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15 marzo 2024

Sierra (1950)

 





Antiguamente, con muchos menos canales de televisión, o incluso con solo dos, era muy frecuente la emisión de un Western, por lo menos los fines de semana después del telediario. Hoy en día, es un género bastante marginado, y hay que buscarse la vida para poder ver algunos westerns menos habituales.

Pero en cierto modo es comprensible, no es un producto que la juventud creo que valore, ya que no lo han conocido desde pequeños en casa como en mi caso, y la parrilla de televisión no se suele hacer pensando en la gente mayor, que son a día de hoy los más potenciales espectadores de este tipo de películas.

De todas maneras bastantes películas del oeste (se debieron filmar miles de ellas), son sosas, muy parecidas entre ellas o predecibles y no dan para mucho comentario, pera ésta me pareció bastante diferente a lo habitual.


Y uno de los factores diferenciadores de una película del oeste y que potencia de manera exponencial la valoración de las mismas, por lo menos en mi caso, es el entorno en el que se rueda. Por eso, algunas de las películas rodadas en el Monument Valley están entre mis favoritas, o por ejemplo también El oro de MacKenna, rodado en el vecino Cañón de Chelly.

Por el contrario, las películas estándar, rodadas en un escenario habitual, el típico pueblo montado como set cinematográfico, o las que muestran paisajes demasiado áridos o poco atractivos (incluídos los Spaghetti Westerns rodados en Almería, que no son muy de mi agrado), no acaban de atraerme.

En este caso, el rodaje está dentro de Utah (que junto con Arizona son de mis estados favoritos de los Estados Unidos, por su riqueza natural), en algunas localizaciones que nunca había visto, y que me resultaron pintorescas, atractivas e interesantes para situar la trama de una película.

De todas maneras el rodaje no pareció sencillo. El 29 de septiembre de 1949, cuatro caballos resultaron heridos y dos murieron mientras filmaban la escena de una estampida de caballos. Ese mismo día, una tormenta que duró 30 minutos provocó una inundación repentina que arruinó equipo fotográfico Technicolor valorado en alrededor de 10.000 dólares. 

La protagonista femenia, Wanda Hendrix llegó al rodaje con una fractura en el pie que todavía le dolía y que había sufrido antes. Tenía hemorragias nasales y dificultad para respirar debido a la altitud de Utah, y en una escena, unas avispas amarillas la picaron en el cuello. Por su lado, el protagonista masculino, Audie Murphy, que ya padecía úlceras, pesadillas y trastorno de estrés postraumático por sus experiencias de guerra, tenía graves grietas y ampollas en los labios debido al sol y literalmente no podía sonreír debido al dolor.

Ámbos fueron matrimonio en la vida real y lo eran durante el rodaje de esta película, la única que compartieron, pero apenas duró un año, y poco después de la misma se separaron.
Una pareja no muy afortunada, ya que ámbos murieron muy jóvenes, él en 1971 con 46 años, y ella en 1981, con 52.


Mucho más longevos en cambio fueron los dos actores que aparecían como principal reclamo de la película, tanto Burl Ives, como Tony Curtis (ambos llegaron a los 85 años), pero sorprendentemente  Ives (famoso especialmente por su papel en La gata sobre el tejado del Zinc) tiene un papel principal pero no protagonista, haciendo de una especie de Sancho Panza del Oeste, pero Curtis apenas dice una frase al final de la película. Bien es cierto que estaba empezando y apenas contaba con 25 años, pero no es menos cierto que Murphy tan solo era un año mayor que él y que también estaba en sus inicios, ya que su primer papel había sido poco más de un año antes.

Parece ser que en sus memorias, Tony Curtis hizo referencia a esta película. Dice que poco después de la película se rompió el tempestuoso matrimonio de dos años de Murphy y Hendrix. Intentó salir con Hendrix, pero Murphy era un hombre celoso con un caso grave de estrés postraumático, secuela de la Guerra Mundial y toda la acción en la que Audie Murphy se convirtió en "nuestro soldado más condecorado". Curtis se describía a sí mismo como un joven y estúpido y que no pensaba con el cerebro. Después de este trabajo juntos se propuso evitar a Audie durante años.


Igual que durante un tiempo se podía decir que el actor clásico del Western era John Wayne, también se podría decir que el clásico del Western de Serie B era Audie Murphy (aunque físicamente en las antípodas, apenas medía 165 centímetros que casi le impidieron alistarse en el ejército), que se inició en el cine por la insistencia de James Cagney.

Fue soldado, distinguido por obtener el mayor número de condecoraciones existentes del Ejército de los Estados Unidos hasta el momento. En 27 meses de acción de combate en la Segunda Guerra Mundial, fue herido en tres ocasiones, y se le acreditó haber participado en más de 300 misiones y haber comandado muchas otras. Murphy se convirtió en el soldado estadounidense más condecorado de la Segunda Guerra Mundial. Recibió la Medalla de Honor, máximo galardón militar de Estados Unidos, por su valor, junto con otras 32 medallas de ese país, cinco de Francia y una de Bélgica

Además su infancia tampoco fue fácil. Su padre le abandonó y posteriormente murió su madre. Quedó huérfano con dieciséis años y con hermanos pequeños a los que mantener.

Una historia triste la de su vida y un ejemplo de valor y superación.


En definitva, lugares sorprendentes, buena fotografía y una historia bien argumentada se combinan para hacer una película bastante entretenida.










Valoración:                                6/10