Si el otro día hablaba del clan familiar de los Baldwin, esta película me llevó hasta el clan de los Penn de la mano de Chris.
En este caso el protagonismo absoluto y toda la reputación, se lo lleva su hermano Sean. Aunque su padre fue director, y su madre actriz, ámbos fueron bastante anónimos, y más todavía el hermnao mayor Michael.
En cambio Sean Penn alcanzó cotas de popularidad muy altas. Con un estilo de interpretación bastante similar al de Al Pacino o Robert de Niro, en lo gestual. Cuando su hermano Chris realizaba esta película, Sean ya había alcanzado prestigio con películas como Taps, más allá del honor, Aquel excitante curso o Bad Boys, además de haberse casado, nada más y nada menos, que con Madonna.
De todas maneras, solo un par de años mayor que Tom Cruise, no se le puede considerar un actor típico de los 80, no daba el perfil habitual, y quitando Aquel excitante curso no recuerdo más películas de ese corte que llamamos ochenteras.
A finales de los 80 su carrera se ralentizó un poco, con películas bélicas o thrillers que en mi caso no levantan excesivo interés, hasta que ya avanzada la década de los 90 recuperó protagonismo, para alcanzar su cenit con Mystic River y 21 gramos.
Su hermano, que es quien nos ocupa, debutó bastante pronto y empezó a acumular papeles en películas interesantes/importantes, como La clave del éxito, Footloose (donde también compartió reparto con Lori Singer) o El jinete pálido, con Clint Eastwood.
Después vinieron los problemas de peso y las adicciones, y aunque consiguió algunos papeles buenos en Reservoir Dogs o Amor a Quemarropa (aunque son dos películas que no me gustan), ya a finales de los 90 perdió todo su caché y no volvió a conseguir buenos papeles, hasta su prematura muerte a los 40 años.
Es una película que a mi me deja un pequeño sin sabor, creo que podría haber sido mucho mejor. Recientemente me acordaba de una de las películas que vi poco antes de crear el blog, una de las mejores Road Movies que he visto, un género que me gusta mucho, y que es bastante poco prolífico.
De hecho, no sabía que esta película lo era, creía que iba a ser una típica comedia de los ochenta que hacía tiempo que no veía.
El problema principal de la película, a mi modo de ver, es que intenta mezclar muchas cosas, y además en muy poco tiempo (apenas 75 minutos de metraje). Tenemos por un lado una Road Movie, pero por otro lado una película de aventuras, con toques de crimen y hasta ligeros puntos de comedia, que no resultan excesivamente graciosos, eso sí.
De hecho, durante la primera parte de la película, pensé que era una película muy parecida a dos que vi en 2023, Los chicos de al lado, con Charlie Sheen, y Vientos de tempestad, con Emilio Estévez, donde una pareja de amigos, frustrados, decepcionados o mal educados en el sistema, caen en una espiral delincuencial a bordo de un coche.
Pero aquellas películas eran claramente de Acción/Crimen, y aquí en la primera parte de la película, bastante parca en diálogos, ese lado delincuencial está bastante edulcorado.
Los estereotipos de los dos amigos son bastante parecidos, un poco depresivos y a la vez idealistas, tratando de huir de una vida que les parece injusta o sacrificada y buscando el hedonismo y el anarquismo.
Pero entonces irrumpe Lori Singer y claramente la película ya no se puede comparar con aquellas dos. Singer, a la que bien podríamos englobar en el tipo de actrices que decía en mi anterior película, junto a Daryl Hannah, Laura Dern o Kelly Lynch (de hecho Lori todavía es más alta, 1,79 por el 1,75 de Kelly), entra en escena y se adueña completamente del foco de la cámara y de la atención de los espectadores.
Domina claramente a los personajes de Penn, bastante depresivo, y Pasdar, presuntuoso, y hace con ellos lo que quiere. Entonces se aprecia claramente que la película se convierte en una Road Movie, aparecen algunos tramos más de viaje por carretera, con algún escaso paisaje interesante, aunque bastante escuetos, pero prácticamente todo se centra en los cambios de coche continuos, que muchas veces no aportan nada.
Hay algunos momentos más interesantes de la película, en los que se serena, con algunos momentos filosóficos (hay un claro mensaje medioambiental de trasfondo), o parajes más inhóspitos o deshabitados que son más habituales en una Road Movie, y que a mi por lo menos me gustan más, pero todo ello mezclado con fragmentos entre rídiculos e intrascendentes que hacen que el interés que hubieras ganado minutos antes lo pierdas poco después.
Aunque la película podría haber sido una de mis favoritas, un Coast to Coast, desde Pennsylvania a California, se me queda un poco floja como Road Movie, un poco floja como Aventuras, como Crimen, el doblaje no es ni de lejos de los mejores, la música, en ocasiones country, que no me apasiona, incluso hay un momento en el que la película puede coger un hilo parecido a una película que me gusta mucho sobre camiones, Convoy, pero rápidamente pierde importancia también esa vía ... y la película no convence del todo.
Lo que hace diferente a esta película, con respecto a la mayoría de las Road Movie, es que muestra a los Estados Unidos no con paisajes maravillosos y belleza natural, sino con un declive ecológico y económico. La fotografía cinematográfica es poderosa y, exceptuando las localizaciones en el Parque Nacional de Mesa Verde, nos muestra un lado normalmente invisible del paisaje americano, que posiblemente nunca veas en una guía turística, y eso está bien como factor diferenciador, pero no creo que sea lo que los espectadores esperásemos.
Valoración: 5/10
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