi una parte de, posiblemente el mejor western para mi gusto y una de las mejores películas también, Centauros del desierto, la obra maestra de John Ford, con el mejor momento también del mayor icono del western, John Wayne.

Los lunes a las diez de la noche, en La 2 de RTVE, suelen poner clásicos a los que es difícil resistirse, y raro es el día que no veo parte o la película íntegra que echan, aunque ya la haya visto. Justo mientras escribo esta reseña, es lunes, y están poniendo La conquista del oeste.

Tuve durante mucho tiempo bastante abandonado el género, a pesar de pasar mi infancia viendo muchas de las películas más famosas, pero quizás por saturación, quizás porque me estaba perdiendo otros muchos géneros y películas interesantes dejé casi radicalmente de ver westerns, sobre todo películas que no hubiera visto, porque algún clásico siempre iba revisionando.

Y mira por donde me enteré de la existencia de esta película, supuestamente una versión de Centauros del desierto (de hecho hasta un indio, bastante residual y poco interesante, que se llama Cicatriz), lo cual era un reclamo muy grande, y además con un aliciente o curiosidad, trabajaba una de las actrices que lo hizo en la película de John Ford, una hermosa Lana Wood (hermana menor y menos conocida de Natalie), que en Centauros encarnó a la niña Debbie en su escena inicial, la que de más mayor en la misma película interpretó su hermana Natalie Wood.

Erróneamente, hace poco, comentaba que posiblemente Vera Miles era la última actriz viva de aquella película, que casi tiene 70 años, sin darme cuenta que en ella trabajaban algunas niñas que podían vivir todavía, como Lana Wood.


La verdad que su carrera ha sido poco exitosa, con dos hechos curiosos, el primero que ha estado casada seis veces (ninguna vez con un actor famoso aunque se dice que salió con algunos que si lo eran y mucho, como Warren Beatty, Sean Connery, Alain Delon o Ryan O'Neal), y el segundo que su filmografía tuvo una interrupción muy duradera, desde 1985 hasta 2008, no sé si fruto de alguno de sus matrimonios, y sorprendentemente, después de 23 años sin ningún título de crédito retomó su carrera, aunque fuera con papeles menores.

Tampoco es que haya tenido una vida fácil, a la desgraciada y misteriosa muerte de su hermana Natalie con tan solo 43 años, se sumó en 2017, casi con la misma edad que murió su hermana, la muerte de su única hija.

A raíz de la muerte de su hermana, se cortó la realción con su cuñado, el también actor Robert Wagner (todavía vivo y que forma junto a Gene Hackman y Clint Eastwood el notable trío de actores nacidos en 1930 todavía presentes), del que siempre sospechó culpable de la muerte de su hermana.

Realmente su carrera no tiene más que un título destacado, más allá de Centauros del desierto con un pequño papel e infantil, y es en una de las entregas de James Bond, Diamantes para la eternidad (1971), pero tampoco ese papel, cuando contaba apenas 25 años, le hizo relanzar su carrera, y eso que tenía un gran atractivo y una buena voz, cosa que he podido comprobar porque durante la película hay algunas escenas que no tenían doblaje y se oye su voz original, que es bastante buena para el cine.

Para Diamantes para la eternidad la contrataron los productores después de ver sus fotos en la revista Playboy, y es que como ha quedado evidenciado en casi todas sus películas, para ser Chica Bond, era casi más importante un notable atractivo físico que unas óptima cualidades interpretativas.

Con solo 1,60 metros de altura (su hermana Natalie 1,57), lo pasó mal en el rodaje de esta película debido a la gran estatura de Sean Connery. La diferencia era tan notable que ni siquiera unos zapatos con un importante tacón valían para solventarla.


Una película dirigida por Charles B. Pierce, que en esta ocasión hace nada menos que de productor, director, guionista y hasta tiene un papel en el reparto. Hizo varias películas parecidas durante estos años, que quizás podríamos catalogar como westerns crepusculares.

Pero es un concepto un poco complejo, por lo menos para mi, el del western crepuscular. Por año de realización sin duda, aunque yo lo discierno más por el tipo de película del oeste y sobre todo la localización del rodaje, cuando dejan de aparecer los clásicos escenarios de Utah o Arizona, áridos y desérticos y se empiezan a utilizar lugares más verdes y septentrionales, como en este caso en el estado de Montana.

Aparecen en el reparto dos clásicos del western, como Ben Johnson y Jack Elam, con los que el director contó en alguna película más. Curiosamente también son dos actores cuyas apariciones asocio principalmente a una edad avanzada, no tanto porque fueran muy mayores, sino quizás porque siempre aparentaron más edad.

Ben Johnson es el encargado de suplantar e imitar a John Wayne, y evidentemente la comparación es odiosa. Siempre le vinieron mejor los papeles secundarios, como en Cometieron dos errores.

Con un elemento clásico del western como son los indios, aquí con dos tribus, una de carácter pacífico y otro con el habitual espíritu guerrero.

Sería curioso tener un detalle del número de apariciones de cada tribu india a lo largo de la historia del cine.

En este caso aparecen las tribus Cheyennes y Shoshones (una escisión de los Comanches). Habitualmente siempre he tenido a los Comanches (protagonistas de Centauros del desierto), como los más temibles, seguidos por los Apaches. Pero el historial de tribus es enorme, desde los más pacíficos Sioux, pasando por los Kiowas, los Cherokees, los Dakotas y los Lakotas, los Mescaleros o los Semínolas, como más representativas entre otras muchas.

Y lo cual me lleva a hilarlo con cuantos de los actores que encarnaron a los indios más populares en el cine eran realmente nativos. Porque muchas veces lo parecen, pero una buena caracterización hace maravillas. Sin ir más lejos después de ver Centauros del desierto me fui a revisar la película y el actor que encarna al jefe indio Cicatriz creo que es alemán.


Una película que evidentemente si comparamos con Centauros del desierto queda claramente en evidencia, pero que muestra conceptos distintos, una relación diferente entre los indios y los blancos, acercando la paz y la convivencia entre ambos y con relaciones más allá de la amistad, en un territorio que también llama menos a la hostilidad, con algunos toques de humor (aunque creo que son prescindibles) y todo ello culminado por una buena banda sonora. Quizás empieza bastante bien y promete pero con el paso de los minutos pierde algo de interés y no acaba de cuajar una buena película.










Valoración:                              5/10
















30 enero 2025

Siete noches en Japón (1976)

 






Termino este viaje cinematográfico por Asia, en el extremo oriental del continente, en al archipiélago de Japón, con una película que me encontré por casualidad en mi colección y que es justo lo que buscaba, con otro argumento que no fuera el bélico y de otra década posterior.

Una película totalmente desconocida, donde quizás el nombre que más suene de la producción sea el de su director Lewis Gilbert, longevo director británico, fallecido en 2018 a los 98 años y que obtuvo en su carrera una nominación al Óscar, a mejor película por Alfie en 1967.

Un director que ya había ambientado previamente una película en Japón, concretamente una de James Bond, Sólo se vive dos veces (1967), y curiosamente su anterior película es esta que comento también empezó por Siete en su traducción al Español, Siete hombres al amanecer (1975), que además contaron con el mismo director de fotografía, el francés Henri Decae. Y además otra titulada El séptimo amanecer (1964), parece que el siete era su número de la suerte.

Seguramente sea el director que más veces ha dirigido al famoso agente británico 007, ya que además de en Sólo se vive dos veces, los hizo en La espía que me amó (1977) y Moonraker (1979).

Como digo una película no de corte bélico, si no centrada en la Aristocracia británica visitando el país del sol naciente. Este tipo de películas pueden resultar aburridas e incluso tediosas, cuando se centran en rodajes de interior exclusivamente, y se centran en protocolos y ambientes totalmente desconocidos y de escaso interés para el público general, pero aquí se nos hace un bonito recorrido por algunos lugares del país nipón, como el Buda Sentado de Kamakura en el preámbulo de la película, o el Monte Fuji y el Templo de Oro de Kyoto durante el desarrollo de la misma.

Sorprende que en un país tremendamente sobrepoblado (en la película dicen que Tokio tiene 11 millones de habitantes ya en 1976), el director conjuga muy bien el rodaje en ciudad como en zona más despoblada, encontrando lugares dignos de meditación, muy propia en Japón, y dotando a la película de un ambiente tranquilo, apacible y melancólico.


Más allá del cine producido en el país, con Akira Kurosawa como máximo referente, la sensación es que se ha utilizado poco la localización de Japón para realizar películas, tal vez por costes de producción, igual rodar íntegramente allí, como sucedió con esta película es relativamente costoso.

Así que se aprovecharon pasajes históricos, especialmente la Segunda Guerra Mundial para ambientar alguna película en este país asiático.

Y en este caso se utiliza una visita británica a Japón, países enfrentados en la Guerra, pero aparentemente sin mucha conexión entre si.

De la película se dijo que el personaje del príncipe George (Michael York) representa al rey Carlos III (por aquella época príncipe). Time Out dijo que el personaje era "obviamente Charles, aunque se llamaba George".

También se valoró y se hizo una comparación con un clásico como Vacaciones en Roma, diciendo que fue "una actualización libre de Vacaciones en Roma (1953)", pero no acabo de ver tanta conexión entre ambas.


Se trata de un agradable recorrido turístico por Japón con una trama poco interesante, ligeramente romántica sin ser empalagosa, cursi sin ser detestable, y una subtrama bastante tonta que implica un intento de asesinato absurdamente llevado a cabo.

Así que contrastes, hay cosas positivas y cosas negativas, pero no es una película que quieras dejar de ver, especialmente si nunca has estado en Japón y tienes curiosidad por este país y su cultura.










Valoración:                            5/10













15 enero 2025

La guerra de Troya (1961)

 




Si ya es difícil conseguir que la gente vea películas antiguas, que decir ya de libros antiguos, pero yo creo que sería una buena inversión dedicarle tiempo a lecturas clásicas, como La Ilíada y La Odisea de Homero, o La Eneida de Virgilio, donde se pueden leer los famosos acontecimientos de la Guerra de Troya, no sé hasta que punto realidad o mito.

El caso es que viendo una serie documental (los documentales, sobre todo de geografía, cada vez me gustan más), situó al protagonista en la ciudad actual más próxima a la antigua Troya, en la costa occidental de Turquía.

Y además ojeando el contenido del disco duro que tenía conectado en ese momento, el más antiguo de todos los que tengo, pude comprobar que estaba lleno de películas clásicas o antiguas, y entre ellas, además de la más famosa Helena de Troya, me encontré con ésta.


Es posible que la gente relativamente joven conozca la versión de 2004, Troya, que reunió un buen elenco de actores famosos y jóvenes en ese momento, como Brad Pitt, Eric Bana, Orlando Bloom o Sean Bean, otros ya más mayores o con cierta inquietud por el cine más allá de los estrenos de cartelera puede que conozcan también Helena de Troya (1955), de Robert Wise, con Stanley Baker, una jovencísima Brigitte Bardot y Rossana Podestà en el papel de Helena, y supongo que ya muy pocos conocerán esta tercera versión con Steve Reeves como único actor importante del reparto.

Esta trilogía que comento sobre la guerra de la guerra de Troya, me recuerda también a otra con cierto parecido en cuanto al conocimiento de las mismas. Me refiero a la del famoso accidente de avión del equipo de rugby uruguayo en la cordillera de Los Andes, de la que seguro la inmensa mayoría conocerán la versión que recientemente se hizo en España, La Sociedad de la Nieve (2023), algunos o quizás bastantes porque es más moderna, conozcan también la película ¡Viven! (1993), con Ethan Hawk al frente del reparto, y muy pocos, ni siquiera yo, se hayan parado a ver la pionera sobre esta historia Supervivientes de los Andes (1976), de René Cardona.

Lo cual me lleva al origen de mi blog y a como me decidí por darle una oportunidad a películas que no se han publicitado, que no se han estrenado en el cine o que no se han pasado por televisión, o que aún teniendo actores muy conocidos son antiguas o desconocidas y la gente las ignora por completo, en cambio sucumben rápidamente a la tentación cuando es un estreno, o hay un reclamo notable en forma de actor y de actriz, aunque se trata de un remake de otra película anterior.

Yo me estoy dejando por ver películas muy populares, empezando porque hace tiempo dejé de ir al cine y prácticamente de ver películas hechas en el siglo XXI, pero también otras del siglo XX que sean tremendamente populares y que casi todo el mundo conozca. A veces incluso veo repetida parte de una película que haya visto varias veces antes que algunas que por su enorme popularidad no podría escribir en el blog porque no aportaría seguramente nada que no esté ya dicho o escrito y por tanto decido dar la oportunidad a todas estas que voy comentando y que además te brindan la posibilidad de vez en cuando de sorprenderte con una joya desconocida.


Evidentemente la historia ya es conocida por cualquiera que haya visto la película y no aporta muchas cosas diferentes en el relato, pero si que lo hace desde el punto de vista del protagonista de la misma, que en esta película no es ni Helena, ni Paris, ni Héctor (que directamente ha muerto antes de empezar la película), ni Aquiles, ni Agamenón ... el protagonismo cae sobre el guerrero troyano Eneas, que encarna el actor más conocido del reparto, Steve Reeves, uno de los famosos forzudos de finales de los cincuenta y la década de los sesenta (que encarnó diferentes papeles de personajes con mucha fuerza, especilamente Hércules), en este tipo de películas del género Peplum.

Creo que Steve Reeves  fue el actor forzudo más famoso de la época, por delante de otros como Ed Fury, Gordon Scott o Mark Forest. La vida laboral como actor de Reeves fue ligada al período de vida también de este género Peplum, donde trabajó en algunas de las más importantes, principalmente películas italianas, como Hércules o Rómulo y Remo, siendo su última película en 1968 con solo 24 títulos de crédito en su filmografía.

Para aprovechar el éxito de la película Ulises de Kirk Douglas, Pietro Francisci planeó hacer una película sobre Hércules, pero buscó sin éxito durante años un actor físicamente convincente y con experiencia. Su hija vio al culturista estadounidense Steve Reeves en la película estadounidense Athena (1954, de Richard Thorpe) y lo contrató para interpretar a Hércules en 1957, cuando se rodó la película. (Reeves cobró 10.000 dólares por protagonizar la película).

Se puede decir que el período dorado de este subgénero cinematográfico comprende entre los años 1958 y 1965.

Esta también es una película italiana (aunque parece ser que se rodó en Belgrado, Serbia), quizás no de escaso presupuesto pero no comparable al de las otras dos versiones de la guerra de Troya, y para los que hayáis visto Helena de Troya, evidentemente sale perdiendo en la comparación, pero también tiene cosas interesantes, como el escenario elegido para la ciudad de Troya y el Caballo para tratarse de 1961.

En la parte menos positiva el anonimato de algunos personajes importantes en la epopeya o sobre todo las escenas de lucha, en las cuales se movilizaron a muchos extras o figurantes, pero que no se plasma en sensación bélica real, y además acaparan buena parte de la película.


A los amantes de los 80, os encontraréis con voces de doblaje familiares, y es que aunque es de 1961, la película, según El Doblaje, se dobló en 1983.

Quizás no deja de ser un peplum más, ya que está hecha en pleno apogeo del género, pero yo personalmente prefiero esta versión a la exagerada versión de 2004, que parece casi ciencia ficción más que otra cosa.

Los caballos salvajes de mi última película, dieron paso a un solo caballo, inanimado, y pacífico externamente, que ha sido de los más famosos de la historia.









Valoración:                           6/10













26 diciembre 2024

La vida de nuestro señor Jesucristo (1986)

 





Las películas habituales de Navidad suelen ser una mezcla de Papá Noel, comedia romántica, nieve, niños ... y en cambio las películas de corte biblíco o en las que está presente la figura de Jesús se dejan casi exclusivamente para Semana Santa.

Si que es cierto que la figura de Jesús está presente en no pocas películas, pero también lo es que raramente la película gira en torno a su figura. Por ejemplo, en grandes superproducciones de los 50 o los 60, su figura está flotando en el ambiente, con un peso relativamente importante, pero sin tener excesivo protagonismo, como por ejemplo en las magistrales Quo Vadis, Ben-Hur o Barrabás, quedando de ese tipo de películas como las que más representan la figura de Jesús Rey de Reyes o La historia más grande jamás contada.

Lo que también es significativo es que en la inmensa mayoría de estas películas se narra la parte adulta de la vida de Jesús, y no me suena haber visto nunca tanto detalle sobre su vida de niño o joven como en esta película, de hecho aquí en los títulos de crédito aparecen hasta 4 nombres para la infancia de Jesús, pasando luego ya a su vida adulta.

Así que por eso me llamó la atención esta película, aunque me hubiera gustado esta otra, La Natividad de Cristo, con algunos actores conocidos y una sorprendentemente joven Madeleine Stowe, pero que no he podido conseguir. Solo he visto algún vhs, por el que piden más de 100 euros y evidentemente en inglés, entiendo que esta película no se dobló al español.

Y es que no se sabe lo mismo de la vida inicial o de su infancia como si de su edad adulta y la última etapa de su vida, y por tanto no es igual de fácil de representar y tampoco tiene tanto interés como sus últimos años.

El actor que encarna aquí al Jesús adulto me transmite muy poco, me parece tremendamente inexpresivo en gestos y voz. Por ejemplo, el actor que encarna a Jesús en Ben-Hur, y al que no se le ve el rostro, tiene un impacto y una potencia tremendamente mayor en los pocos planos que sale. Un caso curioso, ya que apenas es su único crédito filmográfico.


Esta película tiene dos problemas, el primero es que ya conocemos la historia que va contar, con lo cual el factor diferencial viene principalmente por los escenarios elegidos, y en este caso ambientar una historia de Israel en México es difícil, un país mediterráneo salta a la vista y Méjico no lo es.
No obstante prefiero esos paisajes mejicanos, a las escenas en pueblos que no se parecen nada a los de oriente próximo.

En ese sentido me quedo por mayoría con la primera parte de la película frente a la segunda.

El segundo, es que evidentemente la tienes que comparar con otras películas que narran la vida de Jesús o en un concepto más amplio, películas biblícas. Y aquí todavía sale peor parada, ya que algunas de las mejores películas de la historia fueron estas superproducciones que ya he comentado antes y que ganan por goleada a ésta, en actores, localizaciones, desarrollo y montaje de la película.
de la mano de una superproducción.


Pero aquí lo que hago es calificar el valor cinéfilo de la película (siempre bajo mi criterio claro), y por muy creyente que sea y mucho que me puedan gustar estas películas, evidentemente se me queda escasa de nivel, no sé si por no estar familiarizado con el cine de este país, o porque evidentemente sus recursos cinematográficos son muy inferiores a los de cualquier otro país.

La primera parte de la película, en la que nos muestra los avatares menos conocidos de Jesús como niño, es más interesante por lo novedoso de la misma, pero la segunda, ya de adulto, en la que hace un repaso de algunos de sus episodios y milagros más famosos me ha resultado bastante pobre. Se intenta aglutinar muchos eventos en poco tiempo y ello provoca que se condense todo mucho y por ejemplo la forma de reclutar a los Apóstoles, parece como si fueras a hacer la compra rápidamente y sin fijarte mucho en lo que cojes, y luego empieza a relatar milagros concatenándolos unos con otros, sin ningún tipo de sentido ni justificación y quedando todo muy inconexo.


Esta película mejicana corrió a cargo del productor, director y guionista Miguel Zacarías, su última película, y el cual hizo varias relacionadas con la vida de Jesús, quizás por eso llegó hasta los 101 años de vida.

Así a parte de ésta tenemos

- Jesús, María y José (1972)
- Jesús, el niño Dios (1971)
- Jesús, nuestro señor (1971)
- El pecado de Adán y Eva (1969)


Justo de ésta película cogió unos segundos de metraje para el comienzo de La vida de nuestro señor Jesucristo.

En esa película estaba una de las mayores estrellas del cine mejicano, Jorge Rivero. Uno de los actores físicamente más imponentes que he conocido (sin llegar al nivel de Dwayne Johnson), no sé si era culturista, luchador, o ambas cosas.

Aquí ya había perdido su popularidad, y de hecho tiene un papel bastante residual, pero recuerdo que llegó a compartir cartel con John Wayne en un importante western como Río Lobo. Y el otro nombre reconocible, aunque también con un espacio mínimo en la película, es René Cardona, nacido en La Habana, pero que realizó su carrera en México y padre y abuelo de directores también. Aunque tiene casi 150 títulos de crédito como director, algo a lo que pocos llegan, aquí aparece entre el reparto.

Curiosamente también tiene varios títulos con la palabra Dios en su filmografía

- Arrullo de Dios (1967)
Jesús, el niño Dios (1971)
- Hoy he soñado con Dios (1972)



Una película distinta y desconocida sobre la vida de Jesús, que si esperáis que sea como las superproducciones de Hollywood mejor no la veais, pues os llevaréis una decepción, o más bien dejaréis de verla, porque tampoco hay que desdeñar que son más de dos horas de película.








Valoración:                           5/10













09 diciembre 2024

Sigue ese coche (1980)

 







A pesar de que en la escala militar el orden dentro de los protagonistas de El Equipo A debería ser Coronel, Capitán, Teniente y Sargento y por tanto Hannibal, Murdock, Fénix y M.A., por orden de importancia en la serie, por trayectoria como actor y porque en la entrada principal de cada episodio lo presentan el segundo, el siguiente del que me puse a ver una película fue de Dirk Benedict (1945).

Fénix era el personaje diferente, el discordante, el que no encajaba en un perfil de ex militares. Mientras Hannibal, Murdoch y M.A. casi siempre llevaban la misma ropa, Fénix siempre iba bien vestido, afrontaba tiroteos en traje y corbata y se cambiaba varias veces de indumentaria a lo largo de un episodio.

Dirk Benedict, al igual que Dwight Schulz estuvo casado con una actriz que participó en un episodio de El Equipo A, curiosamente con una con la que no flirteó en dicho episodio.

Extraña que con su inmejorable presencia (en la versión original su apodo era Faceman en vez de Fénix), no tuviera una buena trayectoria en la gran pantalla, no como George Peppard evidentemente, aunque si que se labró una pequeña filmografía.


Pero esa buena impresión que causaba escondía una infancia difícil. Ya su personaje en la serie hace referencia en varias ocasiones a que había estado en un orfanato de niño, cosa que no le pasó en la realidad, pero si que tuvo un par de acontecimientos impactantes de niño/adolescente.

Perdió permanentemente el 50% de la audición en su oído izquierdo a la edad de 12 años cuando intentó escalar una cerca de alambre de púas mientras portaba un arma presuntamente descargada y estalló junto a su cabeza.

Después de que sus padres se divorciaran, la madre de Dirk consiguió que se emitiera una orden de alejamiento contra su ex marido, prohibiéndole ver a los niños en su propia casa. Cuando Dirk tenía 18 años, su padre violó la orden y le dijo que fuera a pescar con él. La madre de Dirk le había dicho previamente que dijera lo que fuera necesario para librarse de ir con su padre. Harto, su padre irrumpió en la casa, fue asesinado a tiros por su hijo mayor, que también estuvo a punto de dispararle a Dirk cuando siguió a su padre hasta la sala de estar.

De hecho su libro guarda relación con este acontecimiento, por lo menos su título, "Y luego fuimos a pescar: Una historia de paternidad, destino y perdón".

Además, poco después tuvo otro evento adverso, un cáncer de próstata, del que por suerte salió adelante. En 1974, los médicos le recomendaron una operación, pero él afirmó haber curado su cáncer gracias a una dieta macrobiótica recomendada por Gloria Swanson. Ha continuado con esa dieta el resto de su vida.

Igual que George Peppard estaba deseando terminar El Equipo A, Benedict por el contrario lo disfrutó muchísimo, y lo definió como cuatro años de risas, destacando a Dwight Schultz y Mr. T. como tipos divertidos. Parece ser, aunque en la pantalla diera otra sensación que Peppard no lo era tanto, quizás también por la diferencia de edad entre ellos.

Pero el éxito de El Equipo A no parece que fue tal en Estados Unidos. Decía Dirk, que después de El equipo A (1983), nadie le contrataba. "Me asociaban demasiado y era una serie estúpida. A la industria no le gustó. Ninguno de nosotros siguió adelante y tuvo una carrera después de eso: George, Dwight, Mr. T., no éramos muy queridos."


La película comienza con Dirk Benedict conduciendo un descapotable, como si estuviera con su Corvette, en El Equipo A, pero en este caso es un Pontiac Trans Am, entiendo que el modelo anterior al que luego se utilizó para El Coche Fantástico, o un Firebird, no sé si eran el mismo modelo y el Trans Am era un apellido del famoso Firebird.

En los títulos de crédito iniciales, sin casi nombres conocidos, aparece en el apartado de Executive Producer, el gran Roger Corman, fallecido este 2024 a los 98 años de edad, y que es para mí el productor por antonomasía del mundo del cine, con una extensísisma filmografía como Productor difícilmente igualable, creo yo.

Parece ser que esta película estaba proyectada como un episodio piloto para una serie de televisión que luego no llegó a desarrollarse. Aparentemente no tenía muchos alicientes ni a nivel argumental, ni a nivel de reparto.

Así que esta película, anterior a su etapa en El Equipo A, se me queda un tanto insulsa, también influído por la escasa calidad audiovisual de la película que conseguí, y teniendo en cuenta que ya he visto gran parte de la filmografía de Benedict y la mayoría me gustaron más.

Le acompañan en los papeles protagonistas dos cantantes conocidas en Estados Unidos (una de ellas la cantante del grupo Berlin, que también tuvo éxito aquí sobre todo gracias a la canción Take my breath away, incluido en la banda sonora de la película Top Gun), que a su vez interpretan alguna canción a lo largo de la película y además para los espectadores españoles la otra cara conocida es la de Noble Willingham.

Si la comparamos con los episodios de El Equipo A, o con cualquier otra película que mezcle acción y comedia de la época, salvo algunas tomas de conducción, sale bastante mal parada. En líneas generales se queda un poco sosa y los personajes, salvo el que protagoniza Dirk Benedcit carecen de interés y tampoco impresionan a nivel interpretativo.









Valoración:                         5/10











06 diciembre 2024

Cuñados (1985)

 




Una de las pocas cosas que he estado viendo en este mes largo convaleciente de mi blog, ha sido volver a visionar la serie completa de El Equipo A, no sé por que vez ya, pero me sé muchos diálogos.

Y pensando me pareció una buena idea buscar una película de cada uno de ellos, aunque voy a empezar por el alma mater de la serie, su creador Stephen J. Cannell.

Y es que para los que sean muy fanáticos de esta serie y todavía tengan en mente su final, donde aparece Stephen J. Cannell escribiendo a máquina y apilando la hoja en un montón de folios, componiendo el logotipo de su productora, posiblemente también el nombre de este creador, productor y guionista les resuene de manera positiva, ya que sin él quizás nunca habría existido El Equipo A, o no como lo conocemos.

Básicamente su trabajo se ciñe a la televisión, de hecho tiene una Estrella en el Paseo de la Fama de la Televisión en Hollywood, y yo he visto muy pocas series (las que he visto casi todas más de una vez) en los ochenta y noventa y no se me había pasado por la cabeza que tuviera algún trabajo en el cine, hasta que el otro día haciendo la ficha de esta película me percaté que aparecía su nombre en los títulos de crédito de la misma.


La película se rodó en pleno rendimiento de El Equipo A, y curiosamente cuando uno empieza a ver la película se pregunta cuanto se parecerá a la serie.

Pues no sé si se parece mucho o no, pero en cuanto empiezan a aparecer los títulos de crédito, a los que estamos familiriazados con ellos, podemos comprobar como muchos de los principales nombres de la famosa serie también están en esta película.

Así empiezan a aparecer Mike Post y Pete Carpenter al frente del departamento de música, Jo Swerling Jr. como supervisor de producción, también me parece ver el nombre de Gary Winter y para completar, uno de los personajes de la película se llama Frank Lupo, la otra pata sobre la que se asentó la serie de El Equipo A.

Además también aparecen algunos actores que aparecieron en algún episodio de la serie, no muchos, pero si el interesante y más conocido John Saxon, Alan Fudge o Daphne Ashbrook, por el contrario las localizaciones utilizadas para la película no me resultaron nada familiares y no me suenan de ningún episodio de la serie.


En cambio los dos actores protagonistas no soy consciente de haberlos visto en ningún episodio de El Equipo A, y tampoco me resultan muy solventes, o quizás el problema sea el concepto de película ...

La película es de las más cortas que he visto, escasamente una hora y diez minutos, y los títulos de crédito, además de por los numerosos profesionales del elenco de El Equipo A, parece que está presentando un episodio de una serie de televisión, básicamente por el hecho de aparecer en los créditos Guest Star.

Y ese Guest Star se le concede a Robert Culp (que tampoco trabajo nunca en la serie), un actor al que no conocía antes de empezar mi blog y al que he visto ya en varias películas. Como ya he dicho en alguna ocasión se me da un aire a otro Robert, Redford, y yendo exclusivamente al parecido físico, en esta película parece una mezcla entre él y Andoni Ferreño.

La otra cara reseñable de la película, que tampoco participó en El Equipo A, aunque aquí con un papel bastante testimonial, es la del por aquel entonces niño Lukas Haas. Esta es su película inmediatamente posterior a su salto a la fama (que luego se quedó en nada) con Único Testigo, junto a Harrison Ford, aunque no sé si rodaron en paralelo o si se había estrenado la primera antes de ésta, Cuñados.


Sea como fuere, los poco más de setenta minutos es de lo mejor de la película, porque realmente es poco interesante, siempre en mi opinión. 

Habitualmente las películas de los ochenta que mezclan acción con comedia suelen funcionar bien, o por lo menos son entretenidas, pero ésta se me queda bastante floja. Ni la parte de comedia es significativa, aunque es escasa, ni la acción es muy destacada, más allá de los momentos en que el camión es protagonista.

Los personajes no levantan ninguna expectativa, ninguno de ellos, y además se desaprovecha totalmente la presencia de Robert Culp con el papel más ridículo de toda la película.









Valoración:                           4/10











22 octubre 2024

Dos chicas en la carretera (1992)

 





Hay una serie de palabras en el título de una película que me suelen resultar atrayentes y tener más posibilidades de que las vea, como por ejemplo los dos últimas que vi, con las palabras ruta y valle, y también aquí con la palabra carretera.

Llegué a esta película después de ver un rato de un episodio de El Equipo A, que los reponen a diario en un canal de televisión, a razón de unos cinco por día, y revisando el reparto de ese episodio fui a consultar la filmografía de una de las actrices que aparecía brevemente durante el mismo, y al ver que estaba casado con un director (y que además poco después de ese episodio y la mencionada boda dejó la actuación), indagué a ver que me podía ofrecer él.

El caso es que su nombre, Edward Zwick, me resultaba ligeramente familiar, más allá de que apareciera en algún momento en mi extensa base de datos de películas. Y es que, efectivamente, tiene un par de títulos notorios dentro de su filmografía, como son Leyendas de Pasión (1994), su película inmediatamente posterior a ésta, con un todavía muy joven Brad Pitt, y El Último Samurai (2003), con también un todavía joven Tom Cruise. Una de esas películas que creo recordar haber ido a ver al cine, cuando por aquella época ponía en práctica ese pasatiempo con relativa frecuencia.


Así que esta me hizo imaginarme un aroma a Road Movie, que tanto me gusta, quizás pensando en algo parecido a Thelma y Louise, aunque finalmente teniendo cosas en común, básicamente el hilo conductor de dos chicas en un coche sin un rumbo fijo, tiene un argumentario diferente.

Una de las más notables diferencias es el escenario elegido. La mayor parte de las Road Movies que conozco están ambientadas en el Medio Oeste de los Estados Unidos, en parajes semi desérticos, carreteras secundarias y bares y moteles de carretera solitarios. En cambio en este caso se escoge como ubicación para la historia el extremo noroccidental del país, en el estado de Oregón, con intención de realizar un tránsito hasta Alaska.

Otro detalle curioso y contrario a lo habitual es que habitualmente en este tipo de películas suele estar presente la figura del autoestopista, y que habitualmente suelen ser personajes extraños, mucho en algunas ocasiones, sórdidos o hasta peligrosos, y en cambio aquí es a la inversa, son los autoespistas los que se van topando con diferentes frikis a lo largo de su periplo realizando auto-stop.

Es una película con muchos matices, que van desde la soledad, la melancolía, la esperanza, la sencillez, la mala suerte ... y sobre todo en la resistencia y sobreponerse a las adversidades, desembocando en la virtud de la felicidad de las cosas sencillas, de saber vivir con poco y de saber apreciar la amistad, dar y recibir lo poco que tienes.

Nos enseña a como saber afrontar los problemas y encontrar soluciones, y nos da una lección o nos hace reflexionar de como siempre habrá personas con muchísimos más problemas que nosotros, que se quejan mucho menos y que además de poner al mal tiempo buena cara, buscan y encuentran soluciones o alternativas a dichos problemas.

Problemas que se dan entre las protagonistas y que me lleva también a reflexionar que habitualmente suele haber más problemas de convivencia entre dos personajes femeninos que entre dos masculinos, en la gran pantalla.


Con un reparto de tercera fila, donde para mi solo conocía y de manera bastante efímera a las dos protagonistas, destaca o complementa muy bien esta falta de actores importantes, una banda sonora sin letra, tranquila y relajante, con un tono melancólico o de tristeza (y cuando aparece una canción con letra, lo hace de manera muy tenúe, pero es nada más y nada menos que la formidable Wicked Game de Chris Isaak), que me hizo recordar una de las películas de corte Road Movie con mejor banda sonora que he escuchado últimamente, como es Tierra Prometida, con unos todavía poco conocidos Kiefer Sutherland y Meg Ryan.

Me sorprendió y me agradó, por mis valores, educación y creencias, que la película se cierre con una oración de gracias, que en principio no pegaba nada con el perfil de los personajes protagonistas, pero que finaliza esa historia de adversidades de una manera tierna y muy humana, reflejando que a pesar de esos enormes problemas y sufrimientos, soledad, falta de trabajo, dinero ..., no hay que dejar de dar gracias y estar alegre por las personas que te rodean y por lo fantástico que es vivir aún sin reunir las condiciones idóneas que a todos nos gustarían.










Valoración:                              6/10















16 octubre 2024

Ruta hacia el pánico (1975)

 






Habitualmente las películas cuyo título comienza por Ruta, o tienen incluida esa palabra en el título suelen ser de mi agrado o por lo menos suelen estar entre las prioritarias para ver, ya que siempre las asocio a Road Movies o desplazamientos en coche por parajes bucólicos, solitarios y bonitos que encajan perfectamente con mis gustos. Aunque esta vez la ruta fue principalmente en barco, a pesar de que el trepidante y emocionante comienzo si que es un accidentado trayecto en automóvil.

Realmente la película está basada en una novela del mismo nombre (Journey into fear), y no es la primera que se basó en ella, ya que hay otra película de 1943, que no he visto, con Orson Welles y Joseph Cotten, cuyo título aquí fue Estambul, que también está basada en dicha novela.

Se dice que esta novela influyó posteriormente en la que escribió Ian Fleming Desde Rusia con Amor, que en el cine fue una de las películas de la saga de James Bond.

Además de este aliciente otras cosas que me llamaron la atención para verla fueron que se trataba de una película de los setenta mezcla de misterio, intriga, aventura, acción, que suelen ser interesantes y uno de los géneros característicos de esa década, y además que poseía un reparto bastante decente y a la vez era una película totalmente desconocida.

Ya una vez comenzada la película, me encontré con otro aliciente, aunque fue bastante efímero, y es que la película comienza ambientada en Turquía, cosa que ahora mismo, de memoria, no recuerdo en otras películas, aunque rápidamente la acción se traslada principalmente a la travesía de un barco por el Mediterráneo, pasando por Grecia y llegando a su destino en Génova, una ciudad que conozco y siempre me gusta ver el contraste de como eran algunos sitios y ciudades muchos años antes, y básicamente como la acción del hombre los ha convertido en asfalto, ladrillos y coches.


Dentro de ese reparto decente, para mi, sobresalían por encima del resto Vincent Price y Donald Pleasence. El primero fue uno de ese gran triunvirato, junto a Peter Cushing y Christopher Lee, que tomaron el testigo de los Boris Karloff y Bela Lugosi y que coparon el cine de terror desde la década de los 50 hasta entrada la de los 70. Aquí por lo tanto lo vemos fuera de su hábitat habitual, pero con una actuación siempre notable, reforzada por una voz de doblaje sublime, y con la sorpresa del notable envejecimiento, facial especialmente, que tenía con respecto a sus películas de miedo, pese a no ser muy mayor todavía.

El otro actor destacado para mi, es ese gran secundario como es Donald Pleasence, también bastante ligado al cine de terror, casi nunca protagonista de una película, con personajes muchas veces ridículos, desconcertantes o de personas que no parecen muy cuerdas, y uno de los actores que recuerdo que más veces muere en la gran pantalla, con un secundario pero notable y muy recordado papel en la magnífica película La Gran Evasión.

Especialmente por estos dos actores te puedes convencer para ver la película, simplemente porque sabes que uno de ellos (o tal vez incluso ambos) representará a un villano formidable.

Entre los veteranos, por ahí también se cuela Shelley Winters, mientras que los papeles protagonistas y de los jóvenes del reparto recayeron sobre un poco destacado Sam Waterston y la guapa Yvette Mimieux.

Él, venía de trabajar en El Gran Gatsby, posiblemente el mejor título de su filmografía, aunque no recayera en él el papel protagonista de dicha película. Gran amigo de Bruce Lee, trabajó en cuatro películas de Woody Allen e interpretó cinco veces a presidentes de los Estados Unidos en la gran pantalla, especialmente a Abraham Lincoln, en tres ocasiones. Ha aparecido en dos películas nominada al Óscar a mejor película, Los gritos del silencio (1984) y Hannah y sus hermanas (1986).

Yvette Mimieux me era totalmente desconocida hasta que la vi en la notable y recomendable La celda de la violación, junto a Tommy Lee Jones, y donde deja bien a las claras que no solo era actriz por su físico. A pesar de que muy joven había participado en El tiempo en sus manos (1960), que juraría que he visto, y haber estado casada con un director importante como Stanley Donen es bastante anónima entre el público en general.

Con ese nombre suena poco a estadounidense, pero es de esos actores/actrices que tienen un árbol genealógico desperdigado por medio mundo. Su padre nació en Londres, aunque su abuelo paterno era francés y su abuela materna alemana, mientras que su madre nació en México.


De todas maneras como buen viaje en barco, o por lo menos en mi caso, te marea. La película es confusa por momentos, más allá de que sea una película de misterio o intriga, pero no queda muy claro el motivo por el que se persigue y se quiere asesinar al protagonista y cuando se desliza ligeramente o se intuye no resulta nada emocionante.

Así que lo mejor de la película son los actores, el doblaje y algunos de los parajes que aparecen durante la película, y la trama, a mi modo de ver queda aprobada por los pelos o incluso en suspenso.

A pesar de que los primeros minutos son de los más interesantes que he visto desde hace tiempo, luego la película languidece, se vuelve poco creíble y poco interesante.

Y es aquí donde, para finalizar, se podría hablar de las películas basadas en libros que quedan muy por debajo del libro, o que realmente son libros que no dan para trasladar al cine. No es que tenga yo un gran bagaje como lector y menos de películas que luego se hayan llevado al cine, pero mi sensación es que habitualmente si has leído el libro luego te suele decepcionar la película basada en el mismo.










Valoración:                            5/10












12 septiembre 2024

Buscadores de marfil (1990)

 






Ayer fallecía James Earl Jones, quizás un actor no tan conocido aquí en España, salvo para los grandes amantes de Conan, el bárbaro. En EEUU debía de ser mucho más importante, ya que era la voz de Darth Vader en la saga de La guerra de las galaxias, siendo allí casi tan importante como actor como de actor de voz.

Conocido por su humildad, se negó a que su nombre apareciera en los créditos tanto de La guerra de las galaxias (1977) como de El imperio contraataca (1980), alegando que sentía que su contribución no era lo suficientemente significativa como para merecer un crédito. Sí aceptó que su nombre apareciera en los créditos de El retorno del Jedi (1983).

Yo, como digo, lo recuerdo principalmente por su papel de malo en Conan, el bárbaro, un papel que con el tiempo creo que no le pegaba nada. Y es que cuando era niño, y vi aquella película, y luego le vi en otras películas, además de no parecerseme nada, en Conan está tan bien caracterizado que no parece una persona afroamericana como tal, luego el resto de personajes que he ido viendo de él no guardan ninguna relación con el que interpretó en una de las películas que hizo famoso a Arnold Schwarzenegger.

Tuvo un problema de tartamudez cuando era niño y hablaba muy poco. Todavía de mayor luchaba con el problema y decía que tenía que pensar cuidadosamente lo que iba a decir antes (sorpredente, ya que es ampliamente conocido por su voz).

Para superar su tartamudez, tomó lecciones de actuación y escribía poesía y sus maestros le dejaban leerla delante de la clase.

Fue la primera celebridad establecida en aparecer en la serie Barrio Sésamo (1969).

No tiene una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood.

Es uno de los 14 individuos que son un "EGOT", lo que significa que ha recibido al menos uno de cada uno de los cuatro principales premios de entretenimiento: un Emmy, un Grammy, un Oscar y un Tony. Los otros destinatarios, en orden cronológico, son Richard Rodgers, Barbra Streisand, Helen Hayes, Rita Moreno, Liza Minnelli, John Gielgud, Audrey Hepburn, Marvin Hamlisch, Jonathan Tunick, Mel Brooks, Mike Nichols, Whoopi Goldberg y Scott Rudin. Tres de los 14 destinatarios, incluido Jones, recibieron un premio no competitivo, honorífico supongo: Streisand ganó un Tony especial, Minnelli ganó un Grammy especial y Jones ganó un Oscar especial.


A la hora de elegir película me debatía entre La gran esperanza blanca, sobre Boxeo, o ésta Buscadores de Marfil, una película africana que tanto me gustan y por la que me decanté (además de que tengo un cuadro en mi habitación que se parece bastante al cartel de la película y ese parecido me convenció).

Me sonaba su director, Joseph Sargent, no porque sea famoso ni importante, si no porque había visto algo suyo recientemente, pero si que me parecía más notable el trío formado por nuestro protagonista Earl Jones, con John Lithgow e Isabella Rossellini, como para ser tan sumamente desconocida esta TV Movie, no teniendo apenas votos y consiguiendo solo una grabación bastante deteriorada, que fue lo peor de la película.

A Lithgow no le he visto mucho, aquí en el blog apenas en Un lugar de descanso, aunque siempre lo asocio a una película que me gusta mucho como es Máximo Riesgo con Stallone, donde interpreta un personaje totalmente diferente a éste, y que en mi opinión le pega más. Aunque he visto más películas suyas, tengo un recuerdo más vago de ellas y de su papel en las mismas.

Y a Rossellini menos todavía. Un ejemplo de esos más extraños, de hija (o hijo), nacida de dos estrellas del cine, su padre Roberto Rossellini y su madre Ingrid Bergman. Habitualmente se suele ver a hijos siguiendo las carreras de sus padres, especialmente cuando es padre e hijo masculino, hay bastantes casos, pero es raro encontrar alguien medianamente importante cuyos dos progenitores fueron muy importantes en el cine. Además para ampliar su círculo de estrellas cinematográficas, estuvo casada con Martin Scorsese, cosa que desconocía.


Me esperaba una película bastante estándar sobre África, sin nada especial, con partes de la misma que me recordaran a otras películas que ya hubiera visto sobre el continente africano, y en general ha sido así, pero con un matiz importante.

Salvando un poco las distancias, la película se me asemeja a Gorilas en la Niebla, y podríamos haberla titulado como Elefantes en la hierba. Sin la mitad de impacto que la película protagonizada casi exclusivamente por Sigourney Weaver, que consiguió hacer mucho por la defensa del gorila de montaña y ayudar a proteger la especie y evitar su extinción, aquí hay hilo conductor bastante parecido cambiando de animal, añadiendo algo más de trama y más personajes, pero básicamente el mensaje que resuena de fondo, es una condena feroz al contrabando de marfil y la caza indiscriminada de este bello animal para arrebatarle esa parte de su cuerpo.

Un animal que en un mano a mano destrozaría a cualquier humano, a pesar de que no suelen ser tan agresivos como los leones o los hipopótamos, pero con mucha más fuerza que ellos, pero que en cambio resulta tan frágil ante la barbarie del ser humano y todos los mecanismos que ha creado para matar y destruir seres humanos y animales.

También recuerdo un episodio muy bonito de Macgyver, éste en concreto, con un jovencísimo Cuba Gooding Jr. y curiosamente con el cuarto actor en discordia en esta película, Tony Todd, conexión que desconocía, en el que hacía un alegato con otro animal de la sabana africana, el rinoceronte negro, seguramente más castigado todavía que el elefante, y que son películas altamente sensibles y que atacan la conciencia del ser humano para que evite y reflexione sobre algunos de sus comportamientos, pero evidentemente donde esté el dinero de por medio a la gente se le nubla la mente.


Historia interesante aunque no sea muy innovadora, con nuestro protagonista recientemente fallecido, James Earl Jones, en un papel bastante característico suyo, sobrio, sereno, seguro y transmitiendo una gran madera de actor que no es tan fácil de encontrar ya.









Valoración:                            6/10












02 septiembre 2024

Cinco días, un verano (1982)

 






Si uno se pone a excarvar a fondo se puede encontrar con un montón de películas desconocidas, de manera aparentemente sorprendente, y que si no fueron populares en su día, difícilmente se van a convertir ahora muchos años después en motivo de visionado. Ésta podría ser un buen ejemplo de ello. 

Y es que uno en principio mira la ficha y se encuentra con el prestigioso productor y director Fred Zinnemann (nacido en el antiguo imperio austro-húngaro), ganador del Óscar al mejor director en dos ocasiones, por De aquí a la eternidad (1954) y Un hombre para la eternidad (1967), curiosamente traducidas al español con títulos muy similares, y nominado hasta en otras cuatro ocasiones, por Sólo ante el peligro (1953), Historia de una monja (1960), Tres vidas errantes (1961) y Julia (1978). Ya solo por él extraña la poca difusión de esta película.

De hecho ésta fue su última película como director, en un período que después de 1960 fue bastante discreto por su parte, con tan sólo cinco películas bastante espaciadas, en 1964, 1966, 1973, 1977 y finalmente ésta en 1982.


Pero si que a Zinnemann le añadimos la gran estrella de Sean Connery (posiblemente en esa época un poco venido a menos, aunque luego resurgió con fuerza, especialmente con Los Intocables de Eliot Ness o Indiana Jones en busca del Arca perdida), tendríamos un dúo más que recomendable, apriorísticamente, como para estar ante un película cuanto menos interesante.

Una vez que Connery dejó de interpretar al agente británico James Bond, del que ha sido seguramente de los actores que lo ha encarnado el que más veces lo ha interpretado y al que más asocia todo el mundo con James Bond, estuvo una década algo más discreto, y su imagen adoptó habitualmente un fino bigote.

Curiosamente en la última película había visto a Pierce Brosnan y sin darme cuenta ahora a Sean Connery, ambos intérpretes de Bond.

Ya me ha picado la curiosidad y he ido a consultar la hemeroteca.

Sean Connery y Roger Moore interpretaron al agente en 7 ocasiones cada uno, a continuación Daniel Craig, con 5, Pierce Brosnan con 4, Timothy Dalton 2 veces y David Niven y George Lazenby una vez cada uno.

Además, chequeando la filmografía, la siguiente película a ésta en la carrera de Connery fue Nunca digas nunca jamás, su última encarnación en el agente 007, 21 años después de la primera vez.


Creo que el notorio envejecimiento prematuro de Connery seguramente hizo que se buscara una alternativa en cuanto a intérprete de Bond, y aunque Roger Moore era mayor que él, su apariencia le daba un carácter más apropiado para ese personaje.

Bueno, que me voy por las ramas y James Bond está ocupando mucho tiempo, pero ya que sin quererlo he visto dos películas seguidas de actores que interpretaron a 007, quizás la siguiente tenga que ser una de Roger Moore.

Fred Zinnemann quería una actriz desconocida para interpretar el papel de Kate, así que con ellos dos quedó cubierto el estrellato de la película.

No tenía ni idea de lo que me iba a encontrar, una película veraniega con Sean Connery, no tenía pinta por mucho que el título hiciera referencia a ello, y efectivamente, fue otro tipo de verano, como habitualmente se suele decir "¿Qué prefieres, playa o montaña?", así que después de varias experiencias cinéfilas con la playa este verano, tocó una de montaña.


Y aunque a mi este tipo de películas de alpinismo en Los Alpes (o en cualquier otra cordillera también), me encantan, no parece ser que en aquella época llamara mucho la atención.

Dejo una lista de películas del género para los que les gusten




Y es que me veo reflejado en unas declaraciones que hizo en la época el director: "Me encantaba la sensación que uno tenía en aquellos viejos tiempos de ir a un lugar que estaba absolutamente tranquilo, el silencio, la sensación de majestuosidad, el misterio".

Cuando estuve por Los Alpes franceses me sentí así, con todas palabras que dijo Zinnemann en mi mente, especialmente majestuosidad. A los suizos no pude ir, pero además del Mont Blanc, la montaña más icónica de Los Alpes es el pico Cervino, o Matterhorn, con su pecualiar forma casi simétrica. Según sus propias palabras, la idea de felicidad del productor y director Fred Zinnemann era "sentarse en la cima del Cervino y preguntarse cómo bajar".

La película fue un fracaso comercial y crítico en taquilla. El productor y director Fred Zinnemann dijo: "No digo que fuera una buena película, pero hubo un cierto grado de crueldad en las críticas. El placer que algunas personas sintieron al criticar la película realmente dolió".


El rodaje debió ser complicado por las condiciones climáticas de los lugares de rodaje, la temática propia y los imprevistos que pudieran surgir.

Así se pueden encontrar notas o reseñas de la producción como:

- Antes de la fotografía principal, el elenco y el equipo entrenaron durante varias semanas para familiarizarse con las condiciones climáticas, el equipo de montañismo temprano y las técnicas de escalada de la década de 1930

- Un trozo de hielo que cayó destrozó una revista de películas y arruinó todo un día de tomas, que tuvieron que repetirse.

- El New York Times del 7 de noviembre de 1982 indicó que el viento intermitente de polvo procedente del Sahara tiñó inesperadamente de color naranja las montañas, deteniendo la producción hasta que hubo una nueva nevada (y eso que parecía que la tan famosa calima que nos tortura con tanta frecuencia últimamente era algo del siglo XXI).

- Una edición de finales de julio de 1981 del periódico "The Swiss Observer" informó que el equipo de producción había encontrado en el hielo de los Alpes suizos el cuerpo preservado de un hombre congelado que había estado desaparecido durante aproximadamente treinta y un años. 

- Se pasaron varias semanas antes del rodaje principal explorando localizaciones en un reconocimiento de exteriores donde se descubrieron muchos sitios montañosos exóticos que no habían sido alterados por la humanidad o por lo que el productor y director Fred Zinnemann llamó "la prisa y la presión" de la escalada moderna. 

- El productor ejecutivo Peter Beale y el productor y director Fred Zinnemann reclutaron a pastores alpinos de los Alpes suizos, que estaban acostumbrados al clima y las condiciones paisajísticas de los picos de las montañas extremadamente frías, para ayudar con la producción de esta película, que incluyó la preparación diaria de las ubicaciones del set antes del amanecer y la llegada de Zinnemann a las 7 de la mañana.

- Los problemas que plagaron la producción, según las notas de la carátula de un video casero para esta película, incluyeron tormentas eléctricas, deshielos repentinos, evacuaciones en helicóptero, enfermedades, lesiones y temperaturas extremas de frío y calor a gran altitud. El texto de la carátula añadía que la producción se enfrentó a todos los peligros de frente. 

-  La revista People informó en su edición del 22 de noviembre de 1982: "Para hacer esta película, ambientada en lo alto de los Alpes suizos cerca de St. Moritz, el director Fred Zinnemann filmó en cuevas y grietas, durante avalanchas, en glaciares y paredes de roca escarpadas, con temperaturas entumecedoras a altitudes impresionantes y desde helicópteros que volaban".


Demasiada odisea o demasiadas desventuras, para una película en la que la aventura y la escalada pierden algo de protagonismo y se ven disputadas e invadidas por un drama entre la felicidad y la infelicidad, que puede haber en una pareja, o simplemente como a cada esquina de la calle te puedes encontrar una situación diferente, o como puedes encontrar la desgracia haciendo algo que realmente te gusta.

Realmente el director hace reflexionar con ello a través de la historia que muestra en la pantalla, no solo para aquellas personas que estén en pareja, si no también a cualquier persona sea cual sea su situación, y como hay que intentar ser felices, pero también ayudar a los demás a serlo o no serlo a costa de la infelicidad de otras personas.


La historia ocurre en un período de tiempo de tan solo unos días, parete del título "Cinco días", lo cual me lleva a pensar ahora que el verano empieza a converger hacia su ocaso, no porque no haga buen tiempo todavía, si no porque el ritmo de vida marca que en el mayor de los casos es el comienzo de un nuevo curso, nueva temporada o vuelta al trabajo, que tan solo cinco días pueden hacer de un verano inolvidable, desde el lado positivo, o que ha pasado un verano más y apenas te puedes quedar con cinco momentos del mismo, en el lado negativo.









Valoración:                        6/10