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04 abril 2025

La muerte golpea dos veces (1989)

 





Tristes noticias las que llegaban ayer al despertar desde Estados Unidos con el fallecimiento de Val Kilmer. Aunque había estado gravemente enfermo tiempo atrás parecía que lo había superado y ha sido un tanto inesperada, ya que con 65 años en los tiempos que corren en principio no debería ser edad para morirse (y más teniendo en cuenta que nos hacen trabajar más allá de esa edad), aunque depende de los excesos que hayas en tu vida (se pasa media película fumando).

Uno de esos actores nacidos el 31 de diciembre, fecha en la que me suele gustar ver una película en la sobremesa, y que hace unos años hice con El hombre que rompió mil cadenas (1987).

Nunca tuvo el aurea de Los Cruise, Pitt, Depp y compañía, y es que aunque era mayor que ellos, sus mayores éxitos vinieron más en la década de los 90 que en la de los 80 como los actores referencia que he nombrado.

Y todo a pesar de que rodó una interesante película totalmente ochentera como Escuela de genios en 1985, donde descubrí esa increíble canción que es Everybody wants to rule the world de Tears for Fears, y que tan solo un año después compartió protagonismo, bueno, realmente acompañó a Tom Cruise que era el claro protagonista, en la mítica Top Gun, también con una increíble canción Take my breath away, compuesta por Giorgio Moroder e interpretada por Berlin.


Pero sus papeles protagonistas importantes vendrían más adelante, primero con Willow (1988), posteriormente con The Doors (1991), Batman Forever (1995) o El Santo (1997), además de aparecer en otras interesantes y taquilleras películas en las que no era protagonista, o no el único, como Amor a Quemarropa (1993), Tombstone (1993) o Heat (1995). 

Luego esta la curiosa casualidad (o no), de su papel en Corazón Trueno (1992), la cual vi hace tiempo aunque no recuerdo muy bien, en la que interpreta a una persona con ascendencia Sioux, cuando el en realidad tenía ascendencia Cherokee, su abuela paterna pertenecía a esta tribu. De hecho en esta película también se mueven por una reserva india, en unos paisajes ocres y arcillosos de gran belleza, alejados del mundanal ruido y con una densidad de población reducida a la mínima expresión, que rozán lo idílico para mi.

Pero por parte de su madre el origen era sueco, de ahí su aspecto rubio y claramente mezcla de razas, que le dio en su época de juventud una apariencia inmejorablemente atractiva y seguramente deseo de muchas chicas jóvenes de la época.

Esa será siempre la imagen suya que quede en mi memoria, y es que más allá de El Santo creo que no vi nada más de él, aunque por desgracia he visto alguna imagen más actual y su deterioro había sido muy evidente, sobre todo si lo comparamos por ejemplo con su compañero de reparto en Top Gun.


Siempre le encontré cierto paralelismo con Patrick Swayze, uno de mis favoritos de esa generación, y que también, aunque parecía totalmente saludable y con una presencia envidiable, falleció muy joven.

Se le relacionó con la cantante Cher, la cantante y actriz Lesley Ann Warren, la modelo Cindy Crawford, o las actrices Angelina Jolie, Daryl Hannah y Ellen Barkin. Pero se casó con su compañera de reparto aquí, la actriz británica Joanne Whalley (en los títulos de crédito Joanne Whalley-Kilmer), con la que ya había protagonizado el año antes Willow. A ella no la veía desde que lo hice en Un buen hombre en África, y ya la tenía olvidada.


Esto nos lleva a los matrimonios en la vida real que son llevados al mundo cinematográfico. Así de esa época me vienen a la cabeza las películas de Alec Baldwin con Kim Basinger, Dennis Quaid y Meg Ryan, Tom Cruise con Nicole Kidman o Angelina Jolie con Brad Pitt ... incluso Sean Peen y Madonna protagonizaron Shanghai Surprise

Aunque no recuerdo si en alguna película más además de ésta, uno de los miembros de la pareja intenta matar a su cónyuge en la vida real.

Todos esos matrimonios, incluído el de Val Kilmer con Joanne Whalley, acabaron en divorcio, así que no parece una buena idea trasladar un matrimonio en la vida real a una historia en la gran pantalla.


Ambientada en Nevada, se pasa por Reno y Las Vegas, para finalizar en la frontera con Arizona, el medio oeste de Estados Unidos. Las películas de esa zona de América tienen magia, ya que es un terreno sobrecogedor por su belleza, con algunos de los accidentes geográficos más impresionantes y sorprendentes del planeta.

Kilmer interpreta a un personaje tímido, desafortunado e inseguro por las vicisitudes que la vida le ha deparado, al que nada le sale bien, pero al que el destino le tiene reservada una recompensa a tanto sufrimiento.

En cambio Michael Madsen adopta aquí un personaje menos habitual para mi por sus anteriores papeles que he visto suyos, pero está sobresaliente, y supongo que tendrá más personajes parecidos viendo lo bien que se desenvuelve.

Ambos compartirían cartelera después en The Doors.

Los tres personajes principales están rodeados por un punto de desesperación que convierte la película en imprevisible, ya que nunca sabes como se va a comportar una persona tan inestable.

Se convierte en una mezcla de Dos hombres y un destino (1969) y Thelma y Louise (1991), aunque también me evoca a algún episodio de Crímenes imperfectos, en el que se produce algún asesinato en un apartado motel. Y es que aunque parezca idílica la imagen de ese turismo interior y pernoctar en un motel alejado del mundanal ruido en Estados Unidos, no deja de ser un país en el que se cometen crímenes y más en estas zonas apartadas del bullicio, al final perturbados hay en todas partes, y cuanta más población más probabilidad de encontrarte a uno.

Es la primera de las tres películas del director John Dahl, que componen su trilogía más importante, seguida de Red Rock West (1993) y La última seducción (1994), las tres con ciertas similitudes (a pesar de que Red Rock West no la he visto), pero parecen tener patrones comunes y son catalogadas como Cine negro moderno o Comedia negra, aunque ya sabemos que el género de una película muchas veces puede ser muy amplio y hay géneros que compraten muchas características en común y se podrían catalogar también como Thrillers, que es algo más genérico.

La historia tiene algunos giros de guión, grandes giros incluso, cerca del final, aunque realmente si lo piensas lo suficiente, descubrirás algunos problemas de credibilidad en alguno de ellos.

Aunque es cierto que es un guión relativamente frecuente, y los seguidores de este género la considerarán una más, a mi me parece una película interesante y un homenaje a un buen actor como Val Kilmer.










Valoración:                             7/10












05 octubre 2023

El secreto del lago (1986)

 





Creo que el verdadero germen de que le cogiera afición a ver películas poco conocidas y escribir acerca de ellas fue una sesión doble que vi hace más de 10 años con ésta y la siguiente, Cavernas Fantasmas.
Después de ese tiempo creí que era buen momento para revisionarlas, porque me gustaron bastante, porque tienen toda la esencia que busco con este blog y porque me apetecía que tuvieran su hueco aquí.

De esta primera podría destacar como una película aparentemente infantil se convierte para mi en una de las mejores películas de aventura / misterio que he visto, siendo además muy apta para cualquier espectador, sin tener que limitarse a niños en torno a esa edad de trece o catorce años o a padres con niños en edades similares.

La película está al mando del director australiano de origen británico Brian Trenchard-Smith, que ya había rodado otra película australiana interesante y conocida, como Los Bicivoladores, con una muy jóven Nicole Kidman.
No obstante creo que el principal mérito en esta película hay que dárselo al guionista, por una historia tan singular.


En líneas generales recordaba la esencia de la película, aunque no algunos detalles.
Como por ejemplo que se trataba de otra película australiana de esas que tanto me gustan, con ese ambiente rural tan característico.
Y es que al protagonizarla Henry Thomas (el célebre Elliot, protagonista de E.T.) pensé que era una película americana, pero las escenas de lagartos autóctonos de Oceanía primero y luego la mención hacia la ciudad de Sidney y que los vehículos tenían el volante a la derecha me dejaron bien a las claras que era una película australiana, y que quizás por eso me gustaba tanto.

Y es que una de las características que principales de estas películas rurales australianas que tanto me gustan, es el especial cuidado y acierto que tienen en la elección de las localizaciones para las mismas. Sin haberme encontrado escenarios repetidos, todos me han parecido especialmente interesantes y atractivos para la filmación de una película, y de todos, creo que éste se llevaría el primer premio.

En este caso está filmado principalmente en locaciones de Woods Point, Victoria, Australia. Woods Point es considerado un pueblo minero rural que no ha cambiado mucho en los más de 30 años transcurridos desde que se realizó la película. El terreno circundante parece bastante un parque nacional.

Un país, Australia, que seguro que me maravillaría si lo conociera, y que parece residir en otro planeta, por la poca superpoblación que hay, la conservación original de muchos lugares y la aparente menor huella del ser humano. Un país en definitiva que hace pensar en un mundo mejor.

Aunque tiene un presupuesto estrictamente bajo, lo compensa rodándose en lo más profundo de la región de las Montañas Azules de Nueva Gales del Sur, que es casi un personaje en sí mismo, misterioso y antiguo. Esto también le da a la película un sabor claramente australiano, acentuado por la imagen romántica de una comunidad de pueblo pequeño donde todos se conocen y se cuidan unos a otros, y las relaciones con la comunidad europea y nativa (que viven completamente separadas) son optimistas. El cinismo del mundo moderno está muy lejos y cada personaje está imbuido de una inocencia intacta. La americanización de la cultura es inexistente y muchas líneas de diálogo están marcadas por un coloquialismo antípoda. Como consecuencia, la actuación puede ser a veces un poco teatral, pero todos realizan una actuación competente, que es otra de las virtudes de estas películas, que los actores australianos a pesar de ser poco conocidos de fronteras afuera de Australia (quizás allí puedan ser muy populares), realizan interpretaciones muy sobrias y valiosas.


Otra de las virtudes de la película es que nos puede permitir trasladarlos a nuestra niñez, en especial para los que tuviéramos un pueblo y pasáramos temporadas en él.
Aunque no tuviéramos la misma curiosidad e ingenio que el protagonista de la misma, seguro que casi todos hemos hecho alguna aventura, en menor escala que ésta claro está, adentrándonos en terrenos apartados y desconocidos y sin el consentimiento de nuestros padres.
Con esas bicicletas BMX tan geniales en nuestros días y pensando en explorar, ir de acampada o salir a merendar al campo.

Es una de las películas con mejor traducción del título al castellano, ya que los títulos alternativos u originales no me resultan convincentes. El título original The Quest, es utilizado en más películas, y el original en Australia Frog Dreaming no tiene gran relación con el desarrollo de la misma. Si la veis juzgar que título de los tres os parece más adecuado.


Creo que no hace falta ser un niño o ser tener carácter infantil para apreciar esta película, si no más bien ilusión, buen gusto y personalidad.
Hay una frase que me gusta mucho que reza "Uno no deja de jugar porque se hace mayor, uno se hace mayor porque deja de jugar", y creo que se podría emplear igualmente si permutamos jugar por soñar, así que nunca dejéis de soñar.

Una película que yo creo que es de las que más recomendaría ver a cualquier persona.











Valoración:                                      9/10