Aunque, como me pasó el año pasado con Miércoles de ceniza (1973), seguramente esta película no tuviera nada que ver con la Semana Santa, me parecía casi de obligado cumplimiento verla en el día al que hacía referencia.
Lejos de ese tinte religioso, la película versaba sobre todo lo contrario, la corrupción, la mafia y el crimen organizado, totalmente perverso, sin sentido y diametralmente opuesto de los postulados de la iglesia católica.
Pero a nivel cinematográfico me encontré con una inesperadamente buena película sobre este género del crimen organizado.
Lo normal, cuando hablamos del crimen organizado y lo asociamos al cine, es evocarnos principalmente la figura del mafioso más popular de todos los tiempos, Al Capone, que fue llevado en varias ocasiones al cine, y si no por lo menos al entorno de Chicago, lugar en el que ejercía este mafioso sus crímenes y posiblemente la ciudad a la que es más probable asociar la mafia, siempre y cuando nos abstraigamos del país originario de la mafia, Italia, que tiene multitud de películas, principalmente en los años setenta, de la Mafia, la Camorra o la Cosa Nostra.
No obstante, ya recientemente había visto otra película británica con cierto parecido a ésta, y que también me sorprendió para bien, como fue Lunes tormentoso, eso sí, aderezada por dos famosos actores norteamericanos, como Tommy Lee Jones y Melanie Griffith, mientras que aquí el elenco es íntegramente británico.
Quitando la trilogía de El Padrino, no se habían hecho otras obras cumbre de este género cinematográfico, especialmente Los Intocables de Elliot Ness, que después de El Padrino, o casi compitiendo con ella es el referente de estas películas, u otras como Uno de los nuestros, así que no sé si esta película o en particular la interpretación de Bob Hoskins pudo servir de inspiración a Robert De Niro, pero creo que no equivoco si afirmo que es una de las mejores películas sobre mafia o crimen organizado y la interpretación de Bob Hoskins está entre las mejores en este tipo de películas.
Bob Hoskins encabeza el reparto británico, con tres caras conocidas, la suya, la de Helen Mirren, todavía bastante joven y la de Pierce Brosnan, casi inédito en la película (aparece un momento al principio y un momento al final), en lo que posiblemente fuera su debut cinematográfico. De hecho le obligaron a hacer una audición para su papel, cuando no dice ni una sola frase.
Es uno de esos actores, que con sus escaso 160 centímetros de estatura, uno vería limitado en su posible repertorio de papeles, asociándolo además principalmente con un papel diametralmente opuesto a éste, más de estilo comedia.
Lo podríamos englobar junto a Danny de Vito y Joe Pesci por su escasa estatura y por ser casi de la misma edad, de hecho Hoskins nació en 1942, Pesci en 1943 y De Vito en 1944.
A Bob Hoskins le ofrecieron el papel de Harold Shand mientras estaba hospitalizado. Acababa de regresar de Sudáfrica, donde rodó Amanecer zulú (1979), y contrajo una lombriz intestinal en el proceso.
Para investigar su papel, Bob Hoskins se reunió con auténticos gánsteres de Londres.
El estreno de la película se retrasó un año debido a las discrepancias entre los productores y el gobierno por la representación que la película hacía de los gánsteres más duros de Londres eclipsados por el IRA. El gobierno de Margaret Thatcher tenía dificultades para responder al ejército contra el grupo terrorista en Irlanda del Norte y consideraba que la película socavaría aún más sus esfuerzos.
Dos últimos detalles que ponen en valor la película y hablan bien de ella:
Michael Caine quedó tan impresionado con esta película que contrató regularmente a su estrella Bob Hoskins y al director John Mackenzie para varias de sus películas.
Fue votada en el puesto número veintiuno de la lista de las 100 mejores películas británicas del siglo XX del British Film Institute.
Valoración: 7/10