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19 abril 2025

Adán y Eva, la primera historia de amor (1983)

 







Ya que mis problemas de salud me impiden participar de manera activa en la Semana Santa, como me gustaría y mis creencias y mi fé me invitan, decidí hacer un esfuerzo, ya que estas semanas me está costando mucho ver películas y sobre todo comentarlas, y rebusqué un poco alguna película no habitual de estas fechas pero si que estuviera relacionada de alguna manera con ellas.

La historia de Adán y Eva, aunque conocida por todo el mundo, ya que está en el Génesis, al inicio de La Biblia, nunca ha tenido un peso importante en los pases cinematográficos de estas fechas, que por otra parte son bastante repetitivos, aunque no por ello poco interesante, ya que a mi personalmente siempre me agrada ver un rato de los grandes clásicos de estas fechas.

Y aunque no haya ninguna película importante que trate la historia de Adán y Eva, si que hay varias que hasta lo llevan en el título.

Tenía tres alternativas:

Dos películas mejicanas, en color, una con el título tal cual, Adán y Eva (1956), y otra llamada El pecado de Adán y Eva (1969), con un interesante Jorge Rivero, pero que presumiblemente estarían en castellano latino, y siempre desluce un poco la película, así que me decanté por la tercera opción cronológicamente, como es ésta Adán y Eva, la primera historia de amor (1983).


Como cabía esperar, siendo desconocida y totalmente atemporal de las grandes producciones cinematográficas de temática biblíca, era difícil esperar una película excesivamente interesante.

Parece ser una coproducción italo-española, pero veo pocos indicios de esa parte española, ni actores, ni localizaciones de rodaje aparentes.

El director le dedica pocos minutos a la estancia de Adán y Eva en el paraíso, aunque nos muestra una versión idílica del mismo, con un paradisíaco lugar entre cascadas y playas vírgenes, que no me ha sido posible identificar, y se centra en ofrecernos una visión de lo que pudo ser la vida de los protagonistas de la creación de Dios en su destierro del paraíso y su transitar por la tierra.

Pero claro, no sé muy bien si el director o sus guionistas nunca habían leído la Biblia, eran poco creyentes, les resultaba aburrida ... o es que precisamente habían visto la famosa película El lago azul (1980) de Randal Kleiser, pero la sensación que da es que la película toma muchas ideas de la película que catapultó a Brooke Shields y desarrolla una historia poco acorde al texto de la Biblia y además de mucha menos calidad que la película a la que intentaba imitar o parecerse (siempre se aprovechan películas de mucho éxito para hacer otras parecidas y aprovechar el tirón de la original para hacer buena taquilla).


Evidentemente las actuaciones son muy flojas, los diálogos muy pobres y la expresividad bastante deficiente, pero no habría que cargar todas las tintas contra los actores, si no más bien contra los que dirigieron el enfoque de la historia.

Para completar el cúmulo de defectos y cosas que no aportan nada y devalúan la película, están las multiples tomas de archivo, que simplemente por el cambio de calidad de imágenes debería darles vergüenza haberlas metido (más allá de que no sean creíbles en si), con animales salvajes como si fueran mansos y domésticos y catástrofes terrestres y ambientales claramente recortadas de algún documental e insertadas sin mucho sentido en medio de la historia de Adán y Eva, llevándose el colmo del desastre y de lo cutre una suplantación de oso absolutamente grotesca. Si estás bebiendo algo mientras ves la película, cuando llegues a este momento pensarás si la bebida es lo que creías que estabas bebiendo o por el contrario alguien te ha echado alguna sustancia alucinógena en la misma.


Las películas biblícas creo que no tienen un amplío número de potenciales espectadores, y si además distorsionas la historia y la conviertes en una historia sórdida, alejada de las escrituras y además de muy poca calidad, caes en la insignificancia absoluta.










Valoración:                          4/10














01 abril 2025

La esfinge de cristal (1967)

 






Ha sido un fin de semana bastante luctuoso en lo que al ámbito cinematográfico se refiere. Primero fallecía Richard Norton, un actor australiano especializado en películas de artes marciales, que trabajó en varias ocasiones con Chuck Norris (incluidos varios episodios de Walker Texas Ranger). También fallecía, uno de los grandes que quedaba vivos, como Richard Chamberlain, al que hace poco le rendí un pequeño homenaje viendo una de sus películas. Y a nivel nacional, un posiblemente desconocido para la gran mayoría, como Ángel del Pozo, que es por quien he visto esta película.

Con una carrera relativamente efímera, 17 años desde 1960 hasta 1977 (sobre todo si lo comparamos con su logeva vida), pero prolífica, ya que tiene 73 títulos de crédito, teniendo algunos años hasta seis.

Quizás donde más destacó fue en el Spaghetti Western, pero no fue el único género, y compartió escena con actores tan importantes como Orson Welles, Yul Brynner, Christopher Lee o Lee Van Cleef, además de Robert Taylor como en esta película y Pampa Salvaje (1965).

Uno de los grandes actores de la época dorada de Hollywood, principalmente con personajes arrogantes y soberbios, en ese sentido se me parece mucho a Clark Gable (de hecho eran muy buenos amigos y Taylor fue uno de los portadores del féretro de Gable en su entierro), pero con unas innegables dotes para la interpretación.

Fue el primer actor estadounidense en protagonizar una película hecha en Inglaterra, Un yanqui en Oxford (1938).

Aunque no tuvo ninguna nominación al Oscar, aparece en tres películas nominadas al Oscar a la Mejor Película: La melodía de Broadway 1936 (1935), Quo Vadis (1951) e Ivanhoe (1952).

Su papel en Quo Vadis es sobresaliente y del resto de películas suyas, aunque no me gusten habitualmente sus personajes, me parece que también ofrece interpretaciones notables, como en Ivanhoe o Desafío en la ciudad muerta, que son mis favoritas suyas junto con Quo Vadis.

A él la que más le gustaba de sus películas era El puente de Waterloo (1940), y la segunda que más le gustaba Margarita Gautier, donde compartió protagonismo con Greta Garbo. Aquí también compartió escena con otra actriz sueca, Anita Ekberg, que sin llegar a la cantidad de actrices italianas que despuntaron en los años 50 y 60 del siglo XXI, también tuvieron su protagonismo, de la mano de Greta Garbo e Ingrid Bergman, que abrieron el camino a otras como Ekberg, Britt Ekland o Ann-Margret.

Ekberg se afincó en Italia, donde rodó gran parte de sus películas, entre ellas La Dolce Vita (1960), y donde falleció en 2015.


Durante la película se dice la frase, "brindaremos con el filtro de la juventud", a lo que el personaje de Anita Ekberg le dice al de Robert Taylor, no te hace falta, estoy segura. Taylor murió poco después de cáncer de pulmón, uno de los muchos actores clásicos que fallecieron antes o en torno a los 60 años por problemas de salud en muchos casos derivados del tabaco.

En el caso de Taylor, comenzó a fumar en su adolescencia temprana y, cuando era adulto, solía fumar entre tres y cinco paquetes de cigarrillos al día.

No se cuanto influiría el tabaco en sus muertes, pero en un breve espacio de tiempo se fueron estas estrellas demasiado pronto.

En 1958 Tyrone Power con 44
En 1959 Errol Flynn con 50
En 1960 Clark Gable con 59
En 1961 Gary Cooper con 60 


Lo cual me lleva a preguntarme si los guiones exigían que los personajes fumaran o eran peticiones explícitas de los propios actores. En esta película se ve a todos los personajes principales fumando, menos el que interpreta Ángel del Pozo.

No sé si Robert Taylor estaría ya enfermo, oficialmente le diagnosticaron la enfermedad en 1968, pero no se le nota la chispa y la energía que tenía en sus mejores películas.


Siempre me gusta cambiar de escenarios y viajar a través del cine. Además de la naturaleza, me gusta visitar otros países y cualquier película que me ofrece un viaje virtual siempre es bienvenida.

Hace años estuve a punto de ir a Egipto, justo ahora, en época de Semana Santa, pero finalmente por motivos laborales no pude y me dio mucha pena, ya que no podré ir. Así que esta visita por Egipto siempre es agradable y a la vez nostálgica, por aquel episodio fallido. 

De todas maneras no me habría encontrado las zonas del país que nos muestra la película igual que se ven en ella. En aquella época sin tanta superpoblación, sin turismo de masas, sería más fácil filmar en ciertos sitios turísticos y transmite la sensación de otro mundo completamente diferente.

Así que parecía un menú interesante, esta coproducción Hispano-Italiana, con los dos protagonistas de Estados Unidos y Suecia respectivamente y rodada en Egipto.

Durante la película me vinieron a la cabeza dos películas con cierto parecido, primero la gran Arenas de Muerte, con John Wayne y Sofía Loren, una de mis películas favoritas y de otro género, Zapatones (curiosamente de Bud Spencer al que nombraba en mi última película), cuyo título original es Piedone d'Egitto, y que se me parece en varias de las localizaciones de rodaje.

Una película de aventuras sobre arqueología, que siempre es un binomio atrayente para mi. La arqueología suele retratarte principalmente en selvas densas y frondosas o en desiertos como en esta ocasión, bueno, realmente la parte de desiertos la podríamos circunscribir a Egipto y todo el valle del Nilo, donde seguramente se sitúen los mayores yacimientos arqueológicos del mundo.

Es una película de contrastes. Con una primera parte tirando a mediocre, en la que no pasa mucho y no se avanza o se centra en el propósito de la película, luego comienzan a producirse giros en el guión y en el comportamiento de los personajes, además de que la arqueología se pone en el centro de la película, aderezado todo por una mejor localización para la trama, dejando solo en mejorable las escenas de acción, con muy mala destreza de algunos protagonistas en el manejo de las armas, y con la siempre curiosa estadística del conteo de cadáveres entre los protagonistas y los villanos.

Creo que aunque la primera parte pueda resultar un tanto decepcionante y plantearle a uno dejar de verla, la segunda mitad de la película la mejora mucho y merece la pena finalmente los poco más de 90 minutos.








Valoración:                                 6/10













23 febrero 2025

El último vuelo del arca de Noé (1980)

 







Aunque todos conocemos a Walt Disney, que creó la compañía que lleva su nombre, a raíz del lanzamiento de carismáticos y entrañables personajes de animación, muchos no sabrán que Walt Disney también produjo bastantes películas no de animación (ésta en concreto es la número 107 en su historial), que principalmente solían realizarse para todos los públicos, incluyendo niños, y que por tanto no solían contar con violencia o lenguaje inapropiado y solían tener un final feliz.

Esta película de 1980, junto con Herbie, torero del mismo año, fueron los últimos largometrajes cinematográficos como productor completo para Ron Miller, el yerno de Walt Disney, quien luego se convirtió únicamente en productor ejecutivo.

Así que me puse a ver con entusiasmo esta película, a la que le encontré aliciente en el argumento y en los actores que incluía el reparto, pero que poco a poco ese entusiasmo se me fue apagando y la película me dejó un tanto indiferente.

Y es que, aunque no tengo mascotas en casa y no creo que me gustase, si que tengo mucho aprecio por los animales (si son de peluche en especial), y además cada vez es más creciente, mientras me sucede lo contrario con los seres humanos, que en muchos casos están eliminando de la faz de la tierra algunas especies, así que esta alegoría del pasaje biblíco de El Arca de Noé me parecía un buen momento de reflexión y paz para reconciliarme un poco con el planeta y sus animales que Dios puso en él.


Y dentro del reparto casi todos me parecían actores de mi agrado, habitualmente poco protagonistas, y que hacía algún tiempo a los que no veía.

El más familiar y más atractivo para mi era Dana Elcar, el sempiterno Pete Thornton, jefe de MacGyver en la mítica serie de los 80, pero que era mucho más que eso, y que previamente había trabajado en bastantes largometrajes, especialmente en El Golpe. Pero su personaje apenas aparece al principio de la película y luego desaparece, lo cual me restultó un ligero desencanto.

El protagonista es un Elliot Gould, al que a veces confundía con Harold Ramis, y que posiblemente hubiera podido también encajar en Los Cazafantasmas. Casado en su momento con Barbara Streisand, curiosamente las películas que le he visto, sus personajes eran bastantes parecidos, mitad cómico mitad dramático, muy bien interpretados, pero por lo que sea esos personajes y las películas en las que aparecían no acaban de encajar con mis gustos, estas películas que se quedan a medio camino entre comedia y drama. Creo realmente que Gould no encaja nada en el papel que interpreta en esta película.

En la parte infantil, que como digo es habitual en estas producciones de Disney, emerge un muy infantil todavía Ricky Schroder, en su segunda película ya. Con atractivo para la cámara ya, y muy hablador, se llegó a codear con las estrellas juveniles de finales de los 80 (aunque un poco más joven que ellos), y compartir protagonismo nada más y nada menos que con Brad Pitt en Triunfo Amargo, pero ese pico de popularidad se disolvió cual azucarillo y no pudo entrar en el selecto club de los Cruise, Pitt, Depp o Reeves.

El último miembro del reparto que quería destacar es el del actor estadounidense de ascendencia japonesa John Fujioka.

Su infancia tiene un ligero paralelismo con esta película, ya que nació en la isla de Hawai, la cual se menciona en esta película, cuya mayor parte de la trama transcurre también en una isla. 

Nacido en el seno de una familia japonesa-estadounidense, en 1944 se ofreció como voluntario a pesar de ser homosexual e hizo su servicio militar como traductor del japonés en la PACMIRS (Sección de Investigación de Inteligencia Militar del Pacífico) de la Oficina de Servicios Estratégicos en Estados Unidos y luego en Japón en Sendai, Morioka y Tokio después del final de la guerra. Nunca fue enviado a la Frente del Pacífico pero recibió todas las condecoraciones y medallas de los combatientes. Durante su servicio militar no le gustaban los bares por lo que comenzó a ir al cine y a ver representaciones teatrales.

Y le he mencionado el último, porque a esta película le veo conexiones con otra en la que aparece, en la que en este caso un barco arriba a una isla en la que también está él, y está ataviado y emplazado en un lugar muy parecido a éste. Me refiero a una de las películas que más me gusta de Bud Spencer y Terence Hill, y que más veces he visto, Quien tiene un amigo tiene un tesoro (1981). De hecho ésta es una año anterior a la de la famosa pareja italiana y no me cabe duda de que su personaje aquí sirvió de inspiración para el que hizo un año después en la película de Sergio Corbucci.

Por cierto, unos Bud Spencer y Terence Hill que también tienen otra película con conexiones con ésta, Dos misioneros (1974), ya que aquí el personaje protagonista femenino es una misionera.


Hay un último nombre, no en el reparto pero si en los títulos de crédito, que resulta ilusionante y curioso cuando aparece (por cierto unos títulos de crédito que creo que salen en torno al minuto 17 de la película, en un caso bastante inusual), como es el del compositor Maurice Jarre, uno de los grandes de la composición en el cine. El francés natural de Lyon, fue nominado hasta en nueve ocasiones al Óscar, ganándolo tres veces, por sus célebres trabajos en Lawrence de Arabia (1963) y Doctor Zhivago (1966), y el menos conocido y aclamado de Pasaje a La India (1985).


Una película con buenos ingredientes (doblaje incluído, bastante bueno en todos los personajes masculinos adultos) para hacer una gran receta, y que puede que le guste a mucha gente, sobre todo a los que la vean en una situación familiar con niños pequeños, amantes de los animales o admiradores de películas como la que he comentado de Bud Spencer y Terence Hill, o porqué no también a los que les gusten películas tipo Robinson Crusoe o Naúfrago, con las que tiene algunas cosas en común ... pero como digo, a mi el plato resultante final me decepcionó un poco, no sé si porque faltó sal entre esos ingredientes o porque es una película de esas que he comentado otras veces que hay que verla en una edad de tu vida determinada para que te guste.

Aunque por otro lado me gustó el recuerdo a un bonito pero dramático episodio biblíco como el del Diluvio Universal y el Arca de Noé, y como en la película se insta a creer en Dios, a darle gracias por las cosas que tenemos, a querer a las personas, no utilizar la violencia y como la fé puede mover montañas y aunque muchos no se den cuenta, la presencia de Dios y los pequeños milagros están más presentes de lo que creemos.









Valoración:                            5/10












18 febrero 2025

King Kong 2 (1986)

 





Normalmente las secuelas o segundas partes (o ya que decir de terceras o cuartas, salvo casos puntuales) suelen tener mucha menos difusión y valoración que las primeras, y más cuando hay un período de tiempo largo entre una parte y otra, que en este caso son diez años.

Además este es un caso raro, ya que la primera parte ya era un remake de la película original de King Kong de 1933, y hay más versiones posteriores y otras con un título diferente, que si buscáis en IMDb podéis verificar.

No obstante para mi la película de King Kong de referencia, es la primera parte de ésta, la que hizo John Guillermin en 1976 con Jeff Bridges y Jessica Lange al frente del reparto, y con otros cuantos actores interesantes, además de una fantástica banda sonora, al frente de la cual estaba el formidable John Barry, para mi uno de los mejores compositores de bandas sonoras de cine, a la altura o sin tenerle mucho que envidiar a Ennio Morricone o John Williams.

Así que para aclimatarme a esta película y como hacía mucho que no la veía, me vi primero la versión de 1976 y luego ésta de 1986 (también podría haber visto la de 1933, pero igual habría soñado con monos durante una buena temporada), que no recuerdo que nunca la hubieran pasado aquí en España.


John Guillermin se puso de nuevo al frente de este proyecto, de la mano del productor Dino De Laurentiis.

Según el escritor Steven Pressfield, Dino De Laurentiis había estado luchando por conseguir una secuela de King Kong (1976). De Laurentiis había comentado que debido a que Kong se había convertido en una estrella por derecho propio, nadie pestañearía si lo traían de regreso para otra aventura. Cuando Pressfield y Ronald Shusett lanzaron la idea de que Kong estuviera en coma durante años y necesitara un trasplante de corazón, De Laurentiis los contrató rápidamente para escribir la película porque, como resultó, era la mejor de las propuestas de secuela que había visto. Estas ideas rechazadas incluían a Kong siendo entrenado por el ejército de los EE. UU. para convertirse en un arma viviente e ir a Rusia para ganar la Guerra Fría, una versión en la que Kong iba al espacio y una versión que parecía inspirarse en ET El extraterrestre (1982) en la que Kong sería guiado por un grupo de niños.

En cambio a Guillermin la idea no le llegó con el mismo entusiasmo. Se encontraba muy desconsolado durante la producción, debido a la muerte de su hijo Michael durante la realización de su película anterior, Sheena, reina de la selva (1984). Con frecuencia desaparecía a mitad de un día de rodaje para irse a navegar. Después de una discusión con el personal de producción (Guillermin tenía una notoria reputación de discutir mucho), desapareció durante días. El rodaje finalmente fue completado por Charles McCracken, un documentalista de 21 años no acreditado.

A pesar de haber hecho dirigido grandes películas previamente como Las águilas azules (1966), El puente de Remagen (1969), Shaft en África (1973), El coloso en llamas (1974) y los remakes de King Kong (1976) y Muerte en el Nilo (1978), posiblemente el fracaso consecutivo de Sheena, reina de la selva (1984) y King Kong 2 (1986), unido a la muerte de su hijo hicieron que éste fuera su último largometraje, y tan solo dirigiera ya una película para televisión, Perseguido en Arizona (1988), con Kris Kristofferson como protagonista.


En cuanto al reparto, a Jeff Bridges y Jessica Lange se les pidió que repitieran sus papeles de Jack Prescott y Dwan, pero ambos declinaron. También se le ofreció el papel a Peter Weller, pero lo rechazó para rodar su mayor éxito, Robocop (1987), así que al frente del reparto quedó una siempre interesante Linda Hamilton.

Hamilton ya había hecho la primera parte de Terminator y supongo que no tenía ni idea de si iba a haber una segunda parte, pero curiosamente tiene papeles en dos sagas.
Resulta curioso leer que Linda Hamilton aceptó su papel en la película porque vio cómo la película anterior había catapultado la carrera de Jessica Lange, cuando realmente hacía solo dos años del tremendo éxito de Terminator como para que ya necesitara revitalizar su carrera (entiendo que Terminator fue un éxito inmediato y no de efecto retardado).


Evidentemente la película no soporta la comparación con la versión anterior, no solo por la historia, también las localizaciones, los actores, la banda sonora ... no hay nada en lo que pueda igualar o mejorar a su predecesora, que dicho sea de paso tampoco tuvo excesivas buenas críticas.

Es difícil señalar el mayor defecto de King Kong 2. En general, es bastante ridícula, desde la historia hasta los efectos especiales y los momentos supuestamente emotivos. Es demasiado larga, los diálogos podrían haber sido escritos por niños de secundaria y los personajes ni siquiera resultan graciosos. Pero si puedes aceptar todo eso, puedes obtener al menos algo de valor de entretenimiento de esta secuela.

Y entiendo que este fracaso (gastó 18 de millones de dólares y sólo retornó 5), hizo que se descartara una posible tercera parte, que podría haber tenido como título Kid Kong, que por lo menos a nivel de juego de palabras habría quedado bien.

Un proyecto con buenas intenciones y que podría ser interesante pero que se convirtió en una película tremendamente absurda y cursi ... pero siempre mejor una película así que no hecha por ordenador, en mi humilde opinión.








Valoración:                       4/10












22 enero 2025

La india en llamas (1959)

 





Proseguí con mi viaje por Asia, haciendo mi siguiente parada en La India, ese país que se ve fascinante desde fuera pero que igual sobre el terreno no lo es tanto.

Dentro de Asia, La India sea posiblemente junto con Japón, el país donde más películas se han ambientado. Las de La India principalmente con dos hilos argumentales, aventuras variadas o películas coloniales británicas.

Y que mejor que recorrer La India en tren, lo cual me retrotrae a dos eventos que también lo hacen. Los documentales, de los que tanto me gusta disfrutar y degustar, y que en alguna ocasión he visto alguno cruzando La India en tren, y mi admirada serie de dibujos animados de la infancia, La Vuelta al Mundo de Willy Fog, donde sus personajes también recorrían el país asiático en tren, dentro también de la época colonial británica.

Pero para hacer el recorrido en tren que nos propone la película no hace falta viajar hasta La India, ya que, como en la anterior película, el director J. Lee Thompson también eligió España para el rodaje de esta película.

Y es algo que me ha sorprendido, porque si que estoy familiarizado con que muchos Spaghetti Westerns se vinieran a rodar a Almería y alguna que otra superproducción también lo hiciera en la Sierra del Guadarrama, pero desconocía estas dos películas, que además están ambientadas en Asia, cuando realmente España y Asia no tienen mucho parecido orográfico.


Así que los habitantes de la comarca de Guadix pudieron disfrutar del rodaje de esta película e incluso participar como extras en la misma. 

La famosa secuencia del viaducto de la película se rodó en el Puente Anchurón, situado en Fonelas, Granada.
El antiguo ferrocarril que se ve en la película está abandonado y ya no se utiliza. Originalmente, el ferrocarril atravesaba la parte norte de Sierra Nevada, la cadena montañosa de la región de las provincias españolas de Granada y Almería.

Pero es un ferrocarril famoso en el cine, ya que se ha utilizado en algunas películas más como Sol rojo (1971), La leyenda de un valiente (1967) y Siete pistolas para los Mac Gregor (1966).

John Lee Thompson es un clásico del cine de aventuras, un director británico, que más allá del maestro Alfred Hitchcock, se instaló entre la élite de los directores de este género. Era un director extremadamente competente y confiable, reconocido y respetado por los productores por terminar sus películas a tiempo y dentro del presupuesto asignado.

Siempre lo asocio a películas en las que los protagonistas son Gregory Peck o Charles Bronson.

En total dirigió a Charles Bronson hasta en 9 películas y a Gregory Peck en 4, aunque quizás éstas más notables. Además también dirigió con asiduidad a Anthony Quayle, 5 veces, Herbert Lom, 5, Anthony Quinn, 3 y David Niven, 3.

Gregory Peck dijo una vez que sólo había cuatro directores en quienes podía confiar para que le dijeran si estaba fingiendo o no su actuación: Alfred Hitchcock, George Cukor, William Wyler y Thompson, lo que era darle el estatus más alto junto a tres grandes maestros del cine.

Fue el director elegido por Charles Bronson para algunas de sus películas. A Bronson le gustaba su método de filmación rápido y sin florituras.

El Oro de McKenna (1969) y Los Cañones de Navarone (1961) son dos de mis películas favoritas.


De esos actores habituales, el único que trabaja en esta película es el checo Herbert Lom. Supongo que el actor más importante de este país, sumido en el comunismo cuando la industria cinematográfica despegaba, y que una vez se estableció principalmente en Hollywood, desde un país como Checoslovaquia o posteriormente la República Checa o Eslovaquia, era difícil trascender del cine nacional y llegar a la meca del cine.

Lom está aquí fantástico, como en alguna otra película que le he visto, complementando un tanto anónimo reparto (y más para lo que suelen ser las películas de Thompson), encabezado por Lauren Bacall, que aunque sea un nombre importante en el mundo del cine, lo es más por ser la mujer de Humprey Bogart. 

Bogart le sacaba 25 años, y además murió relativamente joven, con lo que Bacall quedó viuda a la edad de 32 años (se dice que poco después anunció su compromiso con Frank Sinatra, pero finalmente no se rubricó. Posteriormente se casó con Jason Robards). 

Bogart había fallecido recientemente durante esta película y digamos que marca la última película de Bacall de su época de esplendor, ya que después de ella se casó y tuvo a su tercer hijo y su carrera adquirió un carácter mucho más discontinuo, sin grandes películas ni papeles e intercalando trabajo en cine con trabajo en televisión.

Si soléis consultar la web IMDb, fijaros que tiene el segundo ID de nombre más bajo (https://www.imdb.com/name/nm0000002/bio/?ref_=nm_ov_bio_sm), justo después de Fred Astaire y justo antes de Brigitte Bardot.


DVD Talk dijo de esta película que "... tiene mucho en común con La diligencia (1939) de John Ford en el sentido de que es esencialmente una historia de una mezcla heterogénea de anglosajones confinados en un vagón de tren, corriendo a través de una llanura india tratando de evadir a salvajes sedientos de sangre. Puede ser una reelaboración descarada de La diligencia (1939), ya que la historia original fue coescrita por el hijo de John Ford (I), Patrick Ford, y el esposo de Maureen O'Hara, Will Price . El guión final fue adaptado de un guión del guionista Frank S. Nugent, el escritor de 11 películas de Ford".

Una película bastante subestimada e ignorada, con muy buenos argumentos para sentarse a verla, a pesar de sus más de dos horas (aunque hay una versión más corta, de hecho la que yo vi tuvo muchos momentos sin doblaje), como la notable dirección, el argumento singular o la pintoresca fotografía, más allá de la actuación de todos los pasajeros del tren es notable, a pesar del semi anonimato de algunos de los actores.

¡Pasajeros al tren!










Valoración:                          7/10












07 diciembre 2024

En busca del avión perdido (1981)

 




Este año se han cumplido 30 años de la muerte de George Peppard, sin duda el mejor actor de El Equipo A, no porque el resto fueran malos, si no porque Peppard era ya bastante conocido y reconocido antes de la serie, y para mi un gran actor.

De hecho después de El Equipo A apenas ya realizó alguna TV Movie y poco más, entre sus últimos trabajos Silencio de Cristal (1989) que ya vi y comenté en este blog y que me tocó la fibra al tratar el tema del cáncer, y en una persona joven.

Tampoco fue el más prolífico de los actores de la serie, pero si el único que puede ser recordado por otros motivos distintos a su papel de Hannibal en El Equipo A, o incluso gente que directamente le conozca por alguno de sus exitosos papeles en la gran pantalla sin necesidad siquiera de haber visto la serie.

Y es que en un breve espacio de tiempo concatenó cuatro grandes interpretanciones en cuatro notables películas que le mantuvieron durante algunos años en el estrellato, a pesar de que luego perdió protagonismo rápidamente (parece ser que tuvo problemas con la bebida durante la década de los 70) hasta que aterrizó en la serie por la que muchos le conocemos.

- Con él llegó el escándalo (1960)
- Desayuno con diamantes (1961)
- La conquista del oeste (1962)
- Los insaciables (1964)

Además fue la elección original para el papel que finalmente interpretó Steve McQueen en Los 7 Magníficos (1960), lo que le hubiera dado un repóker de grandes películas. Curiosamente luego trabajó en Los 7 Magníficos del Espacio (1980).

Aunque su personaje de John Hannibal Smith aparentemente tenía un carácter agradable y bromista, parece ser que Peppard no caía bien en el set de rodaje, ya que discutía y cuestionaba muchas cosas y en alguna ocasión le costó algún papel. Y quizás fuese el motivo de su decadencia o ausencia de papeles importantes a partir de los años 70.


Mirando su filmografía, quitando lo que ya había visto o fuera muy famoso, me llamó la atención ésta, porque echando un vistazo además tenía un aliciente diferente, la elección de Nueva Zelanda como lugar de ambientación y rodaje de la misma.

Un país que a nivel cinematográfico solo está en el mapa gracias a las aportaciones de Peter Jackson, sobre todo por su trilogía de El Señor de los Anillos.
Aunque el productor de esta película, Antony I. Ginnane, debido a las disputas sindicales que le llevaron a trasladar la producción de esta película de Australia a Nueva Zelanda, rodó allí cuatro de sus siguientes cinco películas: Prisoners (1983), En estado de shock (1985), Dead Kids (1981) y La segunda oportunidad (1984), así que tengo material para explorar ... si es que esas películas están en castellano.

Así que estamos ante una película multinacional, que podríamos considerar como británica, americana, australiana y neozelandesa.

Del lado británico, su director David Hemmings, que curiosamente dirigió 9 episodios de El Equipo A, pero que era principalmente actor, y Donald Pleasence, al que podríamos considerar el más protagonista de la película, y que yo recuerde, sería el primer papel protagonista que le veo, siempre secundario de lujo para cualquier película.

Por parte estadounidense, el propio Peppard y el resto de actores principales de la película, Ken Wahl y Lesley Ann Warren.

Por parte australiana ha venido mi sorpresa, que podría ser su guionista Everett De Roche, aunque nacido en Estados Unidos, debió de trabajar casi toda su vida en Australia, donde falleció.
De su cosecha son muchos de los guiones de películas australianas que he ido descubriendo y que tanto me han gustado, como por ejemplo:

- Carretera mortal (1981)
- Razorback (1984)
- El secreto del lago (1986)
- Windrider (1986)


Esta película está basada en un hecho real sobre la desaparición durante la Segunda Guerra Mundial de un avión militar estadounidense DC-3 que transportaba la nómina de la Flota del Pacífico estadounidense y que se estrelló, pero que luego fue encontrado frente a Cabo York, en el norte de Queensland, Australia. El guionista Everett De Roche ha dicho que concibió la película a partir de esta historia, que le había contado uno de sus vecinos en Mount Isa, en Queensland, Australia.

También del lado australiano, la banda sonora, a cargo de Brian May, autor también de varias bandas sonoras de películas australianas destacadas, y que por algunos momentos suena muy parecida a la canción principal de La Gran Evasión.

Y por la parte neozelandesa la ubicación e infraestructuras de la película, todo un placer para el sentido de la vista, y algunos técnicos y actores secundarios.
La película fue la primera coproducción de gran presupuesto de Nueva Zelanda (6 millones de dólares).

La película se hizo en Nueva Zelanda en lugar de Australia debido a una disputa sobre la equidad de los actores australianos. Esto se debió a la negativa a permitir que cuatro actores extranjeros, Ken Wahl (estadounidense), Lesley Ann Warren (estadounidense), Donald Pleasence (británico) y George Peppard (estadounidense) fueran elegidos para los cuatro papeles principales de la película, por lo que no habría ningún actor australiano en ninguno de estos papeles protagonistas. El productor Antony I. Ginnane llevó la producción a Nueva Zelanda y, debido a la mudanza, el director original de la película, Richard Franklin, que trabajaba regularmente con el guionista de la película Everett De Roche, abandonó la película.

Podría haber sido muy de mi gusto, pero tiene cosas que no me han agradado nada.
Empezando por un doblaje pobre, voces que no me sonaban de nada y en especial la de Peppard horrible y nada acorde a él, aunque bueno, si acorde con su papel absurdo en la trama, cosa para la que hay que valer también.

Y luego, otra vez, una mezcla de comedia mala con una aventura buena, y una acción ridícula, muy del estilo Equipo A, donde se gastan cargadores enteros de munición sin que nadie reciba ni un solo balazo.

Luego leyendo he encontrado que esto es lo que se buscaba,  ya que fue concebida originalmente como una aventura cómica al estilo de El mundo está loco, loco, loco, loco (1963).


La película está dedicada al coordinador de lanchas motoras Colin Robinson y a los conductores de lanchas motoras John Rillstone y Bill Clarke , quienes murieron durante el rodaje de las secuencias de lanchas motoras. La dedicatoria incluida en los créditos finales dice: "Esta película está dedicada a John Rillstone y a Bill Clarke y Colin Robinson, quienes perdieron la vida en el río Kawarau, Queenstown, mientras operaban lanchas motoras".









Valoración:                            6/10














05 diciembre 2024

La travesía del Congo (1956)

 




Después de unas semanas con problemas de salud y también atascado mentalmente, que me había hecho tomarme un descanso con mis películas, voy a intentar retomarlo poco a poco, con el aliciente de mis 500 entradas, algo motivante y momento para rendir homenaje a algún actor/actriz.

Me decanté por algo de mi gusto, África, aunque siempre está la posibilidad de que no salga la película que esperabas (como en este caso), o que te sea complicado escribir una mínima e interesante reseña sobre la misma.

El principal problema, o la principal decepción de la película para mi viene de la falta de credibilidad de que la película esté rodada o ambientada siquiera en África, así que una de las primeras cosas que hice nada más terminar de verla fue consultar las localizaciones del rodaje para verificarlo, y efectivamente me confirmó mis sospechas, ya que la película, aunque rodada posiblemente en el sitio más parecido al lugar que intenta simular la película como es Florida (imagino que la zona de los Everglades), fue rodada en Estados Unidos y no en África, no habiendo tampoco escenas de fotografía de África aunque fuera sin los actores en ellas.

Para mi es el detalle más importante y en torno al cual deben girar todos los demás en una película africana. Puedes no tener buenos actores o ni siquiera un argumento brillante pero con una buena localización y un escenario que te transporte allí es como se debe construir una película de éstas.


Así que el director Joseph Pevney lo fió todo en el reparto que seleccionó para la película, encabezado por la siempre intersante Virginia Mayo (la había visto hace poco en un western, Tierra de Violencia, justo su anterior película cronológicamente, y no soy partidario de repetir director, actor, actriz o temática con tan poca frecuencia, pero es lo que tiene haberla elegido sin mirar y sin estar muy espabilado).

Virginia decía que creía que era mejor actriz de lo que la opinión tenía de ella y que no pudo demostrar todo su potencial, achacando que cuando eres una cara bonita enseguida te encasillan o etiquetan con ello y es difícil salirse de ahí.

Pero era una actriz francamente versátil, interpretaba desde westerns o film noirs, habituales de la época, pasando por películas de aventuras, comedias o musicales, especialidad que le gustaba ya que era o había sido bailarina de joven.

Entre sus películas más destacadas podemos encontrar Al Rojo Vivo (1949) o El halcón y la Flecha (1950), siendo por tanto ya una actriz importante en la década de los 40 del pasado siglo.

Además trabajó con muchos actores importantes de la época dorada de Hollywood, como Paul Newman, James Cagney, Alan Ladd, Danny Kaye, Bob Hope, Kirk Douglas, Burt Lancaster, Joel McCrea, Gregory Peck, Clint Walker, Jack Palance o el mismo Ronald Reagan, actor inicialmente y posterior presidente de los EEUU.


Entre los que la acompañaban en el reparto, quizás el nombre más conocido sea el de Peter Lorre, con su característica escasa estatura y sus ojos saltones. Actor nacido en la actual Eslovaquia, principalmente asociado el cine en blanco y negro, especialmente conocido por su papel en Casablanca (1942) y también en El Halcón Maltés (1941), y que ya tuvo un primer papel protagonista en 1931, en la película de culto M, el Vampiro de Düsseldorf, una de las primeras películas sonoras de la historia del cine.

Junto a ellos, pero compartiendo el protagonismo, dos actores relativamente poco conocidos, como George Nader y Michael Pate. Pate y Virginia Mayo eran de 1920 y Nader de 1921, todos coetáneos prácticamente.

Lo que más me llama la atención es la aparente sensación de mayores que transmiten ellos en la película, especialmente Pate (a pesar de que luego vivió hasta los 88 años) cuando apenas contaban 35 años, pero es cierto que en aquella época la gente envejecía más rápido, o por lo menos la sensación es que comparándolo con los tiempos actuales daban más sensación de mayores.

Ninguno de los dos desentona y encajan bien en este tipo de películas. Pate, australiano, tuvo una carrera bastante más prolífica y exitosa, aunque fuera de secundario siempre, con películas como El Gran Houdini (1953), Todos los Hermanos Eran Valientes (1953) o El Cáliz de Plata (1954), donde también trabajó con Virginia Mayo (además de por lo menos también en el western Valle Prohibido (1957)). Además me ha servido para conocer y encontrar otra película africana que desconocía, Tambores de África (1963).


Una película no excesivamente interesante, ni de las destacadas en cuanto a películas ambientadas en África, pero a la que siempre se le pueden encontrar algunas cosas interesantes, conexiones o descubrir actores inéditos para mi y sacar algo provechoso de sus filmografías.









Valoración:                            5/10














26 octubre 2024

El misterio de la jungla negra (1964)

 







Aunque tenía esta película como El Misterio de la Isla, veo que en IMDb tiene oficialmente éste otro título. Sea como fuere, igual que decía en la anterior película, hay palabras que incluídas en el título de la película me suelen seducir a decidirme por ellas, y tanto isla como jungla también están entre ese surtido de palabras.

Estamos ante una película basada en una novela del escritor italiano, veronés para más señas, Emilio Salgari. Todavía tengo en casa un par de libros suyos, que junto con otros tres de Julio Verne, conformaron los primeros libros que nos compraron nuestros padres para intentar introducirnos en el hábito de la lectura.

Un escritor un tanto trágico, tanto a nivel personal como familiar. En 1889 se suicidó el padre de Salgari, y fue el primero de una cadena de suicidios familiares, que incluye el del propio escritor (1911), el de su hijo Romero (1931) y el de su otro hijo Omar (1963).

Los libros que tengo suyos son los más famosos seguramente, Sandokán y El Corsario Negro, los cuales se han llevado en muchas ocasiones a la gran pantalla, con varias películas acerca de dichos personajes, e incluso hasta recuerdo una serie de dibujos animados de Sandokán.


Su temática habitual solían ser este tipo de aventuras, marítimas en muchos casos, y ambientadas principalmente en la zona de La India o alguna también en África, pero siempre en el entorno que entre ambos continentes ocupa el Océano Índico.

Curiosamente vi la película el día que se cumplía el aniversario de la muerte de su director, Luigi Capuano, que llevó varias de estas películas de Emilio Salgari al cine ... o desconozco si alguna no lo era, pero en todo caso, de clara inspiración en sus obras, como 

- La tigresa de los siete mares
- Sansón contra el Corsario Negro
- La venganza de Sandokán
- El leopardo de Sarawak
- El aventurero de tortuga

Que junto con ésta, componen el núcleo central de la filmografía de este director.


Así que me volví a encontrar transportado al siempre fascinante territorio de La India (bueno, fascinante en aquella época, o fascinante fuera de las grandes mega ciudades que ha en el país, absolutamente colapsadas y contaminadas).

En esta película aparece la figura de la Diosa Kali, una de las principales del hinduismo, y la cual conocía de uno de los episodios de mi querida serie de dibujos animados La Vuelta al Mundo de Willy Fog, a su paso por este país.

Si alguien tiene curiosidad por saber algo acerca de esta Diosa, aquí puede hacerlo


La película evidentemente debía tener un presupuesto bajísimo y carece de excesivo interés, sin destacar prácticamente nada de la misma.

Dentro del reparto os podréis encontrar dos caras medio conocidas, como son Guy Madison y Peter Van Eyck, uno de los pocos actores alemanes destacados de la época, aunque con nombre más Neerlandés, y nacido en un territorio que hoy forma parte de Polonia. Si no habéis visto nada de él, os recomiendo que lo hagáis, si hubiera sido contemporáneo nuestro y nos lo encontráramos por la calle, se podría decir instantáneamente que es actor.

Evidentemente este bajo presupuesto se refleja en unas localizaciones exteriores realmente cutres y deficientes, que le pueden hacer pensar a uno que están en cualquier zona cercana y no en La India. La decoración interior es de lo mejor de la película, aunque básicamente queda reducida a un único escenario, y el vestuario no está mal sin ser excesivamente atractivo.

Complementan y añaden algo de interés a la película, algunas escenas de serpientes y otra con una lucha contra un tigre, que en ambos casos si que consiguen transportarte más a La India, siendo dos animales claramente autóctonos.

Creo que la película tiene una conexión con La Secta de los Falsarios que vi hace poco, con la secta de los Thuggees, y con que ambas tratan también acerca del colonialismo británico en el país, aunque parecen dos películas completamente diferentes solamente por las localizaciones, y evidentemente por la diferencia de años que hay desde la realización de una hasta la otra.










Valoración:                            4/10














12 septiembre 2024

Buscadores de marfil (1990)

 






Ayer fallecía James Earl Jones, quizás un actor no tan conocido aquí en España, salvo para los grandes amantes de Conan, el bárbaro. En EEUU debía de ser mucho más importante, ya que era la voz de Darth Vader en la saga de La guerra de las galaxias, siendo allí casi tan importante como actor como de actor de voz.

Conocido por su humildad, se negó a que su nombre apareciera en los créditos tanto de La guerra de las galaxias (1977) como de El imperio contraataca (1980), alegando que sentía que su contribución no era lo suficientemente significativa como para merecer un crédito. Sí aceptó que su nombre apareciera en los créditos de El retorno del Jedi (1983).

Yo, como digo, lo recuerdo principalmente por su papel de malo en Conan, el bárbaro, un papel que con el tiempo creo que no le pegaba nada. Y es que cuando era niño, y vi aquella película, y luego le vi en otras películas, además de no parecerseme nada, en Conan está tan bien caracterizado que no parece una persona afroamericana como tal, luego el resto de personajes que he ido viendo de él no guardan ninguna relación con el que interpretó en una de las películas que hizo famoso a Arnold Schwarzenegger.

Tuvo un problema de tartamudez cuando era niño y hablaba muy poco. Todavía de mayor luchaba con el problema y decía que tenía que pensar cuidadosamente lo que iba a decir antes (sorpredente, ya que es ampliamente conocido por su voz).

Para superar su tartamudez, tomó lecciones de actuación y escribía poesía y sus maestros le dejaban leerla delante de la clase.

Fue la primera celebridad establecida en aparecer en la serie Barrio Sésamo (1969).

No tiene una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood.

Es uno de los 14 individuos que son un "EGOT", lo que significa que ha recibido al menos uno de cada uno de los cuatro principales premios de entretenimiento: un Emmy, un Grammy, un Oscar y un Tony. Los otros destinatarios, en orden cronológico, son Richard Rodgers, Barbra Streisand, Helen Hayes, Rita Moreno, Liza Minnelli, John Gielgud, Audrey Hepburn, Marvin Hamlisch, Jonathan Tunick, Mel Brooks, Mike Nichols, Whoopi Goldberg y Scott Rudin. Tres de los 14 destinatarios, incluido Jones, recibieron un premio no competitivo, honorífico supongo: Streisand ganó un Tony especial, Minnelli ganó un Grammy especial y Jones ganó un Oscar especial.


A la hora de elegir película me debatía entre La gran esperanza blanca, sobre Boxeo, o ésta Buscadores de Marfil, una película africana que tanto me gustan y por la que me decanté (además de que tengo un cuadro en mi habitación que se parece bastante al cartel de la película y ese parecido me convenció).

Me sonaba su director, Joseph Sargent, no porque sea famoso ni importante, si no porque había visto algo suyo recientemente, pero si que me parecía más notable el trío formado por nuestro protagonista Earl Jones, con John Lithgow e Isabella Rossellini, como para ser tan sumamente desconocida esta TV Movie, no teniendo apenas votos y consiguiendo solo una grabación bastante deteriorada, que fue lo peor de la película.

A Lithgow no le he visto mucho, aquí en el blog apenas en Un lugar de descanso, aunque siempre lo asocio a una película que me gusta mucho como es Máximo Riesgo con Stallone, donde interpreta un personaje totalmente diferente a éste, y que en mi opinión le pega más. Aunque he visto más películas suyas, tengo un recuerdo más vago de ellas y de su papel en las mismas.

Y a Rossellini menos todavía. Un ejemplo de esos más extraños, de hija (o hijo), nacida de dos estrellas del cine, su padre Roberto Rossellini y su madre Ingrid Bergman. Habitualmente se suele ver a hijos siguiendo las carreras de sus padres, especialmente cuando es padre e hijo masculino, hay bastantes casos, pero es raro encontrar alguien medianamente importante cuyos dos progenitores fueron muy importantes en el cine. Además para ampliar su círculo de estrellas cinematográficas, estuvo casada con Martin Scorsese, cosa que desconocía.


Me esperaba una película bastante estándar sobre África, sin nada especial, con partes de la misma que me recordaran a otras películas que ya hubiera visto sobre el continente africano, y en general ha sido así, pero con un matiz importante.

Salvando un poco las distancias, la película se me asemeja a Gorilas en la Niebla, y podríamos haberla titulado como Elefantes en la hierba. Sin la mitad de impacto que la película protagonizada casi exclusivamente por Sigourney Weaver, que consiguió hacer mucho por la defensa del gorila de montaña y ayudar a proteger la especie y evitar su extinción, aquí hay hilo conductor bastante parecido cambiando de animal, añadiendo algo más de trama y más personajes, pero básicamente el mensaje que resuena de fondo, es una condena feroz al contrabando de marfil y la caza indiscriminada de este bello animal para arrebatarle esa parte de su cuerpo.

Un animal que en un mano a mano destrozaría a cualquier humano, a pesar de que no suelen ser tan agresivos como los leones o los hipopótamos, pero con mucha más fuerza que ellos, pero que en cambio resulta tan frágil ante la barbarie del ser humano y todos los mecanismos que ha creado para matar y destruir seres humanos y animales.

También recuerdo un episodio muy bonito de Macgyver, éste en concreto, con un jovencísimo Cuba Gooding Jr. y curiosamente con el cuarto actor en discordia en esta película, Tony Todd, conexión que desconocía, en el que hacía un alegato con otro animal de la sabana africana, el rinoceronte negro, seguramente más castigado todavía que el elefante, y que son películas altamente sensibles y que atacan la conciencia del ser humano para que evite y reflexione sobre algunos de sus comportamientos, pero evidentemente donde esté el dinero de por medio a la gente se le nubla la mente.


Historia interesante aunque no sea muy innovadora, con nuestro protagonista recientemente fallecido, James Earl Jones, en un papel bastante característico suyo, sobrio, sereno, seguro y transmitiendo una gran madera de actor que no es tan fácil de encontrar ya.









Valoración:                            6/10












02 septiembre 2024

Cinco días, un verano (1982)

 






Si uno se pone a excarvar a fondo se puede encontrar con un montón de películas desconocidas, de manera aparentemente sorprendente, y que si no fueron populares en su día, difícilmente se van a convertir ahora muchos años después en motivo de visionado. Ésta podría ser un buen ejemplo de ello. 

Y es que uno en principio mira la ficha y se encuentra con el prestigioso productor y director Fred Zinnemann (nacido en el antiguo imperio austro-húngaro), ganador del Óscar al mejor director en dos ocasiones, por De aquí a la eternidad (1954) y Un hombre para la eternidad (1967), curiosamente traducidas al español con títulos muy similares, y nominado hasta en otras cuatro ocasiones, por Sólo ante el peligro (1953), Historia de una monja (1960), Tres vidas errantes (1961) y Julia (1978). Ya solo por él extraña la poca difusión de esta película.

De hecho ésta fue su última película como director, en un período que después de 1960 fue bastante discreto por su parte, con tan sólo cinco películas bastante espaciadas, en 1964, 1966, 1973, 1977 y finalmente ésta en 1982.


Pero si que a Zinnemann le añadimos la gran estrella de Sean Connery (posiblemente en esa época un poco venido a menos, aunque luego resurgió con fuerza, especialmente con Los Intocables de Eliot Ness o Indiana Jones en busca del Arca perdida), tendríamos un dúo más que recomendable, apriorísticamente, como para estar ante un película cuanto menos interesante.

Una vez que Connery dejó de interpretar al agente británico James Bond, del que ha sido seguramente de los actores que lo ha encarnado el que más veces lo ha interpretado y al que más asocia todo el mundo con James Bond, estuvo una década algo más discreto, y su imagen adoptó habitualmente un fino bigote.

Curiosamente en la última película había visto a Pierce Brosnan y sin darme cuenta ahora a Sean Connery, ambos intérpretes de Bond.

Ya me ha picado la curiosidad y he ido a consultar la hemeroteca.

Sean Connery y Roger Moore interpretaron al agente en 7 ocasiones cada uno, a continuación Daniel Craig, con 5, Pierce Brosnan con 4, Timothy Dalton 2 veces y David Niven y George Lazenby una vez cada uno.

Además, chequeando la filmografía, la siguiente película a ésta en la carrera de Connery fue Nunca digas nunca jamás, su última encarnación en el agente 007, 21 años después de la primera vez.


Creo que el notorio envejecimiento prematuro de Connery seguramente hizo que se buscara una alternativa en cuanto a intérprete de Bond, y aunque Roger Moore era mayor que él, su apariencia le daba un carácter más apropiado para ese personaje.

Bueno, que me voy por las ramas y James Bond está ocupando mucho tiempo, pero ya que sin quererlo he visto dos películas seguidas de actores que interpretaron a 007, quizás la siguiente tenga que ser una de Roger Moore.

Fred Zinnemann quería una actriz desconocida para interpretar el papel de Kate, así que con ellos dos quedó cubierto el estrellato de la película.

No tenía ni idea de lo que me iba a encontrar, una película veraniega con Sean Connery, no tenía pinta por mucho que el título hiciera referencia a ello, y efectivamente, fue otro tipo de verano, como habitualmente se suele decir "¿Qué prefieres, playa o montaña?", así que después de varias experiencias cinéfilas con la playa este verano, tocó una de montaña.


Y aunque a mi este tipo de películas de alpinismo en Los Alpes (o en cualquier otra cordillera también), me encantan, no parece ser que en aquella época llamara mucho la atención.

Dejo una lista de películas del género para los que les gusten




Y es que me veo reflejado en unas declaraciones que hizo en la época el director: "Me encantaba la sensación que uno tenía en aquellos viejos tiempos de ir a un lugar que estaba absolutamente tranquilo, el silencio, la sensación de majestuosidad, el misterio".

Cuando estuve por Los Alpes franceses me sentí así, con todas palabras que dijo Zinnemann en mi mente, especialmente majestuosidad. A los suizos no pude ir, pero además del Mont Blanc, la montaña más icónica de Los Alpes es el pico Cervino, o Matterhorn, con su pecualiar forma casi simétrica. Según sus propias palabras, la idea de felicidad del productor y director Fred Zinnemann era "sentarse en la cima del Cervino y preguntarse cómo bajar".

La película fue un fracaso comercial y crítico en taquilla. El productor y director Fred Zinnemann dijo: "No digo que fuera una buena película, pero hubo un cierto grado de crueldad en las críticas. El placer que algunas personas sintieron al criticar la película realmente dolió".


El rodaje debió ser complicado por las condiciones climáticas de los lugares de rodaje, la temática propia y los imprevistos que pudieran surgir.

Así se pueden encontrar notas o reseñas de la producción como:

- Antes de la fotografía principal, el elenco y el equipo entrenaron durante varias semanas para familiarizarse con las condiciones climáticas, el equipo de montañismo temprano y las técnicas de escalada de la década de 1930

- Un trozo de hielo que cayó destrozó una revista de películas y arruinó todo un día de tomas, que tuvieron que repetirse.

- El New York Times del 7 de noviembre de 1982 indicó que el viento intermitente de polvo procedente del Sahara tiñó inesperadamente de color naranja las montañas, deteniendo la producción hasta que hubo una nueva nevada (y eso que parecía que la tan famosa calima que nos tortura con tanta frecuencia últimamente era algo del siglo XXI).

- Una edición de finales de julio de 1981 del periódico "The Swiss Observer" informó que el equipo de producción había encontrado en el hielo de los Alpes suizos el cuerpo preservado de un hombre congelado que había estado desaparecido durante aproximadamente treinta y un años. 

- Se pasaron varias semanas antes del rodaje principal explorando localizaciones en un reconocimiento de exteriores donde se descubrieron muchos sitios montañosos exóticos que no habían sido alterados por la humanidad o por lo que el productor y director Fred Zinnemann llamó "la prisa y la presión" de la escalada moderna. 

- El productor ejecutivo Peter Beale y el productor y director Fred Zinnemann reclutaron a pastores alpinos de los Alpes suizos, que estaban acostumbrados al clima y las condiciones paisajísticas de los picos de las montañas extremadamente frías, para ayudar con la producción de esta película, que incluyó la preparación diaria de las ubicaciones del set antes del amanecer y la llegada de Zinnemann a las 7 de la mañana.

- Los problemas que plagaron la producción, según las notas de la carátula de un video casero para esta película, incluyeron tormentas eléctricas, deshielos repentinos, evacuaciones en helicóptero, enfermedades, lesiones y temperaturas extremas de frío y calor a gran altitud. El texto de la carátula añadía que la producción se enfrentó a todos los peligros de frente. 

-  La revista People informó en su edición del 22 de noviembre de 1982: "Para hacer esta película, ambientada en lo alto de los Alpes suizos cerca de St. Moritz, el director Fred Zinnemann filmó en cuevas y grietas, durante avalanchas, en glaciares y paredes de roca escarpadas, con temperaturas entumecedoras a altitudes impresionantes y desde helicópteros que volaban".


Demasiada odisea o demasiadas desventuras, para una película en la que la aventura y la escalada pierden algo de protagonismo y se ven disputadas e invadidas por un drama entre la felicidad y la infelicidad, que puede haber en una pareja, o simplemente como a cada esquina de la calle te puedes encontrar una situación diferente, o como puedes encontrar la desgracia haciendo algo que realmente te gusta.

Realmente el director hace reflexionar con ello a través de la historia que muestra en la pantalla, no solo para aquellas personas que estén en pareja, si no también a cualquier persona sea cual sea su situación, y como hay que intentar ser felices, pero también ayudar a los demás a serlo o no serlo a costa de la infelicidad de otras personas.


La historia ocurre en un período de tiempo de tan solo unos días, parete del título "Cinco días", lo cual me lleva a pensar ahora que el verano empieza a converger hacia su ocaso, no porque no haga buen tiempo todavía, si no porque el ritmo de vida marca que en el mayor de los casos es el comienzo de un nuevo curso, nueva temporada o vuelta al trabajo, que tan solo cinco días pueden hacer de un verano inolvidable, desde el lado positivo, o que ha pasado un verano más y apenas te puedes quedar con cinco momentos del mismo, en el lado negativo.









Valoración:                        6/10