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17 enero 2025

Orgullo de estirpe (1971)

 





Recuerdo que hará unos 20 años, cuando ya trabajaba y podía permitirme caprichos, y empezaba a interesarme por esto del cine, compré una serie de películas en DVD, unas 20 o así y las compartí en la primera página de cine que me registré.

Cuando compartí ésta, recuerdo que uno de los administradores de la web dijo "que poca aceptación ha tenido para ser un Frankenheimer", y yo le añadí, si, con dos grandes actores además. Y todavía a día de hoy, basándome en los escasos votos que tiene en IMDb parece ser una película muy desconocida.

El caso es que habían pasado casi esos 20 años y no la había visto (como tantas muchas, lástima que no pueda ver en vida todas las películas que me gustaría), y me pareció que tenía una importante conexión con la anterior que había visto como para concatenarla.


Y es que hay muchísimas películas ambientadas en África, también en Asia, pero más centradas sobre todo en La India en mayor medida y luego en China o Japón, pero películas centradas en Afganistán es difícil de encontrar. Evidentemente la única que se me viene a la cabeza es Rambo III, donde además, como en ésta, se muestra el allí habitual deporte del Buzkashi.

Así que después de estar en Troya, actual Turquía, en mi última película puse rumbo un poco más al este y realicé esta parada en Afganistán, además con un caballo también con un rol bastante protagonista.

Sin ser uno de los directores punteros, John Frankenheimer si que tiene títulos importantes como El hombre de Alcatraz (1962), El mensajero del miedo (1962) o Grand Prix (1966).

Aquí se vino a rodar a España esta película, se nota rápidamente en los primeros parajes que eso parece el sistema central de Madrid, al igual que luego también es fácilmente reconocible el Desierto de Tabernas en Almería. Recientemente había visto también suya, Una estación ardiente. Aunque también hay pasajes que parecen claramente afganos, con la Cordillera del Pamir.

Contó con la colaboración del famoso novelista y guionista Dalton Trumbo que llegó a ganar dos premios Óscar, y que aquí adaptó la novela The Horsemen. Aunque Frankenheimer trabajó mucho en la película, más de dos años, finalmente vio como le recortaron su obra que se iba a casi las tres horas de duración.


Evidentemente actores afganos conocidos no hay, y a quien más le pegaba el papel protagonista era sin duda al egipcio Omar Sharif, sin duda el máximo exponente del cine egipcio, un país que con tanta población tiene escasos personajes famosos. A Sharif, haciendo una analogía, lo comparo con su compatriota Mohamed Salah, una superestrella del fútbol, y casi el único futbolista importante a nivel internacional.

Sahrif quizás no fue una superestrella, pero su filmografía está salpicada por algunas películas sobresalientes, especialmente Lawrence de Arabia (1962), por la que recibió su única nominación al Óscar, como actor de reparto y Doctor Zhivago (1965). Pero hay más, para mi especialmente quizás su única incursión en el western en El oro de Mackenna (1969), una de mis películas favoritas de siempre y de las que más veces haya visto, Gengis Khan (1965), El último valle (1971) o interpretando al célebre Capitán Nemo en La isla misteriosa (1973).

Seguramente no sea el mejor papel de Sharif, encorsetado por las limitaciones de su personaje, que lo hacen sombrío y previsible.

A su lado, haciendo de padre aunque solo se llevaran 13 años en realidad, un Jack Palance en un papel menos habitual en él. Siempre he dicho que me parece uno de los mejores malos de la historia del cine, en Barrabás por ejemplo me parece sobresaliente, pero que aquí se transforma en un sosegado y comprensivo padre que deja el papel de más expresividad y actividad a su hijo.

El papel de Palance estuvo a punto de ir a parar a Anthony Quinn, que lo habría hecho tan bien o mejor que el propio Palance, y que luego tuvo un papel en otra película con cierto parecido como Caravanas, que me gustó tanto o más que ésta.

No sé si a Leigh Taylor-Young la había visto en alguna ocasión (quizás en Admiradora Secreta), pero con su aparición aquí me ha parecido una de las actrices más guapas que he visto. No obstante estuvo casada con Ryan O'Neal, que fue durante tiempo considerado uno de los hombres más atractivos.

Lo que en este caso no acompaña tanto a estos buenos actores son sus voces de doblaje, por lo menos en esta versión que yo tenía, que se dobló en 1988, ya que como muestra El doblaje, oficialmente hay un doblaje de cines cuando se estrenó, en el que interviene entre otros el mítico Constantino Romero.


Acompañan y compensan ese doblaje alternativo, una fotografía interesante, sacando provecho tanto a las localizaciones afganas como a las españolas, mezclando tomas terrestres con aéreas (se definía a Frankenheimer como un innovador en los ángulos de rodaje), y mostrando lugares rurales y áridos de paz y majestuosidad, culminados con algún atardecer muy pintoresco. Y además una banda sonora ligera y discreta, que no interrumpe ni perturba el desarrollo de la película pero que envuelve muy bien a la película en las fases que suena.

Frankenheimer nos ofrece el viaje de un afgano, lleno de adversidades, a través de la accidentada orografía de sus país y también a través de sus características, orgullo, vanidad, soberbia, tenacidad, soledad, fracaso, autodestrucción, código de honor ... las cuales podemos evaluar a lo largo de la película y sacar conclusiones de las mismas.

Un viaje también a la belleza y la tradición de un país montañoso y sin salida al mar, aislado y dejado al margen de la corriente principal de la civilización.

Quizás el mensaje que más resuene al final sea las implicaciones y las consecuencias de querer ganar a toda costa, y el orgullo de no querer reconocer que uno se puede equivocar.









Valoración:                            7/10












12 agosto 2023

Caravanas (1978)



 




Como veía que el sueño no me vencía después de comer, me dispuse a ver una película más larga de lo habitual, que casi siempre suelo elegirlas entre noventa y cien minutos, pero después de mucho tiempo me puse con una que superara las dos horas.

Y con otra película de aventuras calurosas, por el desierto, pero esta vez no acudí a África, si no que es una película ambientada en oriente próximo. La novela en la que se basa ubica los hechos en Afganistán, pero la película se rodó íntegramente en territorio de Irán, por ello quizás se inventaron un país ficticio para ubicar la película.

En muchas ocasiones se han realizado grandes producciones o se han juntado grandes actores para una película que luego ha resultado ser un fracaso o que ni siquiera ha tenido una difusión proporcional a la inversión realizada.

Uno se encuentra aquí con Anthony Quinn, Christopher Lee y Joseph Cotten, aunque ya no estuvieran en su época dorada, pero Quinn hizo ese año tres película y Lee es uno de los actores más prolíficos de la historia y seguro que también tiene varias, a los que se unió un reputado por aquel entonces Michael Sarrazin.

Pero cuando Quinn no aparece hasta el minuto 45 y Lee y Cotten apenas han aparecido tampoco, uno se da cuenta de que el protagonista va a ser Sarrazin junto con la actriz Jennifer O'Neill.
Finalmente los papeles de Christopher Lee y Joseph Cotten son tan residuales, que si no fuera porque la película está bien y no se los echa en falta, habría sido un auténtico desaprovechamiento.

Además Anthony Quinn contó con el debut de uno de sus hijos en esta película, Duncan, que precisamente interpreta el papel de hijo del personaje de su padre. El papel de Anthony Quinn tiene similitudes con el que interpreta en Doctor Zhivago.

La película ya estaba planeada por Metro Goldwyn Mayer para empezar a rodarse a finales de los sesenta, con Richard Fleischer al mando y Rod Taylor y Anthony Perkins como candidatos al papel que finalmente hizo Michael Sarrazin, pero finalmente se paralizó el proyecto y cayó en el olvido.


Para los que hubieran leído el libro en que se basa, parece ser que no refleja fielmente el contenido del mismo, eliminando bastantes cosas de la novela y sobre todo detalles importantes. Pero, por eso, a mi no me apasiona ver películas basadas en libros que haya leído.

Justo un año después estalló una revolución en Irán, que hubiera hecho imposible rodar allí. Y es realmente de lo más valioso de esta película, unas localizaciones de rodaje totalmente singulares y no vistas en otras películas, que habitualmente pueden hacer solamente escenas de fotografía y luego realizar el rodaje en estudios o en algún escenario de otro país que no tiene nada que ver, en este caso, con Irán.

Si además le añades un argumento difícil de encontrar en otras películas, un muy interesante elenco de actores y unas voces de doblaje notables, acabas teniendo una interesante película de aventuras, para los que nos gusta el género.










Valoración:                                 7/10