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01 abril 2025

La esfinge de cristal (1967)

 






Ha sido un fin de semana bastante luctuoso en lo que al ámbito cinematográfico se refiere. Primero fallecía Richard Norton, un actor australiano especializado en películas de artes marciales, que trabajó en varias ocasiones con Chuck Norris (incluidos varios episodios de Walker Texas Ranger). También fallecía, uno de los grandes que quedaba vivos, como Richard Chamberlain, al que hace poco le rendí un pequeño homenaje viendo una de sus películas. Y a nivel nacional, un posiblemente desconocido para la gran mayoría, como Ángel del Pozo, que es por quien he visto esta película.

Con una carrera relativamente efímera, 17 años desde 1960 hasta 1977 (sobre todo si lo comparamos con su logeva vida), pero prolífica, ya que tiene 73 títulos de crédito, teniendo algunos años hasta seis.

Quizás donde más destacó fue en el Spaghetti Western, pero no fue el único género, y compartió escena con actores tan importantes como Orson Welles, Yul Brynner, Christopher Lee o Lee Van Cleef, además de Robert Taylor como en esta película y Pampa Salvaje (1965).

Uno de los grandes actores de la época dorada de Hollywood, principalmente con personajes arrogantes y soberbios, en ese sentido se me parece mucho a Clark Gable (de hecho eran muy buenos amigos y Taylor fue uno de los portadores del féretro de Gable en su entierro), pero con unas innegables dotes para la interpretación.

Fue el primer actor estadounidense en protagonizar una película hecha en Inglaterra, Un yanqui en Oxford (1938).

Aunque no tuvo ninguna nominación al Oscar, aparece en tres películas nominadas al Oscar a la Mejor Película: La melodía de Broadway 1936 (1935), Quo Vadis (1951) e Ivanhoe (1952).

Su papel en Quo Vadis es sobresaliente y del resto de películas suyas, aunque no me gusten habitualmente sus personajes, me parece que también ofrece interpretaciones notables, como en Ivanhoe o Desafío en la ciudad muerta, que son mis favoritas suyas junto con Quo Vadis.

A él la que más le gustaba de sus películas era El puente de Waterloo (1940), y la segunda que más le gustaba Margarita Gautier, donde compartió protagonismo con Greta Garbo. Aquí también compartió escena con otra actriz sueca, Anita Ekberg, que sin llegar a la cantidad de actrices italianas que despuntaron en los años 50 y 60 del siglo XXI, también tuvieron su protagonismo, de la mano de Greta Garbo e Ingrid Bergman, que abrieron el camino a otras como Ekberg, Britt Ekland o Ann-Margret.

Ekberg se afincó en Italia, donde rodó gran parte de sus películas, entre ellas La Dolce Vita (1960), y donde falleció en 2015.


Durante la película se dice la frase, "brindaremos con el filtro de la juventud", a lo que el personaje de Anita Ekberg le dice al de Robert Taylor, no te hace falta, estoy segura. Taylor murió poco después de cáncer de pulmón, uno de los muchos actores clásicos que fallecieron antes o en torno a los 60 años por problemas de salud en muchos casos derivados del tabaco.

En el caso de Taylor, comenzó a fumar en su adolescencia temprana y, cuando era adulto, solía fumar entre tres y cinco paquetes de cigarrillos al día.

No se cuanto influiría el tabaco en sus muertes, pero en un breve espacio de tiempo se fueron estas estrellas demasiado pronto.

En 1958 Tyrone Power con 44
En 1959 Errol Flynn con 50
En 1960 Clark Gable con 59
En 1961 Gary Cooper con 60 


Lo cual me lleva a preguntarme si los guiones exigían que los personajes fumaran o eran peticiones explícitas de los propios actores. En esta película se ve a todos los personajes principales fumando, menos el que interpreta Ángel del Pozo.

No sé si Robert Taylor estaría ya enfermo, oficialmente le diagnosticaron la enfermedad en 1968, pero no se le nota la chispa y la energía que tenía en sus mejores películas.


Siempre me gusta cambiar de escenarios y viajar a través del cine. Además de la naturaleza, me gusta visitar otros países y cualquier película que me ofrece un viaje virtual siempre es bienvenida.

Hace años estuve a punto de ir a Egipto, justo ahora, en época de Semana Santa, pero finalmente por motivos laborales no pude y me dio mucha pena, ya que no podré ir. Así que esta visita por Egipto siempre es agradable y a la vez nostálgica, por aquel episodio fallido. 

De todas maneras no me habría encontrado las zonas del país que nos muestra la película igual que se ven en ella. En aquella época sin tanta superpoblación, sin turismo de masas, sería más fácil filmar en ciertos sitios turísticos y transmite la sensación de otro mundo completamente diferente.

Así que parecía un menú interesante, esta coproducción Hispano-Italiana, con los dos protagonistas de Estados Unidos y Suecia respectivamente y rodada en Egipto.

Durante la película me vinieron a la cabeza dos películas con cierto parecido, primero la gran Arenas de Muerte, con John Wayne y Sofía Loren, una de mis películas favoritas y de otro género, Zapatones (curiosamente de Bud Spencer al que nombraba en mi última película), cuyo título original es Piedone d'Egitto, y que se me parece en varias de las localizaciones de rodaje.

Una película de aventuras sobre arqueología, que siempre es un binomio atrayente para mi. La arqueología suele retratarte principalmente en selvas densas y frondosas o en desiertos como en esta ocasión, bueno, realmente la parte de desiertos la podríamos circunscribir a Egipto y todo el valle del Nilo, donde seguramente se sitúen los mayores yacimientos arqueológicos del mundo.

Es una película de contrastes. Con una primera parte tirando a mediocre, en la que no pasa mucho y no se avanza o se centra en el propósito de la película, luego comienzan a producirse giros en el guión y en el comportamiento de los personajes, además de que la arqueología se pone en el centro de la película, aderezado todo por una mejor localización para la trama, dejando solo en mejorable las escenas de acción, con muy mala destreza de algunos protagonistas en el manejo de las armas, y con la siempre curiosa estadística del conteo de cadáveres entre los protagonistas y los villanos.

Creo que aunque la primera parte pueda resultar un tanto decepcionante y plantearle a uno dejar de verla, la segunda mitad de la película la mejora mucho y merece la pena finalmente los poco más de 90 minutos.








Valoración:                                 6/10













16 abril 2017

La última cacería (1956)







Hacía mucho que no veía un Western y tenía ganas de éste, que un día lo empecé a ver y lo tuve que parar enseguida.
Perteneciente para mí a la época dorada de éste género, que son los años 50, dirigida por Richard Brooks, guionista y director que en esta película cumple ambos papeles.

Ganador de un Óscar al mejor guión adaptado por Elmer Gantry, cuenta entre otro grandes títulos con La última vez que vi París, Semilla de maldad, Los hermanos Karamazov, Dulce pájaro de juventud y sobre todo La gata sobre el tejado de zinc.

No es un director que destaque en el género del western, ya que apenas cuenta con tres o cuatros títulos, y los actores principales tampoco son exclusivos de este género.

Si más Robert Taylor con Caravana de mujeres y Desafío en la ciudad muerta como posibles títulos más destacados junto a esta de su filmografía del género y un poco menos Stewart Granger con por ejemplo Norte Salvaje que ya comenté aquí y Alaska, tierra de oro.

Actores prácticamente contemporáneos, se llevaban sólo dos años, destacaron ambos en un género poco desarrollado, las aventuras medievales, junto con Errol Flynn sean quizás los tres máximos exponentes.
En Robert Taylor podemos encontrar Ivanhoe, Los caballeros del Rey Arturo y Las aventuras de Quentin Durward y por Stewart Granger podríamos destacar Scaramouche y El prisionero de Zenda.
De hecho ambos también son protagonistas en una gran producción bíblica, Taylor en Qvo Vadis y Granger en Sodoma y Gomorra.

Además compartieron protagonismo en Todos los hermanos eran valientes, con lo cual tuvieron un paralelismo bastante curioso en sus vidas, salvo que Robert Taylor nos dejó muy jóven, en 1969, mientras que Stewart Granger lo hizo en 1993.

En este Western, aunque hay indios y vaqueros, el protagonismo lo acaparan los búfalos, basándose de hecho en un acontecimiento que ha acaecido, como es la gran reducción de este animal en América del Norte.

Una mujer y el dinero hace tambalear una amistad hasta romperlo y llevarlo a la enemistad irreversible, como es frecuente de ver en más Westerns.

Era típico ver coincidir a dos grandes actores en la misma película por aquella época, incluso hasta tres (Camino de Oregón con Kirk Douglas, Robert Mitchum y Richard Widmark por ejemplo), llevándose posiblemente el mayor acúmulo La conquista del Oeste.

Dentro de los pocos actores que intervienen, los que podrían ser considerados tercero y cuarto en importancia todavía están vivos a día de hoy, Debra Paget y Russ Tamblyn.

El final es muy bueno y sorprendente, incluso he encontrado una lista que lo incluye entre los mejores finales de películas.

Los 40 mejores finales de películas

Como curiosidades podemos decir que por aquella época Stewart Granger estaba casado con la actriz Jean Simmons, y que posteriormente se divorciaron y ella se casó con el director precisamente de ésta película.

El papel de Debra Paget lo estaba realizando Anne Bancroft pero un accidente rodando a caballo hizo que fuera sustituida.

Durante su rodaje la película se llamaba Operación Búfalo

Rodada en Dakota del Sur, durante el invierno Stewart Granger llevaba ropas de pleno invierno, pero cuando pasó el invierno tuvieron que cortarle la ropa para que aguantara el calor.






Valoración:                                     7/10







                                  La última cacería en IMDb



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