Mostrando entradas con la etiqueta Drama. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Drama. Mostrar todas las entradas

04 abril 2025

La muerte golpea dos veces (1989)

 





Tristes noticias las que llegaban ayer al despertar desde Estados Unidos con el fallecimiento de Val Kilmer. Aunque había estado gravemente enfermo tiempo atrás parecía que lo había superado y ha sido un tanto inesperada, ya que con 65 años en los tiempos que corren en principio no debería ser edad para morirse (y más teniendo en cuenta que nos hacen trabajar más allá de esa edad), aunque depende de los excesos que hayas en tu vida (se pasa media película fumando).

Uno de esos actores nacidos el 31 de diciembre, fecha en la que me suele gustar ver una película en la sobremesa, y que hace unos años hice con El hombre que rompió mil cadenas (1987).

Nunca tuvo el aurea de Los Cruise, Pitt, Depp y compañía, y es que aunque era mayor que ellos, sus mayores éxitos vinieron más en la década de los 90 que en la de los 80 como los actores referencia que he nombrado.

Y todo a pesar de que rodó una interesante película totalmente ochentera como Escuela de genios en 1985, donde descubrí esa increíble canción que es Everybody wants to rule the world de Tears for Fears, y que tan solo un año después compartió protagonismo, bueno, realmente acompañó a Tom Cruise que era el claro protagonista, en la mítica Top Gun, también con una increíble canción Take my breath away, compuesta por Giorgio Moroder e interpretada por Berlin.


Pero sus papeles protagonistas importantes vendrían más adelante, primero con Willow (1988), posteriormente con The Doors (1991), Batman Forever (1995) o El Santo (1997), además de aparecer en otras interesantes y taquilleras películas en las que no era protagonista, o no el único, como Amor a Quemarropa (1993), Tombstone (1993) o Heat (1995). 

Luego esta la curiosa casualidad (o no), de su papel en Corazón Trueno (1992), la cual vi hace tiempo aunque no recuerdo muy bien, en la que interpreta a una persona con ascendencia Sioux, cuando el en realidad tenía ascendencia Cherokee, su abuela paterna pertenecía a esta tribu. De hecho en esta película también se mueven por una reserva india, en unos paisajes ocres y arcillosos de gran belleza, alejados del mundanal ruido y con una densidad de población reducida a la mínima expresión, que rozán lo idílico para mi.

Pero por parte de su madre el origen era sueco, de ahí su aspecto rubio y claramente mezcla de razas, que le dio en su época de juventud una apariencia inmejorablemente atractiva y seguramente deseo de muchas chicas jóvenes de la época.

Esa será siempre la imagen suya que quede en mi memoria, y es que más allá de El Santo creo que no vi nada más de él, aunque por desgracia he visto alguna imagen más actual y su deterioro había sido muy evidente, sobre todo si lo comparamos por ejemplo con su compañero de reparto en Top Gun.


Siempre le encontré cierto paralelismo con Patrick Swayze, uno de mis favoritos de esa generación, y que también, aunque parecía totalmente saludable y con una presencia envidiable, falleció muy joven.

Se le relacionó con la cantante Cher, la cantante y actriz Lesley Ann Warren, la modelo Cindy Crawford, o las actrices Angelina Jolie, Daryl Hannah y Ellen Barkin. Pero se casó con su compañera de reparto aquí, la actriz británica Joanne Whalley (en los títulos de crédito Joanne Whalley-Kilmer), con la que ya había protagonizado el año antes Willow. A ella no la veía desde que lo hice en Un buen hombre en África, y ya la tenía olvidada.


Esto nos lleva a los matrimonios en la vida real que son llevados al mundo cinematográfico. Así de esa época me vienen a la cabeza las películas de Alec Baldwin con Kim Basinger, Dennis Quaid y Meg Ryan, Tom Cruise con Nicole Kidman o Angelina Jolie con Brad Pitt ... incluso Sean Peen y Madonna protagonizaron Shanghai Surprise

Aunque no recuerdo si en alguna película más además de ésta, uno de los miembros de la pareja intenta matar a su cónyuge en la vida real.

Todos esos matrimonios, incluído el de Val Kilmer con Joanne Whalley, acabaron en divorcio, así que no parece una buena idea trasladar un matrimonio en la vida real a una historia en la gran pantalla.


Ambientada en Nevada, se pasa por Reno y Las Vegas, para finalizar en la frontera con Arizona, el medio oeste de Estados Unidos. Las películas de esa zona de América tienen magia, ya que es un terreno sobrecogedor por su belleza, con algunos de los accidentes geográficos más impresionantes y sorprendentes del planeta.

Kilmer interpreta a un personaje tímido, desafortunado e inseguro por las vicisitudes que la vida le ha deparado, al que nada le sale bien, pero al que el destino le tiene reservada una recompensa a tanto sufrimiento.

En cambio Michael Madsen adopta aquí un personaje menos habitual para mi por sus anteriores papeles que he visto suyos, pero está sobresaliente, y supongo que tendrá más personajes parecidos viendo lo bien que se desenvuelve.

Ambos compartirían cartelera después en The Doors.

Los tres personajes principales están rodeados por un punto de desesperación que convierte la película en imprevisible, ya que nunca sabes como se va a comportar una persona tan inestable.

Se convierte en una mezcla de Dos hombres y un destino (1969) y Thelma y Louise (1991), aunque también me evoca a algún episodio de Crímenes imperfectos, en el que se produce algún asesinato en un apartado motel. Y es que aunque parezca idílica la imagen de ese turismo interior y pernoctar en un motel alejado del mundanal ruido en Estados Unidos, no deja de ser un país en el que se cometen crímenes y más en estas zonas apartadas del bullicio, al final perturbados hay en todas partes, y cuanta más población más probabilidad de encontrarte a uno.

Es la primera de las tres películas del director John Dahl, que componen su trilogía más importante, seguida de Red Rock West (1993) y La última seducción (1994), las tres con ciertas similitudes (a pesar de que Red Rock West no la he visto), pero parecen tener patrones comunes y son catalogadas como Cine negro moderno o Comedia negra, aunque ya sabemos que el género de una película muchas veces puede ser muy amplio y hay géneros que compraten muchas características en común y se podrían catalogar también como Thrillers, que es algo más genérico.

La historia tiene algunos giros de guión, grandes giros incluso, cerca del final, aunque realmente si lo piensas lo suficiente, descubrirás algunos problemas de credibilidad en alguno de ellos.

Aunque es cierto que es un guión relativamente frecuente, y los seguidores de este género la considerarán una más, a mi me parece una película interesante y un homenaje a un buen actor como Val Kilmer.










Valoración:                             7/10












29 marzo 2025

Prisionero del mar (1957)

 






Hoy cumple 86 años Terence Hill, y aunque llevo semanas que no me encuentro bien y apenas veo películas me parecía un buen momento para hacer un esfuerzo y hacerle un homenaje.

Uno de mis ídolos cinematográficos de infancia, junto a Bud Spencer, que formaron esa versión italiana (aunque americanizada) de El Gordo y El Flaco y cuyas películas seguramente sean de las que más veces he visto en mi vida.

Justo hoy cumple la ya respetable cifra de 86 años, edad con la que murió Bud Spencer, diez años mayor que él, aunque espero que el buen aspecto físico que siempre ha lucido, incluso en su último y gran importante papel, en la serie Don Mateo, le permitan vivir en buenas condiciones unos cuantos años más.

Nacido como Mario Girotti, en Venecia, cambió su nombre al de Terence Hill en 1967, justo cuando rodó su primera película con Bud Spencer (Tú perdonas, yo no). No sé si Bud Spencer también lo hizo para tal ocasión.

Le pidieron que escogiera un nombre anglosajón más comercial. Le dieron 20 nombre y 24 horas para elegir y eligió Terence Hill porque era el que mejor le sonaba y porque además las iniciales coincidían con el nombre de su madre, Hildegard Thieme, de origen alemán (de ahí su apariencia poco italiana).

A su mujer, también de origen alemán, con la que también se casó en 1967 (un año que sin duda le cambió la vida), la conoció durante un rodaje en Almería, mismo sitio en el conoció a su otra pareja de vida, Bud Spencer.

Empezó su carrera de actor con 12 años, cuando Bud Spencer seguramente todavía fuera deportista profesional. Antes de su éxito junto a Bud Spencer trabajó en algunas películas importantes como Aníbal (1959) y sobre todo El Gatopardo (1963). También trabajó en varias de las películas de la saga alemana de Winnetou, entiendo que su ascendencia germana le ayudó a ello, ya que hablaba el idioma sin problema.

Como he dicho antes la primera de sus 18 colaboraciones con Bud Spencer fue el Spaghetti Western, Tú perdonas, yo no. Sus primeras películas fueron todas de este género, luego siguió Los cuatro truhanes, con la presencia de un importante Eli Wallach, aunque no eran habituales los actores famosos o importantes en sus películas, para después llegar su, posiblemente, película más famosa (aunque a mi no son las que más me gustan), Le llamaban Trinidad, y su posterior secuela Le seguían llamando Trinidad.

Su primera película de puñetazos fuera del Spaghetti Western fue Más fuerte muchachos, a la que luego siguieron Y si no nos enfadamos (rodada en Madrid), Dos misioneros, Dos superpolicías, Par e Impar, Estoy con los hipopótamos o Quien tiene un amigo tiene un tesoro, entre otras, mezclando ambientes de ciudad con otros alejados de la misma.

Curiosamente, durante el intervalo que duró su binomio cinematográfico, Bud Spencer rodó en solitario varias películas del mismo estilo, pero sin Terence Hill, como por ejemplo tres títulos muy significativos como Puños fuera, Banana Joe y Bombardero, y en cambio de Terence Hill no recuerdo ninguna en la que él hiciera un papel en solitario similar al de las películas que hacían juntos.


El actor protagonista en esta película, Yves Montand (del que creo que es la primera película que veo), tenía una característica similar a la de Terence Hill. Era italiano de nacimiento (Ivo Livi), o italo-francés, pero tomó un nombre artístico francés. Además de actor era cantante, de hecho lo descubrió Edith Piaf y lo contrató para su compañía, siendo además su pareja sentimental por un tiempo, aunque Montand se casaría después (1951) con la actriz francesa Simon Signoret para el resto de su vida (ella se murió antes que él), aunque se dice que tuvo un romance en 1960 con Marylin Monroe mientras filmaban El Multimillonario.

Aquí hace un papel muy interesante, con la inestimable ayuda de una magnífica voz de doblaje. Junto a él, la actriz italiana Alida Valli, no la más importante, pero si una de las muchas que tuvieron tanta importancia en Hollywood. Ella, de la década de los veinte, como Gina Lollobrigida, aunque la más mayor de todas era Anna Magnani.

Tanto Montand como Valli eran de 1921, curiosamente Terence Hill y la otra actriz femenina protagonista eran de 1939. Pero esta Federica Ranchi, coetánea por ejemplo de Claudia Cardinale, que aprovechando la ola de las actrices italianas podría haberse hecho también un nombre, quedó en el anonimato, ni siquiera tiene fotografía en el perfil de IMDb.

Lo curioso de la película es encontrarse a Paco Rabal entre el reparto, aunque realmente fue uno de nuestros actores más internacionales, principalmente en películas francesas e italianas. Aquí, curiosamente interpreta al padre del personaje de Terence Hill, cuando realmente solo se llevaban 13 años. Eso sí, no sé si naturales o artificiales, con solo 31 años aparece con canas en la escena.


La película me llamó la atención, además de por ver uno de los primeros papeles de Terence Hill (solo tenía 18 años), por la supuesta ambientación en la Costa Dálmata, en el Mar Adriático, en Croacia. Y es que es uno de los viajes que más me gustó de los no muchos que he hecho en mi vida.

Aunque si alguien espera ver una excelsa fotografía quizás se sienta un poco decepcionado. De hecho, hay pocos fotogramas que te hagan identificar claramente aquella zona, pero no obstante el lugar de rodaje entre esas islas del Adriático es bastante idílico.

Y acudí a esta película por este motivo, y finalmente me quedo con el muy original e intersante guión que me encontré. Creo que los guionistas actuales se podían fijar en películas como ésta como fuente de inspiración.

El ambiente de pescadores no es muy habitual en el mundo del cine, y en concreto las características de pesca aquí expuestas son muy ingeniosas para articular una intersante película.

Pero además es una película que intenta retratar las costumbres locales, el arraigo y las tradiciones transmitidas de generación en generación, siendo además muy interesante la relación entre el padre con cada uno de sus tres hijos, y como cada uno de ellos tiene una percepción y una valoración y admiración diferente hacia su progenitor.









Valoración:                            7/10













11 febrero 2025

Águila gris (1977)

 





Hace unas semanas vi una parte de, posiblemente el mejor western para mi gusto y una de las mejores películas también, Centauros del desierto, la obra maestra de John Ford, con el mejor momento también del mayor icono del western, John Wayne.

Los lunes a las diez de la noche, en La 2 de RTVE, suelen poner clásicos a los que es difícil resistirse, y raro es el día que no veo parte o la película íntegra que echan, aunque ya la haya visto. Justo mientras escribo esta reseña, es lunes, y están poniendo La conquista del oeste.

Tuve durante mucho tiempo bastante abandonado el género, a pesar de pasar mi infancia viendo muchas de las películas más famosas, pero quizás por saturación, quizás porque me estaba perdiendo otros muchos géneros y películas interesantes dejé casi radicalmente de ver westerns, sobre todo películas que no hubiera visto, porque algún clásico siempre iba revisionando.

Y mira por donde me enteré de la existencia de esta película, supuestamente una versión de Centauros del desierto (de hecho hasta un indio, bastante residual y poco interesante, que se llama Cicatriz), lo cual era un reclamo muy grande, y además con un aliciente o curiosidad, trabajaba una de las actrices que lo hizo en la película de John Ford, una hermosa Lana Wood (hermana menor y menos conocida de Natalie), que en Centauros encarnó a la niña Debbie en su escena inicial, la que de más mayor en la misma película interpretó su hermana Natalie Wood.

Erróneamente, hace poco, comentaba que posiblemente Vera Miles era la última actriz viva de aquella película, que casi tiene 70 años, sin darme cuenta que en ella trabajaban algunas niñas que podían vivir todavía, como Lana Wood.


La verdad que su carrera ha sido poco exitosa, con dos hechos curiosos, el primero que ha estado casada seis veces (ninguna vez con un actor famoso aunque se dice que salió con algunos que si lo eran y mucho, como Warren Beatty, Sean Connery, Alain Delon o Ryan O'Neal), y el segundo que su filmografía tuvo una interrupción muy duradera, desde 1985 hasta 2008, no sé si fruto de alguno de sus matrimonios, y sorprendentemente, después de 23 años sin ningún título de crédito retomó su carrera, aunque fuera con papeles menores.

Tampoco es que haya tenido una vida fácil, a la desgraciada y misteriosa muerte de su hermana Natalie con tan solo 43 años, se sumó en 2017, casi con la misma edad que murió su hermana, la muerte de su única hija.

A raíz de la muerte de su hermana, se cortó la realción con su cuñado, el también actor Robert Wagner (todavía vivo y que forma junto a Gene Hackman y Clint Eastwood el notable trío de actores nacidos en 1930 todavía presentes), del que siempre sospechó culpable de la muerte de su hermana.

Realmente su carrera no tiene más que un título destacado, más allá de Centauros del desierto con un pequño papel e infantil, y es en una de las entregas de James Bond, Diamantes para la eternidad (1971), pero tampoco ese papel, cuando contaba apenas 25 años, le hizo relanzar su carrera, y eso que tenía un gran atractivo y una buena voz, cosa que he podido comprobar porque durante la película hay algunas escenas que no tenían doblaje y se oye su voz original, que es bastante buena para el cine.

Para Diamantes para la eternidad la contrataron los productores después de ver sus fotos en la revista Playboy, y es que como ha quedado evidenciado en casi todas sus películas, para ser Chica Bond, era casi más importante un notable atractivo físico que unas óptima cualidades interpretativas.

Con solo 1,60 metros de altura (su hermana Natalie 1,57), lo pasó mal en el rodaje de esta película debido a la gran estatura de Sean Connery. La diferencia era tan notable que ni siquiera unos zapatos con un importante tacón valían para solventarla.


Una película dirigida por Charles B. Pierce, que en esta ocasión hace nada menos que de productor, director, guionista y hasta tiene un papel en el reparto. Hizo varias películas parecidas durante estos años, que quizás podríamos catalogar como westerns crepusculares.

Pero es un concepto un poco complejo, por lo menos para mi, el del western crepuscular. Por año de realización sin duda, aunque yo lo discierno más por el tipo de película del oeste y sobre todo la localización del rodaje, cuando dejan de aparecer los clásicos escenarios de Utah o Arizona, áridos y desérticos y se empiezan a utilizar lugares más verdes y septentrionales, como en este caso en el estado de Montana.

Aparecen en el reparto dos clásicos del western, como Ben Johnson y Jack Elam, con los que el director contó en alguna película más. Curiosamente también son dos actores cuyas apariciones asocio principalmente a una edad avanzada, no tanto porque fueran muy mayores, sino quizás porque siempre aparentaron más edad.

Ben Johnson es el encargado de suplantar e imitar a John Wayne, y evidentemente la comparación es odiosa. Siempre le vinieron mejor los papeles secundarios, como en Cometieron dos errores.

Con un elemento clásico del western como son los indios, aquí con dos tribus, una de carácter pacífico y otro con el habitual espíritu guerrero.

Sería curioso tener un detalle del número de apariciones de cada tribu india a lo largo de la historia del cine.

En este caso aparecen las tribus Cheyennes y Shoshones (una escisión de los Comanches). Habitualmente siempre he tenido a los Comanches (protagonistas de Centauros del desierto), como los más temibles, seguidos por los Apaches. Pero el historial de tribus es enorme, desde los más pacíficos Sioux, pasando por los Kiowas, los Cherokees, los Dakotas y los Lakotas, los Mescaleros o los Semínolas, como más representativas entre otras muchas.

Y lo cual me lleva a hilarlo con cuantos de los actores que encarnaron a los indios más populares en el cine eran realmente nativos. Porque muchas veces lo parecen, pero una buena caracterización hace maravillas. Sin ir más lejos después de ver Centauros del desierto me fui a revisar la película y el actor que encarna al jefe indio Cicatriz creo que es alemán.


Una película que evidentemente si comparamos con Centauros del desierto queda claramente en evidencia, pero que muestra conceptos distintos, una relación diferente entre los indios y los blancos, acercando la paz y la convivencia entre ambos y con relaciones más allá de la amistad, en un territorio que también llama menos a la hostilidad, con algunos toques de humor (aunque creo que son prescindibles) y todo ello culminado por una buena banda sonora. Quizás empieza bastante bien y promete pero con el paso de los minutos pierde algo de interés y no acaba de cuajar una buena película.










Valoración:                              5/10
















06 febrero 2025

¿Carolina? (1990)

 







Los actores de series, principalmente, suelen tener uno de estos perfiles:

- Actores/actrices que vienen del cine cuyas carreras han perdido protagonismo
- Actores/actrices que empiezan en series y luego pueden pasar al cine puntual o principalmente
- Actores/actrices que prácticamente solo trabajan en series


Hace poco dediqué un pequeño ciclo a actuaciones de los actores de la serie de El Equipo A en la gran pantalla, por ejemplo del resto de series que me gustaban de los 80, de David Hasselhoff de El coche fantástico también he visto algunas cosas, de los actores de V también, quizás de Richard Dean Anderson (Macgyver) sea más difícil encontrar algo que ver y de Remington Steele que voy revisionando de vez en cuando, pues por ejemplo Pierce Brosnan saltó al estrellato después de la serie y su compañera de reparto, que es quien hoy me ocupaba, Stephanie Zimbalist, es también complicado encontrar películas suyas para ver, siendo esta quizás la única posible de ver en España fuera de la pequeña pantalla.


Tenía esta TV Movie marcada para ver, pero un acontecimiento me hizo adelantarla en las prioridades. Y es que hace unas semanas tuve una sorprendente cita con una chica llamada Carolina. Independientemente del resultado de la misma y mi impresión, una de sus muchas cualidades es que había hecho sus pinitos en el mundo del doblaje.

Nada importante, pero tenía una voz realmente diferencial y especial, y que ligándolo con esta película hubiera encajado muy bien en el personaje protagonista de Carolina, ya que además se parecía mucho más a la voz que tiene Stephanie Zimbalist en Remington Steele que la que le pusieron en esta película.

Esta película basada en un libro, formaba parte de la serie Hallmark Hall of Fame, que empezó en 1951 y todavía sigue hoy en día.

Como muchas de las que se han hecho bajo esta marca, y muy habitual también en las TV Movie en general, estamos ante dramas familiares ambientados siempre en interiores mayoritariamente (el edificio principal utilizado en el rodaje y en el que se desarrolla prácticamente toda la trama se utilizó también en Paseando a Miss Daisy), que no es precisamente mi escenario favorito para una película, pero que te puede mostrar buenas interpretaciones o algún mensaje potente como es en este caso.

También es muy habitual como una persona externa llega a una familia en aparente paz y armonía y su venida provoca que dicha entente cordial y afloren otro tipo de sentimientos y problemas familiares, tal vez inexistentes o tal vez escondidos esperando a que alguien los removiera.


Me sorprendió ver al frente del proyecto a Joseph Sargent, un interesante director norteamericano, con hasta 92 títulos de crédito, lo cual es bastante para un director, y responsable de algunas películas como Los Traficantes (1973), Pelham 1,2,3 (1974) o MacArthur: El general rebelde (1977), y del que he visto últimamente bastantes películas, a pesar de que no me gusta repetir, como La chica de oro (1979), Caminos cruzados (1980), Día uno (1989) y Buscadores de marfil (1990).

Sargent nos ofrece una historia interesante y, para los más perspicaces, aquellos que buscan algo más que un simple misterio, también resulta educativa.

Y es que aunque al principio, la única pregunta que parece plantearse en la trama es si es o no es Caroline (por supuesto, la respuesta sólo la tendrás cerca del final), más adelante hay también otras preguntas más universales como ¿qué haces con un niño discapacitado? y otra, más importante ¿qué haces con los padres (ricos) de un niño discapacitado que no saben o no están preparados para esta circustancia?

No tengo idea de si Jenny Jacobs, que interpreta a Heidi, sufría de un déficit neurológico o minusvalía, pero que lo sufriera o no no importa, su interpretación del personaje sería difícil de mejorar y rara vez se verá un caso así, en que un niño sobresalga por encima de los adultos, y más interpretando a un niño discapacitado.

Shawn Pelham, que interpreta a su hermano, también está notable, pero tristemente su carrera se vio truncada con tan solo 23 años por culpa de un accidente de tráfico.


Una película que os hará valorar la vida, lo afortunados que sois de ser normales y de tener salud y que también os hará valorar el esfuerzo de estos niños y sus padres que no tienen esa suerte.










Valoración:                                   6/10















30 enero 2025

Siete noches en Japón (1976)

 






Termino este viaje cinematográfico por Asia, en el extremo oriental del continente, en al archipiélago de Japón, con una película que me encontré por casualidad en mi colección y que es justo lo que buscaba, con otro argumento que no fuera el bélico y de otra década posterior.

Una película totalmente desconocida, donde quizás el nombre que más suene de la producción sea el de su director Lewis Gilbert, longevo director británico, fallecido en 2018 a los 98 años y que obtuvo en su carrera una nominación al Óscar, a mejor película por Alfie en 1967.

Un director que ya había ambientado previamente una película en Japón, concretamente una de James Bond, Sólo se vive dos veces (1967), y curiosamente su anterior película es esta que comento también empezó por Siete en su traducción al Español, Siete hombres al amanecer (1975), que además contaron con el mismo director de fotografía, el francés Henri Decae. Y además otra titulada El séptimo amanecer (1964), parece que el siete era su número de la suerte.

Seguramente sea el director que más veces ha dirigido al famoso agente británico 007, ya que además de en Sólo se vive dos veces, los hizo en La espía que me amó (1977) y Moonraker (1979).

Como digo una película no de corte bélico, si no centrada en la Aristocracia británica visitando el país del sol naciente. Este tipo de películas pueden resultar aburridas e incluso tediosas, cuando se centran en rodajes de interior exclusivamente, y se centran en protocolos y ambientes totalmente desconocidos y de escaso interés para el público general, pero aquí se nos hace un bonito recorrido por algunos lugares del país nipón, como el Buda Sentado de Kamakura en el preámbulo de la película, o el Monte Fuji y el Templo de Oro de Kyoto durante el desarrollo de la misma.

Sorprende que en un país tremendamente sobrepoblado (en la película dicen que Tokio tiene 11 millones de habitantes ya en 1976), el director conjuga muy bien el rodaje en ciudad como en zona más despoblada, encontrando lugares dignos de meditación, muy propia en Japón, y dotando a la película de un ambiente tranquilo, apacible y melancólico.


Más allá del cine producido en el país, con Akira Kurosawa como máximo referente, la sensación es que se ha utilizado poco la localización de Japón para realizar películas, tal vez por costes de producción, igual rodar íntegramente allí, como sucedió con esta película es relativamente costoso.

Así que se aprovecharon pasajes históricos, especialmente la Segunda Guerra Mundial para ambientar alguna película en este país asiático.

Y en este caso se utiliza una visita británica a Japón, países enfrentados en la Guerra, pero aparentemente sin mucha conexión entre si.

De la película se dijo que el personaje del príncipe George (Michael York) representa al rey Carlos III (por aquella época príncipe). Time Out dijo que el personaje era "obviamente Charles, aunque se llamaba George".

También se valoró y se hizo una comparación con un clásico como Vacaciones en Roma, diciendo que fue "una actualización libre de Vacaciones en Roma (1953)", pero no acabo de ver tanta conexión entre ambas.


Se trata de un agradable recorrido turístico por Japón con una trama poco interesante, ligeramente romántica sin ser empalagosa, cursi sin ser detestable, y una subtrama bastante tonta que implica un intento de asesinato absurdamente llevado a cabo.

Así que contrastes, hay cosas positivas y cosas negativas, pero no es una película que quieras dejar de ver, especialmente si nunca has estado en Japón y tienes curiosidad por este país y su cultura.










Valoración:                            5/10













22 enero 2025

La india en llamas (1959)

 





Proseguí con mi viaje por Asia, haciendo mi siguiente parada en La India, ese país que se ve fascinante desde fuera pero que igual sobre el terreno no lo es tanto.

Dentro de Asia, La India sea posiblemente junto con Japón, el país donde más películas se han ambientado. Las de La India principalmente con dos hilos argumentales, aventuras variadas o películas coloniales británicas.

Y que mejor que recorrer La India en tren, lo cual me retrotrae a dos eventos que también lo hacen. Los documentales, de los que tanto me gusta disfrutar y degustar, y que en alguna ocasión he visto alguno cruzando La India en tren, y mi admirada serie de dibujos animados de la infancia, La Vuelta al Mundo de Willy Fog, donde sus personajes también recorrían el país asiático en tren, dentro también de la época colonial británica.

Pero para hacer el recorrido en tren que nos propone la película no hace falta viajar hasta La India, ya que, como en la anterior película, el director J. Lee Thompson también eligió España para el rodaje de esta película.

Y es algo que me ha sorprendido, porque si que estoy familiarizado con que muchos Spaghetti Westerns se vinieran a rodar a Almería y alguna que otra superproducción también lo hiciera en la Sierra del Guadarrama, pero desconocía estas dos películas, que además están ambientadas en Asia, cuando realmente España y Asia no tienen mucho parecido orográfico.


Así que los habitantes de la comarca de Guadix pudieron disfrutar del rodaje de esta película e incluso participar como extras en la misma. 

La famosa secuencia del viaducto de la película se rodó en el Puente Anchurón, situado en Fonelas, Granada.
El antiguo ferrocarril que se ve en la película está abandonado y ya no se utiliza. Originalmente, el ferrocarril atravesaba la parte norte de Sierra Nevada, la cadena montañosa de la región de las provincias españolas de Granada y Almería.

Pero es un ferrocarril famoso en el cine, ya que se ha utilizado en algunas películas más como Sol rojo (1971), La leyenda de un valiente (1967) y Siete pistolas para los Mac Gregor (1966).

John Lee Thompson es un clásico del cine de aventuras, un director británico, que más allá del maestro Alfred Hitchcock, se instaló entre la élite de los directores de este género. Era un director extremadamente competente y confiable, reconocido y respetado por los productores por terminar sus películas a tiempo y dentro del presupuesto asignado.

Siempre lo asocio a películas en las que los protagonistas son Gregory Peck o Charles Bronson.

En total dirigió a Charles Bronson hasta en 9 películas y a Gregory Peck en 4, aunque quizás éstas más notables. Además también dirigió con asiduidad a Anthony Quayle, 5 veces, Herbert Lom, 5, Anthony Quinn, 3 y David Niven, 3.

Gregory Peck dijo una vez que sólo había cuatro directores en quienes podía confiar para que le dijeran si estaba fingiendo o no su actuación: Alfred Hitchcock, George Cukor, William Wyler y Thompson, lo que era darle el estatus más alto junto a tres grandes maestros del cine.

Fue el director elegido por Charles Bronson para algunas de sus películas. A Bronson le gustaba su método de filmación rápido y sin florituras.

El Oro de McKenna (1969) y Los Cañones de Navarone (1961) son dos de mis películas favoritas.


De esos actores habituales, el único que trabaja en esta película es el checo Herbert Lom. Supongo que el actor más importante de este país, sumido en el comunismo cuando la industria cinematográfica despegaba, y que una vez se estableció principalmente en Hollywood, desde un país como Checoslovaquia o posteriormente la República Checa o Eslovaquia, era difícil trascender del cine nacional y llegar a la meca del cine.

Lom está aquí fantástico, como en alguna otra película que le he visto, complementando un tanto anónimo reparto (y más para lo que suelen ser las películas de Thompson), encabezado por Lauren Bacall, que aunque sea un nombre importante en el mundo del cine, lo es más por ser la mujer de Humprey Bogart. 

Bogart le sacaba 25 años, y además murió relativamente joven, con lo que Bacall quedó viuda a la edad de 32 años (se dice que poco después anunció su compromiso con Frank Sinatra, pero finalmente no se rubricó. Posteriormente se casó con Jason Robards). 

Bogart había fallecido recientemente durante esta película y digamos que marca la última película de Bacall de su época de esplendor, ya que después de ella se casó y tuvo a su tercer hijo y su carrera adquirió un carácter mucho más discontinuo, sin grandes películas ni papeles e intercalando trabajo en cine con trabajo en televisión.

Si soléis consultar la web IMDb, fijaros que tiene el segundo ID de nombre más bajo (https://www.imdb.com/name/nm0000002/bio/?ref_=nm_ov_bio_sm), justo después de Fred Astaire y justo antes de Brigitte Bardot.


DVD Talk dijo de esta película que "... tiene mucho en común con La diligencia (1939) de John Ford en el sentido de que es esencialmente una historia de una mezcla heterogénea de anglosajones confinados en un vagón de tren, corriendo a través de una llanura india tratando de evadir a salvajes sedientos de sangre. Puede ser una reelaboración descarada de La diligencia (1939), ya que la historia original fue coescrita por el hijo de John Ford (I), Patrick Ford, y el esposo de Maureen O'Hara, Will Price . El guión final fue adaptado de un guión del guionista Frank S. Nugent, el escritor de 11 películas de Ford".

Una película bastante subestimada e ignorada, con muy buenos argumentos para sentarse a verla, a pesar de sus más de dos horas (aunque hay una versión más corta, de hecho la que yo vi tuvo muchos momentos sin doblaje), como la notable dirección, el argumento singular o la pintoresca fotografía, más allá de la actuación de todos los pasajeros del tren es notable, a pesar del semi anonimato de algunos de los actores.

¡Pasajeros al tren!










Valoración:                          7/10












29 diciembre 2024

Colisión en la nacional 5 (1976)

 





Pues alcancé las 500 entradas en mi blog, y para tal efeméride estuve dudando en a quien dedicarle dicho evento. Ya quedan muy pocos actores/directores vivos nacidos en la década de los años veinte del siglo pasado.

Recientemente le dediqué una entrada a Dick Van Dyke por su 99 cumpleaños y meses atrás a Eva Marie Saint por sus 100 años. Podía también haber valorado a otros actores muy veteranos ya, pero nacidos en la siguiente década, como Gene Hackman, Clint Eastwood o Robert Duvall, pero a todos los considero como un poco más modernos, no tienen ninguna película importante en los años 50 por ejemplo.

Además Hackman y Duvall empezaron a ser importantes yo creo que allá por los años setenta ya, y Clint, que creo que es el actor vivo más importante, pues es difícil encontrar alguna película suya que sea poco conocida, tanto en su faceta de actor como en la de director.


Así que elegí una persona, que siempre me ha parecido poco valorada, y que tiene papeles importantes en grades películas, como por ejemplo una de mis películas favoritas, Centauros del desierto (1956), pero también en Psicosis (1960), y completando su podio de películas más importantes podríamos poner El hombre que mató a Liberty Valance (1962). Estoy hablando de la actriz Vera Miles.

Una de las muchas actrices (y actores) que usan un nombre artístico, en su caso podríamos decir que semi artístico. Cambió su nombre a Vera Miles (derivado de su primer nombre de casada) al llegar por primera vez a Hollywood, debido a que ya había una Vera Ralston que trabajaba allí en ese momento.

Su éxito como reina de belleza (en 1948, quedó en tercer lugar en el concurso Miss América y después fue coronada Miss Kansas) la llevó a trasladarse a Los Ángeles en 1950, donde pronto comenzó a desempeñar pequeños papeles en cine y televisión, entre las que se encontraba una participación menor en el musical Dos billetes para Broadway (1951), que estaba protagonizado por Janet Leigh, con quien Miles protagonizaría nueve años más tarde la película Psicosis de Alfred Hitchcock. Atrajo la atención de varias productoras, con las que trabajó como modelo publicitaria, como era habitual en esa época para la mayoría de las aspirantes a estrellas en Hollywood.

Fue una de las actrices favoritas de Alfred Hitchcock después de que Grace Kelly se retirara, pero el embarazo le impidió interpretar muchos papeles protagonistas. De hecho estaba previsto que rodara otra gran película como Vértigo (1956), pero el embarazo hizo que el papel fuera a manos de Kim Novak (otra que podía haber considerado para esta entrada número 500, porque aunque es ligeramente más joven (1933), si que tiene papeles en la década de los cincuenta), con la que no logró conectar nunca.

Y es que tuvo hasta cuatro hijos, con tres maridos diferentes (de los cuatro que tuvo), uno de ellos el también actor Gordon Scott, que interpretó a Tarzán en varias ocasiones, cuando quizás se daban más las relaciones y matrimonios entre compañeros de la profesión.

Vera Miles pudo ser musa, pero decidió ser simplemente mujer y su peso en el cine es mayor de lo que dice su popularidad y el conocimiento sobre ella (seguro que muchos ni siquiera la conocen).


De entre su filmografía, teniendo en cuenta lo que tenía disponible, me fijé en esta película para televisión, que aparte de coches y carreteras, que suele ser un binomio que me gusta bastante, y en los años 70 me permitiría ver coches americanos clásicos de aquella época, tenía la conexión de contar en el reparto con Terry Moore, también nacida en 1929 como Miles, y también viva. Una actriz todavía menos conocida pero que llegó a recibir una nominación al Óscar en la categoría de actriz de reparto.

Pero había más detalles que llamaron la atención apriorísticamente. El resto del reparto, con varios nombres que me restultaban familiares, en especial un relativamente joven Tommy Lee Jones, la curiosidad de un padre y una hija en la vida real dentro del reparto, o el nombre de Bill Conti al frente de la banda sonora de la película, uno de mis favoritos, conocido especialmente por sus trabajos en la saga de Rocky o en Evasión o Victoria.

Así que me aventuraba con otra Disaster Movie de los años 70, con una catástrofe diferente a las que había venido viendo hasta ahora, y que me sorprendió con una situación que hasta ahora no había visto y que pensé que me había estropeado la película.

Y es que la película cuenta al principio lo que va a suceder al final, de hecho hay unos minutos, pocos, que se repiten tanto al principio como al final de la misma. Pero por suerte, pude comprobar al final que ese preámbulo no me había desvelado quienes morían en el accidente.

Así que aunque es claramente catalogable dentro de este subgénero casi exclusivo de los años 70, si no nos cuentan al principio de la película el desenlace final podríamos catalogarla como un drama o película de acción, digamos que no tiene la estructura habitual de las películas de catástrofes, en las cuales el desastre es al comienzo de la misma, o se prolonga durante gran parte de la película, pero a diferencia de algunas películas de este tipo, las historias de fondo individuales son realmente interesantes, aunque a veces pueda parecer un poco telenovela.

Con lo cual a diferencia de otras películas de este género, el desastre o catástrofe se produce al final de la película y mientras tanto nos va contando las vidas en las horas previas de varios de los protagonistas que van a converger en dicho accidente, con la curiosa característica de que casi todos los personajes aparentemente llevan vidas ociosas.


Una película que a mi parecer pretende enfatizar en que detrás de cada accidente, de cada víctima, hay algo más que la correspondiente estadística. Detrás de cada víctima de tráfico hay una persona con su propia historia que contar, y eso es lo que esta modesta pero admirable película de catástrofes hecha para la televisión quiere enfatizar.









Valoración:                          6/10















26 diciembre 2024

La vida de nuestro señor Jesucristo (1986)

 





Las películas habituales de Navidad suelen ser una mezcla de Papá Noel, comedia romántica, nieve, niños ... y en cambio las películas de corte biblíco o en las que está presente la figura de Jesús se dejan casi exclusivamente para Semana Santa.

Si que es cierto que la figura de Jesús está presente en no pocas películas, pero también lo es que raramente la película gira en torno a su figura. Por ejemplo, en grandes superproducciones de los 50 o los 60, su figura está flotando en el ambiente, con un peso relativamente importante, pero sin tener excesivo protagonismo, como por ejemplo en las magistrales Quo Vadis, Ben-Hur o Barrabás, quedando de ese tipo de películas como las que más representan la figura de Jesús Rey de Reyes o La historia más grande jamás contada.

Lo que también es significativo es que en la inmensa mayoría de estas películas se narra la parte adulta de la vida de Jesús, y no me suena haber visto nunca tanto detalle sobre su vida de niño o joven como en esta película, de hecho aquí en los títulos de crédito aparecen hasta 4 nombres para la infancia de Jesús, pasando luego ya a su vida adulta.

Así que por eso me llamó la atención esta película, aunque me hubiera gustado esta otra, La Natividad de Cristo, con algunos actores conocidos y una sorprendentemente joven Madeleine Stowe, pero que no he podido conseguir. Solo he visto algún vhs, por el que piden más de 100 euros y evidentemente en inglés, entiendo que esta película no se dobló al español.

Y es que no se sabe lo mismo de la vida inicial o de su infancia como si de su edad adulta y la última etapa de su vida, y por tanto no es igual de fácil de representar y tampoco tiene tanto interés como sus últimos años.

El actor que encarna aquí al Jesús adulto me transmite muy poco, me parece tremendamente inexpresivo en gestos y voz. Por ejemplo, el actor que encarna a Jesús en Ben-Hur, y al que no se le ve el rostro, tiene un impacto y una potencia tremendamente mayor en los pocos planos que sale. Un caso curioso, ya que apenas es su único crédito filmográfico.


Esta película tiene dos problemas, el primero es que ya conocemos la historia que va contar, con lo cual el factor diferencial viene principalmente por los escenarios elegidos, y en este caso ambientar una historia de Israel en México es difícil, un país mediterráneo salta a la vista y Méjico no lo es.
No obstante prefiero esos paisajes mejicanos, a las escenas en pueblos que no se parecen nada a los de oriente próximo.

En ese sentido me quedo por mayoría con la primera parte de la película frente a la segunda.

El segundo, es que evidentemente la tienes que comparar con otras películas que narran la vida de Jesús o en un concepto más amplio, películas biblícas. Y aquí todavía sale peor parada, ya que algunas de las mejores películas de la historia fueron estas superproducciones que ya he comentado antes y que ganan por goleada a ésta, en actores, localizaciones, desarrollo y montaje de la película.
de la mano de una superproducción.


Pero aquí lo que hago es calificar el valor cinéfilo de la película (siempre bajo mi criterio claro), y por muy creyente que sea y mucho que me puedan gustar estas películas, evidentemente se me queda escasa de nivel, no sé si por no estar familiarizado con el cine de este país, o porque evidentemente sus recursos cinematográficos son muy inferiores a los de cualquier otro país.

La primera parte de la película, en la que nos muestra los avatares menos conocidos de Jesús como niño, es más interesante por lo novedoso de la misma, pero la segunda, ya de adulto, en la que hace un repaso de algunos de sus episodios y milagros más famosos me ha resultado bastante pobre. Se intenta aglutinar muchos eventos en poco tiempo y ello provoca que se condense todo mucho y por ejemplo la forma de reclutar a los Apóstoles, parece como si fueras a hacer la compra rápidamente y sin fijarte mucho en lo que cojes, y luego empieza a relatar milagros concatenándolos unos con otros, sin ningún tipo de sentido ni justificación y quedando todo muy inconexo.


Esta película mejicana corrió a cargo del productor, director y guionista Miguel Zacarías, su última película, y el cual hizo varias relacionadas con la vida de Jesús, quizás por eso llegó hasta los 101 años de vida.

Así a parte de ésta tenemos

- Jesús, María y José (1972)
- Jesús, el niño Dios (1971)
- Jesús, nuestro señor (1971)
- El pecado de Adán y Eva (1969)


Justo de ésta película cogió unos segundos de metraje para el comienzo de La vida de nuestro señor Jesucristo.

En esa película estaba una de las mayores estrellas del cine mejicano, Jorge Rivero. Uno de los actores físicamente más imponentes que he conocido (sin llegar al nivel de Dwayne Johnson), no sé si era culturista, luchador, o ambas cosas.

Aquí ya había perdido su popularidad, y de hecho tiene un papel bastante residual, pero recuerdo que llegó a compartir cartel con John Wayne en un importante western como Río Lobo. Y el otro nombre reconocible, aunque también con un espacio mínimo en la película, es René Cardona, nacido en La Habana, pero que realizó su carrera en México y padre y abuelo de directores también. Aunque tiene casi 150 títulos de crédito como director, algo a lo que pocos llegan, aquí aparece entre el reparto.

Curiosamente también tiene varios títulos con la palabra Dios en su filmografía

- Arrullo de Dios (1967)
Jesús, el niño Dios (1971)
- Hoy he soñado con Dios (1972)



Una película distinta y desconocida sobre la vida de Jesús, que si esperáis que sea como las superproducciones de Hollywood mejor no la veais, pues os llevaréis una decepción, o más bien dejaréis de verla, porque tampoco hay que desdeñar que son más de dos horas de película.








Valoración:                           5/10













22 diciembre 2024

Ángeles sin cielo (1993)

 





Habitualmente suelo tener la costumbre de ver una película por el día de mi cumpleaños, ya que tampoco hay mucho que celebrar y además en esta ocasión además de mis problemas de salud estaba con un resfriado importante.

En otros años solía ver una película de un actor o director que hubiera nacido mi mismo día, pero entre que no abundan los intersantes en dicho día o incluso ya había repetido alguno decidí cambiar la fórmula por una película en cuyo título llevara mi nombre, y es que con Ángel o Ángeles tengo unas cuantas.

Eso sí, tenía bastantes de acción y quería que mi nombre resaltara con otro tipo de película, que fuera la acepción más cercana o parecida a un Ángel del cielo (también por la proximidad de la Navidad y la figura obligatoria del Ángel que anunció el nacimiento de nuestro señor Jesús), y ésta me llamó la atención y consideré que era la idónea.


Y además nada más empezar la película me encontré con una temática que hacía mucho no me encontraba, como son los mendigos o vagabundos, unas personas especialmente olvidadas en estos días de Navidad, en la que todo el mundo debería estar acompañado y estar cerca de su familia, y quizás ellos queden en el más absoluto olvido.

También me tocó la fibra y me vi representado en como muestra a una persona enferma que queda totalmente desamparada después de la enfermedad, y como estos mendigos/enfermos llevan su tragedia con optimismo y fe en una vida mejor, dando una clara enseñanza a gente que se viene abajo por cosas mucho menores o insignificantes.

Por no hablar de sus humildes sueños y aspiraciones, el conseguir un techo bajo el que poder dormir y no tener que hacerlo en circunstancias inaceptables para cualquier ser humano, mientras otros sueñan con grandes mansiones, vehículos de lujo o multiples viajes paradisíacos, todo consumismo, frente a una inocente humildad.

Estas personas con un caparazón duro por la experiencias al límite que pasan día tras día pero frágil a su vez por lo cerca que están del abismo, no tienen porque ser personas sin educación o que hayan cometido muchos errores que les hayan llevado a esa situación, si no que un simple golpe de mala suerte te puede llevar a ello, mientras la gente miramos para otro lado al pasar a su lado o andamos más deprisa para esquivar su presencia. Y además seguramente tienen un concepto de la lealtad muy diferente y mucho más fuerte que la mayoría de las personas normales, tú me cuidas y yo te cuido, mientras las personas normales no queremos oir hablar de tener que cuidar a nadie y solo estamos para las cosas buenas.

Incluso cuando dejan este mundo la vida es cruel con ellos. Seguramente, como nos muestra la película, muchos estén enterrados en una fosa común o incinerados anónimamente. E incluso como nos muestra la película, las fotos que quedaron como su único recuerdo desaparecen, sin dejar rastro de la individualidad de ese ser humano, su huella, que seguramente algo de bueno tendría, o a lo mejor simplemente no tuvo nada de malo y eso ya es mucho más que otros que no han tenido esa vida.


Los encargados por el director de llevar a cabo esta película denuncia, que trata de ofrecer una mirada a los desfavorecidos, fueron Danny Glover y Matt Dillon.
Son dos actores que nunca me habían apasionado, pero tengo claro que esa impresión era en base a ver películas suyas que no me cautivaron o personajes con los que no contraje ninguna empatía, y que por tanto trasladé a los actores reales.

Tanto Dillon como Glover para prepararse para esta interpretación decidieron experimentar la realidad de los mismos previamente para obtener una representación lo más real posible.
Matt Dillon estudió la esquizofrenia durante dos meses para meterse en el personaje y Danny Glover se hizo pasar por una persona sin hogar de incógnito para tener una idea de las luchas y dificultades que padecen las personas sin hogar.

Matt Dillon y Danny Glover ofrecen actuaciones sutiles pero lo suficientemente poderosas como para hacerte olvidar que son actores y creerte todo el tiempo que son vagabundos. No siempre la película más taquillera de un actor tiene porque ser su mejor interpretación, y para mi hasta la fecha esta es la mejor actuación de ambos que he visto, con sobresaliente para Glover y rozándolo Dillon.

Dos buenos secundarios como Ving Rhames y Joe Seneca, acompañan y realzan a los dos protagonistas.

Nunca he estado en Nueva York y no sé cuanto de real tienen estas localizaciones (Distrito Apache, el Bronx, fue la que mejor plasmó esta realidad de Nueva York), o por lo menos en la actualidad, que nos muestran barrios totalmente marginales, peligrosos, desatendidos que parece difícil que puedan existir en la ciudad de los negocios por excelencia, pero que dotan de un valor extraordinario a una película como ésta.
No obstante, igual los alcaldes de estas ciudades se equivocan en perseguir a unos mendigos con unos sueños totalmente inofensivos y que solo luchan por sobrevivir un día más y ver un nuevo amanecer.


Pero claro, todo esto es lo que nos muestra la película, pero cuanto de real tiene, o cuanto se parecen los vagabundos de hoy en día a los que nos quiere mostrar la película, o que porcentaje de los vagabundos tienen este perfil tan tierno, desprotegido e injustamente tratado por la sociedad.

No obstante piensa que casi es más fácil que seas vagabundo que millonario.

Sea como fuere, Ángeles sin Cielo es la historia de unas personas que ni son Ángeles ni irán al cielo pero que podrían dar una gran lección a otros que se creen Ángeles o se piensan que tienen el cielo ganado.

Ojalá Dios acoja a estas personas en su gloria y les compense la desgraciada y triste vida terrenal que han tenido.










Valoración:                            8/10













14 diciembre 2024

Más allá del amor (1979)

 





Una de las películas más habituales para ver en este mes de diciembre y la Navidad sin duda es Mary Poppins, y precisamente ayer su protagonista, Dick Van Dyke, cumplía 99 años, así que me parecía un buen motivo para rendirle homenaje. Me habría gustado dedicarle la entrada número 500 del blog, pero se me echó el tiempo encima y su cumpleaños fue antes de ello.

Fumador empedernido durante cincuenta años, fumaba hasta dos paquetes de cigarrillos al día. Finalmente logró dejarlo con chicles y parches. Afirmaba que dejar de fumar era mucho más difícil que dejar de beber. Es curioso como él ha llegado hasta los 99 años, por ahora, y otros con la misma adicción, como el recientemente comentado George Peppard no logró pasar de los 65. Pero su madre falleció con 95 años, así que debe ser cuestión de genética.

Además también fue alcohólico durante veinticinco años, algo más habitual de lo que sería deseable en el mundo de la actuación. Decía que "en los años cincuenta y sesenta, todo el mundo tomaba un martini y fumaba sin parar. Lo curioso es que durante mis veinte y treinta y tantos no bebí nada. Luego nos mudamos a un barrio lleno de familias jóvenes con hijos de la misma edad y todos bebían mucho, había grandes fiestas todas las noches. Iba a trabajar con una resaca terrible, que si estás bailando es realmente dura. Estaba en serios problemas, te vuelves suicida y piensas que no puedes seguir. Tenía sentimientos suicidas, era terrible. Pero de repente, como una bendición, la bebida empezó a no saber bien."

Es bisabuelo desde 2001, así que podría llegar a ser tatarabuelo si sigue viviendo unos años más.


Su inspiración cómica fue Stan Laurel . Dice que pudo encontrarlo buscando su nombre en la guía telefónica de Santa Mónica, California, donde vivía Laurel. Lo llamó y Laurel lo invitó a su casa. Los dos se hicieron buenos amigos. Cuando Laurel falleció, Van Dyke pronunció su panegírico en el funeral. Además su otro ídolo fue Buster Keaton. 

Conoció a Laurel al final de su vida y fue una gran emoción para Van Dyke. Le dejó su pajarita y su bombín y le dijo que si alguna vez hacían una película sobre él, querría que la interpretara.

Antes de trabajar en el enorme éxito que fue Mary Poppins, ya tenía un programa propio que se llamaba El show de Dick Van Dyke, junto a Mary Tyler Moore, que luego tendría su programa propio.

A finales de los años 80, parecía que la carrera de Van Dyke había terminado. Sin embargo, su aclamada interpretación del fiscal de distrito en Dick Tracy (1990) dio lugar a Diagnóstico asesinato (1993), que resultó ser un gran regreso a la televisión para la estrella de 67 años.

La verdad que el papel de esta película parece adecuado para él ya que participó en la infancia y juventud algunos eventos religiosos, como por ejemplo debutar como actor interpretando al Niño Jesús en una representación navideña de una iglesia (se dice que lloró durante todo el tiempo que estuvo allí), y además antes de ser actor y comediante, también fue maestro de escuela dominical en una iglesia presbiteriana, donde ministraba todos los domingos.

Además entre sus pasatiempos están jugar al golf, navegar, pasar tiempo con su familia, bailar, viajar, la comedia, tocar el piano, usar la computadora, la Biblia, orar y cantar, así que parece ser que siempre ha tenido una vida cristiana practicante.


Un actor asociado principalmente a papeles en comedias y musicales, siendo ésta película una de sus pocas excepciones. De hecho la publicidad de esta película afirmaba que era el primer papel dramático en una película de cine para el comediante Dick Van Dyke.
Lo cual demuestra que un buen actor tiene que valer para más de un registro.

Una película totalmente desconocida a pesar de ser producida y dirigida por Stanley Kramer (su última película), nominado hasta en nueve ocasiones para el Oscar de la Academia, y con Dick Van Dyke y algún actor interesante más, para mi sobre todo Beau Bridges, que ya va siendo veterano también.

Con el recurso del flashback en la película, aquí no se hace molesto, ya que se hacen períodos largos de película tanto del presente como del pasado que nos cuenta, sin saltar continuamente y mareándote.

Basada en una novela del dramaturgo Milan Stitt, el cual alguna vez consideró convertirse en sacerdote.

Al adaptar esta obra controvertida para la gran pantalla, Milan Stitt redujo drásticamente varios de los personajes originales (por ejemplo, Amos el carcelero, el fiscal y Monseñor Nicholson) y creó algunos nuevos (el dueño de la tienda general, las monjas ancianas postradas en cama, las "mujeres de las minas de carbón", etc.). En la película, se dedica demasiado tiempo a los tres protagonistas (el padre Rivard, la hermana Rita y la ama de llaves, la señora Shandig), mientras que a los personajes secundarios se les concede poco tiempo en pantalla. Esto le da un cierto aspecto de aburrida.


Para mi, que me considero bastante religioso, siempre está bien ver una historia sobre la cara oculta de un sacerdote o una monja (extraño que convivan ambas figuras juntas), ya que siempre tenemos la imagen del sacerdote dando misa y no conocemos como discurre el resto de su vida ni las tribulaciones que tiene afrontar en la misma.




El título de la película y la obra original, que podríamos traducir por "El corredor tropieza", proviene de Isaías 40:31 de la Biblia, que dice: "Pero los que esperan en el Señor renovarán sus fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán".

Una película religiosa rural, nada habitual, con un acertado y bonito emplazamiento de la misma, que extrañamente no es nada conocida y merece la pena su visionado.









Valoración:                            6/10