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18 octubre 2024

El valle del fugitivo (1969)

 






Parece que siempre iba a ser jóven Robert Redford, pero ya ha cumplido 88 años, y aunque hay actores todavía mayores que él, algunos rozando la centena, está entre los actores vivos más veteranos.

Aunque también tiene una faceta de director y como organizador del famoso festival de cine de Sundance (al que bautizó con el nombre de su personaje en la película Dos Hombres y un Destino o Butch Cassidy y The Sundance Kid), y aunque lleva ya bastante tiempo semi retirado, todos le seguimos teniendo muy presente por varias de sus películas, muchas de ellas un éxito, y por tanto uno de esos actores que no necesitaban tener una filmografía muy extensa porque cualquiera de sus películas triunfaba en las taquillas, o videoclubs por aquella época.

Cada uno seguramente le asociaremos a una serie de películas, o tendremos unas películas favoritas suyas por delante de otras. Yo, por ejemplo, le asocio principalmente a su pareja cinematográfica formada con Paul Newman, y por tanto a sus películas Dos Hombres y un Destino y El Golpe (la mejor para mi), y también como obras muy representativa suyas a Las Aventuras de Jeremías Johnson y a Memorias de África, que no se si alguna vez he llegado a ver entera, pero que en mi opinión tiene una de las canciones de cine más bonitas que conozco.

Al igual que su querido amigo Paul Newman , ambos hombres tuvieron hijos primogénitos llamados Scott que fallecieron antes que sus padres.

No le gusta ver sus propias películas. La única película en la que quedó completamente satisfecho con su propia actuación fue El Golpe (1973).

Junto con Warren Beatty, Clint Eastwood, Mel Gibson, Richard Attenborough y Kevin Costner, una de las seis personas que han ganado un premio Oscar al mejor director, aunque son principalmente conocidos como actores.

Ha aparecido en siete películas dirigidas por Sydney Pollack: 

- Propiedad condenada (1966) 
- Las aventuras de Jeremiah Johnson (1972) 
- Tal como éramos (1973) 
- Los tres días del cóndor (1975) 
- El jinete eléctrico (1979) 
- Memorias de África (1985) 
- Habana (1990)


Por no hablar mucho más de él y hacerlo un poco más de la película, decir que no fue un actor encajonado en un perfil de personaje típico, y que abarcó papeles de comedia, como dramáticos, románticos, de aventuras y de westerns como aquí.

Como aquí ... en una película que no pasó ni pasará a la historia, bastante floja en mi opinión, tanto dentro del propio género del western, como analizándola en líneas generales.


Podría decirse que estamos ante un western tardío, no crepuscular, pero si ya un tanto decadente, sin ninguna de las características habituales de los grandes éxitos de este género, buscando un toque de distinción con otros aspectos que difícilmente consigue.

Alejada del estado, en mi opinión, por antonomasia protagonista del western, como es Arizona, aquí se escoge como localización California, lo que implicaba la expansión hacia el oeste como el desastre que fue para los nativos americanos. Se sitúa en una especie de valle o de paraje que en algún momento puede parecer interesante, pero que se explota muy fugazmente, salvo al final que aparecen unos curisosos Joshua Trees, árboles muy característicos del estado californiano (de hecho hay un parque nacional con este nombre), y que pegan muy bien además de los cactus en una película del oeste.

Además la persecución no es nada emocionante y el principal argumento de la película es la tormentosa relación entre dos indios, pero no indios con plumas y pinturas como se pensaría, si no más bien ya indios semi mestizos, con bastante parecido a los blancos.

Tampoco el reparto que acompaña a Redford en esta película es un gran aliciente para verla. Cuenta con algunos nombres conocidos, como Katharine Ross, esposa de un actor que me gusta, como es Sam Elliot, y que ya compartió escena con Redford en Dos Hombres y un Destino. Además dos caras curiosas, John Vernon, al que acabo de ver en un episodio de El Equipo A y que compartió trabajo con Clint Eastwood en El Fuera de la Ley, y Susan Clark, que aunque esté poco reconocible, para los que éramos niños en los 80, interpretaba a la madre adoptiva de Webster.

Se trata de una película que se esfuerza demasiado por ser digna, convencida de que transmite un mensaje profundo sobre la culpabilidad de los hombres blancos que colonizaron el Oeste americano a expensas de los indios nativos americanos.

La conclusión es que cada escena es dolorosamente lenta en llegar al desenlace, por lo que la película parece mucho más larga que una hora y treinta y seis minutos. Ya que antes lo he nombrado, podríamos decir que se trata de un western pálido.









Valoración:                           5/10













24 septiembre 2024

Estación ardiente (1994)

 





Siempre he sido bastante aficionado a las películas de selvas o junglas, que se pueden prestar a aventuras diversas, tesoros escondidos, tribus peligrosas e incluso canibalismo, y dentro de las selvas, la Amazónica es la más importante del mundo y la más habitual.

Ya he visto unas cuantas películas ambientadas o rodadas allí desde que empecé el blog, ahora mismo se me vienen a la cabeza La Selva Esmeralda, Manaos u Holocausto Caníbal, que engloban los diferentes argumentos habituales que he dicho anteriormente.

Aunque en este caso nos encontramos con una trama completamente diferente y poco habitual de un entorno así.

El reconocido director John Frankenheimer, ganador de 4 premios Emmy, con películas como El hombre de Alcatraz, El mensajero del miedo, Grand Prix o casi su última película Ronin entre las más destacadas, contó para esta TV Movie con un amplio elenco de actores con raíces latinas o hispanas o por lo menos sus apellidos, ya que algunos de ellos a pesar del nombre ya son estadounidenses.

A saber:

- Raúl Juliá (puertoriqueño)
- Esai Morales (estadounidense de origen puertoriqueño)
- Edward James Olmos (estadounidense, dice que es de ascendencia azteca y española)
- Sonia Braga (brasileña)
- Carmen Argenziano (italo-americano)
- Tomas Milian (cubano)


El protagonista es Raúl Juliá. Y estamos ante una película prácticamente a título póstumo para él (ganó el Emmy y el Globo de oro a título póstumo por esta película), ya que falleció ese 1994. De hecho, falleció cuando estaba a punto de finalezar su siguiente película Street Fighter, junto a Jean-Claude Van Damme, donde no me pegaba mucho por cierto.

También había sido el elegido originalmente para el papel de Bucho en Desperado (1995), pero enfermó durante el rodaje y tuvo que ser reemplazado. Falleció poco después.


Junto a él me gustaría resaltar la presencia de Esai Morales. Un actor que me recuerda mucho al gran Stephen Boyd (con personajes casi siempre entre tormentosos y desafortunados), y también ligeramente a Omar Sharif, en sus interpretaciones pero que quedó casi en el olvido después de despuntar a finales de los 80 y principios de los 90 con películas como La Bamba o Rapa Nui.

En La Bamba, originalmente él iba a hacer del protagonista, Ritchie Valens y Lou Diamond Phillips su papel, pero finalmente fueron a la inversa y Esai Morales logró una interpretación sobresaliente, por encima del protagonista Phillips.

Precisamente, junto a su compañera de rodaje aquí, Sonia Braga, y otro actor que me gusta bastante como Jimmy Smits, es cofundador de la Fundación Nacional Hispana para las Artes.

Edward James Olmos es el único integrante del elenco que consiguió una nominación al Óscar, además como protagonista, en 1989 por Lecciones Inolvidables.

Sonia Braga, puso el acento local, ya que la película, basada en hechos reales, está ambientada en Brasil, siendo posiblemente la actriz más importante o internacional que ha tenido el cine brasileño.


Al final, no deja de ser una TV Movie, que suele implicar bajo presupuesto, basada en la lucha sindical de un pequeño poblado de trabajadores, y por tanto no hay grandes localizaciones ni tomas de fotografía, todo se basa en el elenco importante de actores y sus correspondientes actuaciones dramáticas, sin mucho adorno.

Una lucha del pueblo y para el pueblo, por sus antepasados, por su lugar de nacimiento, por el medio ambiente y con una carga religiosa importante de por medio.

Es la extrapolación de los diamantes y la selva africana, tantas veces representada en el cine, al caucho y la selva amazónica.









Valoración:                         6/10













30 agosto 2024

La secta de los falsarios (1988)

 






La última película que vi, La gran aventura de África, me recordó a otra que había visto con un título casi idéntico, La gran aventura de La India, y que me hizo pensar en las pocas películas ambientadas o rodadas en este país que había visto, y justo, casual e involuntariamente me topé con una que desconocía completamente que tuviera como escenario este país, en este caso ambientada en la época colonial que ejerció Gran Bretaña en este país.

Y si aquella película fue de lo que más se me pudo asemejar (saliendo muy mal en la comparación evidentemente), con Indiana Jones y el Templo Maldito, en ésta tenemos al actor que yo creo podría haber sido la alternativa a Harrison Ford si la saga de Indiana Jones hubiera seguido después de La última cruzada y Ford no hubiera sido el protagonista.

No obstante, Pierce Brosnan, alcanzó luego el papel protagonista de otro personaje cinematográfico todavía más importante y muchas más veces llevado a la gran pantalla, como es James Bond, al que interpretó hasta en cuatro ocasiones.

Aunque evidentemente para mi Pierce Brosnan siempre irá asociado a su personaje de Remington Steele, una de esas series míticas de los años 80, pero mucho menos emitida en televisión que otras. De hecho hace un año o así me puse a ver episodios de esta serie porque no veía nada desde el siglo XX y por lo menos lo que vi de la primera temporada, me decepcionó ligeramente, no es como yo lo recordaba, aunque también hay que decir que fueron 94 episodios y posiblemente mis buenos recuerdos de esta serie vengan de episodios posteriores.


Pero este personaje es el que le hizo labrarse un nombre y unos contratos suculentos , sobre todo en la década de los noventa, que fue su época más prolífica y con títulos más importantes, ya que además de las películas de James Bond protagonizó otras como Mars Attacks!, Un pueblo llamado Dante's Peake, El secreto de Thomas Crown o Búho gris.

Como británico, más concretamente irlandés, encajaba mejor en este papel que sus competidores por él mismo, que parece ser que fueron Christopher Reeve y Treat Williams. A mi, personalmente, Reeve no me encajaría nada en este papel una vez vista la película.

El resto del reparto es bastante anónimo, con la curiosidad de que dos actores, padre e hija en la vida real, interpretan a sendos personajes que son padre e hija en la película, curiosidad ésta de la que ahora mismo no tengo conocimiento que haya visto en otra película.


La película está ambientada en torno a 1825 y según los créditos finales está rodada íntegramente en locaciones situadas en La India. Aparentemente si que lo parece, pero tampoco eligieron las mejores posibles dentro de las multiples posibilidades que seguramente ofrezca el país.

No obstante no creo que ese sea el problema por el que a me no me ha entusiasmado la película, si no que más bien la historia no me transmite nada. A veces se hacen películas de acontecimientos históricos poco interesantes. Y es que el título puede parecer atrayente, pero al final no deja de ser la historia de un grupo de ladrones bastante vulgar y con poco interés.

Recuerdo la palabra secta cuando era niño como algo bastante peligroso o macabro, sobre todo por un acontecimiento (que no necesito buscar en Wikipedia o Internet), que me causó tanto impacto que todavía lo guardo intacto en la memoria, como fue la muerte de decenas de seguidores de la secta de Los Davidianos, cuyo líder espiritual era un tal David Koresh, en Waco, Texas.


La película me parece lenta para tratarse de una película de crimen y robos, desfocalizada del asunto principal, mostrando escenas de folclore largas, poco importantes y monótonas y dando muy poco protagonismo al aspecto colonial y al destacamento británico en el país asiático.

Muchas subtramas que no llevan a ninguna parte, lo que sugiere que los productores estaban tratando de llenar los 98 minutos con algo. De manera similar, la película languidece durante los primeros veinte minutos hasta que empieza a moverse.

El director Nicholas Meyer intenta transmitir el encanto de una cultura antigua como la India, pero la película no tiene el estilo suficiente para camuflar su descuidada falta de sustancia, y los gestos simbólicos de sabor y atmósfera de época no se extienden más allá del buen diseño de vestuario y un misticismo esotérico de escasa calidad.

Esta historia de aventuras y traiciones en la India británica es sólo una película de serie B con pretensiones exóticas, que se quedan en un suficiente raspado o un rotundo suspenso.









Valoración:                                 4/10















14 agosto 2024

La mejor marca (1982)

 








Nada más terminar los Juegos Olímpicos me puse a buscar películas relacionadas con los mismos, para ver una que tuviera como argumento algo que ver con ellos, y de entre las que vi rápidamente, teniendo en cuenta que muchas son ya del siglo XXI y seguramente no tendrían mucho que ver, mi atención se fijó en ésta que encajaba más dentro de mis gustos y de la filosofía del blog.

Aunque realmente la película no está relacionada con los Juegos Olímpicos, sin con las Olimpiadas, que es el período de cuatro años que transcurre entre dos eventos olímpicos (bueno, salvo la última que solo han sido tres entre Tokio y París por culpa de la maldita pandemia y su vacuna que tanto me han destrozado la vida).

Y lo primero y más curioso es que el deporte en torno al que gira la película, es el pentatlón atlético, disciplina que yo existe y que fue reemplazada por el actual heptatlón. La película, que es de 1982, está ambientada en la clasificación para los Juegos Olímpicos de Moscú en 1980, siendo ésta la última ocasión en que se disputó dicha disciplina atlética, pasando ya a debutar en la siguiente cita, Los Ángeles 84, la disciplina de heptatlón.

El guionista y director de la película, Robert Towne, investigó el proyecto pasando tiempo con muchas estrellas del atletismo de ambos sexos. El plan original era mostrar a corredores entrenando para los Juegos Olímpicos de Moscú de 1980. Cuando Estados Unidos boicoteó esos juegos, hubo que modificar algunas líneas del guión.

Me resultó super curioso, como una de las actrices que interpreta a una atleta, llevaba puesta en una prueba o entrenamiento del rodaje, una camiseta de Río de Janeiro, que años más tarde fue sede olímpica, aunque en ese momento ni se había elegido ni creo que hubiera expectativas y planes de ello.


Una parte de la película se ambienta en Eugene, en el estado de Oregón. Uno de los lugares clásicos del atletismo americano, donde creo que se han hecho numerosísimas pruebas de selección olímpicas (o Trials), y que seguramente era muy desconocido para nosotros hasta que no se celebraron allí los mundiales de atletismo al aire libre en 2022, y se incluyó en el prestigioso calendario anual de la Diamond League

Pero yo, como gran admirador siempre del atletismo, y aspirante a saltador de triple salto frustrado (creo que valía mucho para ello), recuerdo hace 20 años o más cuando revisaba las mejores marcas de la temporada previas a un mundial o a unos Juegos Olímpicos, en la antigua página de la IAAF (hoy creo que World Athletics), como varias de esas marcas siempre estaban hechas en Eugene.


La película fue coprotagonizada por una atleta olímpica en la vida real. Patrice Donnelly, que interpretó a Tory Skinner, fue miembro del equipo de atletismo de los Estados Unidos en los Juegos Olímpicos de Montreal 1976, llegó a ser la tercera mejor atleta del mundo en pentatlón y la cuarta mejor corredora de vallas del mundo. Esta película fue su debut cinematográfico.

Y además también participa en la película el corredor de maratón en la vida real Kenny Moore, que corrió la maratón en los Juegos Olímpicos de 1968 y 1972 (donde terminó en cuarta posición). Sin embargo en esta película, Moore no interpreta a un atleta, si no a un nadador olímpico y jugador de waterpolo. En la época en que se hizo y estrenó la película, Moore trabajaba como periodista deportivo para la revista 'Sports Illustrated'.

Ésta es una de las películas de finales de los años 70 y principios de los 80 que giraban en torno a las mujeres deportistas. Otras películas son Blue Skies Again (1983) (béisbol), La chica de oro (1979) (atletismo) (la cual ya vi y comenté en el blog), El milagro de Kathy Miller (1981) (atletismo), Hockey Night (1984) (hockey sobre hielo), La princesa del estadio (1983) (campo de fútbol americano), Gregory's Girl (1980) (fútbol) y Corazón sobre ruedas (1983) (automovilismo).

La película muestra algunos entrenamientos y ejercicios técnicos interesantes de algunas pruebas que componían el antiguo pentatlón (en teoría eran 100 metros vallas, lanzamiento de peso, salto de altura, salto de longitud y 800 metros, no sé si exactamente en ese orden), o sea se le da protagonismo y se pone empeño en hacerlo bastante real (para algo se contó con atletas profesionales), aunque también es cierto que hay bastantes tomas de cámara lenta o carreras, como la de vallas, que dura bastante más de los que debería durar, pero en general se hace buen trabajo con la técnica atlética en la película.


Aunque en el lado menos atractivo de la película, para mi, está que el atletismo casi no es el hilo principal de la película, y si una relación de homosexualidad (por otro lado nada extraño en la realidad en atletas o deportistas femeninas, aunque me ha resultado chocante que en 1982 se mostrara tan claramente y además se convirtiera en el principal argumento), entre dos de las atletas aspirantes a conseguir esa plaza olímpica.

Al final la película se va a más de dos horas, que no se hacen largas, para equilibrar y dar importancia a esos dos factores, la relación entre las atletas, con sus altibajos, y la parte deportiva de esta disciplina atlética.

Parece más una película de los años setenta que de los ochenta por toda la vestimenta y el aspecto de las ciudades y los vehículos. De hecho, aunque la película está fechada en 1982, gran parte del rodaje se hizo en el año 1980.
Y otro detalle más que la identifica más con la década anterior, es que esperando encontrarme alguna canción de los ochenta interesante o importante, la única que reconocí fue You make loving fun de Fleetwood Mac, una canción y un grupo que suenan muy a años setenta, aunque he de reconocer que me encantas y sus grandes éxitos suenan mucho en mi coche.


Primera película de este director, que básicamente era y fue guionista y que falleció hace pocas fechas. En el obituario de Robert Towne publicado por Bill Morris en el New York Times el 2 de julio de 2024, Morris escribe que "el primer matrimonio de Towne, con la actriz Julie Payne, terminó amargamente después de que él tuviera romances con Patrice Donnelly y Mariel Hemingway, quienes coprotagonizaron como atletas de pista la primera película que dirigió, el fracaso de taquilla de 1982 'Personal Best'. (También hubo rumores de un consumo desenfrenado de cocaína en el set)".

Parece ser que la película además de traerle problemas matrimoniales también lo hizo económicamente por lo que dice esta reseña.











Valoración:                               6/10














19 abril 2024

Rescate en la jungla (1993)

 






Más allá de que me gusten las películas de junglas o selvas y supervivencia, por eso de que te puedes encontrar bonitas estampas de la madre naturaleza, y del siempre sobrio trabajo de un actor que me gustaba, como Robert Loggia, elegí esta película por la sorprendente presencia de una muy joven Jennifer López, a la que seguramente la mayoría tenemos por cantante, pero da la casualidad que se adentró antes en el mundo de la interpretación que en el de la música, detalle que no muchos conoceríamos.

La neoyorquina, de origen puertorriqueño, empezó como bailarina en 1991 y dos años más tarde decidió dedicarse a la interpretación, siendo éste su primer papel en un largometraje. Y su primer álbum musical no salió a la luz hasta 1999.

Así que no sé si podríamos decir, como yo pensaba erróneamente, que es un caso de cantante que también es actriz, porque cuando me refiero a ese término lo suelo hacer en alusión a cantantes, que ya consolidados en el gremio musical, empezaron a realizar interpretaciones cinematográficas. Sea como fuere, si que estamos ante un caso de dualidad de artista, que se ha dedicado a ambas artes escénicas, tanto la música como el cine.


Una lista que sería muy larga, pero que es un tema intersante de tratar, y nos podríamos fijar en algunos de estos artistas que fueron más o menos significativos.

El primero que se me viene a la cabeza cronológicamente, y posiblemente también de los cantantes que mejor interpretara fue Frank Sinatra, con hasta 75 títulos de crédito y alguna película notable como De Aquí a la Eternidad.

Luego, así pensando sin tirar de hemeroteca, se me viene a la mente Elvis Presley, que aunque en este caso era claramente cantante, no puedo evaluar mucho su faceta como actor, porque creo que no he visto ninguna película suya, que por otro lado creo que eran todas bastante similares. Tiene 31 títulos de crédito.

Hasta un Óscar consiguió Barbara Streisand por la película Tal Como Éramos, bien es cierto que su faceta de cantante para mi es bastante desconocida o no muy de mi agrado, sobre todo si la comparamos con las tres que voy a enumerar a continuación.

En la década de los 80, tres cantantes, que se podrían considerar Divas de la música, como Madonna, Cher o Whitney Houston desembarcaron también en el mundo del cine con más o menos éxito, y con mayor o menor continuidad. Aunque seguramente las críticas se despacharon a gusto con ellas, en especial con Madonna, a mi al ser películas de esa década que tanto me gusta, no me resultaron notas discordantes.

También hizo su incursión principalmente durante los 80 David Bowie, con una película por encima de todas, Dentro del Laberinto.

Y por último en los 90, además de la protagonista de hoy, Jennifer López, podríamos destacar también a Will Smith, en otro caso del que no sé que fue antes, si músico o intérprete, ya que seguramente el primer recuerdo que todo el mundo tenga de él sea en la televisión, en la serie El Príncipe de Bel-Air. Es especialmente reconocido por la saga Men in Black.


Evidentemente no es ni de lejos la mejor película de esta temática que he visto, donde flojea tanto la historia, como la interpretación, como el doblaje.

No obstante tiene algunas cosas interesantes o diferenciales con respecto a otras películas de este estilo, que habitualmente suelen estar localizadas más en la Selva Amazónica o como mucho en América Central, y que en este caso elige una localización poco conocida de México, como es la población de Catemaco (Catamaco durante toda la película), y que además el rodaje se realizó allí.

Había visto películas ambientadas y rodadas en Acapulco, otrora paraíso turístico del Pacífico y también en Puerto Vallarta, y además he estado de vacaciones en la Riviera Maya, pero esta localización mexicana me era totalmente desconocida, en el estado de Veracruz.

Adicionalmente se contó con dos actores mexicanos importantes de la época, Pedro Armendáriz Jr., que, eso si, apenas aparece un par de minutos, y el menos conocido en aquel momento Sergio Calderón, que luego ganó más importancia.
Pero realmente la mejor interpretación del elenco es la de Lindsay Wagner.

Deja también la película el valor de la gente humilde, y más en un momento de necesidad, como dan sin esperar nada a cambio, y dan lo poco que tienen, sin ningún tipo de egoísmo y sin esperar nada a cambio. Muy bien reflejado por el director y muy edificante.










Valoración:                              5/10















30 marzo 2024

Estarás sentado a la derecha (1968)

 




Como estábamos en Semana Santa, intenté elegir una película con algún tipo de implicación religiosa que ver.
Y elegí ésta por un título que hace clara referencia a una frase cristiana.

Pero luego, durante la película, uno se da cuenta que el título en español está cogido de una frase que se dice en la película. Si no fuera porque de lo poco que había mirado antes de verla era el título original, Black Jesus, sería muy difícil encontrar la analogía con la religión y con la vida de Jesús, pero gracias al título original, no sin alguna dificultad, fui encontrando esas conexiones.


- Las primeras escenas imitando a las charlas de Jesús a escondidas en cuevas o sótanos.
- La actitud continua del protagonista.
- Un personaje que hace el mismo papel que Judas.
- Los dos hombres que mueren junto al protagonista a semejanza de los dos delincuentes con los que es  crucificado Jesús.
- La utilización de clavos en las manos como método de tortura.


Una película italiana anticolonialista, aunque curiosamente Italia fuera el país menos representado de los potentes de Europa en el continente africano, y en este caso el director fija la mirada en una colonia belga. Con frecuencia en estos países, la gente popular, aunque fuera inofensiva, que tenía bastantes seguidores, eran calificados como peligrosos y se les eliminaba.

Toda la película tiene un propósito principal, familiarizarte con los hechos oscuros y hasta brutales del colonialismo y hacete ver la injusticia porque muchos hecho como el narrado aquí quedaron impunes. La larga y meditativa conversación carcelaria, entre Strode y su desgraciado compañero de celda, mientras esperan su destino, seguramente sombrío, establece uno de los diálogos más notables y desgarradores que he visto en mucho tiempo. Y las escenas de tortura, me parecen de las mejores también de lo que he podido ver en mi trayectoria como espectador.


Woody Strode, el protagonista principal y casi único actor famoso de esta desconocida película, fue pionero de los actores afroamericanos, con Sidney Poitier y Harry Belafonte, pero nacido bastante antes, aunque tuviera posteriormente menos repercusión que Poitier. Todavía no había llegado el Blaxploitation (esta película no pertenece a este subgénero aunque en algunos sitios así lo hagan constar), con Fred Williamson, Jim Brown o Pam Grier entre otros, y los actores de raza negra se contaban casi con los dedos de la mano.

Aquí, con un personaje extremadamente tranquilo, sereno, sencillo y humilde, totalmente opuesto a quizás su papel más famoso, en Espartaco, donde era un gladiador atlético y enérgico.


Película lenta, extraña, de diálogos y de silencios, de actuación, circunscrita prácticamente a un único punto de rodaje, que entiendo que pueda ser difícil o aburrida para muchos espectadores.

Pero en mi opinión el director logra un poema sobre la bondad que se puede encontrar en el corazón humano incluso en las circunstancias más complicadas y lo importantes que son el amor y la misericordia para el corazón.

Interesante y bonita metáfora sobre Jesús en estos días de Semana Santa.












Valoración:                                     6/10















18 marzo 2024

Celdas de muerte (1980)

 





Siempre me han gustado las películas carcelarias, de hecho dos de ellas están entre mis películas favoritas, y siempre que las veo por la tele aprovecho para ver un rato, me las sé bastante bien, como son la obra maestra de Frank Darabont, Cadena Perpetua, protagonizada por Tim Robbins, y la no menos magnífica Fuga de Alcatraz, dirigida por Don Siegel y protagonizada por Clint Eastwood.

Ambas centradas en la elaboración de un plan de fuga para escapar de la cárcel, con bastantes similitudes, siendo seguramente Fuga de Alcatraz una clara inspiración para Cadena Perpetua.

Pero hay otras muchas más películas sobre cárceles que me parecen muy interesantes y con distingo hilo argumental. Por ejemplo, tanto Brubaker como La leyenda del indomable, la primera con Robert Redford, y la segunda con su pareja cinematográfica Paul Newman, me parecen dos buenas películas sobre cárceles, más de corte rural.


Y luego está las que son más de acción pura, que posiblemente para muchos sean películas poco destacables, pero a mi por ejemplo hay tres que me parecen bastante decentes, como son Encerrado, con Stallone, Tango y Cash, con el propio Stallone y Kurt Rusell, y Libertad para morir, donde el protagonista es Jean Claude Van Damme.

En estas además de acción, están los casos de corrupción institucional (en Cadena Perpetua también), amotinamientos o enfrentamientos entre presos o el hacerle la vida imposible a ciertos reclusos para evitar que salgan por buen comportamiento.

Por ejemplo Evasión o Victoria y La gran evasión (dos de mis películas favoritas también), no las consideraría películas carcelarias como tal, o no únicamente eso.


En esta Celdas de muerte, encuentro pocos rasgos interesantes y pocos parecidos con esta retahíla de películas carcelarias que he enumerado, y básicamente es un motín y una negociación continua, con poca variedad de movimientos y capacidad para sorprender al espectador.

Entiendo que cuando las películas están basadas en hechos reales (realmente está basada en un libro de Tom Wicker, que a su vez está basado en los hechos reales acaecidos en esta prisión en 1971), están un poco encorsetadas, y es difícil añadir cosas al relato real, pero en este caso creo que se podría haber hecho algo más y algo mejor.

Así que nos quedamos con las actuaciones de los diferentes actores intersantes que aparecen en la película (entiendo que se necesitaron muchos extras), y en el que todos son masculinos.

Y ahí emerge como siempre, un supongo que todavía no muy conocido, The Quiet Man Morgan Freeman, que aún siendo una película en un cárcel, con un motín, y con el riesgo de muerte latente en el ambiente, interpreta a un personaje sereno, cerebral y reflexivo, que contrasta con el escenario de la película, pero que es su sello personal y reconocible.

Alguna vez le vi en un papel más enérgico, como en Escuela de Rebeldes, pero tanto en Cadena Perpetua como aquí tiene personajes similares.
Y es curioso como, además de ser bastante más habituales los afroamericanos en este tipo de películas, el propio Freeman ha participado tanto en Cadena Perpetua, como en Brubaker, como en ésta (también David Harris que aparece en la película como su compañero habitual, apareció también en Brubaker).

Le acompañan el siempre solvente y sobrio Charles Durning, uno de los actores de los que más películas (algunas involuntariamente) estoy viendo de un tiempo a esta parte, y algunos secundarios reconocibles como Roger E. Mosley, Anthony Zerbe (le recuerdo de aquella serie juvenil de finales de los ochenta, Jóvenes Jinetes), Arlen Dean Snyder, (compañero de Clint Eastwood en El sargento de hierro), o con un papel bastante discreto Richard Gant (que hacía un buen papel en Rocky V y al que había visto días antes como un Guest Starring en un episodio de MacGyver).


Una película buena para conocer lo acontecido en este acontecimiento histórico en Estados Unidos, pero tan solo regular a nivel dramático e interpretativo.











Valoración:                                 5/10













23 febrero 2024

Corazón de campeón (1983)









Las películas que tratan sobre la temática del cáncer siempre son difíciles para mi.
Recuerdo cuando hace unos años vi, una sorprendentemente desconocida Elegir un amor, con una Julia Roberts en pelan juventud, que me resultó bonita a la vez que triste, y poco tiempo después tuve mi experiencia con el cáncer, y desde entonces, a pesar de que me gustó la película, y sobre todo cuenta con una espectacular banda sonora de la mano de Kenny G, no he conseguido volver a verla.

También, ya un tiempo después de haber dejado atrás esta traumática experiencia, vi otra película con argumento parecido, Silencio de Cristal, con una actriz que me encanta como Jamie Gertz, encarnando a una paciente con cáncer.

Pero en general, suelen ser películas tristes, y que a las personas que hemos tenido un episodio similar nos puede despertar la tristeza y el sufrimiento por recordar tiempos pasados.
Aunque también como socio de la Asociación Española Contra el Cáncer, son películas de esperanza, y que reconfortan al ver como hay gente que se esfuerza o que contribuye para intentar evitar que otra gente tenga que pasar por el sufrimiento que genera esta enfermedad.


No obstante, esta película, que ya sabía de lo que iba, también tenía a priori un alto componente de deporte, y es una temática que no abunda mucho y que además hacía ya un tiempo que no elegía a la hora de visionar una película.

En los años 70 y 80 se hicieron algunas películas con el atletismo como argumento principal.
Entre otras: 

Running (1979) 
Personal Best (1982) 
El corredor valiente (1983) 
El año de la victoria (1978) 
Corazón de campeón (1983)

Aunque realmente es un auténtico drama, con un toque de aventura y una cierta dosis de road movie, aunque éstas se caractericen por la utilización de un vehículo como medio de transporte, y aquí el desplazamiento es puramente a través del esfuerzo.


La película estaba basada en una historia real y por tanto se eligió a una persona amputada real para la interpretación del personaje principal, en lo que sería el primer y único papel de este actor eventual.
De todas maneras, habría sido muy complicado, con los efectos de la época, fingir que una persona normal, con sus dos piernas en perfecto estado tuviera una de ellas amputada.

Y aunque Eric Fryer hace un gran trabajo, evidentemente su enorme limitación le invalidaba para cualquier otro papel que no fuera similar a éste, pero nos dejó esta gran interpretación y un ejemplo de lucha contra las adversidades.


Una TV Movie, totalmente desconcida, pero con dos nombre destacados en el casting.
El primero el de Robert Duvall, un muy talentoso actor al que extraña ver aquí en este papel, en este proyecto tan anónimo y austero, aunque realmente no aparece en escena hasta el minuto 58 de la película, y el segundo el de Bill Conti, uno de mis compositores favoritos junto a John Barry y otros, autro de Bandas Sonoras como Rocky o Evasión o Victoria y cuyo inconfundible estilo se reconoce rápidamente, y da valor a la película.

Parece ser que el lagado de Terry Fox, que era prácticamente un héroe en aquella época en Canadá, siguió durante muchos años, celebrándose carreras para recaudar fondos y permaneciendo vivo su Maratón de la Esperanza.

Aunque hay gente que tacha a la película de innecesariamente negativa, ya solo la palabra cáncer implica un grado de negatividad brutal. Y si está basado en una historia real pues será mayoritariamente verdad. No todo pueden ser películas bonitas o con final feliz, las historias pueden ser variadas, y cuando algo está inspirado en un acotecimiento tan duro de la vida real más.

Me sorprende que haya gente que se quede con eso y no con los mensajes positivos que desprende la película en global sin entrar en detalles puntuales o superfluos.


Me gustaría terminar con un poema (traducido) que he encontrado que aparentemente escribió la novia real de Terry Fox


"Dicen que el Dragón nunca duerme. Acecha a su presa en silencio y frío, y cuando ataca, qué fuego maligno hay en su veneno.

Un día la serpiente, descuidada por su avaricia, se atrevió a apoderarse de un Caballero 'Nacido del Sol'. El mordisco ardió profundamente, directo al alma.

La serpiente se mantuvo firme: el daño estaba hecho. Pero la muerte no pudo vencer. Porque aunque el fuego lo había atravesado, el Caballero del Sol se mantuvo fuerte y fiel.

La fiebre cedió, la serpiente huyó y un miembro fue su premio.

El caballero se levantó y pronunció estas palabras: 'Has quebrantado mi cuerpo pero no mi espíritu. No me lamentaré ni lo temeré.

Cuidado con la bestia, no has ganado esta batalla, mi búsqueda acaba de comenzar."










Valoración:                                    7/10












05 febrero 2024

Caza Salvaje (1981)

 







Después de haber visto hace pocos días una película con Sylvester Stallone como protagonista, ha fallecido uno de los grandes coprotagonistas de la saga de Rocky, Carl Weathers, que encarnaba el papel de Apollo Creed.

Un secundario formidable, sin el que Rocky no sería lo que es, pero con otros trabajos en películas notables, como en Depredador, su papel protagonista más importante quizás en Acción Jackson, o papeles mas secundarios pero en muy buenas películas como Encuentros en la tercera fase, Fuerza 10 de Navarone o ésta.

Stallone lo ha definido como "una parte integral de su vida" y de su "éxito". Además dijo "Le doy un crédito y un reconocimiento increíbles porque cuando entró en esa habitación y lo vi por primera vez, vi la grandeza. Pero no me di cuenta de lo grande que era", continuó Stallone y terminó diciendo “Nunca hubiéramos podido lograr lo que hicimos en Rocky sin él". Y cuanta razón, y más con la fabulosa voz de doblaje que tuvo aquí en la saga.

También Schwarzenegger, que trabajó con el en Depredador reflejó y secundó la grandeza de la persona de Carl Weathers.

También ex jugador de fútbol americano, como Jim Brown, fallecido el año pasado, dejó el deporte en 1974 para dedicarse a su pasión, la interpretación. Aunque no siempre ha sido considerado como un miembro de alto perfil del grupo de estrellas musculosas del cine de acción.

Es el segundo protagonista importante de la saga Rocky que nos deja en breve espacio de tiempo, tras la pérdida de Burt Young.


Buscando alguna película suya para ver, tenía que decidirme entre dos, Bucktown (1975), del subgénero Blaxploitation, pero en la que posiblemente tuviera un papel residual por ser de sus primeros trabajos, o ésta que me resultaba bastante atrayente, con un reparto magnífico y una ambientación muy de mi agrado.

Ambientada en los territorios helados del Canadá, es una película de esas que nos muestra la cara más hostil de la naturaleza, de las que evidentemente no hay muchas, pero interesantes. Le encuentro similitudes con Norte salvaje y con la gran Las aventuras de Jeremías Johnson (curiosamente el personaje protagonista interpretado por Charles Bronson, también se apellida Johnson).

Con un gran elenco como he dicho antes, que podríamos definir como de veteranos y novatos (o casi).
Los veteranos serían Charles Bronson y Lee Marvin. Aunque Bronson era mayor, todavía se conservaba bien, con 60 años, mientras que Marvin siempre pareció mayor de la edad que tenía.
Ambos compartieron otras dos películas, una de jóvenes en ¡Esto es la marina! (1951) y luego en la interesante película bélica Doce del patíbulo (1967).

Bronson siempre fue un actor que me gustó, más en sus inicios que cuando empezó a rodar todas sus películas de vengador o justiciero. Y de esa época que más me gusta, además de sus trabajos en grandísisimas películas como Los siete magníficos o La gran evasión, hay dos películas del oeste en las que es protagonista, que han echado en el pasado bastantes veces, pero que no son excesivamente conocidas y que algún día quiero volver a ver como son Nevada Express y El desafío del Búfalo Blanco. Pero es un actor que a pesar de gustarme no he visto muchas películas suyas.

Luego hay algunos actores que todavía no eran veteranos, pero que ya eran maduros, como Ed Lauter o Angie Dickinson, aunque esta tiene un papel bastante residual, y a Weathers lo podríamos casi incluir en los jóvenes, con solo 33 años, junto con un todavía más joven Andrew Stevens, que contaba con solo 26 años, pero unos cuantos títulos de crédito ya en su filmografía.


Basada en una historia real, la película fue fuertemente criticada por historiadores canadienses por equivocarse en muchos hechos históricos y caracterizaciones.
Una película más en la que la supervivencia está muy presente, en esta interesante película en la naturaleza, con dosis de acción y aventuras a partes iguales.











Valoración:                               7/10













17 diciembre 2023

Pasiones en Kenia (1987)

 







Hacía un tiempo que no me daba un paseo cinematográfico por África, y como vi que todavía tenía reservas, y aprovechando el fallecimiento de un actor que trabajaba en esta película, me pareció un momento inmejorable para verla.

Una película con un gran reparto, y donde supuestamente el actor recientemente fallecido, Joss Ackland, parecería el quinto o el sexto en discordia, resultó ser el protagonista, en una de las primeras veces que le veo en pantalla, o por lo menos que me percato de ello, y posiblemente en el mejor papel de su carrera.


Y es que en el reparto, casi exclusivamente británico, podríamos considerar, apriorísticamente, unos cuantos actores más importantes que Ackland.

Empezando por un gran actor en mi opinión como Trevor Howard, ya en la recta final de su carrera y de su vida, fallecería tan solo un año después, y ni aún así fue su último papel. En su época final me recuerda por momentos al gran Spencer Tracy, y casi todo lo que he visto suyo de un tiempo a esta parte me ha resultado interesante. Parece ser que los productores querían despedirle de la película por problemas alcohólicos, pero su presencia, a pesar de su papel secundario siempre aporta.

Greta Scacchi, una actriz australiana de origen italiano, bastante poco valorada, o muy valorada depende como se mire, eso sí, por su físico o más concretamente por sus pechos, que no tiene reparos en mostrarlos. Le guardo un gran paralelismo con Eric Roberts en el lado masculino, y más desde que los vi juntos en Coca-Cola Kid, dos actores que a mi me gustan y que no merecen unas críticas habitualmente tan pobres.
No hay ningún solo personaje protagonista masculino en la película que no beba los vientos por el personaje de Scacchi, y es que difícilmente se la pueda encontrar en otra película tan deslumbrante como en ésta, y sorprende que no fuera una estrella de la época, ya que en cierto modo me da un cierto parecido con Sharon Stone.

A John Hurt le había visto este año cuando revisioné un clásico de mi infancia, Fuga de Noche. Un actor muy sobrio y serio habitualmente, aunque interpreta un papel introvertido y lacónico, hasta que en la parte final esboza alguna palabra más.

Además, un Charles Dance, que se me asemeja en actuación con otro británico como Michael Caine, aunque quizá un mínimo escalón por debajo de los anteriores.

Y otros dos actores que parecían a priori más importantes también, aunque en este caso tienen papeles bastante reducidos, son un casi debutante y jovencísimo Hugh Grant y una Geraldine Chaplin, que tan pronto aparece en una película americana, como francesa, como inglesa o como española.


A todos ellos los dirigió Michael Radford, no excesivamente conocido y prolífico, pero con algunas buenas películas en su haber, como 1984 (en ésta también trabajó John Hurt), El cartero y Pablo Neruda o El mercader de Venecia (aunque he de reconocer que con esta me quedé dormido en el cine, cuando todavía iba).

Una película basada en una novela de James Fox (no confundir con el actor de mismo nombre), que a su vez estaba basada en hechos reales. El escritor y un compañero empezaron a investigar sobre los hechos en 1969, desplazándose incluso hasta Kenia para informarse mejor, y la novela vio la luz finalmente en 1982.


Dentro de los patrones habituales que suelen deparar las películas africanas, que como ya he dicho alguna vez suelen ser

- Películas de aventuras o safari
- Películas sobre tribus o zonas geográficas de África
- Películas sobre europeos que van a África a hacer negocios


En este caso me quedé un poco descolocado, y aunque la podríamos englobar en el tercer grupo, digamos más bien que es un grupo importante de la burguesía o aristocracia adinerada de un país europeo (en este caso Gran Bretaña), establecido en África sin que aparentemente casi ninguno de ellos desempeñen trabajos que justifiquen su alto nivel de vida. Así que no está mal aportar un nuevo guión de película un tanto diferente a los habituales sobre territorio africano.

Pero bueno la película es mucho más, hay muchos matices a valorar. Es en parte un asesinato misterioso, en parte un estudio sociológico y en parte una historia anterior a la Segunda Guerra Mundial. Colonialismo de África Oriental, en parte romance, en parte relaciones que se acercan a las orgías ... pocas veces la podredumbre social ha sido fotografiada más bellamente que aquí.

Una buena película británica no tiene mucho que envidiarle a una americana.










Valoración:                               7/10












23 noviembre 2023

Asalto al furgón blindado (1978)

 





Como ya he dicho en otras ocasiones me he aficionado al cine australiano de finales de los 70 y los 80, preferentemente películas que giran en torno al mundo rural, pero también algunas de carácter urbano como ésta.

Algunas veces las he visto de manera involuntaria, pero en éste caso no, porque ya tengo claramente identificado a su director de otras cuantas películas suyas que he visto, y por la presencia de Bryan Brown, que dado el año de la película suponía que todavía no era alguien famoso y se trataría de un trabajo en una película australiana.

Tanto su director Bruce Beresford, como el actor Bryan Brown, son dos de los máximos exponentes del cine australiano, y sobre todo dos que traspasaron fronteras y consiguieron una carrera más internacional, alcanzando el mercado más importante de todos, el estadounidense.
El resto de actores eran bastante populares en el país oceánico, con trabajos similares para la televisión australiana, pero no consiguieron el mismo éxito que Bryan Brown.


De Beresford podríamos destacar, Rey David, Paseando a Miss Daisy, Manto Negro o Un buen hombre en África, (éstas dos últimas las he visto y comentado aquí y me gustaron), mientras que de Bryan Brown, pues por encima de todo está su papel en la archiconocida película Cocktail, junto a la ya estrella Tom Cruise, siendo su otro gran trabajo, en mi opinión, su papel en Gorilas en la Niebla junto a Sigourney Weaver.

Pero a pesar de conseguir éxito posteriormente ésta película no supuso un gran impulso a su carrera, aunque el director venía de ganar el Premio al Mejor Director del Australian Film Institute por una de sus anteriores película, La noche de las elecciones (1976).
La inmediatamente anterior, curiosamente, era una película con un elenco casi exclusivamente femenino, cuando aquí en contraste, se produce una inmersión hacia un reparto prácticamente masculino al completo.

Beresford dijo pasados los años que no fue nadie a verla. Él fue la noche del estreno en Melbourne y había tres personas allí con él. Dice que estaba sentado en la parte de atrás preguntándose a qué hora empezaba la sesión y repentianmente empezó la película con ese escaso público. Y pensó 'esto va a ser un desastre'. Y eso fue.
De todas maneras con el paso del tiempo la película fue ganando espectadores y buenas valoraciones



Aunque esta lista demuestra lo contrario ...



 ... el tema de los robos en el cine no me parece excesivamente explotado, a la par que me gusta, al igual que me sucede con las películas de cárceles.

Tengo un amigo que tiene especial predilección por Ocean's Eleven (2001), aunque posiblemente no haya visto la original de 1960, La Cuadrilla de los Once.
Yo soy más de una película estilo Le llaman Bodhi, a la que de hecho encuentro un parecido razonable en una escena de esta película (no se puede hablar de que haya sido una posible inspiración porque ésta es bastante anterior), que de hecho se refleja en el póster de la misma.

Esta película fue uno de los pocos largometrajes australianos de la década de 1970 que eran dramas policiales/criminales o thrillers.

El director Bruce Beresford vio una copia del libro de Devon Minchin en una librería de segunda mano de Adelaida y pensó que se podría hacer una buena película de él. Beresford dijo una vez: "Era justo lo que necesitaba. Es tan auténtico: todo sucedió realmente".

Y es que es una película curiosa ya que está basada en una novela de 1972, que a su vez está basada en hechos reales, concretamente dos eventos que fueron el robo de un vehículo blindado en Sydney en 1970, donde se robaron 587.000 dólares australianos de una furgoneta blindada Mayne Nickless. El otro también fue un incidente de 1970, un robo de 280.000 dólares australianos en el que bandidos se hicieron pasar por policías e irrumpieron en las oficinas de los Servicios de Seguridad Metropolitanos.











Valoración:                                   6/10















30 julio 2023

Tierra prometida (1987)

 




Película claramente ochentera, y sorprendentemente, totalmente desconocida. Un director jóven, sin mucho más recorrido más allá de esta película, y cuatro actores juveniles en un formato de dobles parejas.

Desconozco el grado de popularidad en aquellos momentos de los 4 protagonistas, porque todos tienen un nivel de protagonismo y cuota de pantalla similar, pero en el reparto de las parejas, cayeron de un lado los dos que luego desarrollaron mejor carrera y en el otro los que se quedaron estancados y no llegaron al nivel de los otros dos.

Kiefer Sutherland, hijo de Donald (ambos no me caían bien cuando era pequeño, supongo que por algún papel que les vi por aquella época en el que me disgustó su personaje y por extensión lo hacías también con el actor), al que algunos que no suelan ver cine que no sea recién estrenado (recuerdo algún compañero de trabajo hace unos años), le asociarán a la serie 24, tuvo al poco de debutar siete u ocho interesantes películas como La hermandad de la justicia, Cuenta conmigo, Jóvenes ocultos, Arma jóven, Twin Peaks: camina conmigo o Algunos hombres buenos, tiene un buen bagaje a sus espaldas y siempre es un valor seguro en una película, a pesar de ser hijo de.

Su pareja en la película, Meg Ryan, una actriz que también de jóven me fascinaba, aunque con el paso del tiempo ha bajado en mi escalafón. Siempre acostumbrado a verla en papeles románticos o en comedias, su personaje aquí sorprende un poco, aunque no deja de tener varios de los aspectos habituales en ella, y además su misma apariencia física.


Y me quedo con la otra pareja, dos de tantos actores que te resultan familiares, pero que ni les pones nombre, que hace mucho que no les ves y que por tanto posiblemente sus carreras hacia el estrellato se quedaran en el camino, a pesar de que aquí tienen tanto protagonismo como los personajes de Sutherland y Ryan.

Jason Gedrick tuvo una buena trayectoria durante los años ochenta, sin papeles excesivamente protagonistas, pero si con películas bastante importantes de esa época como Bad Boys, Risky Business, Águila de Acero o Nacido el 4 de julio, pero a principios de los noventa empezó su retroceso en cuanto a popularidad e importancia de sus papeles y terminó siendo carne de series de televisión y TV Movies demasiado jóven. Con un aspecto físico y una edad similar a las grandes estrellas de la época, como Tom Cruise, Brad Pitt, Johnny Depp o Keanu Reeves, podría haber formado parte de ese grupo, pero fueron muchos los actores con esas características que surgieron en los años ochenta y no todos podían alcanzar el estrellato y perdurar en el tiempo.

Su pareja en esta película, Tracy Pollan, es la mujer de Michael J. Fox, cosa que desconocía, y su corta carrera, tuvo prácticamente su última aparición importante en Noches de Neón, junto a su marido (no sé si en ese momento estaban casados ya o no), y también junto al propio Kiefer Sutherland como aquí. Fue también pareja durante unos cuantos años de Kevin Bacon, y es la mayor de los cuatro protagonistas de la película, aunque no lo parezca.
En la realidad es muy buena amiga de su compañera de reparto aquí, Meg Ryan.


Una película que comienza con un escenario muy habitual de las películas de los 80, como es el fin del instituto y la graduación, pero que rápidamente hace un salto en el tiempo de dos años y va comparando el estilo de vida de los dos protagonistas, con sus respectivas parejas, pasado ese tiempo. 
Con un toque de road movie interesante, quizás a veces los espacios de cada una de las dos parejas son demasiado largos y hace perder un poco el nexo de ambas historias, que están terminadas a encontrarse, en un desenlace quizás inesperado.

Nominada al gran premio del jurado en el Festival de Sundance de 1988, vale la pena invertir cien minutos en esta película independiente y poco conocida.










Valoración:                                  6/10