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03 abril 2024

Invierno en primavera (1985)

 




Dada la Semana Santa y el comienzo de primavera que hemos tenido, con mucha lluvia, frío y nieve, me parecía que la coincidencia con el título de esta película era tal que era la ocasión propicia para verla.

Estamos ante el primer largometraje sobre el SIDA que se realizó para televisión y cine, aunque todo el protagonismo en este sentido se lo llevó años más tarde la película Filadelfia.

Una enfermedad que causó un tremendo impacto a principio de los 80 por su desconocimento y los estragos que causó. Hoy en día la información sobre el SIDA que muestra la película está anticuada, pero sigue transmitiendo un potente mensaje.
Además, el mundo del cine también se vio afectado. Esta película es de 1985, año en que falleció Rock Hudson, primer famoso que hizo pública su enfermedad y primero en fallecer de una lista, no excesivamente larga, pero siempre dolorosa, ya habitualmente solían ser muertes muy prematuras.

Entre ellas, además de Hudson, podríamos destacar a

Freddie Mercury
Anthony Perkins
Rudolf Nureyev
Kevin Peter Hall (el actor que hizo de Alien o Depredador)
Tommy Morrison (boxeador profesional que trabajó en Rocky V)


Aquí una lista de acotres que murieron a causa del SIDA o sus complicaciones



Y aquí una de películas que tratan sobre esta temática



Estas películas, así como las que tratan sobre el cáncer, son duras, y todas se podrían resumir en el título original (Dying young) de una película de Joel Schumacher, con Julia Roberts, que aquí se llamó Elegir un amor.
Una película que podría ser hasta bonita para una persona normal, con una banda sonora magnífica, que vi antes de tener mi enfrentamiento con el cáncer, y que luego me costó mucho volver a ver películas con esta temática.

Además de la dureza del SIDA, estaba también otro complicado y delicado asunto como era la homosexualidad, ya que en muchos casos la enfermedad era consecuencia de ello y aquí se quería dar a conocer al mundo eso. Al parecer la NBC que era la encargada de esta película para televisión, no quería ninguna escena que demostrara el más mínimo contacto físico, y era tan difícil el tema, que se estimaron perdidas importantes porque muchos anunciantes declinaron que se mostraran durante la transmisión.


El peso de recibir el mazazo del diagnóstico y la interpretación del protagonista principal corren a cargo de Aidan Quinn, un actor que siempre me gustó y al que considero un tanto infravalorado. Quizás su habitual rol de personajes atormentados, tristes o melancólicos no ayudan a ello, pero siempre que le he visto, o me han gustado esas películas o sus interpretaciones.

Junto a él, el reparto es sólido, con dos ya maduros actores secundarios de segundo escalón en la figura de sus padres (Ben Gazzara y Gena Rowlands), y otros actores decentes, además de un brevísimo papel de Bill Paxton.

El director nos transmite dos mensajes:

- Uno a los familiares de las personas que contraen alguna de estas terribles enfermedades. Nos muestra los posibles tipos de reacción y nos intenta enfocar y redirigir hacia la mejor de ellas en caso de que en algún momento nos veamos en una situación parecida.

- Y el otro a los propios enfermos, con una pregunta clara y directa ¿Te vas a rendir sin luchar? Entiendo que en aquellos momentos era una pregunta complicada, porque las esperanzas no parecían muchas, pero hoy en día con muchos más avances, me parece un gran alegato, que nadie se de por vencido de antemano y que luche hasta el final, que la vida es maravillosa.

Una película que ayudó a explicar al público la enfermedad, sin dar ningún sermón, una experiencia poderosa y un recordatorio de lo frágil que puede ser la vida.










Valoración:                              7/10













23 febrero 2024

Corazón de campeón (1983)









Las películas que tratan sobre la temática del cáncer siempre son difíciles para mi.
Recuerdo cuando hace unos años vi, una sorprendentemente desconocida Elegir un amor, con una Julia Roberts en pelan juventud, que me resultó bonita a la vez que triste, y poco tiempo después tuve mi experiencia con el cáncer, y desde entonces, a pesar de que me gustó la película, y sobre todo cuenta con una espectacular banda sonora de la mano de Kenny G, no he conseguido volver a verla.

También, ya un tiempo después de haber dejado atrás esta traumática experiencia, vi otra película con argumento parecido, Silencio de Cristal, con una actriz que me encanta como Jamie Gertz, encarnando a una paciente con cáncer.

Pero en general, suelen ser películas tristes, y que a las personas que hemos tenido un episodio similar nos puede despertar la tristeza y el sufrimiento por recordar tiempos pasados.
Aunque también como socio de la Asociación Española Contra el Cáncer, son películas de esperanza, y que reconfortan al ver como hay gente que se esfuerza o que contribuye para intentar evitar que otra gente tenga que pasar por el sufrimiento que genera esta enfermedad.


No obstante, esta película, que ya sabía de lo que iba, también tenía a priori un alto componente de deporte, y es una temática que no abunda mucho y que además hacía ya un tiempo que no elegía a la hora de visionar una película.

En los años 70 y 80 se hicieron algunas películas con el atletismo como argumento principal.
Entre otras: 

Running (1979) 
Personal Best (1982) 
El corredor valiente (1983) 
El año de la victoria (1978) 
Corazón de campeón (1983)

Aunque realmente es un auténtico drama, con un toque de aventura y una cierta dosis de road movie, aunque éstas se caractericen por la utilización de un vehículo como medio de transporte, y aquí el desplazamiento es puramente a través del esfuerzo.


La película estaba basada en una historia real y por tanto se eligió a una persona amputada real para la interpretación del personaje principal, en lo que sería el primer y único papel de este actor eventual.
De todas maneras, habría sido muy complicado, con los efectos de la época, fingir que una persona normal, con sus dos piernas en perfecto estado tuviera una de ellas amputada.

Y aunque Eric Fryer hace un gran trabajo, evidentemente su enorme limitación le invalidaba para cualquier otro papel que no fuera similar a éste, pero nos dejó esta gran interpretación y un ejemplo de lucha contra las adversidades.


Una TV Movie, totalmente desconcida, pero con dos nombre destacados en el casting.
El primero el de Robert Duvall, un muy talentoso actor al que extraña ver aquí en este papel, en este proyecto tan anónimo y austero, aunque realmente no aparece en escena hasta el minuto 58 de la película, y el segundo el de Bill Conti, uno de mis compositores favoritos junto a John Barry y otros, autro de Bandas Sonoras como Rocky o Evasión o Victoria y cuyo inconfundible estilo se reconoce rápidamente, y da valor a la película.

Parece ser que el lagado de Terry Fox, que era prácticamente un héroe en aquella época en Canadá, siguió durante muchos años, celebrándose carreras para recaudar fondos y permaneciendo vivo su Maratón de la Esperanza.

Aunque hay gente que tacha a la película de innecesariamente negativa, ya solo la palabra cáncer implica un grado de negatividad brutal. Y si está basado en una historia real pues será mayoritariamente verdad. No todo pueden ser películas bonitas o con final feliz, las historias pueden ser variadas, y cuando algo está inspirado en un acotecimiento tan duro de la vida real más.

Me sorprende que haya gente que se quede con eso y no con los mensajes positivos que desprende la película en global sin entrar en detalles puntuales o superfluos.


Me gustaría terminar con un poema (traducido) que he encontrado que aparentemente escribió la novia real de Terry Fox


"Dicen que el Dragón nunca duerme. Acecha a su presa en silencio y frío, y cuando ataca, qué fuego maligno hay en su veneno.

Un día la serpiente, descuidada por su avaricia, se atrevió a apoderarse de un Caballero 'Nacido del Sol'. El mordisco ardió profundamente, directo al alma.

La serpiente se mantuvo firme: el daño estaba hecho. Pero la muerte no pudo vencer. Porque aunque el fuego lo había atravesado, el Caballero del Sol se mantuvo fuerte y fiel.

La fiebre cedió, la serpiente huyó y un miembro fue su premio.

El caballero se levantó y pronunció estas palabras: 'Has quebrantado mi cuerpo pero no mi espíritu. No me lamentaré ni lo temeré.

Cuidado con la bestia, no has ganado esta batalla, mi búsqueda acaba de comenzar."










Valoración:                                    7/10