30 marzo 2024

Estarás sentado a la derecha (1968)

 




Como estábamos en Semana Santa, intenté elegir una película con algún tipo de implicación religiosa que ver.
Y elegí ésta por un título que hace clara referencia a una frase cristiana.

Pero luego, durante la película, uno se da cuenta que el título en español está cogido de una frase que se dice en la película. Si no fuera porque de lo poco que había mirado antes de verla era el título original, Black Jesus, sería muy difícil encontrar la analogía con la religión y con la vida de Jesús, pero gracias al título original, no sin alguna dificultad, fui encontrando esas conexiones.


- Las primeras escenas imitando a las charlas de Jesús a escondidas en cuevas o sótanos.
- La actitud continua del protagonista.
- Un personaje que hace el mismo papel que Judas.
- Los dos hombres que mueren junto al protagonista a semejanza de los dos delincuentes con los que es  crucificado Jesús.
- La utilización de clavos en las manos como método de tortura.


Una película italiana anticolonialista, aunque curiosamente Italia fuera el país menos representado de los potentes de Europa en el continente africano, y en este caso el director fija la mirada en una colonia belga. Con frecuencia en estos países, la gente popular, aunque fuera inofensiva, que tenía bastantes seguidores, eran calificados como peligrosos y se les eliminaba.

Toda la película tiene un propósito principal, familiarizarte con los hechos oscuros y hasta brutales del colonialismo y hacete ver la injusticia porque muchos hecho como el narrado aquí quedaron impunes. La larga y meditativa conversación carcelaria, entre Strode y su desgraciado compañero de celda, mientras esperan su destino, seguramente sombrío, establece uno de los diálogos más notables y desgarradores que he visto en mucho tiempo. Y las escenas de tortura, me parecen de las mejores también de lo que he podido ver en mi trayectoria como espectador.


Woody Strode, el protagonista principal y casi único actor famoso de esta desconocida película, fue pionero de los actores afroamericanos, con Sidney Poitier y Harry Belafonte, pero nacido bastante antes, aunque tuviera posteriormente menos repercusión que Poitier. Todavía no había llegado el Blaxploitation (esta película no pertenece a este subgénero aunque en algunos sitios así lo hagan constar), con Fred Williamson, Jim Brown o Pam Grier entre otros, y los actores de raza negra se contaban casi con los dedos de la mano.

Aquí, con un personaje extremadamente tranquilo, sereno, sencillo y humilde, totalmente opuesto a quizás su papel más famoso, en Espartaco, donde era un gladiador atlético y enérgico.


Película lenta, extraña, de diálogos y de silencios, de actuación, circunscrita prácticamente a un único punto de rodaje, que entiendo que pueda ser difícil o aburrida para muchos espectadores.

Pero en mi opinión el director logra un poema sobre la bondad que se puede encontrar en el corazón humano incluso en las circunstancias más complicadas y lo importantes que son el amor y la misericordia para el corazón.

Interesante y bonita metáfora sobre Jesús en estos días de Semana Santa.












Valoración:                                     6/10















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