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22 enero 2025

La india en llamas (1959)

 





Proseguí con mi viaje por Asia, haciendo mi siguiente parada en La India, ese país que se ve fascinante desde fuera pero que igual sobre el terreno no lo es tanto.

Dentro de Asia, La India sea posiblemente junto con Japón, el país donde más películas se han ambientado. Las de La India principalmente con dos hilos argumentales, aventuras variadas o películas coloniales británicas.

Y que mejor que recorrer La India en tren, lo cual me retrotrae a dos eventos que también lo hacen. Los documentales, de los que tanto me gusta disfrutar y degustar, y que en alguna ocasión he visto alguno cruzando La India en tren, y mi admirada serie de dibujos animados de la infancia, La Vuelta al Mundo de Willy Fog, donde sus personajes también recorrían el país asiático en tren, dentro también de la época colonial británica.

Pero para hacer el recorrido en tren que nos propone la película no hace falta viajar hasta La India, ya que, como en la anterior película, el director J. Lee Thompson también eligió España para el rodaje de esta película.

Y es algo que me ha sorprendido, porque si que estoy familiarizado con que muchos Spaghetti Westerns se vinieran a rodar a Almería y alguna que otra superproducción también lo hiciera en la Sierra del Guadarrama, pero desconocía estas dos películas, que además están ambientadas en Asia, cuando realmente España y Asia no tienen mucho parecido orográfico.


Así que los habitantes de la comarca de Guadix pudieron disfrutar del rodaje de esta película e incluso participar como extras en la misma. 

La famosa secuencia del viaducto de la película se rodó en el Puente Anchurón, situado en Fonelas, Granada.
El antiguo ferrocarril que se ve en la película está abandonado y ya no se utiliza. Originalmente, el ferrocarril atravesaba la parte norte de Sierra Nevada, la cadena montañosa de la región de las provincias españolas de Granada y Almería.

Pero es un ferrocarril famoso en el cine, ya que se ha utilizado en algunas películas más como Sol rojo (1971), La leyenda de un valiente (1967) y Siete pistolas para los Mac Gregor (1966).

John Lee Thompson es un clásico del cine de aventuras, un director británico, que más allá del maestro Alfred Hitchcock, se instaló entre la élite de los directores de este género. Era un director extremadamente competente y confiable, reconocido y respetado por los productores por terminar sus películas a tiempo y dentro del presupuesto asignado.

Siempre lo asocio a películas en las que los protagonistas son Gregory Peck o Charles Bronson.

En total dirigió a Charles Bronson hasta en 9 películas y a Gregory Peck en 4, aunque quizás éstas más notables. Además también dirigió con asiduidad a Anthony Quayle, 5 veces, Herbert Lom, 5, Anthony Quinn, 3 y David Niven, 3.

Gregory Peck dijo una vez que sólo había cuatro directores en quienes podía confiar para que le dijeran si estaba fingiendo o no su actuación: Alfred Hitchcock, George Cukor, William Wyler y Thompson, lo que era darle el estatus más alto junto a tres grandes maestros del cine.

Fue el director elegido por Charles Bronson para algunas de sus películas. A Bronson le gustaba su método de filmación rápido y sin florituras.

El Oro de McKenna (1969) y Los Cañones de Navarone (1961) son dos de mis películas favoritas.


De esos actores habituales, el único que trabaja en esta película es el checo Herbert Lom. Supongo que el actor más importante de este país, sumido en el comunismo cuando la industria cinematográfica despegaba, y que una vez se estableció principalmente en Hollywood, desde un país como Checoslovaquia o posteriormente la República Checa o Eslovaquia, era difícil trascender del cine nacional y llegar a la meca del cine.

Lom está aquí fantástico, como en alguna otra película que le he visto, complementando un tanto anónimo reparto (y más para lo que suelen ser las películas de Thompson), encabezado por Lauren Bacall, que aunque sea un nombre importante en el mundo del cine, lo es más por ser la mujer de Humprey Bogart. 

Bogart le sacaba 25 años, y además murió relativamente joven, con lo que Bacall quedó viuda a la edad de 32 años (se dice que poco después anunció su compromiso con Frank Sinatra, pero finalmente no se rubricó. Posteriormente se casó con Jason Robards). 

Bogart había fallecido recientemente durante esta película y digamos que marca la última película de Bacall de su época de esplendor, ya que después de ella se casó y tuvo a su tercer hijo y su carrera adquirió un carácter mucho más discontinuo, sin grandes películas ni papeles e intercalando trabajo en cine con trabajo en televisión.

Si soléis consultar la web IMDb, fijaros que tiene el segundo ID de nombre más bajo (https://www.imdb.com/name/nm0000002/bio/?ref_=nm_ov_bio_sm), justo después de Fred Astaire y justo antes de Brigitte Bardot.


DVD Talk dijo de esta película que "... tiene mucho en común con La diligencia (1939) de John Ford en el sentido de que es esencialmente una historia de una mezcla heterogénea de anglosajones confinados en un vagón de tren, corriendo a través de una llanura india tratando de evadir a salvajes sedientos de sangre. Puede ser una reelaboración descarada de La diligencia (1939), ya que la historia original fue coescrita por el hijo de John Ford (I), Patrick Ford, y el esposo de Maureen O'Hara, Will Price . El guión final fue adaptado de un guión del guionista Frank S. Nugent, el escritor de 11 películas de Ford".

Una película bastante subestimada e ignorada, con muy buenos argumentos para sentarse a verla, a pesar de sus más de dos horas (aunque hay una versión más corta, de hecho la que yo vi tuvo muchos momentos sin doblaje), como la notable dirección, el argumento singular o la pintoresca fotografía, más allá de la actuación de todos los pasajeros del tren es notable, a pesar del semi anonimato de algunos de los actores.

¡Pasajeros al tren!










Valoración:                          7/10












17 enero 2025

Orgullo de estirpe (1971)

 





Recuerdo que hará unos 20 años, cuando ya trabajaba y podía permitirme caprichos, y empezaba a interesarme por esto del cine, compré una serie de películas en DVD, unas 20 o así y las compartí en la primera página de cine que me registré.

Cuando compartí ésta, recuerdo que uno de los administradores de la web dijo "que poca aceptación ha tenido para ser un Frankenheimer", y yo le añadí, si, con dos grandes actores además. Y todavía a día de hoy, basándome en los escasos votos que tiene en IMDb parece ser una película muy desconocida.

El caso es que habían pasado casi esos 20 años y no la había visto (como tantas muchas, lástima que no pueda ver en vida todas las películas que me gustaría), y me pareció que tenía una importante conexión con la anterior que había visto como para concatenarla.


Y es que hay muchísimas películas ambientadas en África, también en Asia, pero más centradas sobre todo en La India en mayor medida y luego en China o Japón, pero películas centradas en Afganistán es difícil de encontrar. Evidentemente la única que se me viene a la cabeza es Rambo III, donde además, como en ésta, se muestra el allí habitual deporte del Buzkashi.

Así que después de estar en Troya, actual Turquía, en mi última película puse rumbo un poco más al este y realicé esta parada en Afganistán, además con un caballo también con un rol bastante protagonista.

Sin ser uno de los directores punteros, John Frankenheimer si que tiene títulos importantes como El hombre de Alcatraz (1962), El mensajero del miedo (1962) o Grand Prix (1966).

Aquí se vino a rodar a España esta película, se nota rápidamente en los primeros parajes que eso parece el sistema central de Madrid, al igual que luego también es fácilmente reconocible el Desierto de Tabernas en Almería. Recientemente había visto también suya, Una estación ardiente. Aunque también hay pasajes que parecen claramente afganos, con la Cordillera del Pamir.

Contó con la colaboración del famoso novelista y guionista Dalton Trumbo que llegó a ganar dos premios Óscar, y que aquí adaptó la novela The Horsemen. Aunque Frankenheimer trabajó mucho en la película, más de dos años, finalmente vio como le recortaron su obra que se iba a casi las tres horas de duración.


Evidentemente actores afganos conocidos no hay, y a quien más le pegaba el papel protagonista era sin duda al egipcio Omar Sharif, sin duda el máximo exponente del cine egipcio, un país que con tanta población tiene escasos personajes famosos. A Sharif, haciendo una analogía, lo comparo con su compatriota Mohamed Salah, una superestrella del fútbol, y casi el único futbolista importante a nivel internacional.

Sahrif quizás no fue una superestrella, pero su filmografía está salpicada por algunas películas sobresalientes, especialmente Lawrence de Arabia (1962), por la que recibió su única nominación al Óscar, como actor de reparto y Doctor Zhivago (1965). Pero hay más, para mi especialmente quizás su única incursión en el western en El oro de Mackenna (1969), una de mis películas favoritas de siempre y de las que más veces haya visto, Gengis Khan (1965), El último valle (1971) o interpretando al célebre Capitán Nemo en La isla misteriosa (1973).

Seguramente no sea el mejor papel de Sharif, encorsetado por las limitaciones de su personaje, que lo hacen sombrío y previsible.

A su lado, haciendo de padre aunque solo se llevaran 13 años en realidad, un Jack Palance en un papel menos habitual en él. Siempre he dicho que me parece uno de los mejores malos de la historia del cine, en Barrabás por ejemplo me parece sobresaliente, pero que aquí se transforma en un sosegado y comprensivo padre que deja el papel de más expresividad y actividad a su hijo.

El papel de Palance estuvo a punto de ir a parar a Anthony Quinn, que lo habría hecho tan bien o mejor que el propio Palance, y que luego tuvo un papel en otra película con cierto parecido como Caravanas, que me gustó tanto o más que ésta.

No sé si a Leigh Taylor-Young la había visto en alguna ocasión (quizás en Admiradora Secreta), pero con su aparición aquí me ha parecido una de las actrices más guapas que he visto. No obstante estuvo casada con Ryan O'Neal, que fue durante tiempo considerado uno de los hombres más atractivos.

Lo que en este caso no acompaña tanto a estos buenos actores son sus voces de doblaje, por lo menos en esta versión que yo tenía, que se dobló en 1988, ya que como muestra El doblaje, oficialmente hay un doblaje de cines cuando se estrenó, en el que interviene entre otros el mítico Constantino Romero.


Acompañan y compensan ese doblaje alternativo, una fotografía interesante, sacando provecho tanto a las localizaciones afganas como a las españolas, mezclando tomas terrestres con aéreas (se definía a Frankenheimer como un innovador en los ángulos de rodaje), y mostrando lugares rurales y áridos de paz y majestuosidad, culminados con algún atardecer muy pintoresco. Y además una banda sonora ligera y discreta, que no interrumpe ni perturba el desarrollo de la película pero que envuelve muy bien a la película en las fases que suena.

Frankenheimer nos ofrece el viaje de un afgano, lleno de adversidades, a través de la accidentada orografía de sus país y también a través de sus características, orgullo, vanidad, soberbia, tenacidad, soledad, fracaso, autodestrucción, código de honor ... las cuales podemos evaluar a lo largo de la película y sacar conclusiones de las mismas.

Un viaje también a la belleza y la tradición de un país montañoso y sin salida al mar, aislado y dejado al margen de la corriente principal de la civilización.

Quizás el mensaje que más resuene al final sea las implicaciones y las consecuencias de querer ganar a toda costa, y el orgullo de no querer reconocer que uno se puede equivocar.









Valoración:                            7/10












02 febrero 2024

Tibetana (1970)

 








La verdad es que cuando conseguí esta rareza, tenía claro que la iba a ver pronto, porque tenía bastante abandonado el género de aventuras, y porque parecía una película aparentemente diferente, o por lo menos la ambientación de la misma.

Eso sí, yo por lo menos tenía bien claro que no iba a ver nada parecido a Siete años en el Tíbet, qué quizás sea la referencia cinematográfica que tenemos todos de esta región geográfica (aunque por un momento también me hizo pensar en las películas de Fu Manchú que veía de pequeño y que algún día quiero revisionar alguna de ellas), no sólo por la localización del rodaje de la misma, si no también porque no me iba a encontrar nada parecido a un Brad Pitt o actor estrella de la época.

Si uno está atento desde el principio, y se fija en los títulos de crédito, ya le hace pensar que algo de España hay en la película, y posiblemente no sólo actores o figurantes. Y es que cuando aparecen las primeras imágenes y se ve una construcción de piedra, a uno le resulta muy familiar, y posteriormente unos imponentes bloques de granito lo confirman, eso parece España.

Ya más adelante, consigo reconocer dos localizaciones de la Sierra de Gredos, una de ellas muy familiar, como es el acceso a la Plataforma, y al finalizar la misma y aparecer los créditos de final de película, efectivamente confirma que está rodada en las Sierras de Guadarrama y de Gredos, que aunque aparentemente no se parezca en nada a los parajes tibetanos, para los que no sean de aquí les puede dar el pego perfectamente.


Y es que antes había algunas superproducciones, y algunas de ellas muy importantes, que eligieron para su rodaje íntegro o algunas localizaciones, paisajes de nuestra geografía. Frecuentemente por la Sierra de Guadarrama, entiendo que por la cercanía a Madrid y por temas de logística, aunque también por ejemplo hay otros lugares mucho más remotos, como la parte de Doctor Zhivago rodada en la Estación Internacional de Canfranc, o la escena de Indiana Jones y la Última Cruzada, en la que Harrison Ford y Sean Connery se desplazaron hasta una playa de la provincia de Almería.

Seguramente casi todos de niños hemos tenido algún familiar, o nuestros abuelos nos han contado, como vinieron a rodar en las cercanías del pueblo, o como se buscaban extras o figurantes para una película que se rodaba en las proximidades, y como fue la experiencia.

Ahora ya resulta extraño encontrar que alguna película se ruede en exteriores. Evidentemente las superproducciones ya no vienen a rodar aquí, pero ni tan siquiera las producciones españolas lo hacen.


Aquí una lista interesante de películas de Hollywood hechas en España




Con un reparto muy modesto, en el que solo es reconocible Pernell Roberts (uno de los hijos de la célebre serie Bonanza), me sorprendió la actriz inglesa Alexandra Bastedo, a la que desconocía hasta hoy. Aunque verifiqué que tristemente ya había fallecido, con una vida muy similar a la de mi padre, naciendo el mismo año y muriendo con escasos meses de diferencia, me pareció, además de atractiva, bastante decente. No sé si a raíz de esta película, o que se asentó en nuestro país durante unos años, pero en los años 70 rodó muchas películas en nuestro país, a las órdenes de directores españoles.

Para los amantes del cine de aventuras, es una película interesante para su bajo presupuesto, y para los oriundos de las proximidades de las Sierras de Gredos y Guadarrama, seguro que también es un buen aliciente para verla.











Valoración:                                 6/10