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08 enero 2025

La última ola (1977)

 




Estos días recordé que uno de los actores que el año pasado también había cumplido 90 años y además hacía mucho que no veía una película suya era Richard Chamberlain.

Luego cambié de idea y pensé que los primeros siempre en dar la bienvenida al año nuevo son los australianos (entiendo que técnicamente los neozelandeses, pero básicamente lo mismo o puede que compartan uso horario con la costa este de Australia), así que pensé que la primera película en ver en este 2025 tenía que ser australiana.

Y luego buscando una película australiana para ver, me encontré que ésta aunaba las dos ideas que se me habían pasado por la cabeza y era la ideal para inaugurar el año cinéfilo.

Aunque evidentemente no me parecía la más atractiva, o no la más parecida a ese buen número de películas australianas rurales que he ido viendo estos años, aunque también he visto alguna urbana interesante como Conexión Sidney (1990).


Un Richard Chamberlain al que antes confundía con Richard Attenborough, pensando además que ambos eran británicos cuando no es así, y cuando físicamente no se parecen nada y tampoco en sus papeles habituales hay ningún parecido.

Siempre lo suelo asociar a sus papeles protagonistas en las películas de aventuras Las Minas del Rey Salomón (1985) y Alain Quattermain y la Ciudad Perdida del Oro (1986), ésta porque era la carátula de muchas tarjetas en un juego que tenía de niño que se llamaba Movies y en el que se trataba de adivinar películas.

Aunque también interviene en dos de las películas más significativas de catástrofes de la década de los setenta, las dos que a mi más me gustan, como son El Coloso en Llamas (1974) y El Enjambre (1978), la enorme cantidad de estrellas en esas dos películas, con hasta 10 o más actores que eran o habían sido estrellas o eran muy conocidos y por lo tanto él no destacaba y pasaba un poco desapercibido, no tanto en El Coloso en Llamas pero si algo más en El Enjambre.

Se le llegó a conocer por el Rey de las Miniseries, y es que otros le asociaran a su papel en alguna de éstas, principalmente quizás en El Pájaro Espino (1983), de la que luego posteriormente se hizo una película también en la que intervino.

También intervino en las adaptaciones de las tres novelas de Alejandro Dumas sobre los mosqueteros, Los tres mosqueteros: Los diamantes de la reina (1973), Los cuatro mosqueteros: La venganza de Milady (1974) y El regreso de los mosqueteros (1989).

Nacido en ese lugar tan cinematográfico como es Beverly Hills, aunque estuvo una buena etapa de su  vida en Honolulú, Hawaii, especialmente dedicándose a la pintura de paisaje marinos especialmente extraños, regresó a California en busca de trabajo, ya que sus características, ya era mayor y homosexual (dato que conozco ahora), no invitaban a vivir alejado del epicentro cinematográfico ya que tenía muchas posibilidades de ser ignorado y caer en el olvido. 


Aquí, uno de los más exitosos directores australianos, Peter Weir, todavía en sus inicios atrajo la figura de un actor extranjero para una película australiana, como he visto en alguna más, aunque es más habitual que sean actores autóctonos los protagonistas, y más en esa década de los setenta donde entiendo que el cine australiano estaba bastante en pañales, ya que todavía no se había hecho la, posiblemente, película más exitosa e influyente del cine de este país, como es Mad Max (1979).

Y es que Peter Weir ha estado nominado hasta en 6 ocasiones para el premio Óscar, cuatro como director, una como productor y otra como guionista.

Posiblemente su éxito comenzó con El Año que Vivimos Peligrosamente (1982), con Mel Gibson y Sigourney Weaver, para luego encadenar casi un éxito en cada película que dirigía, y así llegaron

- Único testigo (1985)
- La Costa de los Mosquitos (1986)
- El Club de los Poetas Muertos (1989)
- Matrimonio de Conveniencia (1990)
- Sin miedo a la vida (1993)
- El Show de Truman (1998)
- Master & Commander (2003)


Antes de elegir a Richard Chamberlain para el papel principal, se barajaron dos actores australianos, pero uno fue rechazado y el otro no estaba disponible. Se hizo una lista de seis actores que tenían reconocimiento internacional. Se envió a Chamberlain el guión que le pareció interesante, pero al principio se mostró cauteloso a la hora de hacer una película en un país extranjero y con un director con el que no estaba familiarizado. Peter Weir visitó a Chamberlain en el Broadway Theatre, donde protagonizaba La Noche de la Iguana, y los dos congeniaron. A continuación, se proyectó a Chamberlain la película anterior de Weir, Picnic en Hanging Rock (1975), que aún no se había exhibido en los Estados Unidos, a Chamberlain le gustó la película y poco después fue contratado.

Weir era natural de Sidney, donde se ambienta la película, pero se tuvo que recurrir a la ciudad de Adelaida, que se convirtió en el doble de la de Sídney. Durante la producción, Sídney sufrió duras condiciones climáticas con fuertes lluvias constantes. Irónicamente, ese clima tuvo que ser recreado en Adelaida, que estaba soleada y agradable durante el rodaje.

Las condiciones climáticas oscuras, tormentosas y lluviosas se crearon mediante máquinas de viento y mangueras gigantes, estas últimas accionadas desde varios camiones de bomberos.


Pero la película me ha resultado un tanto pesada y difícil de digerir por momentos. Aunque el comienzo me hacía ilusionar y pensar en otra película rural interesante por la ubicación elegida, y es un comienzo francamente interesante, y aunque la película también tenga alguna conexión o parecido con otra, para mi, gran película australiana como es El Secreto del Lago (1986), rápidamente la película olvida ese comienzo rural y se sumerge en el mundo aborígen australiano, cosa bastante diferencial y novedosa para mi, y que debería ser un buen aliciente, pero que a la postre se convierte en algo desfavorable.

Y es que aunque la palabra aborígen de por sí debería concordar con mis gustos y deparar una película de mi agrado, y la palabra aborígen sugiere ir acompañado de rural, formando un binomio que me debería entusiasmar, la película tránsita por la oscuridad e incomprensibilidad de la cultura más profunda de esta tribu, adentrándose en la brujería y en la magia negro y componiendo un lienzo complejo de entender por momentos, basado en culturas, ritos y justicia ancestral pero a su vez entremezclado con sueños y la conexión con una persona ajena a ellos.

No por ello deja de tener buenos momentos de misterio, sobre todo al principio en, para mi la parte más interesante, pero luego no me gusta hacia donde se dirige y creo que al final la película, siguiendo el hilo argumental de la misma, se ahoga en tanta precipitación acumulada.

De fondo resuena un mensaje de crítica hacia el arrinconamiento y casi extinción de los aborígenes, pero hay que abstraerse para sacarlo, ya que la película más bien ofrece una imagen negativa de los habitantes nativos de Australia.


Podríamos decir que La Última Ola no está, para mi, en la cresta de la ola de películas australianas, pero si que formó parte de una ola de películas intersantes.










Valoración:                         5/10













06 enero 2024

El cuarto Rey Mago (1985)

 





Conseguí esta película hace pocas fechas, y evidentemente, que mejor momento para verla que la noche del 5 de enero.

No sé cuanto tiene de verdad la historia (no está en La Biblia), pero aparentemente está basada en una novela y yo nunca había oído hablar acerca de este acontecimiento histórico.
Pero esta mañana me sorprendía la conexión con el cura en la misa de la Epifanía del Señor, cuando se ha puesto a hablar sobre esta historia, siendo completamente familiar para mi, como si él también hubiera visto la misma película la noche anterior, o como si me hubiera leído el pensamiento, pero me he quedado sorprendido y satisfecho por ello.

Para ser una película religiosa, hay tres detalles que me han sorprendido, por no ser habituales en este tipo de películas.

- El primero es la propia historia. Habitualmente este tipo de películas se centran en la vida de Jesús, mayoritariamente, y puntualmente aparecen otros personajes con cierto protagonismo, llegando alguno de ellos a ser el principal en alguna película (recuerdo por ejemplo una película con título Poncio Pilatos).

- El segundo es la fecha de la película. La mayoría de superproducciones centradas en la vida de Jesús, como Los diez mandamientos, Ben-Hur o Rey de Reyes, como ejemplos más significativos, son de la segunda mitad de la década de los cincuenta del siglo XX o la primera mitad de la década de los sesenta. Después, en la década de los setenta, se hicieron otras versiones u otras películas (algunas de ellas películas para televisión como ésta), ya con mucho menor presupuesto que estas otras, pero ésta se va ya a medidados de los ochenta.

- El tercer detalle, es la duración de la película. Este tipo de películas, por norma general, suelen ser de las más largas que se conocen. Muchas de ellas pasan de las tres horas, por ejemplo 3h 32m Ben-Hur, 3h 40m Los diez mandamientos, las 2h 48m Rey de Reyes o las 2h 54m de La Biblia. Y en cambio, esta El cuarto Rey Mago dura escasamente 1h 10m.


Como no había mirado nada de ella, si no que por el título tenía claro que la iba a ver si o si la noche de Reyes, ni siquiera sabía si la historia versaba sobre lo que decía el título, ni tampoco conocía el reparto de la misma.

Y me encontré con un sorprendete buen reparto para ser una película totalmente desconocida. Encabezado por Martin Sheen, del que hace poco había visto otra TV Movie muy desconocida, Más allá de las estrellas, dos bonitas historias, como otras tantas que se esconden en ocasiones detrás de este tipo de películas hechas para televisión.
Curiosamente, el propio Sheen, protagonizaría años después otras películas o papeles de corte religioso, como Gospa. El milagro de Medjugorje (1995), o Asalto al Monasterio (1995).
En una época en la que Martin Sheen había perdido popularidad, y ya emergían sus hijos Charlie Sheen y Emilio Estévez, hizo durante los ochenta bastantes películas de éstas, porque al fin y al cabo está cerca de los 300 títulos de crédito en su filmografía, que de algún lado tenían que salir, que se dice pronto.

Junto a él, como segundo protagonista y acaparando entre ambos todo el protagonismo, un siempre interesante Alan Arkin, fallecido en este 2023 que acabamos de despedir. Junto a ellos, pero ya con papeles muy residuales al ser una película corta, y centrada en el personaje de Martin Sheen, el también fallecido en 2023, Lance Kerwin, y algunos secundarios ya veteranos en aquella época como Ralph Bellamy, Harold Gould o Eileen Brennan.

Pero lo sorprendente del reparto es que parecía una película familiar, con las familias de Sheen y Arkin ampliamente representadas.
De los hijos de Martin Sheen, intervienen todos salvo Emilio. Un papel de los más prematuros para Charlie Sheen, donde interpreta a un portador de lanza. Su hermano Ramón y su hermana René también estuvieron entre el elenco, así como el hermano de Martin Sheen, Joe Estévez.
Sorprendente familia en la que unos llevaban el apellido Estévez (recordemos que el padre de Martin Sheen era gallego) y otros el artístico Sheen. 
La familia Arkin también estuvo representada, con un pequeño papel para su hijo Adam y otro para su esposa, Barbara.


La película se hace corta y tiene carencias claras de presupuesto y se echan de menos más acontecimientos, especialmente acostumbrados a estas películas tan largas, además de que la que yo pude conseguir tenía un doblaje pobre, supongo que de algún otro país con nuestra lengua. Pero lo realmente potente e importante de esta película es la historia en sí, que yo desconocía, y el mensaje y las enseñanzas que te quiere transmitir.

La película nos hace reflexionar sobre dónde está nuestro corazón y la importancia de ayudar al prójimo, de no dejar de buscar a Dios en todas las cosas que te rodean y de no abandonar nunca tu fé.

Más que verla la noche de Reyes, sería recomendable verla al comienzo de las Navidades, para reflexionar sobre el verdadero espíritu de las mismas y no caer año tras año en el consumismo de estas fechas.

Es una historia inspiradora no sólo de la naturaleza de la Navidad, de que cuando damos, recibimos, sino también del significado de la vida misma, estamos aquí para ayudar a los demás, como últimamente me han recordado con sus acciones y su forma de ser mis fantásticos amigos de la Comunidad Amaos, a los que agradezco su acogida y su cariño.










Valoración:                                  6/10













30 enero 2022

El despertar de Sharon (1995)

 





Ojeando entre los actores o actrices que cumplían años me quedé con Mimi Rogers. Una de esas actrices cuyo nombre nos suena a muchos pero que seguramente no tengamos en mente ninguna película suya.
Y es que a pesar de estar durante 3 años casada con nada menos que Tom Cruise (7 años más joven que ella), ello no le dio una especial relevancia, o no después de su divorcio.

De hecho también estuvo metida en la Iglesia de la Cienciología, de la que Tom Cruise siempre ha sido quizás el mayor exponente, pero la abandonó de manera discreta en los años 90.

Forma parte de un grupo de actrices de una quinta parecida, como por ejemplo Holly Hunter o Tawny Kitaen, cuyo nombre puede resultar bastante familiar pero que no han tenido ningún gran éxito de cartelera con el que poder asociarlas rápidamente.

Pero como la mayoría de los actores en general, y de esa época en particular, tuvo en período de esplendor relativamente corto, que podríamos delimitar entre La sombra del testigo (1987) y ésta, ya que luego tanto sus papeles, como las películas en las que iba interviniendo no tenían nada de apasionante.
Quizás su mayor éxito después de este lustro fue con Austin Powers, pero es un tipo de película que a mi no me atrae nada.
Y luego fue compaginando la gran pantalla con la pequeña pantalla, pero sin ningún éxito importante.

Decidió posar para Playboy en 1993, con 38 años ya, diciendo "Soy una gran fan del arte del desnudo. También estoy orgullosa de mi cuerpo. Me gusta estar desnuda. Me dieron el control total del rodaje,
eso era esencial. Sabía que quería tener hijos, así que me di cuenta de que sería mejor publicar mis fotos desnuda antes de tener uno y mi cuerpo cambiara."
La reacción que obtuvo de sus fotos de Playboy fue muy positiva y le hizo sentir bien, por lo que para ella se tradujo en una experiencia muy positiva.

Ha dicho que El despertar de Sharon (1991) es la película de la que se siente más orgullosa, porque pudo mostrar al máximo sus capacidades actorales.
Parece ser que fue una controvertida película en Estados Unidos que analizaba la religión en el país y que resultó ser un éxito y deleitó al público, creando muchos debates sobre el tema de la película.

Mimi Rogers tendría un papel recurrente en Expediente X (1993). David Duchovny, su compañero en esta película, la sugirió para este papel. y fue la presencia de Duchovny, además de algunas buenas críticas la que me hizo decantarme por esta película.

Yo creo que no había visto ninguna película, hasta ésta, de David Duchovny, que tiene como una docena de películas a finales de los 80 y principios de los 90, antes de embarcarse en su mayor éxito, la serie Expediente X, la cual luego concatenó con Californication, siendo uno de esos actores que se asocia claramente a un personaje, el de Mulder en la famosísima Expediente X.

El caso es que la película me parece por momentos un poco rara o incluso rayante, como si estuviera viendo una película de David Lynch.
Pero la película fue incluida en algunas listas especializadas, como las mejores del año 1991 o las 1001 películas que deberías ver en tu vida.
Aunque parece que tuvo una taquilla bastante pobre, o decepcionante por lo menos para el director.

Para que Mimi Rogers se convirtiera en el personaje, el director Michael Tolkin le pidió que dejara de ser educada con la gente durante dos meses, algo curioso, porque si que es notorio los cambios físicos que algunos actores tienen que hacer para interpretar ciertos personajes, pero cambios en el comportamiento personal, resulta curioso y extraño.
Además el director quería que el apartamento de Sharon no tuviera decoración porque simbolizaría el vacío en su vida.

Para mi es una película interesante, sobre todo porque trata una temática muy poco trabajada en el cine, pero también puede resultar lenta o incluso un poco rallante, y como en un sitio he visto, una película no recomendada para padres con niños recién nacidos o mujeres embarazadas.








Valoración:                                      6/10