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24 abril 2025

El largo Viernes Santo (1980)

 






Aunque, como me pasó el año pasado con Miércoles de ceniza (1973), seguramente esta película no tuviera nada que ver con la Semana Santa, me parecía casi de obligado cumplimiento verla en el día al que hacía referencia.

Lejos de ese tinte religioso, la película versaba sobre todo lo contrario, la corrupción, la mafia y el crimen organizado, totalmente perverso, sin sentido y diametralmente opuesto de los postulados de la iglesia católica.

Pero a nivel cinematográfico me encontré con una inesperadamente buena película sobre este género del crimen organizado. 

Lo normal, cuando hablamos del crimen organizado y lo asociamos al cine, es evocarnos principalmente la figura del mafioso más popular de todos los tiempos, Al Capone, que fue llevado en varias ocasiones al cine, y si no por lo menos al entorno de Chicago, lugar en el que ejercía este mafioso sus crímenes y posiblemente la ciudad a la que es más probable asociar la mafia, siempre y cuando nos abstraigamos del país originario de la mafia, Italia, que tiene multitud de películas, principalmente en los años setenta, de la Mafia, la Camorra o la Cosa Nostra.

No obstante, ya recientemente había visto otra película británica con cierto parecido a ésta, y que también me sorprendió para bien, como fue Lunes tormentoso, eso sí, aderezada por dos famosos actores norteamericanos, como Tommy Lee Jones y Melanie Griffith, mientras que aquí el elenco es íntegramente británico.

Quitando la trilogía de El Padrino, no se habían hecho otras obras cumbre de este género cinematográfico, especialmente Los Intocables de Elliot Ness, que después de El Padrino, o casi compitiendo con ella es el referente de estas películas, u otras como Uno de los nuestros, así que no sé si esta película o en particular la interpretación de Bob Hoskins pudo servir de inspiración a Robert De Niro, pero creo que no equivoco si afirmo que es una de las mejores películas sobre mafia o crimen organizado y la interpretación de Bob Hoskins está entre las mejores en este tipo de películas.


Bob Hoskins encabeza el reparto británico, con tres caras conocidas, la suya, la de Helen Mirren, todavía bastante joven y la de Pierce Brosnan, casi inédito en la película (aparece un momento al principio y un momento al final), en lo que posiblemente fuera su debut cinematográfico. De hecho le obligaron a hacer una audición para su papel, cuando no dice ni una sola frase.

Es uno de esos actores, que con sus escaso 160 centímetros de estatura, uno vería limitado en su posible repertorio de papeles, asociándolo además principalmente con un papel diametralmente opuesto a éste, más de estilo comedia.

Lo podríamos englobar junto a Danny de Vito y Joe Pesci por su escasa estatura y por ser casi de la misma edad, de hecho Hoskins nació en 1942, Pesci en 1943 y De Vito en 1944.

A Bob Hoskins le ofrecieron el papel de Harold Shand mientras estaba hospitalizado. Acababa de regresar de Sudáfrica, donde rodó Amanecer zulú (1979), y contrajo una lombriz intestinal en el proceso.

Para investigar su papel, Bob Hoskins se reunió con auténticos gánsteres de Londres.


El estreno de la película se retrasó un año debido a las discrepancias entre los productores y el gobierno por la representación que la película hacía de los gánsteres más duros de Londres eclipsados ​​por el IRA. El gobierno de Margaret Thatcher tenía dificultades para responder al ejército contra el grupo terrorista en Irlanda del Norte y consideraba que la película socavaría aún más sus esfuerzos.


Dos últimos detalles que ponen en valor la película y hablan bien de ella:

Michael Caine quedó tan impresionado con esta película que contrató regularmente a su estrella Bob Hoskins y al director John Mackenzie para varias de sus películas.

Fue votada en el puesto número veintiuno de la lista de las 100 mejores películas británicas del siglo XX del British Film Institute.









Valoración:                            7/10













30 agosto 2024

La secta de los falsarios (1988)

 






La última película que vi, La gran aventura de África, me recordó a otra que había visto con un título casi idéntico, La gran aventura de La India, y que me hizo pensar en las pocas películas ambientadas o rodadas en este país que había visto, y justo, casual e involuntariamente me topé con una que desconocía completamente que tuviera como escenario este país, en este caso ambientada en la época colonial que ejerció Gran Bretaña en este país.

Y si aquella película fue de lo que más se me pudo asemejar (saliendo muy mal en la comparación evidentemente), con Indiana Jones y el Templo Maldito, en ésta tenemos al actor que yo creo podría haber sido la alternativa a Harrison Ford si la saga de Indiana Jones hubiera seguido después de La última cruzada y Ford no hubiera sido el protagonista.

No obstante, Pierce Brosnan, alcanzó luego el papel protagonista de otro personaje cinematográfico todavía más importante y muchas más veces llevado a la gran pantalla, como es James Bond, al que interpretó hasta en cuatro ocasiones.

Aunque evidentemente para mi Pierce Brosnan siempre irá asociado a su personaje de Remington Steele, una de esas series míticas de los años 80, pero mucho menos emitida en televisión que otras. De hecho hace un año o así me puse a ver episodios de esta serie porque no veía nada desde el siglo XX y por lo menos lo que vi de la primera temporada, me decepcionó ligeramente, no es como yo lo recordaba, aunque también hay que decir que fueron 94 episodios y posiblemente mis buenos recuerdos de esta serie vengan de episodios posteriores.


Pero este personaje es el que le hizo labrarse un nombre y unos contratos suculentos , sobre todo en la década de los noventa, que fue su época más prolífica y con títulos más importantes, ya que además de las películas de James Bond protagonizó otras como Mars Attacks!, Un pueblo llamado Dante's Peake, El secreto de Thomas Crown o Búho gris.

Como británico, más concretamente irlandés, encajaba mejor en este papel que sus competidores por él mismo, que parece ser que fueron Christopher Reeve y Treat Williams. A mi, personalmente, Reeve no me encajaría nada en este papel una vez vista la película.

El resto del reparto es bastante anónimo, con la curiosidad de que dos actores, padre e hija en la vida real, interpretan a sendos personajes que son padre e hija en la película, curiosidad ésta de la que ahora mismo no tengo conocimiento que haya visto en otra película.


La película está ambientada en torno a 1825 y según los créditos finales está rodada íntegramente en locaciones situadas en La India. Aparentemente si que lo parece, pero tampoco eligieron las mejores posibles dentro de las multiples posibilidades que seguramente ofrezca el país.

No obstante no creo que ese sea el problema por el que a me no me ha entusiasmado la película, si no que más bien la historia no me transmite nada. A veces se hacen películas de acontecimientos históricos poco interesantes. Y es que el título puede parecer atrayente, pero al final no deja de ser la historia de un grupo de ladrones bastante vulgar y con poco interés.

Recuerdo la palabra secta cuando era niño como algo bastante peligroso o macabro, sobre todo por un acontecimiento (que no necesito buscar en Wikipedia o Internet), que me causó tanto impacto que todavía lo guardo intacto en la memoria, como fue la muerte de decenas de seguidores de la secta de Los Davidianos, cuyo líder espiritual era un tal David Koresh, en Waco, Texas.


La película me parece lenta para tratarse de una película de crimen y robos, desfocalizada del asunto principal, mostrando escenas de folclore largas, poco importantes y monótonas y dando muy poco protagonismo al aspecto colonial y al destacamento británico en el país asiático.

Muchas subtramas que no llevan a ninguna parte, lo que sugiere que los productores estaban tratando de llenar los 98 minutos con algo. De manera similar, la película languidece durante los primeros veinte minutos hasta que empieza a moverse.

El director Nicholas Meyer intenta transmitir el encanto de una cultura antigua como la India, pero la película no tiene el estilo suficiente para camuflar su descuidada falta de sustancia, y los gestos simbólicos de sabor y atmósfera de época no se extienden más allá del buen diseño de vestuario y un misticismo esotérico de escasa calidad.

Esta historia de aventuras y traiciones en la India británica es sólo una película de serie B con pretensiones exóticas, que se quedan en un suficiente raspado o un rotundo suspenso.









Valoración:                                 4/10