09 marzo 2024

Un ligón en apuros (1987)

 




Nunca he sido muy aficionado a las comedias románticas, aunque entiendo que tengan su público, y que en determinadas circunstancias personales sean casi obligatorias cada cierto tiempo, en especial en fechas o acontecimientos señalados. Yo más o menos he ido esquivándolas, y si veo una es por elección propia.

Para decidirme a ver una película de este género tiene que tener una premisa fundamental, y es un equilibrio entre la parte de comedia y la parte de romance, y cuando hablo de equilibrio no me refiero a que sea un cincuenta por ciento (imaginativamente, es imposible de calcular), de cada género, tiene que pesar mucho más la parte de comedia.

Para encontrar películas de este género que me gusten creo que es obligatorio buscarlas entre la década de los 80, como ésta.

Y es ahí donde encaja perfectamente John Ritter, un actor casi exclusivo de comedia, pero al que los años ochenta ya pillaron un poco más mayor, y no podía competir con los adolescentes que desembarcaban con mucha fuerza en el cine en esa época. Pero para papeles de este estilo, donde ya se necesita un actor más maduro, era el candidato ideal.
Un actor no muy conocido aquí en Europa, o si no eres muy aficionado a este tipo de películas, pero con buena reputación en Estados Unidos, que falleció prematuramente a los 55 años.

Y otra buena premisa para que este tipo de películas funcionen es que la actriz protagonista no sea excesivamente atractiva para comerse toda la atención de la misma.
Y creo que la elección de Connie Selleca fue bastante afortunada. Un nombre que siempre me ha resultado familiar, pero con una filmografía tirando a exigua, con pocas películas y nada importantes, siendo muchas de ellas Películas para televisión.

Dos detalles curiosos del reparto. Uno de los protagonistas es John Bennett Perry, padre del recientemente fallecido Matthew Perry. Y otra actriz, con un papel más residual, es Shannon Tweed, chica Playboy, y que posteriormente derivó su carrera hacia películas de corte erótico, buscando sacar provecho a sus mejores atributos.


En general es una película aceptable, dentro de sus limitaciones. Tiene diversión, sentido del humor, buenas actuaciones y excelente mensaje moral, a pesar de haya fragmentos de la película que no tengan mucho sentido, o que el ambiente general de la misma pueda parecer un tanto anticuado para el año en el que se rodó.

De todas maneras he de reconocer que el momento que más me ha gustado de la película, es también el más romántico, pero es gracias a una canción que desconocía, que sonó durante unos instantes. Indagando, llegué a adivinar que se trataba de una canción de Mike & The Mechanics, un grupo de los 80 que yo descubrí, ya en el siglo XXI, creado por Mike Rutherford, componente de Génesis junto a Phil Collins, y con la reconocible voz de Paul Carrack. 

Una canción más empleada en una película de los 80, que desconocía, y que me generó una gran emoción de lo bien que sonaba. Viene muy a cuento en el momento que suena, y ya digo, que aunque posiblmente sea el momento más romántico de toda la película, te transporta hacia momentos de paz, tranquilidad y recuerdos agradables que enriquece notablemente la película.


Pero bueno, la moraleja final es buena, y deja con buen sabor de boca a los que lo sepan apreciar.
La película nos enseña que se trata de ir más despacio en una relación y estar con la persona adecuada y no sólo con un hombre guapo, rico o exitoso.









Valoración:                                  5/10














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