Podríamos considerar a M. Emmet Walsh, fallecido la semana pasada a tres días de cumplir los 89 años, como un paradigma de actor secundario, es decir, ha participado en muchas películas, con un papel relativamente poco importante, pero notándose su aportación.
Además con una característica poco habitual, y es que algunos secundarios suelen ser protagonistas en alguna película menos importante, mientras que Emmet Walsh era secundario en películas donde había papeles notables, y también lo era en otras películas donde no conoces a ningún otro actor.
Además es de esos actores que a veces pasan desapercibidos, bien sea porque sale 5 minutos, o porque lo haga con un look menos habitual del característico suyo, pero me he puesto a repasar su filmografía y he visto bastantes películas en las que trabaja (varias de ellas desde que comencé mi blog), algunas incluso bastante importantes, aunque no recuerde su presencia en ella.
Como por ejemplo
- Brubaker
- Dos hacia California (*)
- Blade Runner
- El desafío americano (*)
- La mejor jugada
- Gatos salvajes (*)
- Un lugar de descanso (*)
- Arenas blancas (*)
Y la verdad es que, independientemente de lo que me haya gustado la película o no, elegí una que encaja perfectamente con el concepto que tenía de él como actor, un papel secundario pero a la vez importante, no apareciendo hasta mediada la película, y sin tener muchos minutos de pantalla, pero siendo un personaje con peso en la misma.
De hecho su papel gana en importancia incluso al de Mimi Rogers, que me pareció tremendamente desperdiciada por el director Carl Schenkel (aunque la película está basada en un libro y evidentemente eso puede influir en ello), dejando todo el peso para un todavía relativamente poco afamado Denzel Washington, que luego en los noventa se convertiría en uno de los actores más importantes de la industria cinematográfica, a pesar de que su filmografía no es excesivamente dilatada.
Incluso al parecer se eliminó una escena en la que Denzel Washington y Mimi Rogers se besan, debido a reacciones negativas en las audiencias de prueba. La contundente justificación para la eliminación de la misma fue "Las mujeres negras odiaban la escena. Los hombres blancos odiaban la escena".
Tampoco había mirado nada acerca de la película y con los títulos de crédito, con los colores habituales de la cultura Reggae, y la música de apertura que suena, me dejaron claro que la trama se iba a situar en Jamaica, en una película con clara mayoría de actores afroamericanos (aunque todos sean estadounidense y ninguno medio importante jamaicano), y posiblemente en la primera película que veo ambientada en esta isla.
Una película de investigación sobre un crimen que me deja un poco frío. Tardé un rato en aclararme y entender bien lo que estaba pasando, de hecho ya hacia el final lo hilé todo mejor (no sé si es que estaba poco concentrado o distraído), pero que durante toda la película me parece poco brillante, sin que por ello esté mal.
Y es que para girar todo en torno a un crimen, es tan relajada, que te hace olvidarte de que ha habido un asesinato, y seguramente para el ritmo de vida que se tiene allí (imagino que más relajado) encaje perfectamente, pero a mí se me queda como una película como poco misterio y poca acción.
Como dije más arriba, todo el protagonismo recae sobre el personaje de Washington, desaprovechando otros, y en mi opinión, el director no sabe sacarle bastante más provecho a la atmósfera que abraza la película, faltando variedad de localizaciones y no haciendo un mayor y mejor uso de los paisajes circundantes, quedando todo muy reducido a escenas de interiores y dos o tres localizaciones de escaso valor visual.
La película tarda tanto en llegar a donde se dirige que es posible que tengas ganas de quedarte dormido en varias ocasiones.
En definitiva, una sólida interpretación de un Denzel Washington al más puro estilo Sidney Poitier, pero que no consigue potenciar un guión un tanto pobre.
Valoración: 5/10