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23 marzo 2024

La villa de los viernes (1991)

 





Pues era viernes noche y hace tiempo que tenía ganas de hacer coincidir esta película con este día de la semana.
No sabía absolutamente nada de ella, pero me gustan esas coincidencias o conexiones a la hora de ver una película.

Y la parte buena es que me sirvió para ver una película como protagonista de Julian Sands, actor británico fallecido el año pasado, aparentemente mientras hacía senderismo en las montañas de California, una actividad el senderismo que parecía ser una de sus grandes pasiones y que a mi también me encanta.

La verdad es que me parecía muy extraño que no hubiera visto nada de él, pero mirando su filmografía pude constatar que casi era cierto ese dato, y la única película que había visto en la que trabajaba era Leaving Las Vegas. No es por ejemplo como otros actores, secundarios principalmente, que te suenan haberlos visto alguna vez, pero te pones a revisar su filmografía y has visto muchas películas en las que intervienen, pero que te han pasado completamente desapercibidos, como por ejemplo el fallecido este semana M. Emmett Walsh, del que tengo que ver algo suyo como homenaje.

Sands era un actor más especializado en dramas o romances, pero por su apariencia física encajaba perfectamente también en películas de misterio, crimen o terror. Por su apariencia en esta película me encajaba, por ejemplo, como uno de los malos de Cobra, con Stallone.

Junto a él, dentro de los pocos personajes que intervienen en la película, está como coprotagonista, la actriz polaca Joanna Pacula. Una actriz con apariencia de seria e inexpresiva, a la par que hermosa y angelical, con unas sorprendentemente cejas pobladas como una seña de identidad, que para nada emborronan ni deslucen su atractivo facial.

A ella la había visto en Puzzle mortal y en Dulces mentiras, ésta con motivo del fallecimiento de Treat Williams.
Tanto Sands como Pacula volvieron a coincidir poco después en Warlock, Apocalipsis Final, segunda parte de Warlock, el brujo, en la que también trabajó Julian Sands.


Pero ahí se queda lo bueno de la película, en descubrir a Julian Sands y ver otra película más de Joanna Pacula.

Es una de esas películas que sé que no me iban a gustar desde el minuto uno, a pesar de que las localizaciones que salían y la atmósfera generada, principalmente por la buena banda sonora de Ennio Morricone pudieran parecer lo contrario, pero el presagio en mi caso no era positivo.

Y es que cuando al minuto, o poco más, de empezar ya se ven desnudos algo no encaja. No es que yo piense que un desnudo en cine tiene que deslucir la película, y ser únicamente carnaza para los espectadores masculinos, es que la sensación de que fuera tan rápido era que iba a tener bastante peso en la película.

Y efectivamente, así fue, hasta culminar también con un desnudo integral masculino (algo muy poco frecuente), y convertirla casi en una película erótica.
Aunque su director, Mauro Bolognini no tiene pudor a la hora de que sus películas contemplen sucesivas escenas de desnudos. Tan solo había visto de él La Veneciana, y la carga del cuerpo desnudo en aquella también era importante.

Aunque inicialmente me podía evocar ligeramente a una película que me gusta mucho como es Un amor de verano (1982), o por momentos también pudiera evocarme remotamente a La piscina (1969), finalmente se convierte en una triángulo amoroso (que últimamente lo etiqueto mucho en las películas), muy tormentoso y que evoca actitudes matrimoniales y humanas poco edificantes en estas fechas de Semana Santa (y en general), o por lo menos para mi forma de ver la relación entre un hombre y una mujer.











Valoración:                             4/10















17 diciembre 2023

Pasiones en Kenia (1987)

 







Hacía un tiempo que no me daba un paseo cinematográfico por África, y como vi que todavía tenía reservas, y aprovechando el fallecimiento de un actor que trabajaba en esta película, me pareció un momento inmejorable para verla.

Una película con un gran reparto, y donde supuestamente el actor recientemente fallecido, Joss Ackland, parecería el quinto o el sexto en discordia, resultó ser el protagonista, en una de las primeras veces que le veo en pantalla, o por lo menos que me percato de ello, y posiblemente en el mejor papel de su carrera.


Y es que en el reparto, casi exclusivamente británico, podríamos considerar, apriorísticamente, unos cuantos actores más importantes que Ackland.

Empezando por un gran actor en mi opinión como Trevor Howard, ya en la recta final de su carrera y de su vida, fallecería tan solo un año después, y ni aún así fue su último papel. En su época final me recuerda por momentos al gran Spencer Tracy, y casi todo lo que he visto suyo de un tiempo a esta parte me ha resultado interesante. Parece ser que los productores querían despedirle de la película por problemas alcohólicos, pero su presencia, a pesar de su papel secundario siempre aporta.

Greta Scacchi, una actriz australiana de origen italiano, bastante poco valorada, o muy valorada depende como se mire, eso sí, por su físico o más concretamente por sus pechos, que no tiene reparos en mostrarlos. Le guardo un gran paralelismo con Eric Roberts en el lado masculino, y más desde que los vi juntos en Coca-Cola Kid, dos actores que a mi me gustan y que no merecen unas críticas habitualmente tan pobres.
No hay ningún solo personaje protagonista masculino en la película que no beba los vientos por el personaje de Scacchi, y es que difícilmente se la pueda encontrar en otra película tan deslumbrante como en ésta, y sorprende que no fuera una estrella de la época, ya que en cierto modo me da un cierto parecido con Sharon Stone.

A John Hurt le había visto este año cuando revisioné un clásico de mi infancia, Fuga de Noche. Un actor muy sobrio y serio habitualmente, aunque interpreta un papel introvertido y lacónico, hasta que en la parte final esboza alguna palabra más.

Además, un Charles Dance, que se me asemeja en actuación con otro británico como Michael Caine, aunque quizá un mínimo escalón por debajo de los anteriores.

Y otros dos actores que parecían a priori más importantes también, aunque en este caso tienen papeles bastante reducidos, son un casi debutante y jovencísimo Hugh Grant y una Geraldine Chaplin, que tan pronto aparece en una película americana, como francesa, como inglesa o como española.


A todos ellos los dirigió Michael Radford, no excesivamente conocido y prolífico, pero con algunas buenas películas en su haber, como 1984 (en ésta también trabajó John Hurt), El cartero y Pablo Neruda o El mercader de Venecia (aunque he de reconocer que con esta me quedé dormido en el cine, cuando todavía iba).

Una película basada en una novela de James Fox (no confundir con el actor de mismo nombre), que a su vez estaba basada en hechos reales. El escritor y un compañero empezaron a investigar sobre los hechos en 1969, desplazándose incluso hasta Kenia para informarse mejor, y la novela vio la luz finalmente en 1982.


Dentro de los patrones habituales que suelen deparar las películas africanas, que como ya he dicho alguna vez suelen ser

- Películas de aventuras o safari
- Películas sobre tribus o zonas geográficas de África
- Películas sobre europeos que van a África a hacer negocios


En este caso me quedé un poco descolocado, y aunque la podríamos englobar en el tercer grupo, digamos más bien que es un grupo importante de la burguesía o aristocracia adinerada de un país europeo (en este caso Gran Bretaña), establecido en África sin que aparentemente casi ninguno de ellos desempeñen trabajos que justifiquen su alto nivel de vida. Así que no está mal aportar un nuevo guión de película un tanto diferente a los habituales sobre territorio africano.

Pero bueno la película es mucho más, hay muchos matices a valorar. Es en parte un asesinato misterioso, en parte un estudio sociológico y en parte una historia anterior a la Segunda Guerra Mundial. Colonialismo de África Oriental, en parte romance, en parte relaciones que se acercan a las orgías ... pocas veces la podredumbre social ha sido fotografiada más bellamente que aquí.

Una buena película británica no tiene mucho que envidiarle a una americana.










Valoración:                               7/10












19 julio 2023

La piscina (1969)

 





No tenía mucho conocimiento de Jane Birkin, y el otro día al leer sobre su fallecimiento me puse a investigar, y además de descubrir que era la cantante de una canción que me parece muy bonita Je t'aime moi non plus, que había estado casada con uno de mis compositores de Bandas Sonoras favorito, como es John Barry (King Kong, Memorias de Africa o Bailando con lobos llevan su sello), vi que había participado en esta película (en ésta su primera película francesa, porque realmente ella era británica de nacimiento), que no sé porqué no tenía marcada para verla, y no dudé en hacerlo.

O realmente si sé porque no la tenía señalada como prioritaría para ver. Quizás soy demasiado excluyente con el cine europeo, y suelo dar preferencia a productos americanos, erróneamente algunas veces. A veces porque el director o los actores no me suenan o no me apasionan, u otras simplemente porque me creo que el cine europeo no puede ser tan bueno.

Aunque en este caso había una pareja de actores ampliamente reconocida, como son el francés Alain Delon y la austríaca Romy Schneider.

El caso es que encontré esa película que trata sobre el verano y que me suele gustar ver al principio del mismo como banderazo de salida al período estival.


El director juega con 4 personajes totalmente diferentes que dan un resultado fantástico.


Nos presenta un primer personaje, Alain Delon, tranquilo, frío, reservado, inexpresivo, observador, un tanto dominante y caprichoso tal vez.
Un segundo, Romy Schneider, alegre, feliz, vital, risueño, comprensivo y bondadoso.
Un tercero, Maurice Ronet, aventurero, exitoso, charlatán, egoísta, soberbio.
Y un cuarto personaje, Jane Birkin, tímido rozando casi el autismo, pero curioso, nervioso, observador e irascible.


La elección de los estereotipos, y cuál se le asigna a cada uno me parece formidable, todos están bien, pero creo que Delon está excepcional.


Rápidamente le encontré paralelismos con posiblemente mi película veraniega favorita, Un amor de verano.

Una pareja de vacaciones de verano
Un sitio famoso y glamouroso, Santorini por un lado frente a Saint Tropez por otro
Interferencias y dudas en la relación, en un caso con un trío y en otro con dobles parejas

Fíjate que Saint Tropez es uno de esos sitios que ni fu ni fa, pero algo debe tener para atraer tanto famoso y tanto rico. Pero de los sitios famosos de la Costa Azul francesa quizás fue el que más me decepcionó. Prefiero los Cannes, Niza y Montecarlo.

Como en otras películas en el entorno de la Costa Azul, de esos años, aparece un Supercar de esa época, que tanto me gustan. En cuanto a coches de lujo ganaban los italianos por abrumadora mayoría, hoy quizás los alemanes han igualado la contienda. Pero en una toma aerea me pareció distinguir un Maserati Ghibli, aunque dudaba que pudiera ser un DeTomaso Pantera también, pero finalmente fue el primero. Junto con los Lamborghini de la época o el ISO Grifo eran lo que hoy podíamos considerar los actuales Ferrari, Lamborghini actuales, Bugatti ...


Y después de ubicar la película en un sitio tan glamouroso y con tanto lujo, te encuentras una película lenta, tranquila, como a mi me gustaría que fueran hoy en día mis vacaciones, que me atrapó desde el primer minuto.


La verdad que es una pena lo que luego deparó la vida a los 4 actores, parece como una película maldita.
Romy Schneider falleció en 1982 con tan solo 43 años. Un año después lo hacía Maurice Ronet con 55. Y Jane Birkin tuvo la desgracia de perder a una hija con 46 años en un aparente suicidio.
Alain Delon dijo en una entrevista en 2011 que no puede volver a ver esta película. Su ex pareja Romy Schneider (se habían separado en 1963 pero seguían siendo buenos amigos y al parece Delon solicitó que Schneider fuera la protagonista femenina, desplazando a Angie Dickinson del papel) y su buen amigo Maurice Ronet murieron prematuramente y en circunstancias trágicas. Volver a revivir las escenas es demasiado doloroso para él.
Un Delon del que se rumoreó hace poco que habría solicitado la eutanasia, cosa que parece ser que se tergiversó y que gracias a Dios no se ha producido.
Así que hay mucha carga de tristeza y desgracia detrás de la película.

Pero ya digo que Delon destaca sobre los demás, en esta su primera de nueve colaboraciones entre con el director Jacques Deray
Ahí una escena que se ve a Delon con unas gafas de sol llamativamente modernas y bonitas para 1969. Las gafas de sol Vuarnet 006 que llevaba se convirtieron en una sensación, eran bonitas, pero Delon las hacía todavía más atrayentes. Matthias Schoenaerts lució una reedición de las gafas de sol en el remake Cegados por el sol (2015).


Aunque tiene un cierto aroma erótico, sobre todo al inicio, no siempre esto tiene porque ser una connotación negativa para una película. No hay que relacionar erotismo con porno y bien utilizado, sutilmente y sin ser muy protagonista le puede dotar de valor a la película.


No es una película tan poco conocida, pero no sé si en mi generación mucha gente se habrá tomado la molestia de verla, así que aprovecho para recomendarla al 100%.












Valoración:                                             9/10