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01 abril 2025

La esfinge de cristal (1967)

 






Ha sido un fin de semana bastante luctuoso en lo que al ámbito cinematográfico se refiere. Primero fallecía Richard Norton, un actor australiano especializado en películas de artes marciales, que trabajó en varias ocasiones con Chuck Norris (incluidos varios episodios de Walker Texas Ranger). También fallecía, uno de los grandes que quedaba vivos, como Richard Chamberlain, al que hace poco le rendí un pequeño homenaje viendo una de sus películas. Y a nivel nacional, un posiblemente desconocido para la gran mayoría, como Ángel del Pozo, que es por quien he visto esta película.

Con una carrera relativamente efímera, 17 años desde 1960 hasta 1977 (sobre todo si lo comparamos con su logeva vida), pero prolífica, ya que tiene 73 títulos de crédito, teniendo algunos años hasta seis.

Quizás donde más destacó fue en el Spaghetti Western, pero no fue el único género, y compartió escena con actores tan importantes como Orson Welles, Yul Brynner, Christopher Lee o Lee Van Cleef, además de Robert Taylor como en esta película y Pampa Salvaje (1965).

Uno de los grandes actores de la época dorada de Hollywood, principalmente con personajes arrogantes y soberbios, en ese sentido se me parece mucho a Clark Gable (de hecho eran muy buenos amigos y Taylor fue uno de los portadores del féretro de Gable en su entierro), pero con unas innegables dotes para la interpretación.

Fue el primer actor estadounidense en protagonizar una película hecha en Inglaterra, Un yanqui en Oxford (1938).

Aunque no tuvo ninguna nominación al Oscar, aparece en tres películas nominadas al Oscar a la Mejor Película: La melodía de Broadway 1936 (1935), Quo Vadis (1951) e Ivanhoe (1952).

Su papel en Quo Vadis es sobresaliente y del resto de películas suyas, aunque no me gusten habitualmente sus personajes, me parece que también ofrece interpretaciones notables, como en Ivanhoe o Desafío en la ciudad muerta, que son mis favoritas suyas junto con Quo Vadis.

A él la que más le gustaba de sus películas era El puente de Waterloo (1940), y la segunda que más le gustaba Margarita Gautier, donde compartió protagonismo con Greta Garbo. Aquí también compartió escena con otra actriz sueca, Anita Ekberg, que sin llegar a la cantidad de actrices italianas que despuntaron en los años 50 y 60 del siglo XXI, también tuvieron su protagonismo, de la mano de Greta Garbo e Ingrid Bergman, que abrieron el camino a otras como Ekberg, Britt Ekland o Ann-Margret.

Ekberg se afincó en Italia, donde rodó gran parte de sus películas, entre ellas La Dolce Vita (1960), y donde falleció en 2015.


Durante la película se dice la frase, "brindaremos con el filtro de la juventud", a lo que el personaje de Anita Ekberg le dice al de Robert Taylor, no te hace falta, estoy segura. Taylor murió poco después de cáncer de pulmón, uno de los muchos actores clásicos que fallecieron antes o en torno a los 60 años por problemas de salud en muchos casos derivados del tabaco.

En el caso de Taylor, comenzó a fumar en su adolescencia temprana y, cuando era adulto, solía fumar entre tres y cinco paquetes de cigarrillos al día.

No se cuanto influiría el tabaco en sus muertes, pero en un breve espacio de tiempo se fueron estas estrellas demasiado pronto.

En 1958 Tyrone Power con 44
En 1959 Errol Flynn con 50
En 1960 Clark Gable con 59
En 1961 Gary Cooper con 60 


Lo cual me lleva a preguntarme si los guiones exigían que los personajes fumaran o eran peticiones explícitas de los propios actores. En esta película se ve a todos los personajes principales fumando, menos el que interpreta Ángel del Pozo.

No sé si Robert Taylor estaría ya enfermo, oficialmente le diagnosticaron la enfermedad en 1968, pero no se le nota la chispa y la energía que tenía en sus mejores películas.


Siempre me gusta cambiar de escenarios y viajar a través del cine. Además de la naturaleza, me gusta visitar otros países y cualquier película que me ofrece un viaje virtual siempre es bienvenida.

Hace años estuve a punto de ir a Egipto, justo ahora, en época de Semana Santa, pero finalmente por motivos laborales no pude y me dio mucha pena, ya que no podré ir. Así que esta visita por Egipto siempre es agradable y a la vez nostálgica, por aquel episodio fallido. 

De todas maneras no me habría encontrado las zonas del país que nos muestra la película igual que se ven en ella. En aquella época sin tanta superpoblación, sin turismo de masas, sería más fácil filmar en ciertos sitios turísticos y transmite la sensación de otro mundo completamente diferente.

Así que parecía un menú interesante, esta coproducción Hispano-Italiana, con los dos protagonistas de Estados Unidos y Suecia respectivamente y rodada en Egipto.

Durante la película me vinieron a la cabeza dos películas con cierto parecido, primero la gran Arenas de Muerte, con John Wayne y Sofía Loren, una de mis películas favoritas y de otro género, Zapatones (curiosamente de Bud Spencer al que nombraba en mi última película), cuyo título original es Piedone d'Egitto, y que se me parece en varias de las localizaciones de rodaje.

Una película de aventuras sobre arqueología, que siempre es un binomio atrayente para mi. La arqueología suele retratarte principalmente en selvas densas y frondosas o en desiertos como en esta ocasión, bueno, realmente la parte de desiertos la podríamos circunscribir a Egipto y todo el valle del Nilo, donde seguramente se sitúen los mayores yacimientos arqueológicos del mundo.

Es una película de contrastes. Con una primera parte tirando a mediocre, en la que no pasa mucho y no se avanza o se centra en el propósito de la película, luego comienzan a producirse giros en el guión y en el comportamiento de los personajes, además de que la arqueología se pone en el centro de la película, aderezado todo por una mejor localización para la trama, dejando solo en mejorable las escenas de acción, con muy mala destreza de algunos protagonistas en el manejo de las armas, y con la siempre curiosa estadística del conteo de cadáveres entre los protagonistas y los villanos.

Creo que aunque la primera parte pueda resultar un tanto decepcionante y plantearle a uno dejar de verla, la segunda mitad de la película la mejora mucho y merece la pena finalmente los poco más de 90 minutos.








Valoración:                                 6/10













23 febrero 2025

El último vuelo del arca de Noé (1980)

 







Aunque todos conocemos a Walt Disney, que creó la compañía que lleva su nombre, a raíz del lanzamiento de carismáticos y entrañables personajes de animación, muchos no sabrán que Walt Disney también produjo bastantes películas no de animación (ésta en concreto es la número 107 en su historial), que principalmente solían realizarse para todos los públicos, incluyendo niños, y que por tanto no solían contar con violencia o lenguaje inapropiado y solían tener un final feliz.

Esta película de 1980, junto con Herbie, torero del mismo año, fueron los últimos largometrajes cinematográficos como productor completo para Ron Miller, el yerno de Walt Disney, quien luego se convirtió únicamente en productor ejecutivo.

Así que me puse a ver con entusiasmo esta película, a la que le encontré aliciente en el argumento y en los actores que incluía el reparto, pero que poco a poco ese entusiasmo se me fue apagando y la película me dejó un tanto indiferente.

Y es que, aunque no tengo mascotas en casa y no creo que me gustase, si que tengo mucho aprecio por los animales (si son de peluche en especial), y además cada vez es más creciente, mientras me sucede lo contrario con los seres humanos, que en muchos casos están eliminando de la faz de la tierra algunas especies, así que esta alegoría del pasaje biblíco de El Arca de Noé me parecía un buen momento de reflexión y paz para reconciliarme un poco con el planeta y sus animales que Dios puso en él.


Y dentro del reparto casi todos me parecían actores de mi agrado, habitualmente poco protagonistas, y que hacía algún tiempo a los que no veía.

El más familiar y más atractivo para mi era Dana Elcar, el sempiterno Pete Thornton, jefe de MacGyver en la mítica serie de los 80, pero que era mucho más que eso, y que previamente había trabajado en bastantes largometrajes, especialmente en El Golpe. Pero su personaje apenas aparece al principio de la película y luego desaparece, lo cual me restultó un ligero desencanto.

El protagonista es un Elliot Gould, al que a veces confundía con Harold Ramis, y que posiblemente hubiera podido también encajar en Los Cazafantasmas. Casado en su momento con Barbara Streisand, curiosamente las películas que le he visto, sus personajes eran bastantes parecidos, mitad cómico mitad dramático, muy bien interpretados, pero por lo que sea esos personajes y las películas en las que aparecían no acaban de encajar con mis gustos, estas películas que se quedan a medio camino entre comedia y drama. Creo realmente que Gould no encaja nada en el papel que interpreta en esta película.

En la parte infantil, que como digo es habitual en estas producciones de Disney, emerge un muy infantil todavía Ricky Schroder, en su segunda película ya. Con atractivo para la cámara ya, y muy hablador, se llegó a codear con las estrellas juveniles de finales de los 80 (aunque un poco más joven que ellos), y compartir protagonismo nada más y nada menos que con Brad Pitt en Triunfo Amargo, pero ese pico de popularidad se disolvió cual azucarillo y no pudo entrar en el selecto club de los Cruise, Pitt, Depp o Reeves.

El último miembro del reparto que quería destacar es el del actor estadounidense de ascendencia japonesa John Fujioka.

Su infancia tiene un ligero paralelismo con esta película, ya que nació en la isla de Hawai, la cual se menciona en esta película, cuya mayor parte de la trama transcurre también en una isla. 

Nacido en el seno de una familia japonesa-estadounidense, en 1944 se ofreció como voluntario a pesar de ser homosexual e hizo su servicio militar como traductor del japonés en la PACMIRS (Sección de Investigación de Inteligencia Militar del Pacífico) de la Oficina de Servicios Estratégicos en Estados Unidos y luego en Japón en Sendai, Morioka y Tokio después del final de la guerra. Nunca fue enviado a la Frente del Pacífico pero recibió todas las condecoraciones y medallas de los combatientes. Durante su servicio militar no le gustaban los bares por lo que comenzó a ir al cine y a ver representaciones teatrales.

Y le he mencionado el último, porque a esta película le veo conexiones con otra en la que aparece, en la que en este caso un barco arriba a una isla en la que también está él, y está ataviado y emplazado en un lugar muy parecido a éste. Me refiero a una de las películas que más me gusta de Bud Spencer y Terence Hill, y que más veces he visto, Quien tiene un amigo tiene un tesoro (1981). De hecho ésta es una año anterior a la de la famosa pareja italiana y no me cabe duda de que su personaje aquí sirvió de inspiración para el que hizo un año después en la película de Sergio Corbucci.

Por cierto, unos Bud Spencer y Terence Hill que también tienen otra película con conexiones con ésta, Dos misioneros (1974), ya que aquí el personaje protagonista femenino es una misionera.


Hay un último nombre, no en el reparto pero si en los títulos de crédito, que resulta ilusionante y curioso cuando aparece (por cierto unos títulos de crédito que creo que salen en torno al minuto 17 de la película, en un caso bastante inusual), como es el del compositor Maurice Jarre, uno de los grandes de la composición en el cine. El francés natural de Lyon, fue nominado hasta en nueve ocasiones al Óscar, ganándolo tres veces, por sus célebres trabajos en Lawrence de Arabia (1963) y Doctor Zhivago (1966), y el menos conocido y aclamado de Pasaje a La India (1985).


Una película con buenos ingredientes (doblaje incluído, bastante bueno en todos los personajes masculinos adultos) para hacer una gran receta, y que puede que le guste a mucha gente, sobre todo a los que la vean en una situación familiar con niños pequeños, amantes de los animales o admiradores de películas como la que he comentado de Bud Spencer y Terence Hill, o porqué no también a los que les gusten películas tipo Robinson Crusoe o Naúfrago, con las que tiene algunas cosas en común ... pero como digo, a mi el plato resultante final me decepcionó un poco, no sé si porque faltó sal entre esos ingredientes o porque es una película de esas que he comentado otras veces que hay que verla en una edad de tu vida determinada para que te guste.

Aunque por otro lado me gustó el recuerdo a un bonito pero dramático episodio biblíco como el del Diluvio Universal y el Arca de Noé, y como en la película se insta a creer en Dios, a darle gracias por las cosas que tenemos, a querer a las personas, no utilizar la violencia y como la fé puede mover montañas y aunque muchos no se den cuenta, la presencia de Dios y los pequeños milagros están más presentes de lo que creemos.









Valoración:                            5/10












22 enero 2025

La india en llamas (1959)

 





Proseguí con mi viaje por Asia, haciendo mi siguiente parada en La India, ese país que se ve fascinante desde fuera pero que igual sobre el terreno no lo es tanto.

Dentro de Asia, La India sea posiblemente junto con Japón, el país donde más películas se han ambientado. Las de La India principalmente con dos hilos argumentales, aventuras variadas o películas coloniales británicas.

Y que mejor que recorrer La India en tren, lo cual me retrotrae a dos eventos que también lo hacen. Los documentales, de los que tanto me gusta disfrutar y degustar, y que en alguna ocasión he visto alguno cruzando La India en tren, y mi admirada serie de dibujos animados de la infancia, La Vuelta al Mundo de Willy Fog, donde sus personajes también recorrían el país asiático en tren, dentro también de la época colonial británica.

Pero para hacer el recorrido en tren que nos propone la película no hace falta viajar hasta La India, ya que, como en la anterior película, el director J. Lee Thompson también eligió España para el rodaje de esta película.

Y es algo que me ha sorprendido, porque si que estoy familiarizado con que muchos Spaghetti Westerns se vinieran a rodar a Almería y alguna que otra superproducción también lo hiciera en la Sierra del Guadarrama, pero desconocía estas dos películas, que además están ambientadas en Asia, cuando realmente España y Asia no tienen mucho parecido orográfico.


Así que los habitantes de la comarca de Guadix pudieron disfrutar del rodaje de esta película e incluso participar como extras en la misma. 

La famosa secuencia del viaducto de la película se rodó en el Puente Anchurón, situado en Fonelas, Granada.
El antiguo ferrocarril que se ve en la película está abandonado y ya no se utiliza. Originalmente, el ferrocarril atravesaba la parte norte de Sierra Nevada, la cadena montañosa de la región de las provincias españolas de Granada y Almería.

Pero es un ferrocarril famoso en el cine, ya que se ha utilizado en algunas películas más como Sol rojo (1971), La leyenda de un valiente (1967) y Siete pistolas para los Mac Gregor (1966).

John Lee Thompson es un clásico del cine de aventuras, un director británico, que más allá del maestro Alfred Hitchcock, se instaló entre la élite de los directores de este género. Era un director extremadamente competente y confiable, reconocido y respetado por los productores por terminar sus películas a tiempo y dentro del presupuesto asignado.

Siempre lo asocio a películas en las que los protagonistas son Gregory Peck o Charles Bronson.

En total dirigió a Charles Bronson hasta en 9 películas y a Gregory Peck en 4, aunque quizás éstas más notables. Además también dirigió con asiduidad a Anthony Quayle, 5 veces, Herbert Lom, 5, Anthony Quinn, 3 y David Niven, 3.

Gregory Peck dijo una vez que sólo había cuatro directores en quienes podía confiar para que le dijeran si estaba fingiendo o no su actuación: Alfred Hitchcock, George Cukor, William Wyler y Thompson, lo que era darle el estatus más alto junto a tres grandes maestros del cine.

Fue el director elegido por Charles Bronson para algunas de sus películas. A Bronson le gustaba su método de filmación rápido y sin florituras.

El Oro de McKenna (1969) y Los Cañones de Navarone (1961) son dos de mis películas favoritas.


De esos actores habituales, el único que trabaja en esta película es el checo Herbert Lom. Supongo que el actor más importante de este país, sumido en el comunismo cuando la industria cinematográfica despegaba, y que una vez se estableció principalmente en Hollywood, desde un país como Checoslovaquia o posteriormente la República Checa o Eslovaquia, era difícil trascender del cine nacional y llegar a la meca del cine.

Lom está aquí fantástico, como en alguna otra película que le he visto, complementando un tanto anónimo reparto (y más para lo que suelen ser las películas de Thompson), encabezado por Lauren Bacall, que aunque sea un nombre importante en el mundo del cine, lo es más por ser la mujer de Humprey Bogart. 

Bogart le sacaba 25 años, y además murió relativamente joven, con lo que Bacall quedó viuda a la edad de 32 años (se dice que poco después anunció su compromiso con Frank Sinatra, pero finalmente no se rubricó. Posteriormente se casó con Jason Robards). 

Bogart había fallecido recientemente durante esta película y digamos que marca la última película de Bacall de su época de esplendor, ya que después de ella se casó y tuvo a su tercer hijo y su carrera adquirió un carácter mucho más discontinuo, sin grandes películas ni papeles e intercalando trabajo en cine con trabajo en televisión.

Si soléis consultar la web IMDb, fijaros que tiene el segundo ID de nombre más bajo (https://www.imdb.com/name/nm0000002/bio/?ref_=nm_ov_bio_sm), justo después de Fred Astaire y justo antes de Brigitte Bardot.


DVD Talk dijo de esta película que "... tiene mucho en común con La diligencia (1939) de John Ford en el sentido de que es esencialmente una historia de una mezcla heterogénea de anglosajones confinados en un vagón de tren, corriendo a través de una llanura india tratando de evadir a salvajes sedientos de sangre. Puede ser una reelaboración descarada de La diligencia (1939), ya que la historia original fue coescrita por el hijo de John Ford (I), Patrick Ford, y el esposo de Maureen O'Hara, Will Price . El guión final fue adaptado de un guión del guionista Frank S. Nugent, el escritor de 11 películas de Ford".

Una película bastante subestimada e ignorada, con muy buenos argumentos para sentarse a verla, a pesar de sus más de dos horas (aunque hay una versión más corta, de hecho la que yo vi tuvo muchos momentos sin doblaje), como la notable dirección, el argumento singular o la pintoresca fotografía, más allá de la actuación de todos los pasajeros del tren es notable, a pesar del semi anonimato de algunos de los actores.

¡Pasajeros al tren!










Valoración:                          7/10












17 enero 2025

Orgullo de estirpe (1971)

 





Recuerdo que hará unos 20 años, cuando ya trabajaba y podía permitirme caprichos, y empezaba a interesarme por esto del cine, compré una serie de películas en DVD, unas 20 o así y las compartí en la primera página de cine que me registré.

Cuando compartí ésta, recuerdo que uno de los administradores de la web dijo "que poca aceptación ha tenido para ser un Frankenheimer", y yo le añadí, si, con dos grandes actores además. Y todavía a día de hoy, basándome en los escasos votos que tiene en IMDb parece ser una película muy desconocida.

El caso es que habían pasado casi esos 20 años y no la había visto (como tantas muchas, lástima que no pueda ver en vida todas las películas que me gustaría), y me pareció que tenía una importante conexión con la anterior que había visto como para concatenarla.


Y es que hay muchísimas películas ambientadas en África, también en Asia, pero más centradas sobre todo en La India en mayor medida y luego en China o Japón, pero películas centradas en Afganistán es difícil de encontrar. Evidentemente la única que se me viene a la cabeza es Rambo III, donde además, como en ésta, se muestra el allí habitual deporte del Buzkashi.

Así que después de estar en Troya, actual Turquía, en mi última película puse rumbo un poco más al este y realicé esta parada en Afganistán, además con un caballo también con un rol bastante protagonista.

Sin ser uno de los directores punteros, John Frankenheimer si que tiene títulos importantes como El hombre de Alcatraz (1962), El mensajero del miedo (1962) o Grand Prix (1966).

Aquí se vino a rodar a España esta película, se nota rápidamente en los primeros parajes que eso parece el sistema central de Madrid, al igual que luego también es fácilmente reconocible el Desierto de Tabernas en Almería. Recientemente había visto también suya, Una estación ardiente. Aunque también hay pasajes que parecen claramente afganos, con la Cordillera del Pamir.

Contó con la colaboración del famoso novelista y guionista Dalton Trumbo que llegó a ganar dos premios Óscar, y que aquí adaptó la novela The Horsemen. Aunque Frankenheimer trabajó mucho en la película, más de dos años, finalmente vio como le recortaron su obra que se iba a casi las tres horas de duración.


Evidentemente actores afganos conocidos no hay, y a quien más le pegaba el papel protagonista era sin duda al egipcio Omar Sharif, sin duda el máximo exponente del cine egipcio, un país que con tanta población tiene escasos personajes famosos. A Sharif, haciendo una analogía, lo comparo con su compatriota Mohamed Salah, una superestrella del fútbol, y casi el único futbolista importante a nivel internacional.

Sahrif quizás no fue una superestrella, pero su filmografía está salpicada por algunas películas sobresalientes, especialmente Lawrence de Arabia (1962), por la que recibió su única nominación al Óscar, como actor de reparto y Doctor Zhivago (1965). Pero hay más, para mi especialmente quizás su única incursión en el western en El oro de Mackenna (1969), una de mis películas favoritas de siempre y de las que más veces haya visto, Gengis Khan (1965), El último valle (1971) o interpretando al célebre Capitán Nemo en La isla misteriosa (1973).

Seguramente no sea el mejor papel de Sharif, encorsetado por las limitaciones de su personaje, que lo hacen sombrío y previsible.

A su lado, haciendo de padre aunque solo se llevaran 13 años en realidad, un Jack Palance en un papel menos habitual en él. Siempre he dicho que me parece uno de los mejores malos de la historia del cine, en Barrabás por ejemplo me parece sobresaliente, pero que aquí se transforma en un sosegado y comprensivo padre que deja el papel de más expresividad y actividad a su hijo.

El papel de Palance estuvo a punto de ir a parar a Anthony Quinn, que lo habría hecho tan bien o mejor que el propio Palance, y que luego tuvo un papel en otra película con cierto parecido como Caravanas, que me gustó tanto o más que ésta.

No sé si a Leigh Taylor-Young la había visto en alguna ocasión (quizás en Admiradora Secreta), pero con su aparición aquí me ha parecido una de las actrices más guapas que he visto. No obstante estuvo casada con Ryan O'Neal, que fue durante tiempo considerado uno de los hombres más atractivos.

Lo que en este caso no acompaña tanto a estos buenos actores son sus voces de doblaje, por lo menos en esta versión que yo tenía, que se dobló en 1988, ya que como muestra El doblaje, oficialmente hay un doblaje de cines cuando se estrenó, en el que interviene entre otros el mítico Constantino Romero.


Acompañan y compensan ese doblaje alternativo, una fotografía interesante, sacando provecho tanto a las localizaciones afganas como a las españolas, mezclando tomas terrestres con aéreas (se definía a Frankenheimer como un innovador en los ángulos de rodaje), y mostrando lugares rurales y áridos de paz y majestuosidad, culminados con algún atardecer muy pintoresco. Y además una banda sonora ligera y discreta, que no interrumpe ni perturba el desarrollo de la película pero que envuelve muy bien a la película en las fases que suena.

Frankenheimer nos ofrece el viaje de un afgano, lleno de adversidades, a través de la accidentada orografía de sus país y también a través de sus características, orgullo, vanidad, soberbia, tenacidad, soledad, fracaso, autodestrucción, código de honor ... las cuales podemos evaluar a lo largo de la película y sacar conclusiones de las mismas.

Un viaje también a la belleza y la tradición de un país montañoso y sin salida al mar, aislado y dejado al margen de la corriente principal de la civilización.

Quizás el mensaje que más resuene al final sea las implicaciones y las consecuencias de querer ganar a toda costa, y el orgullo de no querer reconocer que uno se puede equivocar.









Valoración:                            7/10












22 diciembre 2024

Ángeles sin cielo (1993)

 





Habitualmente suelo tener la costumbre de ver una película por el día de mi cumpleaños, ya que tampoco hay mucho que celebrar y además en esta ocasión además de mis problemas de salud estaba con un resfriado importante.

En otros años solía ver una película de un actor o director que hubiera nacido mi mismo día, pero entre que no abundan los intersantes en dicho día o incluso ya había repetido alguno decidí cambiar la fórmula por una película en cuyo título llevara mi nombre, y es que con Ángel o Ángeles tengo unas cuantas.

Eso sí, tenía bastantes de acción y quería que mi nombre resaltara con otro tipo de película, que fuera la acepción más cercana o parecida a un Ángel del cielo (también por la proximidad de la Navidad y la figura obligatoria del Ángel que anunció el nacimiento de nuestro señor Jesús), y ésta me llamó la atención y consideré que era la idónea.


Y además nada más empezar la película me encontré con una temática que hacía mucho no me encontraba, como son los mendigos o vagabundos, unas personas especialmente olvidadas en estos días de Navidad, en la que todo el mundo debería estar acompañado y estar cerca de su familia, y quizás ellos queden en el más absoluto olvido.

También me tocó la fibra y me vi representado en como muestra a una persona enferma que queda totalmente desamparada después de la enfermedad, y como estos mendigos/enfermos llevan su tragedia con optimismo y fe en una vida mejor, dando una clara enseñanza a gente que se viene abajo por cosas mucho menores o insignificantes.

Por no hablar de sus humildes sueños y aspiraciones, el conseguir un techo bajo el que poder dormir y no tener que hacerlo en circunstancias inaceptables para cualquier ser humano, mientras otros sueñan con grandes mansiones, vehículos de lujo o multiples viajes paradisíacos, todo consumismo, frente a una inocente humildad.

Estas personas con un caparazón duro por la experiencias al límite que pasan día tras día pero frágil a su vez por lo cerca que están del abismo, no tienen porque ser personas sin educación o que hayan cometido muchos errores que les hayan llevado a esa situación, si no que un simple golpe de mala suerte te puede llevar a ello, mientras la gente miramos para otro lado al pasar a su lado o andamos más deprisa para esquivar su presencia. Y además seguramente tienen un concepto de la lealtad muy diferente y mucho más fuerte que la mayoría de las personas normales, tú me cuidas y yo te cuido, mientras las personas normales no queremos oir hablar de tener que cuidar a nadie y solo estamos para las cosas buenas.

Incluso cuando dejan este mundo la vida es cruel con ellos. Seguramente, como nos muestra la película, muchos estén enterrados en una fosa común o incinerados anónimamente. E incluso como nos muestra la película, las fotos que quedaron como su único recuerdo desaparecen, sin dejar rastro de la individualidad de ese ser humano, su huella, que seguramente algo de bueno tendría, o a lo mejor simplemente no tuvo nada de malo y eso ya es mucho más que otros que no han tenido esa vida.


Los encargados por el director de llevar a cabo esta película denuncia, que trata de ofrecer una mirada a los desfavorecidos, fueron Danny Glover y Matt Dillon.
Son dos actores que nunca me habían apasionado, pero tengo claro que esa impresión era en base a ver películas suyas que no me cautivaron o personajes con los que no contraje ninguna empatía, y que por tanto trasladé a los actores reales.

Tanto Dillon como Glover para prepararse para esta interpretación decidieron experimentar la realidad de los mismos previamente para obtener una representación lo más real posible.
Matt Dillon estudió la esquizofrenia durante dos meses para meterse en el personaje y Danny Glover se hizo pasar por una persona sin hogar de incógnito para tener una idea de las luchas y dificultades que padecen las personas sin hogar.

Matt Dillon y Danny Glover ofrecen actuaciones sutiles pero lo suficientemente poderosas como para hacerte olvidar que son actores y creerte todo el tiempo que son vagabundos. No siempre la película más taquillera de un actor tiene porque ser su mejor interpretación, y para mi hasta la fecha esta es la mejor actuación de ambos que he visto, con sobresaliente para Glover y rozándolo Dillon.

Dos buenos secundarios como Ving Rhames y Joe Seneca, acompañan y realzan a los dos protagonistas.

Nunca he estado en Nueva York y no sé cuanto de real tienen estas localizaciones (Distrito Apache, el Bronx, fue la que mejor plasmó esta realidad de Nueva York), o por lo menos en la actualidad, que nos muestran barrios totalmente marginales, peligrosos, desatendidos que parece difícil que puedan existir en la ciudad de los negocios por excelencia, pero que dotan de un valor extraordinario a una película como ésta.
No obstante, igual los alcaldes de estas ciudades se equivocan en perseguir a unos mendigos con unos sueños totalmente inofensivos y que solo luchan por sobrevivir un día más y ver un nuevo amanecer.


Pero claro, todo esto es lo que nos muestra la película, pero cuanto de real tiene, o cuanto se parecen los vagabundos de hoy en día a los que nos quiere mostrar la película, o que porcentaje de los vagabundos tienen este perfil tan tierno, desprotegido e injustamente tratado por la sociedad.

No obstante piensa que casi es más fácil que seas vagabundo que millonario.

Sea como fuere, Ángeles sin Cielo es la historia de unas personas que ni son Ángeles ni irán al cielo pero que podrían dar una gran lección a otros que se creen Ángeles o se piensan que tienen el cielo ganado.

Ojalá Dios acoja a estas personas en su gloria y les compense la desgraciada y triste vida terrenal que han tenido.










Valoración:                            8/10













17 diciembre 2024

Artic Blue (1993)

 






Ya hace unos años vi un fragmento de esta película, sin verla empezar ni terminar, y me quedé con las ganas de verla completa, y hasta ahora no me había puesto con ella. Bien es cierto también, que la parte que vi resultó ser la más interesante y al final no se cumplieron del todo las expectativas que tenía con esta película.

Igual que en verano veo muchas películas con ese ambiente y ese espíritu veraniego y vacacional, en invierno no suelo tener la misma capacidad de ingenio y ponerme a ver unas cuantas de corte invernal, aunque hay que reconocer que el repertorio veraniego es mucho mayor que el de esta época del año, evidentemente entiendo que los costes de producción y las adversidades e incomodidades para rodar en el frío o la nieve son mucho mayores que en época de buen tiempo, donde además puedes elegir cualquier tipo de emplazamiento.

Y no es porque la nieve no me guste, ojalá pudiera ver nevar más o salir a pisarla, pero el hecho de vivir en una gran ciudad, donde es casi imposible verla, te hace tenerla menos presente mentalmente y a la hora de la verdad no caigo a la hora de elegir una película.

Hablando de pensamiento mental recurrente, seguro que a gente que viva en un entorno más invernal se le ocurriría con más frecuencia ver este tipo de películas, como cuando vi un pequeño reportaje meteorológico en la Península del Labrador, Canadá, un lugar que tiene muchos días de niebla al año (no sé si 200), y se les pidió a los niños de una escuela, en torno a 6 años, que hicieran un dibujo, y en la práctica totalidad de ellos estaba la niebla presente en el dibujo.

Esta película también se rodó en Canadá, pero en la otra costa, la oeste, en la Columbia Británica, lugar de muchos rodajes cinematográficos y en particular de estas películas con nieve, algunas de ellas intentando simular que están en Alaska.

Lo cual me lleva a conectarlo con películas que se ambientan allí, o que incluso tienen la palabra Alaska en el título

- Alaska, de Fraser C. Heston (1996)
- Alaska, tierra de oro (1960)
- Aventuras en Alaska (2002)
- En los mares de Alaska (1954)
- Los corruptores de Alaska (1955)
- Perdidos en Alaska (1996)


Y luego, posiblemente el título con el que más se sientan identificados muchos espectadores, sobre todo de mi generación o un poco mayores, como es la serie Doctor en Alaska, la cual yo apenas vi, pero que nunca he descartado verla ahora con el tiempo, ya que me gustan las películas ambientadas allí, y su canción era todo un reclamo para verla.

Aquí una lista de películas con un escenario parecido, que la persona que ha tenido a bien elaborar ha llamado



Y tenía grandes esperanzas depositada en esta película, porque tiene detalles que me recuerdan a cuatro películas ambientadas en un entorno frío y hostil similar que me gustaron mucho.


- A Máximo Riesgo por el entorno y los criminales
- A Viven por el accidente de avión en la nieve
- A Las Aventuras de Jeremías Johnson como película icónica de supervivencia en la nieve
- A En Tierra Peligrosa por el entorno y el mensaje o guiño medioambiental


Pero la película no acaba de cuajar, básicamente por un guión pobre y porque nadie secunda la siempre sólida actuación de Rutger Hauer, siendo la mayoría del elenco que le acompaña bastante anónimo, y no es de extrañar viendo sus interpretaciones aquí.


Hauer ha sido el mayor exponente del poco conocido internacionalmente Cine Holandés, junto al director Paul Verhoeven que tiene en su haber títulos como Robocop (1987), Desafío total (1990) e Instinto Básico (1992). De hecho colaboraron en varias ocasiones, pero rompieron su química y su contrato a raíz de un incidente en Los Señores del Acero (1985).

Cuando Hauer debutó en Estados Unidos, le aconsejaron que utilizara un nombre que sonara más inglés para atraer más al público estadounidense. Él se negó, pensando que su carrera en Estados Unidos sería de corta duración, pero el éxito de Blade Runner (1982), en la que él era uno de los protagonistas le llevó la contraria. Curiosamente Blade Runner estaba ambientada en 2019, año en que falleción Hauer.

En algunos sitos le llamaban el Paul Newman holandés (yo no le veo parecido ni en lo físico ni en el tipo de papeles que solían interpretar), a lo que él a veces contestaba "No sé qué tiene de atractivo. Veo que tengo ojos azules y no parezco el jorobado de Notre Dame, pero no entiendo el alboroto".

Se especializó bastante en papeles de villano o psicópata, o por lo menos son sus interpretaciones más recordadas, como por ejemplo en Autopista al infierno (1986), aunque él quería que no se le encasillara e intentaba buscar variedad de personajes.


Y es que las dos primeras partes de la película con la naturaleza como protagonista principal, aunque con algunos momentos poco creíbles que la van debilitando, son bastante decentes, tirando a notables incluso, pero la tercera parte se vuelve enrevesada, con agujeros por los que podría colarse toda la nieve del entorno y con situaciones que desconciertan, como si la película tuviera más metraje y se hubieran cortado escenas que las explicasen, y con cambios de amistades o de enemigos que resultan extraños y acaban por bajar la nota de la película.

Una vez más, una posibilidad de viajar virtualmente, a través de este portal de Alaska, en este caso a un territorio inhóspito y hostil, donde suele haber una ley diferente al resto de sitios, y donde la naturaleza suele ser la que imparte justicia.










Valoración:                             6/10













 

14 diciembre 2024

Más allá del amor (1979)

 





Una de las películas más habituales para ver en este mes de diciembre y la Navidad sin duda es Mary Poppins, y precisamente ayer su protagonista, Dick Van Dyke, cumplía 99 años, así que me parecía un buen motivo para rendirle homenaje. Me habría gustado dedicarle la entrada número 500 del blog, pero se me echó el tiempo encima y su cumpleaños fue antes de ello.

Fumador empedernido durante cincuenta años, fumaba hasta dos paquetes de cigarrillos al día. Finalmente logró dejarlo con chicles y parches. Afirmaba que dejar de fumar era mucho más difícil que dejar de beber. Es curioso como él ha llegado hasta los 99 años, por ahora, y otros con la misma adicción, como el recientemente comentado George Peppard no logró pasar de los 65. Pero su madre falleció con 95 años, así que debe ser cuestión de genética.

Además también fue alcohólico durante veinticinco años, algo más habitual de lo que sería deseable en el mundo de la actuación. Decía que "en los años cincuenta y sesenta, todo el mundo tomaba un martini y fumaba sin parar. Lo curioso es que durante mis veinte y treinta y tantos no bebí nada. Luego nos mudamos a un barrio lleno de familias jóvenes con hijos de la misma edad y todos bebían mucho, había grandes fiestas todas las noches. Iba a trabajar con una resaca terrible, que si estás bailando es realmente dura. Estaba en serios problemas, te vuelves suicida y piensas que no puedes seguir. Tenía sentimientos suicidas, era terrible. Pero de repente, como una bendición, la bebida empezó a no saber bien."

Es bisabuelo desde 2001, así que podría llegar a ser tatarabuelo si sigue viviendo unos años más.


Su inspiración cómica fue Stan Laurel . Dice que pudo encontrarlo buscando su nombre en la guía telefónica de Santa Mónica, California, donde vivía Laurel. Lo llamó y Laurel lo invitó a su casa. Los dos se hicieron buenos amigos. Cuando Laurel falleció, Van Dyke pronunció su panegírico en el funeral. Además su otro ídolo fue Buster Keaton. 

Conoció a Laurel al final de su vida y fue una gran emoción para Van Dyke. Le dejó su pajarita y su bombín y le dijo que si alguna vez hacían una película sobre él, querría que la interpretara.

Antes de trabajar en el enorme éxito que fue Mary Poppins, ya tenía un programa propio que se llamaba El show de Dick Van Dyke, junto a Mary Tyler Moore, que luego tendría su programa propio.

A finales de los años 80, parecía que la carrera de Van Dyke había terminado. Sin embargo, su aclamada interpretación del fiscal de distrito en Dick Tracy (1990) dio lugar a Diagnóstico asesinato (1993), que resultó ser un gran regreso a la televisión para la estrella de 67 años.

La verdad que el papel de esta película parece adecuado para él ya que participó en la infancia y juventud algunos eventos religiosos, como por ejemplo debutar como actor interpretando al Niño Jesús en una representación navideña de una iglesia (se dice que lloró durante todo el tiempo que estuvo allí), y además antes de ser actor y comediante, también fue maestro de escuela dominical en una iglesia presbiteriana, donde ministraba todos los domingos.

Además entre sus pasatiempos están jugar al golf, navegar, pasar tiempo con su familia, bailar, viajar, la comedia, tocar el piano, usar la computadora, la Biblia, orar y cantar, así que parece ser que siempre ha tenido una vida cristiana practicante.


Un actor asociado principalmente a papeles en comedias y musicales, siendo ésta película una de sus pocas excepciones. De hecho la publicidad de esta película afirmaba que era el primer papel dramático en una película de cine para el comediante Dick Van Dyke.
Lo cual demuestra que un buen actor tiene que valer para más de un registro.

Una película totalmente desconocida a pesar de ser producida y dirigida por Stanley Kramer (su última película), nominado hasta en nueve ocasiones para el Oscar de la Academia, y con Dick Van Dyke y algún actor interesante más, para mi sobre todo Beau Bridges, que ya va siendo veterano también.

Con el recurso del flashback en la película, aquí no se hace molesto, ya que se hacen períodos largos de película tanto del presente como del pasado que nos cuenta, sin saltar continuamente y mareándote.

Basada en una novela del dramaturgo Milan Stitt, el cual alguna vez consideró convertirse en sacerdote.

Al adaptar esta obra controvertida para la gran pantalla, Milan Stitt redujo drásticamente varios de los personajes originales (por ejemplo, Amos el carcelero, el fiscal y Monseñor Nicholson) y creó algunos nuevos (el dueño de la tienda general, las monjas ancianas postradas en cama, las "mujeres de las minas de carbón", etc.). En la película, se dedica demasiado tiempo a los tres protagonistas (el padre Rivard, la hermana Rita y la ama de llaves, la señora Shandig), mientras que a los personajes secundarios se les concede poco tiempo en pantalla. Esto le da un cierto aspecto de aburrida.


Para mi, que me considero bastante religioso, siempre está bien ver una historia sobre la cara oculta de un sacerdote o una monja (extraño que convivan ambas figuras juntas), ya que siempre tenemos la imagen del sacerdote dando misa y no conocemos como discurre el resto de su vida ni las tribulaciones que tiene afrontar en la misma.




El título de la película y la obra original, que podríamos traducir por "El corredor tropieza", proviene de Isaías 40:31 de la Biblia, que dice: "Pero los que esperan en el Señor renovarán sus fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán".

Una película religiosa rural, nada habitual, con un acertado y bonito emplazamiento de la misma, que extrañamente no es nada conocida y merece la pena su visionado.









Valoración:                            6/10













17 julio 2024

Vacaciones locas, locas, locas (1985)






 
Hay cuatro tipos de películas que me gustan y que cada cierto tiempo me gusta ver, aunque con temor a quedarme sin existencias ...

- Películas australianas
- Películas rodadas/ambientadas en África
- Road Movies
- Películas veraniegas o vacacionales


Es otra de esas películas que te ofrecen la posibilidad de ver a una estrella del cine antes de que se convirtiera en ello, en este caso Tim Robbins.

De hecho, Robbins figuraba en quinto lugar en los materiales promocionales del estreno original de la película, aunque en las portadas de los DVD posteriores, Robbins aparece en primer lugar porque con el tiempo se convirtió claramente en el más famoso del reparto.

La película aporta ciertos aspectos diferentes y de originalidad con respecto a la típica película veraniega o vacacional habitual.

Para empezar son vacaciones de Semana Santa, aunque eso al final no es importante y uno se olvida de ello, y elige un destino diferente y ubicación diferente para la trama de la película, en la localidad californiana de Palm Springs, que no está en la costa, si no en el interior, en la zona ya más desértica.

La actriz Kathleen Kinmont dijo que esta fue una de las primeras películas filmadas en Palm Springs, y que tuvieron mucho apoyo de la comunidad. Nadie quería que se fueran.

Además, según notas de producción más de quinientos jóvenes se ofrecieron como voluntarios, con un bronceado espectacular y los cuerpos musculados que son característicos de los jóvenes veraneantes de Palm Springs. Los nativos aportaron incluso más que eso. Aportaron a la producción un aire de entusiasmo que reflejaba tanto su felicidad por ser parte de una película de Hollywood como la emoción de contar una historia sobre su pequeña ciudad especial.

A veces las elecciones del lugar de rodaje pueden importar e influir mucho y cambiar completamente el aire a una película, y las películas ambientadas en un resort con piscina en vez de en el habitual escenario de playa aportan también un clima interesante propicio para este tipo de películas, como por ejemplo Trabajo Veraniego, que es de lo que más me gusta de este subgénero (aunque principalmente por la excelente banda sonora que tiene, a mi parecer).


El otro aspecto destacado de la película para mi, es la sorprendente e inesperada presencia de Sheree J. Wilson, que evidentemente a mi tampoco me decía nada su nombre, pero que pasa por ser la conocida compañera de Chuck Norris en Walker, Texas Ranger.

Nunca la había visto en una película hasta ahora, y tan solo la conocía por su papel en la serie de televisión, y ha sido toda una sorpresa.

Además completan el reparto tres actores más veteranos como John Vernon, Max Wright y Britt Ekland, que forman un elenco bastante decente.


La película no es ni de lejos de las mejores del género, pero es bastante entretenida y adecuada para estas fechas vacacionales.
Aunque lo fácil para la sociedad actual sería caer rápidamente en tacharla de machista y más cosas (la gente no sabe distinguir realidad de ficción y parece ser que está amargada y haciendo activismo continuamente), pero por ejemplo tiene cosas positivas, ya que en lugar de caer en la obscenidad que podría haber surgido tiende a centrarse más en la ternura liderada por la actuación original, desgarbada y honesta de Stephen Geoffrey, además de traer a colación ese refrán de la suerte de la fea la guapa la desea (en este caso aplicado al masculino), ya que el menos agraciado es el que más éxito tiene con las chicas en esta película.

Los chistes son familiares y los escenarios predecibles en su premisa de que la rana consigue a su princesa, pero el guión es lo suficientemente ingenioso, el ritmo de los movimientos es rápido y el elenco ofrece actuaciones divertidas.










Valoración:                              6/10















06 julio 2024

Nada en común (1986)

 







Gracias al director Oliver Stone, el 4 de julio, además de conmemorar la independencia de los Estados Unidos, se convirtió en una fecha muy cinematográfica, gracias a la película que él mismo escribió, produjo y dirigió con ese título y con el protagonismo de Tom Cruise, curiosamente nacido un día 3 de julio.

Así que ese día me gusta ver una película de alguien nacido tal día, y aunque ya le había dedicado un año dicho reconocimiento, los 100 años de Eva Marie Saint eran un argumento obligatorio para que fuera ella la actriz protagonista de mi 4 de julio.

Y es que no suele ser habitual encontrar actores famosos que alcancen el centenario, aunque en los últimos años lo habían hecho Olivia de Havilland y Kirk Douglas, no recuerdo muchos más, quizás Bob Hope. De hecho muchas veces es más fácil encontrarse muertes prematuras por excesos, adicciones o accidentes de circulación.

Quizás para muchos no sea tan conocida o tan importante, pero para mi el solo hecho de ser la protagonista, junto a James Stewart, en una de las mejores películas que he visto como es Con la muerte en los talones, ya la da un status muy alto, y además tiene otros títulos francamente destacados como La ley del Silencio, de Elia Kazan (que tenía predilección por ella), junto a Marlon Brando, película por la que obtuvo el Óscar como mejor actriz secundario y que obtuvo ocho en total, Éxodo, de Otto Preminger y junto a Paul Newman o en otro registro, un western que me gusta mucho como es La noche de los gigantes con Gregory Peck.

Y es que Eva Marie Saint es anterior a los premios Óscar, los más importantes del mundo del cine. Y para ella el Óscar fue algo muy curioso, ya que se lo concedieron a la mejor actriz de reparto, cuando su papel era protagonista, pero consiguió que la nominaran en esa categoría, y se lo entregaron dos días antes de que naciera su primer hijo, junto a su marido el director y productor, Jeffrey Hayden, con quien formó uno de los matrimonios más longevos de Hollywood, nada menos que 65 años, hasta la muerte de él.
Un hecho, el de estar embarazada en el momento de recibir el Óscar, que comparte con otras cinco actrices: Patricia Neal , Meryl Streep , Catherine Zeta-Jones , Rachel Weisz y Natalie Portman.

Tras la muerte del productor Walter Mirisch (Los 7 magníficos) el año pasado, es la persona viva más mayor que ha ganado un Óscar
Y es una de las tres rubias de Alfred Hitchcock que siguen vivas, junto a Tippi Hedren y Kim Novak.

Los créditos de actuación de Eva Marie Saint comienzan en 1947 y terminan en 2022, lo que convierte su carrera de 75 años en una de las más largas en la historia de Hollywood.


Pues además de esas películas importantes que mencioné, tiene algunas más de corte bélico o que me resultaban excesivamente largas y después de dar varias vueltas a su filmografía, me decidí por ésta, que no sé por qué no tenía marcada como prioritaria para ver, cuando aparentemente encajaba perfectamente en mis gustos.

Aquí, ya superados los 60, y con una estrella del momento como Tom Hanks, evidentemente no iba a ser la protagonista, pero tiene un papel lo suficientemente importante como para verla.

Hanks está en un papel que le favorece mucho, el primero en el que posiblemente muestre todo su potencial, y con el que posiblemente pasó de ser solo un actor de comedia a empezar a interpretar dramas indistintamente y con el mismo éxito. Como es un gran actor, con dos premios Óscar en su caso, ya son dos buenos argumentos para recomendar la película.


Pero hay más, el tercero viene sorpresivamente de la mano de su director. Y es que no suelo mirar mucho, o por lo menos recordar o asociar directores con películas, pero al ver el nombre de Garry Marshall, pensé rápidamente en Pretty Woman, y posiblemente en una película de un corte relativamente similar, ya que la impronta de un director suele ser reconocible en películas del mismo género. Y además también fue el director de otra película interesante que vi y comenté aquí por motivo de la muerte del actor Ray Liotta, como es Los locos del bisturí.

Así que me sorprendió que con estos tres mimbres ya fuera una película que había pasado completamente por debajo de mi radar y en general creo que una película bastante desconocida aquí, ya que ni siquiera tenía una breve descripción de la película en español, en la página de IMDb.


Aunque no me gusta repetir actores, directores o películas parecidas habitualmente, aquí de la mano de Garry Marshall venía de nuevo el actor Héctor Elizondo, al que acabo de ver en Punto de recreo y que luego volvió a colaborar con Marshall en Pretty Woman, así que otro punto positivo para esta película.

Pero por si fueran pocos, hete aquí que aparece en pantalla un veterano actor al que apenas había visto, como Jackie Gleason, y de la mano de un fantástico actor de doblaje irrumpe en la película no eclipsando el personaje de Hanks, pero captando tanta atención casi como el suyo. Su presencia es realmente importante e impactante, y es otro argumento de peso para que veais esta película.


Y su contratación no fue fácil y se produjo casi a última hora. Se rumorea que el director Garry Marshall no quería seguir adelante con la realización de esta película sin la inclusión de Jackie Gleason. Con mala salud, Gleason se había cansado de hacer películas y deseaba retirarse del negocio. Después de varios intentos de convencerlo, Marshall finalmente llamó a Gleason por teléfono e insistió en que si no hacía esta película, la última película por la que sería recordado sería el fracaso de taquilla Los caraduras 3 (1983). Gleason aceptó inmediatamente la oferta con la condición de que este sería su último papel como actor.

Aunque creo que habría interpretado igualmente bien el papel en otras condiciones, el estado de salud de Gleason hacía que fuera el ideal para ese personaje y que no tuviera que hacer excesivos esfuerzos en meterse en la piel de él.

Jackie Gleason estaba gravemente enfermo de cáncer de colon, cáncer de hígado, había tenido una trombosis, hemorroides, diabetes y flebitis durante toda la producción. Una noche, durante el rodaje, le confesó a su hija que le quedaba poco tiempo de vida. Murió casi un año después del estreno de la película, tiempo suficiente para verla en persona y, según se dice, la disfrutó mucho.


El director Garry Marshall describió esta película como una exploración humorística y conmovedora de "cuánto debemos a nuestros padres".
Mientras, Hanks dijo que su personaje, David Basner, le hizo reconsiderar su propia relación con sus padres. El papel supuso un reto para Hanks, que tuvo que afrontar un desafío emocional completo.

Además de ese cuanto le debemos a nuestros padres (casi siempre verdad), que planteaba Marshall, y el como me llevo con ellos que planteaba Hanks, a mi también me hizo valorar otro aspecto, y es el de los hijos únicos y su responsabilidad y problemática en estos casos. Casi no tengo amigos que sean hijos únicos, ya que en la generación de nuestros padres raro era que no se fueran dos o tres hermanos. Pero si que tengo una amiga, hija única, y que además está sufriendo como el protagonista de la película, problemas de salud en sus padres, lo cual le supone a ella tener que estar pendiente de todo lo que puedan necesitar y acudir al médico con ellos todas las veces que necesiten, cosa que te entiendo que te puede llegar a desesperar ante la incapacidad de compartir esos momentos complicados y no deseados con algún hermano.

La película comienza como una comedia pero finalmente se convierte en un drama, pero está muy bien endulzado por Marshall.

Y como colofón y el último argumento para que no dejéis de ver esta película esta el frecuente aliciente de una banda sonora amplia, interesante, ochentera, y con dos canciones más que desconocía que puede agregar a mi carpeta de canciones de cine, la que da título a la película (título original claro), Nothing in common de Thompson Twins y sobre todo If it wasn't love de Carly Simon.

Una película que por un lado te hace apreciar lo bonita que es la vida al verla como espectador, y lo dura que es si te metes en el personaje del protagonista o tienes problemas similares.









Valoración:                               8/10
















02 julio 2024

Punto de recreo (1985)

 






Ya puestos, igual que traje la tercera película en la filmografía de Tom Cruise y otra de las primeras de Keanu Reeves, o por lo cuando todavía no era muy conocido, volví a ver la segunda película por orden cronológico de Johnny Depp (su primera como protagonista), otra de las superestrellas nacidas en ese período de tiempo (1962-1964), y que levantaron pasiones entre el público femenino.

Y digo volví a ver, porque recuerdo que ésta la vería hace unos 12 años, en lo que fue otra de las inspiraciones de mi blog. Además recuero perfectamente que la compartí con un antiguo compañero de trabajo, con el que compartía afición por el cine de los ochenta.

Aunque supongo que es un poco más conocida que otras muchas películas que he visto, tampoco recuerdo que aquí la hayan pasado por televisión, y salvo los muy fans de Johnny Depp, supongo que en líneas generales será una película totalmente desconocida.


Realmente no sé que tipo de cine se hace hoy en día, porque ya hace tiempo que dejé de ir al cine y de darle oportunidades a las películas actuales, pero uno de los géneros que más me entretienen, y que es mayoritariamente originario de los años 80, son las comedias de verano, y en esta época siempre intento ver unas cuantas, intentando que alguna de ellas resulte novedosa.

Seguramente ese subgénero nació en los ochenta y seguramente su esencia moriría en la década de los noventa, porque además seguramente hoy estaría censurado por completo, en una etapa de prohibiciones y pérdida de libertades a mi modo de entender bastante evidente. Y principalmente por el alto grado de desnudez que suele haber en este tipo de películas, sin tener en cuenta que nadie obligaba a hacerlo, que seguramente las actrices que lo hicieran ganarían un buen dinero por ello, y que además tendría mucha audiencia. Porque yo como espectador elijo lo que quiero ver, no como hoy en día, y más en el cine español, que se hace lo que desde determinados lobbys se decide que es aprobable y te exigen medio con malos modales que tienes que ir a verlo, que es cultura y demás tonterías.

Por eso entre otras cosas tomé la deriva de este blog, de ver cosas muy poco conocidas y sobre todo lo que a mi me apeteciera, ante esta tendencia totalitaria e impositiva de lo que tenemos que hacer, que comer, que pensar, y también que ver en la televisión.

Y si, esta película tiene unos cuantos desnudos y muchas chicas en bikini, pero me parece una comedia muy entretenida, refrescante, veraniega y adecuada para pasar un buen rato en este período estival.


Y además con la presencia de una incipiente super estrella como Johnny Depp. Incipiente porque ni siquiera es cabeza de cartel, honor que recae sobre Rob Morrow, aunque fuera su primera película. Me acuerdo cuando empecé a ver la primera vez esta película con mi amigo, el se sorprendió y se emocionó cuando leyó su nombre en los títulos de crédito, mientras yo le preguntaba "¿quién es Rob Morrow, Sebas?". Él, atónito, me dijo, "¿no me digas que no le conoces?, es el protagonista de Doctor en Alaska".

Yo, había oído hablar y anunciar mucho la serie, de hecho me parecía muy buena su sintonía, pero nunca me había detenido a ver ningún capítulo de la misma, así que su nombre me resultaba totalmente anónimo en aquel momento.

El caso es que luego la carrera de Depp despegó hacia el estrellato, mientras que la de Morrow, extrañamente derivó hacia episodios en series de televisión puntuales, hasta que consiguió el papel en Doctor en Alaska, donde en 5 años intervino en 102 episodios. Pero a nivel de la gran pantalla su bagaje no es ni amplio ni exitoso.

De todas maneras a ambos no debió apasionarles el resultado final de la película, ya que se dice que estaban tan avergonzados por la película que juraron un pacto para rastrear y destruir todas las copias.


Y todavía más sorprendente es si comparamos la pareja de actores protagonistas masculinos, con la pareja femenina. Dos chicas muy guapas, que aunque hacen de complemento en la película, uno mira su filmografía y quedó en la nada más absoluta más allá de esta película. Bien es cierto que chicas guapas había y hay muchas siempre, y que quizás más allá de su evidente atractivo delante de la cámara no había una actuación sólida, pero de ahí a que casi no se las pueda considerar actrices debido a sus escasos papeles y a que ambas dejaron de actuar en la década de los 90, parece muy sorprendente.

Así que el si que aporta valor a la película es Héctor Elizondo (el famoso director del hotel de Pretty Woman), un actor secundario poco valorado, que hace un papel que quizás fuera difícil de asociarle por su papel en Pretty Woman, pero que cumple con nota. Pero además hay otros personajes secundarios interpretados por actores menos conocidos que aportan buen humor a la película.


Me parece una de las mejores películas veraniegas, por el bonito resort en el que se rueda (de hecho el título original es Private Resort), ubicado en Cayo Largo, Florida, los actores, el ritmo y el humor bastante por encima de la media de lo habitual en este tipo de películas.

Seguramente a la mayoría de nosotros nos habría gustado tener en nuestra vida un fin de semana o unas vacaciones así ... así que disfruta los 80 minutos en este resort.









Valoración:                             7/10