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01 abril 2025

La esfinge de cristal (1967)

 






Ha sido un fin de semana bastante luctuoso en lo que al ámbito cinematográfico se refiere. Primero fallecía Richard Norton, un actor australiano especializado en películas de artes marciales, que trabajó en varias ocasiones con Chuck Norris (incluidos varios episodios de Walker Texas Ranger). También fallecía, uno de los grandes que quedaba vivos, como Richard Chamberlain, al que hace poco le rendí un pequeño homenaje viendo una de sus películas. Y a nivel nacional, un posiblemente desconocido para la gran mayoría, como Ángel del Pozo, que es por quien he visto esta película.

Con una carrera relativamente efímera, 17 años desde 1960 hasta 1977 (sobre todo si lo comparamos con su logeva vida), pero prolífica, ya que tiene 73 títulos de crédito, teniendo algunos años hasta seis.

Quizás donde más destacó fue en el Spaghetti Western, pero no fue el único género, y compartió escena con actores tan importantes como Orson Welles, Yul Brynner, Christopher Lee o Lee Van Cleef, además de Robert Taylor como en esta película y Pampa Salvaje (1965).

Uno de los grandes actores de la época dorada de Hollywood, principalmente con personajes arrogantes y soberbios, en ese sentido se me parece mucho a Clark Gable (de hecho eran muy buenos amigos y Taylor fue uno de los portadores del féretro de Gable en su entierro), pero con unas innegables dotes para la interpretación.

Fue el primer actor estadounidense en protagonizar una película hecha en Inglaterra, Un yanqui en Oxford (1938).

Aunque no tuvo ninguna nominación al Oscar, aparece en tres películas nominadas al Oscar a la Mejor Película: La melodía de Broadway 1936 (1935), Quo Vadis (1951) e Ivanhoe (1952).

Su papel en Quo Vadis es sobresaliente y del resto de películas suyas, aunque no me gusten habitualmente sus personajes, me parece que también ofrece interpretaciones notables, como en Ivanhoe o Desafío en la ciudad muerta, que son mis favoritas suyas junto con Quo Vadis.

A él la que más le gustaba de sus películas era El puente de Waterloo (1940), y la segunda que más le gustaba Margarita Gautier, donde compartió protagonismo con Greta Garbo. Aquí también compartió escena con otra actriz sueca, Anita Ekberg, que sin llegar a la cantidad de actrices italianas que despuntaron en los años 50 y 60 del siglo XXI, también tuvieron su protagonismo, de la mano de Greta Garbo e Ingrid Bergman, que abrieron el camino a otras como Ekberg, Britt Ekland o Ann-Margret.

Ekberg se afincó en Italia, donde rodó gran parte de sus películas, entre ellas La Dolce Vita (1960), y donde falleció en 2015.


Durante la película se dice la frase, "brindaremos con el filtro de la juventud", a lo que el personaje de Anita Ekberg le dice al de Robert Taylor, no te hace falta, estoy segura. Taylor murió poco después de cáncer de pulmón, uno de los muchos actores clásicos que fallecieron antes o en torno a los 60 años por problemas de salud en muchos casos derivados del tabaco.

En el caso de Taylor, comenzó a fumar en su adolescencia temprana y, cuando era adulto, solía fumar entre tres y cinco paquetes de cigarrillos al día.

No se cuanto influiría el tabaco en sus muertes, pero en un breve espacio de tiempo se fueron estas estrellas demasiado pronto.

En 1958 Tyrone Power con 44
En 1959 Errol Flynn con 50
En 1960 Clark Gable con 59
En 1961 Gary Cooper con 60 


Lo cual me lleva a preguntarme si los guiones exigían que los personajes fumaran o eran peticiones explícitas de los propios actores. En esta película se ve a todos los personajes principales fumando, menos el que interpreta Ángel del Pozo.

No sé si Robert Taylor estaría ya enfermo, oficialmente le diagnosticaron la enfermedad en 1968, pero no se le nota la chispa y la energía que tenía en sus mejores películas.


Siempre me gusta cambiar de escenarios y viajar a través del cine. Además de la naturaleza, me gusta visitar otros países y cualquier película que me ofrece un viaje virtual siempre es bienvenida.

Hace años estuve a punto de ir a Egipto, justo ahora, en época de Semana Santa, pero finalmente por motivos laborales no pude y me dio mucha pena, ya que no podré ir. Así que esta visita por Egipto siempre es agradable y a la vez nostálgica, por aquel episodio fallido. 

De todas maneras no me habría encontrado las zonas del país que nos muestra la película igual que se ven en ella. En aquella época sin tanta superpoblación, sin turismo de masas, sería más fácil filmar en ciertos sitios turísticos y transmite la sensación de otro mundo completamente diferente.

Así que parecía un menú interesante, esta coproducción Hispano-Italiana, con los dos protagonistas de Estados Unidos y Suecia respectivamente y rodada en Egipto.

Durante la película me vinieron a la cabeza dos películas con cierto parecido, primero la gran Arenas de Muerte, con John Wayne y Sofía Loren, una de mis películas favoritas y de otro género, Zapatones (curiosamente de Bud Spencer al que nombraba en mi última película), cuyo título original es Piedone d'Egitto, y que se me parece en varias de las localizaciones de rodaje.

Una película de aventuras sobre arqueología, que siempre es un binomio atrayente para mi. La arqueología suele retratarte principalmente en selvas densas y frondosas o en desiertos como en esta ocasión, bueno, realmente la parte de desiertos la podríamos circunscribir a Egipto y todo el valle del Nilo, donde seguramente se sitúen los mayores yacimientos arqueológicos del mundo.

Es una película de contrastes. Con una primera parte tirando a mediocre, en la que no pasa mucho y no se avanza o se centra en el propósito de la película, luego comienzan a producirse giros en el guión y en el comportamiento de los personajes, además de que la arqueología se pone en el centro de la película, aderezado todo por una mejor localización para la trama, dejando solo en mejorable las escenas de acción, con muy mala destreza de algunos protagonistas en el manejo de las armas, y con la siempre curiosa estadística del conteo de cadáveres entre los protagonistas y los villanos.

Creo que aunque la primera parte pueda resultar un tanto decepcionante y plantearle a uno dejar de verla, la segunda mitad de la película la mejora mucho y merece la pena finalmente los poco más de 90 minutos.








Valoración:                                 6/10













04 marzo 2025

El carnaval de las bestias (1980)

 





Buscando entre mis películas alguna que incluyera la palabra carnaval en el título, di con una interesante Carnaval de Ladrones (1967), con un actor que me gusta mucho como Stephen Boyd, y que supuestamente está ambientada, no sé si rodada, en Pamplona, pero era una versión original con subtítulos y me cuesta, prefiero una en español.

Así que la alternativa fue ésta película española, o coproducción hispano-japonesa (hay algunos actores japoneses necesarios para la trama, y vuelve a aparecer el Buda sentado de Kamakura, como recientemente en Siete Noches en Japón), de la mano de uno de los grandes olvidados del cine español, como Paul Naschy. Él, junto con Jesús Franco (o Jess Franco, su sobrenombre muchas veces), fueron quizás más importantes y reconocidos fuera de España que aquí, y habitualmente con películas diferentes al estándar español.

Naschy, aquí también director, fue un actor especializado principalmente en el cine de terror, posiblemente no de la calidad que el americano, pero no estaríamos desencaminados ni sería una comparación absurda si decimos que podía ser el equivalente español a los Vincent Price, Peter Cushing o Christopher Lee, ya que como éstos era un todoterreno del género de terror.

Con un aspecto fornido, había hecho carrera inicialmente como levantador de pesas y luchador profesional, no tenía quizás el aspecto más habitual de un actor, pero si el talento suficiente para ello, y además dotar al cine español con un registro poco habitual y necesario.

En esta película su personaje se llama Bruno, que es el nombre que le puso a su hijo, y el nombre de un cantante español de la época, Bruno Lomas, al que le encuentro cierto parecido. No obstante ni el actor ni el cantante se llamaban así realmente, Paul Naschy nació como Jacinto Molina Álvarez, mientras Bruno Lomas como Emilio Baldoví Menéndez.

Soprende nada más empezar la película escuchar a su personaje con una de las voces más famosas de doblaje en España, y es que en las versiones originales de sus películas, incluso en las dirigidas por él mismo, su voz fue casi siempre doblada por actores profesionales de doblaje, con mayor frecuencia José Guardiola o Simón Ramírez. Un caso poco frecuente en el que utilizó su propia voz fue en La noche del ejecutor (1992).


Interpretó varias veces el personaje de hombre lobo, con el nombre de Waldemar Daninsky. Al respecto de ello decía "Sencillamente, soy yo. La lástima es que no puedo convertirme en un hombre lobo en la vida real. Con demasiada frecuencia me gustaría hacerlo. Es evidente que en las obras de cada hombre hay mucho de su verdadero yo. Al igual que Waldemar, yo también he sido dejado de lado y malinterpretado. He pasado toda mi vida nadando contra la corriente."

Paul Naschy resulta ser el mayor actor del cine de terror de la Europa continental con su personaje clásico, el inolvidable Waldemar Daninsky. Fue actor, guionista y director de diversas películas sobre el personaje basado en el personaje ficticio, el conde polaco Waldemar Daninsky. La primera película sobre Waldemar fue La marca del hombre lobo (1967) de Enrique Eguiluz, después La noche de Walpurgis, La furia del hombre lobo, El doctor Jekill y el hombre lobo, El regreso de Walpurgis, El aullido del diablo, La bestia y la espada mágica (1982) que se filma en Japón y por último Licantropo (1998). Después de El antojo fue tal desastre de taquilla que Naschy se declaró en quiebra. Se vio obligado a acudir a Japón para realizar documentales de artistas, y obtuvo financiación de productores japoneses para ésta, la primera coproducción hispano-japonesa y a la que siguió La bestia y la espada mágica. Ambas están  producidas bajo los estándares habituales de Paul Naschy.


Nos encontramos ante una película rural española, diferente, interesante, sin mucho que envidiar a ciertas películas de terror americanas o británicas, porque el guión es sólido, intersante y novedoso con respecto a lo que yo he visto.

El terreno elegido para el rodaje bien podría pertenecer a la sierra de Guadarrama e incluso el pueblo que se ven en una toma de fotografía ser el de Lozoya, ya que Naschy era madrileño y el terreno se presta perfectamente para esta película.

No hay actores excesivamente conocidos entre el reparto, algunos pueden sonar vagabamente, sin que por ello desentonen en su personaje. Luis Ciges o Paloma Hurtado, una de las famosas hermanas del Un, dos, tres, son los más familiares.

La película, aunque pudiera parecer un slasher típico de los años 80, más que de terror a mi me parece un auténtico misterio. Van sucediendo cosas, a veces un poco confusas o inconexas debido a la excesiva utilización de flashbacks (recurso que no me gusta nada), muchas de ellas no se muestran totalmente para mantener el misterio y aunque uno cree saber por donde va la trama, el giro final es fantástico y sorprenderá a todos, siendo para mi ingenioso, diferencial, inesperado y poniendo un fantástico fin a la película.

La película nos transmite dos lemas, el primero que no se puede confiar en nadie y que el hombre siempre está dispuesto a aprovecharse de su prójimo, y que las apariencias engañan, y en este caso como un criminal y dos bellas jóvenes invierten sus papeles ya que la confianza de una parte en la otra le hizo bajar la guardia y no ver venir el peligro.

¡Probad un poco de este guiso de terror español!









Valoración:                          6/10












06 febrero 2025

¿Carolina? (1990)

 







Los actores de series, principalmente, suelen tener uno de estos perfiles:

- Actores/actrices que vienen del cine cuyas carreras han perdido protagonismo
- Actores/actrices que empiezan en series y luego pueden pasar al cine puntual o principalmente
- Actores/actrices que prácticamente solo trabajan en series


Hace poco dediqué un pequeño ciclo a actuaciones de los actores de la serie de El Equipo A en la gran pantalla, por ejemplo del resto de series que me gustaban de los 80, de David Hasselhoff de El coche fantástico también he visto algunas cosas, de los actores de V también, quizás de Richard Dean Anderson (Macgyver) sea más difícil encontrar algo que ver y de Remington Steele que voy revisionando de vez en cuando, pues por ejemplo Pierce Brosnan saltó al estrellato después de la serie y su compañera de reparto, que es quien hoy me ocupaba, Stephanie Zimbalist, es también complicado encontrar películas suyas para ver, siendo esta quizás la única posible de ver en España fuera de la pequeña pantalla.


Tenía esta TV Movie marcada para ver, pero un acontecimiento me hizo adelantarla en las prioridades. Y es que hace unas semanas tuve una sorprendente cita con una chica llamada Carolina. Independientemente del resultado de la misma y mi impresión, una de sus muchas cualidades es que había hecho sus pinitos en el mundo del doblaje.

Nada importante, pero tenía una voz realmente diferencial y especial, y que ligándolo con esta película hubiera encajado muy bien en el personaje protagonista de Carolina, ya que además se parecía mucho más a la voz que tiene Stephanie Zimbalist en Remington Steele que la que le pusieron en esta película.

Esta película basada en un libro, formaba parte de la serie Hallmark Hall of Fame, que empezó en 1951 y todavía sigue hoy en día.

Como muchas de las que se han hecho bajo esta marca, y muy habitual también en las TV Movie en general, estamos ante dramas familiares ambientados siempre en interiores mayoritariamente (el edificio principal utilizado en el rodaje y en el que se desarrolla prácticamente toda la trama se utilizó también en Paseando a Miss Daisy), que no es precisamente mi escenario favorito para una película, pero que te puede mostrar buenas interpretaciones o algún mensaje potente como es en este caso.

También es muy habitual como una persona externa llega a una familia en aparente paz y armonía y su venida provoca que dicha entente cordial y afloren otro tipo de sentimientos y problemas familiares, tal vez inexistentes o tal vez escondidos esperando a que alguien los removiera.


Me sorprendió ver al frente del proyecto a Joseph Sargent, un interesante director norteamericano, con hasta 92 títulos de crédito, lo cual es bastante para un director, y responsable de algunas películas como Los Traficantes (1973), Pelham 1,2,3 (1974) o MacArthur: El general rebelde (1977), y del que he visto últimamente bastantes películas, a pesar de que no me gusta repetir, como La chica de oro (1979), Caminos cruzados (1980), Día uno (1989) y Buscadores de marfil (1990).

Sargent nos ofrece una historia interesante y, para los más perspicaces, aquellos que buscan algo más que un simple misterio, también resulta educativa.

Y es que aunque al principio, la única pregunta que parece plantearse en la trama es si es o no es Caroline (por supuesto, la respuesta sólo la tendrás cerca del final), más adelante hay también otras preguntas más universales como ¿qué haces con un niño discapacitado? y otra, más importante ¿qué haces con los padres (ricos) de un niño discapacitado que no saben o no están preparados para esta circustancia?

No tengo idea de si Jenny Jacobs, que interpreta a Heidi, sufría de un déficit neurológico o minusvalía, pero que lo sufriera o no no importa, su interpretación del personaje sería difícil de mejorar y rara vez se verá un caso así, en que un niño sobresalga por encima de los adultos, y más interpretando a un niño discapacitado.

Shawn Pelham, que interpreta a su hermano, también está notable, pero tristemente su carrera se vio truncada con tan solo 23 años por culpa de un accidente de tráfico.


Una película que os hará valorar la vida, lo afortunados que sois de ser normales y de tener salud y que también os hará valorar el esfuerzo de estos niños y sus padres que no tienen esa suerte.










Valoración:                                   6/10















08 enero 2025

La última ola (1977)

 




Estos días recordé que uno de los actores que el año pasado también había cumplido 90 años y además hacía mucho que no veía una película suya era Richard Chamberlain.

Luego cambié de idea y pensé que los primeros siempre en dar la bienvenida al año nuevo son los australianos (entiendo que técnicamente los neozelandeses, pero básicamente lo mismo o puede que compartan uso horario con la costa este de Australia), así que pensé que la primera película en ver en este 2025 tenía que ser australiana.

Y luego buscando una película australiana para ver, me encontré que ésta aunaba las dos ideas que se me habían pasado por la cabeza y era la ideal para inaugurar el año cinéfilo.

Aunque evidentemente no me parecía la más atractiva, o no la más parecida a ese buen número de películas australianas rurales que he ido viendo estos años, aunque también he visto alguna urbana interesante como Conexión Sidney (1990).


Un Richard Chamberlain al que antes confundía con Richard Attenborough, pensando además que ambos eran británicos cuando no es así, y cuando físicamente no se parecen nada y tampoco en sus papeles habituales hay ningún parecido.

Siempre lo suelo asociar a sus papeles protagonistas en las películas de aventuras Las Minas del Rey Salomón (1985) y Alain Quattermain y la Ciudad Perdida del Oro (1986), ésta porque era la carátula de muchas tarjetas en un juego que tenía de niño que se llamaba Movies y en el que se trataba de adivinar películas.

Aunque también interviene en dos de las películas más significativas de catástrofes de la década de los setenta, las dos que a mi más me gustan, como son El Coloso en Llamas (1974) y El Enjambre (1978), la enorme cantidad de estrellas en esas dos películas, con hasta 10 o más actores que eran o habían sido estrellas o eran muy conocidos y por lo tanto él no destacaba y pasaba un poco desapercibido, no tanto en El Coloso en Llamas pero si algo más en El Enjambre.

Se le llegó a conocer por el Rey de las Miniseries, y es que otros le asociaran a su papel en alguna de éstas, principalmente quizás en El Pájaro Espino (1983), de la que luego posteriormente se hizo una película también en la que intervino.

También intervino en las adaptaciones de las tres novelas de Alejandro Dumas sobre los mosqueteros, Los tres mosqueteros: Los diamantes de la reina (1973), Los cuatro mosqueteros: La venganza de Milady (1974) y El regreso de los mosqueteros (1989).

Nacido en ese lugar tan cinematográfico como es Beverly Hills, aunque estuvo una buena etapa de su  vida en Honolulú, Hawaii, especialmente dedicándose a la pintura de paisaje marinos especialmente extraños, regresó a California en busca de trabajo, ya que sus características, ya era mayor y homosexual (dato que conozco ahora), no invitaban a vivir alejado del epicentro cinematográfico ya que tenía muchas posibilidades de ser ignorado y caer en el olvido. 


Aquí, uno de los más exitosos directores australianos, Peter Weir, todavía en sus inicios atrajo la figura de un actor extranjero para una película australiana, como he visto en alguna más, aunque es más habitual que sean actores autóctonos los protagonistas, y más en esa década de los setenta donde entiendo que el cine australiano estaba bastante en pañales, ya que todavía no se había hecho la, posiblemente, película más exitosa e influyente del cine de este país, como es Mad Max (1979).

Y es que Peter Weir ha estado nominado hasta en 6 ocasiones para el premio Óscar, cuatro como director, una como productor y otra como guionista.

Posiblemente su éxito comenzó con El Año que Vivimos Peligrosamente (1982), con Mel Gibson y Sigourney Weaver, para luego encadenar casi un éxito en cada película que dirigía, y así llegaron

- Único testigo (1985)
- La Costa de los Mosquitos (1986)
- El Club de los Poetas Muertos (1989)
- Matrimonio de Conveniencia (1990)
- Sin miedo a la vida (1993)
- El Show de Truman (1998)
- Master & Commander (2003)


Antes de elegir a Richard Chamberlain para el papel principal, se barajaron dos actores australianos, pero uno fue rechazado y el otro no estaba disponible. Se hizo una lista de seis actores que tenían reconocimiento internacional. Se envió a Chamberlain el guión que le pareció interesante, pero al principio se mostró cauteloso a la hora de hacer una película en un país extranjero y con un director con el que no estaba familiarizado. Peter Weir visitó a Chamberlain en el Broadway Theatre, donde protagonizaba La Noche de la Iguana, y los dos congeniaron. A continuación, se proyectó a Chamberlain la película anterior de Weir, Picnic en Hanging Rock (1975), que aún no se había exhibido en los Estados Unidos, a Chamberlain le gustó la película y poco después fue contratado.

Weir era natural de Sidney, donde se ambienta la película, pero se tuvo que recurrir a la ciudad de Adelaida, que se convirtió en el doble de la de Sídney. Durante la producción, Sídney sufrió duras condiciones climáticas con fuertes lluvias constantes. Irónicamente, ese clima tuvo que ser recreado en Adelaida, que estaba soleada y agradable durante el rodaje.

Las condiciones climáticas oscuras, tormentosas y lluviosas se crearon mediante máquinas de viento y mangueras gigantes, estas últimas accionadas desde varios camiones de bomberos.


Pero la película me ha resultado un tanto pesada y difícil de digerir por momentos. Aunque el comienzo me hacía ilusionar y pensar en otra película rural interesante por la ubicación elegida, y es un comienzo francamente interesante, y aunque la película también tenga alguna conexión o parecido con otra, para mi, gran película australiana como es El Secreto del Lago (1986), rápidamente la película olvida ese comienzo rural y se sumerge en el mundo aborígen australiano, cosa bastante diferencial y novedosa para mi, y que debería ser un buen aliciente, pero que a la postre se convierte en algo desfavorable.

Y es que aunque la palabra aborígen de por sí debería concordar con mis gustos y deparar una película de mi agrado, y la palabra aborígen sugiere ir acompañado de rural, formando un binomio que me debería entusiasmar, la película tránsita por la oscuridad e incomprensibilidad de la cultura más profunda de esta tribu, adentrándose en la brujería y en la magia negro y componiendo un lienzo complejo de entender por momentos, basado en culturas, ritos y justicia ancestral pero a su vez entremezclado con sueños y la conexión con una persona ajena a ellos.

No por ello deja de tener buenos momentos de misterio, sobre todo al principio en, para mi la parte más interesante, pero luego no me gusta hacia donde se dirige y creo que al final la película, siguiendo el hilo argumental de la misma, se ahoga en tanta precipitación acumulada.

De fondo resuena un mensaje de crítica hacia el arrinconamiento y casi extinción de los aborígenes, pero hay que abstraerse para sacarlo, ya que la película más bien ofrece una imagen negativa de los habitantes nativos de Australia.


Podríamos decir que La Última Ola no está, para mi, en la cresta de la ola de películas australianas, pero si que formó parte de una ola de películas intersantes.










Valoración:                         5/10













16 octubre 2024

Ruta hacia el pánico (1975)

 






Habitualmente las películas cuyo título comienza por Ruta, o tienen incluida esa palabra en el título suelen ser de mi agrado o por lo menos suelen estar entre las prioritarias para ver, ya que siempre las asocio a Road Movies o desplazamientos en coche por parajes bucólicos, solitarios y bonitos que encajan perfectamente con mis gustos. Aunque esta vez la ruta fue principalmente en barco, a pesar de que el trepidante y emocionante comienzo si que es un accidentado trayecto en automóvil.

Realmente la película está basada en una novela del mismo nombre (Journey into fear), y no es la primera que se basó en ella, ya que hay otra película de 1943, que no he visto, con Orson Welles y Joseph Cotten, cuyo título aquí fue Estambul, que también está basada en dicha novela.

Se dice que esta novela influyó posteriormente en la que escribió Ian Fleming Desde Rusia con Amor, que en el cine fue una de las películas de la saga de James Bond.

Además de este aliciente otras cosas que me llamaron la atención para verla fueron que se trataba de una película de los setenta mezcla de misterio, intriga, aventura, acción, que suelen ser interesantes y uno de los géneros característicos de esa década, y además que poseía un reparto bastante decente y a la vez era una película totalmente desconocida.

Ya una vez comenzada la película, me encontré con otro aliciente, aunque fue bastante efímero, y es que la película comienza ambientada en Turquía, cosa que ahora mismo, de memoria, no recuerdo en otras películas, aunque rápidamente la acción se traslada principalmente a la travesía de un barco por el Mediterráneo, pasando por Grecia y llegando a su destino en Génova, una ciudad que conozco y siempre me gusta ver el contraste de como eran algunos sitios y ciudades muchos años antes, y básicamente como la acción del hombre los ha convertido en asfalto, ladrillos y coches.


Dentro de ese reparto decente, para mi, sobresalían por encima del resto Vincent Price y Donald Pleasence. El primero fue uno de ese gran triunvirato, junto a Peter Cushing y Christopher Lee, que tomaron el testigo de los Boris Karloff y Bela Lugosi y que coparon el cine de terror desde la década de los 50 hasta entrada la de los 70. Aquí por lo tanto lo vemos fuera de su hábitat habitual, pero con una actuación siempre notable, reforzada por una voz de doblaje sublime, y con la sorpresa del notable envejecimiento, facial especialmente, que tenía con respecto a sus películas de miedo, pese a no ser muy mayor todavía.

El otro actor destacado para mi, es ese gran secundario como es Donald Pleasence, también bastante ligado al cine de terror, casi nunca protagonista de una película, con personajes muchas veces ridículos, desconcertantes o de personas que no parecen muy cuerdas, y uno de los actores que recuerdo que más veces muere en la gran pantalla, con un secundario pero notable y muy recordado papel en la magnífica película La Gran Evasión.

Especialmente por estos dos actores te puedes convencer para ver la película, simplemente porque sabes que uno de ellos (o tal vez incluso ambos) representará a un villano formidable.

Entre los veteranos, por ahí también se cuela Shelley Winters, mientras que los papeles protagonistas y de los jóvenes del reparto recayeron sobre un poco destacado Sam Waterston y la guapa Yvette Mimieux.

Él, venía de trabajar en El Gran Gatsby, posiblemente el mejor título de su filmografía, aunque no recayera en él el papel protagonista de dicha película. Gran amigo de Bruce Lee, trabajó en cuatro películas de Woody Allen e interpretó cinco veces a presidentes de los Estados Unidos en la gran pantalla, especialmente a Abraham Lincoln, en tres ocasiones. Ha aparecido en dos películas nominada al Óscar a mejor película, Los gritos del silencio (1984) y Hannah y sus hermanas (1986).

Yvette Mimieux me era totalmente desconocida hasta que la vi en la notable y recomendable La celda de la violación, junto a Tommy Lee Jones, y donde deja bien a las claras que no solo era actriz por su físico. A pesar de que muy joven había participado en El tiempo en sus manos (1960), que juraría que he visto, y haber estado casada con un director importante como Stanley Donen es bastante anónima entre el público en general.

Con ese nombre suena poco a estadounidense, pero es de esos actores/actrices que tienen un árbol genealógico desperdigado por medio mundo. Su padre nació en Londres, aunque su abuelo paterno era francés y su abuela materna alemana, mientras que su madre nació en México.


De todas maneras como buen viaje en barco, o por lo menos en mi caso, te marea. La película es confusa por momentos, más allá de que sea una película de misterio o intriga, pero no queda muy claro el motivo por el que se persigue y se quiere asesinar al protagonista y cuando se desliza ligeramente o se intuye no resulta nada emocionante.

Así que lo mejor de la película son los actores, el doblaje y algunos de los parajes que aparecen durante la película, y la trama, a mi modo de ver queda aprobada por los pelos o incluso en suspenso.

A pesar de que los primeros minutos son de los más interesantes que he visto desde hace tiempo, luego la película languidece, se vuelve poco creíble y poco interesante.

Y es aquí donde, para finalizar, se podría hablar de las películas basadas en libros que quedan muy por debajo del libro, o que realmente son libros que no dan para trasladar al cine. No es que tenga yo un gran bagaje como lector y menos de películas que luego se hayan llevado al cine, pero mi sensación es que habitualmente si has leído el libro luego te suele decepcionar la película basada en el mismo.










Valoración:                            5/10












05 septiembre 2024

Tinieblas (1970)

 





Pues dicho y hecho. Completé esta trilogía por películas protagonizadas por actores que en su día encarnaron a James Bond en la gran pantalla. Curiosamente, esta tarde mientras tomaba un café y daba un paseo con un amigo, mis únicas actividades en esta limitante vida, me ha soltado un comentario de que había oído que le preguntaban a Daniel Craig si James Bond era homosexual ... Ya escuché en su día que se planeaba un posible 007 de raza negra u homosexual, pero siempre inglés claro. La de tonterías que nos quedarán por ver y la de cosas que quieren destrozar o poner a su gusto ciertos colectivos.

Y es que, al igual que Sean Connery especialmente, y también Pierce Brosnan, son bastante más que James Bond, a pesar de que sea su personaje más importante, digamos que para mucha gente Roger Moore solo es James Bond, o Roger Moore es lo que es gracias a 007.

Pero bueno, hay que molestarse un poco en investigar y ojear la trayectoria de este actor inglés, que nunca fue santo de mi devoción, bastante inexpresivo y muy arrogante en la mayoría de sus personajes (realmente nunca me encajó como James Bond, o no por lo menos con la edad que empezó a interpretarlo), y es que ya trabajaba en la década de los 50 del siglo XX y tiene bastantes películas y muy variadas en su filmografía.

Los que tengan un poco más de conocimiento, si que les resultará más familiar más allá de su interpretación del agente 007, por una serie de películas, mayoritariamente de corte bélico que hizo durante los años 70, o por su papel protagonista en la serie El Santo en los años 60, con nada menos que 118 episodios.


El caso es que aquí, a las órdenes de Basil Dearden, todavía no había hecho su debut como el agente 007, que sería tres años después, pero para Moore es su papel favorito y la mejor de sus interpretaciones en la gran pantalla.

Curiosamente, creo que la única película que había visto hasta ahora dirigida por Dearden, fue también con Sean Connery en La mujer de paja, aunque en este caso él ya había interpretado a James Bond.

Ésta fue la última película dirigida por Dearden, que paradojas de la vida, aquí siendo guionista, director y productor, comienza la película con accidente de tráfico del personaje interpretado por Moore, y él murió poco después en un accidente de tráfico.

La película se considera una película de doppelgangers. Un doppelganger es un doble de una persona viva. Es un evento que siempre me pareció curioso, y del que tenía recuerdos de algún episodio de El coche fantástico (creo que utilizan el recurso en un par de ocasiones) y de Macgyver, además de mi admirada serie de dibujos animados La vuelta al mundo de Willy Fog, donde Transfer se disfrazaba de cualquier persona, habiendo episodios con dos Willy Fogs por ejemplo ... que recuerdos!

Aquí una lista de películas sobre ésta característica:



Habrá que repetir algún día.


Esta película se estrenó trece años después de que se publicara su novela original, El extraño caso del señor Pelham de Anthony Armstrong , y quince años después de que la historia original de esa novela, El caso del señor Pelham, escrita también por Armstrong, se hubiera utilizado para un episodio de Alfred Hitchcock presenta (1955).

Con un reparto bastante anónimo, me valió para descubrir a dos actrices que no recordaba haber visto hasta ahora, Hildegard Neil, inglesa nacida en Ciudad del Cabo (Sudáfrica) y Olga Georges-Picot francesa nacida en Shanghai (China), me ha resultado curiosa esa coincidencia, de nacer a tantos kilómetros de distancia de su país. La primera falleció el año pasado y la segunda tristemente se suicidó en 1997.

Película inglesa sobria e interesante, si no tenéis muy manido el argumento de los dobles, y si no habéis visto nunca una con ese recurso os lo recomiendo, además que uno no sabe si realmente se van a llegar a ver a dos personajes iguales, si se está volviendo loco el protagonista y todo es una fantasía ... por si acaso evitad los accidentes de tráfico a los mandos de un Rover ... aunque ya están casi descatalogados.










Valoración:                         6/10












 

20 marzo 2024

La criatura del lago negro (1976)

 





No suelo ver de manera consecutiva, o muy seguidas, películas que se parezcan mucho, bien sea en cuanto a género, a guión, a localización ..., o películas de un mismo director o actores que hay visto recientemente.

Pero como habitualmente elijo las películas sin mucha referencia, más allá del título, el año, el posible género y los actores, me encontré de nuevo sumido en un viaje al territorio de Louisiana, como había hecho recientemente con Vidas distantes.

Aunque la zona pantanosa aquí no tenga tanto peso como en aquella (más allá de que el título parece que si), está más ambientada en tierra firme, si que está en el trasfonodo esa atmósfera que genera esa zona característica de este territorio estadounidense.

Por lo tanto, realmente estamos más bien ante una película de misterio (con algún intento de toque de humor no muy conseguido), que una película de terror. Una buena película rural, bien elegidas las localizaciones, y variadas (no como en la última película que vi, Harley), con pantanos, granjas, zonas de bosque y un pueblo bien combinados, y elegidos para el propósito, a pesar de ser una película de bajo presupuesto.

Con demasiada frecuencia estas películas exageran al retratar a los lugareños como imbéciles, pervertidos o totalmente estúpidos, teniendo aquí varios ejemplos de ello.

No es una película aterradora pero si divertida y emocionante.


Creo que mi gusto por esta películas de Bigfoots (Sasquatchs o Pies Grandes), o los parecidos Yetis, empezó cuando de pequeño vi un episodio de MacGyver, en el que también había una especie de estas criaturas, que me dejó muy impresionado, y todavía recuerdo perfectamente aquel momento. 

Es un género que quizás se sobrexplotó en esta década de los setenta y principios de los ochenta y finalmente acabó derivando en una película totalmente diferente y de corte totalmente cómico como Bigfoot y los Henderson.

Aquí una lista de películas sobre los Bigfoots




El director juega con una estrategia que ya he visto en otras películas, como es el hecho de posponer la presentación a los espectadores de la criatura en cuestión, tanto que aquí nunca se ve en detalle, solo en sombras o imágenes borrosas, pero eso aumenta el suspense
La criatura se mantiene oculta sabiamente y el énfasis está en la atmósfera y el peligro potencial, más que en el miedo real.


Del reparto, el más significativo y el que aparece como cabecera de cartel, es Jack Elam. Un secundario habitual del western, con una mirada muy particular, y cuyo principal éxito fue quizás su trabajo en Río Lobo al lado de John Wayne. Pero a pesar de ser cabeza de cartel y ser el primero de los títulos de crédito, su presencia en pantalla es insuficiente para aportar su buena interpretación a la película.

Y los dos protagonistas, son una pareja de actores muy secundarios, que corrieron mejor suerte en la película que en la vida real, ya que ambos fallecieron relativamente jóvenes. Dennis Fimple falleció en 2002 en un accidente de tráfico, y John David Carson dejó la interpretación allá por 1990 y parece ser que se convirtió en un borracho en la ciudad de Las Vegas y acabó en la indigencia, falleciendo en 2009 con 57 años.


Aunque la película tiene algunos defectos, como que tras un breve y casi invisible ataque dos estudiantes se recorren los Estados Unidos de norte a sur sabiendo lo que van a buscar, y que el monstruo solo ataca a los dos protagonistas, nunca se le ve rondando a otras personas, el ambiente general construido alrededor de la historia me parece interesante y mantiene al espectador en el misterio hasta el final.











Valoración:                                      6/10













17 enero 2024

Fuga del paraíso (1989)

 






De los cuatro protagonistas de la mítica serie de El Equipo A, había un actor con mayúsculas como era George Peppard (Hannibal), un culturista más que actor (M.A.), pero que consiguió su protagonismo gracias a su papel en Rocky III, aunque también tiene un papel en una película de la que conservo gran recuerdo, Los locos del Taxi. Y luego tenemos dos tíos casi anónimos, pero que en mi opinión son dos pedazo de actores, como Dirk Benedict (Fénix) y Dwight Schultz (Murdock), eso sí ayudados por dos voces de doblaje muy notables.

A pesar de que, salvo Peppard, ninguno tuvo importancia en la gran pantalla, si que se les puede encontrar en alguna película aislada.
De Dirk Benedict ya había visto alguna, como Crucero infernal (1978), Los ligones del Beverly Plaza (1981) o Alaska (1996), pero en general o eran TV Movies muy poco conocidas, o no era el protagonista principal de las mismas. Ésta era su primera película después de acabar El Equipo A, pero su filmografía apenas llega a 50 títulos de crédito, con años de espaciado entre dos títulos en algunas ocasiones. Parece ser que tuvo problemas serios de salud en los años 70 y después de la famosa serie se retiró a una cabaña para vivir en tranquilidad, saliendo de dicho estado en contadas ocasiones.

Lo curioso es que, para los más fanáticos de El Equipo A, como yo, en el episodio piloto, doble, de la famosa serie, el papel de Fénix no lo interpreta Dirk Benedict, y no sé bajo que circunstancias se produjo el cambio, con el que la serie salió ganando claramente.

Es sorprendente como su personaje aquí es diametralmente opuesto al de Fénix, pareciendo que tenga alergia a las mujeres, cuando en la serie no había episodio en que no ligara con alguna chica.
Se pasa gran parte de la película fumando puros, puntualmente en El Equipo A se le ve alguna escena con uno en la boca, pero si no, en otras ocasiones es el proveedor oficial de Hannibal.

Aquí a pesar de ser una TV Movie, es el protagonista absoluto de la misma, dejando en segundo plano a un muy interesante Bruce Dern, uno de los actores de los que más películas he visto desde que comencé este blog, y que aquí tenga posiblemente la actuación más floja que le recuerdo, aunque lastrado por su personaje y por la deriva de la película.

El resto del reparto es bastante anónimo, aunque me quedé sorprendido de la presencia de una actriz (Kim Zimmer), que aparece en al menos dos episodios de Macgyver ... sobre todo porque esa misma tarde había visto uno de los episodios de la serie en los que aparece.


Una película con una mujer como directora, una de las que su nombre resulta familiar, Martha Coolidge, y es que entre sus trabajos tiene alguna película muy famosa como La chica del valle (1983) y Escuela de genios (1985).

Pero no creo que éste sea su mejor trabajo, la película se hace lenta y con muchas fases o escenas sin mucho significado, sin avanzar en la investigación en torno a la que gira mayoritariamente la película.

Además para situar la trama en Hawai (y oficialmente parece que se rodó en Honolulú), la sensación es que se podía haber rodado en cualquier trozo de la Costa Oeste de los Estados Unidos. Hay muy pocas escenas de playa y sobre todo hay pocas escenas del entorno, que podrían haber ayudado a construir un ambiente más agradable y atractivo.


El tema de los detectivos igual no está sobreexplotado, pero si que hay detectives muy famosos, o sagas largas, o incluso series de televisión.
Podríamos destacar a Sherlock Holmes, Hércules Poirot o a Philip Marlowe, y sobre todo dos series de televisión que para mi son la referencia en cuanto a detectives, Se ha escrito un crimen y Remington Steele, que es a quien más me recuerda esta película, por sus ligeros toques de humor y porque la investigación queda difusa y a veces en segundo plano, hasta que de repente se presenta casi la solución de manera repentina.

De hecho en la película citan a la serie protagonizado por la Sra. Fletcher, y también a Corrupción en Miami, aunque con ésta yo veo escaso parecido.

En conclusión, una película para los grandes seguidores del personaje de Dirk Benedict o incluso para los seguidores de Bruce Dern que quieran completar de ver su filmografía, pero en líneas generales película un poco sosa, lenta y mejorable.











Valoración:                                   5/10












10 enero 2024

Criatura diabólica (1986)

 







El género Slasher (subgénero dentro del cine de terror) tuvo bastante aceptación, y por ello proliferaron muchas películas de este tipo, a finales de los 70 y durante los 80, con la generación incluso de varias sagas exitosas, entre las que podríamos destacar

- Viernes 13
- Halloween
- Pesadilla en Elm Street
- Scream

Habitualmente se diferenciaban por el tipo de arma cortante que se utilizara en las películas, desde punzones, cuchillos, hachas o hasta motosierras, pero si que es cierto que, sin llegar a entonar la frase de vista una, vistas todas, si que se parecen bastante y raramente aparecen efectos lo suficientemente diferenciadores como para sorprenderte y pensar que has visto algo novedoso e interesante.


A pesar de que las primeras influencias pudieron estar en una película tan famosa como Psicosis, este género Slasher tuvo su origen en italia, llamado Giallo allí, donde desde finales de los sesenta se empezaron a hacer películas de este estilo, de la mano principalmente de dos directores que han sido sus máximos exponentes, Umberto Lenzi y Dario Argento, pero con otros muchos que han realizados distintas películas sobre el género, como Mario Bava, Lamberto Bava, Lucio Fulci, Sergio Martino, y otros, incluído el director de esta película Ruggero Deodato.


Aquí una lista bastante completa sobre el género Giallo, aunque las haya más extensas.




Nuestro director de hoy, Ruggero Deodato, no es que haya sido muy prolífico en el Slasher/Giallo en particular, pero si en el cine de terror, que es el que marcó todo su trayectoria profesional, teniendo varias películas que se podrían clasificar dentro del subgénero gore, como son sus dos principales títulos, Mundo caníbal, mundo salvaje y Holocausto caníbal, que lo convirtieron en un director de culto en el cine de terror en los años 80.

Aunque hay gente que describiría el género Slasher como películas de terror producidas rápidamente, preferiblemente sin argumento, en las que adolescentes cachondos y de aspecto estúpido son masacrados por docenas, y seguramente alguna encajará a la perfección en esa descripción, a mi algunas de ellas me resultan interesantes y esa definición me parece básica y hecha desde la perspectiva de alguien que de partida no aprecia estas películas.

Como he dicho, estas películas se parecen bastante y lo normal es que no haya muchos argumentos diferentes como para comentarla y diferenciarla de lo dicho de otras, y más con un escenario tan repetido como suele ser un camping.

Pero es precisamente ese escenario lo que enriquece la película (de hecho, yo la consideraría una joya perdida ... dentro de este subgénero).
A pesar de intentarla situar en el estado de Colorado en Estados Unidos (cualquiera que haya visto una película ambientada allí, por ejemplo se me viene a la cabeza La carrera de la vida, sabe de sobra que ese terreno no es característico de allí), la historia se rueda con mucho acierto en ciertas localizaciones de los Abruzzos italianos.

Estas películas suelen tener una alta cuota de oscuridad, o incluso algunas casi la totalidad, pero ésta aprovecha muy bien los fragmentos de unión entre crímenes para mostrar unas imágenes, de naturaleza y práctica deportiva, excepcionales y variadas.


Quizás la parte menos destacada sea la actuación, aunque eso en este tipo de películas, casi siempre anónimas en cuanto reparto, suele ser poco importante, y a pesar de que hay varios actores habituales de este tipo de películas de serie B.
Con casi todo el elenco femenino desnudándose, cosa que se suele criticar del género Slasher en general, aunque por otro lado puede ser un reclamo para otro tipo de espectadores.

Para los amantes de la naturaleza y de Italia creo que es una película bastante decente y destacada dentro de este subgénero Slasher/Giallo que hemos comentado.











Valoración:                                     6/10














29 diciembre 2023

Una fría noche de muerte (1973)

 





Después de varias noches con un frío intenso que hacía tiempo que no recordaba, me encontré con esta película, que tenía originalmente titulada como Una fría noche de invierno, aunque luego vi que el título traducido era Una fría noche de muerte, pero me parecía un título muy apropiado para los días que estaban discurriendo.

Cuando empieza la película, rápidamente se te va el pensamiento hacia un clásico de los 60, como es Estación Polar Cebra, que hace años ponían frecuentemente en la tele y que hace mucho que no veo. Aunque con el transcurrir de unos cuantos minutos también se puede encontrar semejanzas con La Cosa, de John Carpenter, película que posiblemente estuviera parcialmente influenciada por ésta.

Aunque por otro lado también la menté me hizo acordarme de un hecho real (que nunca se ha llevado al cine), los asesinatos del Paso Dyatlov, uno de los casos de misterio más espeluznantes e increíbles que he escuchado nunca.


Aquí unas listas con películas con cierto parecido a ésta






Aún así, la característica principal y más singular de la película, es la presencia únicamente de dos personajes durante toda ella. Bien es cierto que la película apenas dura setenta minutos, pero tiene que ser complicado hacer una película con tan escaso reparto, y habitualmente pueden salir películas aburridas, como me parece recordar remotamente de una película similar en cuanto a número de actores, como era Infierno en el Pacífico.

No obstante todavía las hay con un sólo personaje, aunque he de matizar que es un sólo personaje la mayor parte de la película, ya que por momentos aparecen mínimamente otros actores, como por ejemplo en Naúfrago o en El diablo sobre ruedas.
Esta película muestra la grandeza que se puede lograr con un presupuesto tan limitado.

Sea como fuere, estas películas con tan pocos personajes, desembocan con cierta frecuencia en episodios de hablar consigo mismo, evidentemente y en trastornos mentales provocados por un clima habitual de angustia y por la imposibilidad de hablar con otras personas.

Y estos dos personajes están interpretados por Eli Wallach, actor mayoritariamente del género western, cuyo papel principal quizás sea en Los siete magníficos, pero que me guarda similitudes con Gene Hackman, sólo que como digo y principalmente por la fecha de su nacimiento, Wallach fue más un actor de western.
Y junto a él, un Robert Culp, que interpreta a un personaje llamado Robert también y al que siempre he asemejado a Robert Redford por parecido físico, a pesar de no tener tanta repercusión, y que es otro de los que antes de surgirme la idea central de este blog, de ver películas menos conocidas, apenas tenía noción de él.


Durante la década de 1970, se hicieron una gran cantidad de películas para televisión. Muchas de ellas eran pobres, algunas eran imitaciones de éxitos de Hollywood de la época y pocas eran intersantes, como ésta. En comparación con las películas hechas para televisión hoy en día, las de los años setenta como ésta son muy superiores.

La ambientación es realmente interesante y la partitura musical es excelente y realmente aumenta la tensión general de la película.

Esta película es una muestra excepcional de paranoia y estado de ánimo, con un final muy sutil pero que remata muy bien la película, y muy poderoso cuando reflexionas sobre él.

La moraleja de la historia es lo realmente interesante.









Valoración:                                    7/10











17 diciembre 2023

Pasiones en Kenia (1987)

 







Hacía un tiempo que no me daba un paseo cinematográfico por África, y como vi que todavía tenía reservas, y aprovechando el fallecimiento de un actor que trabajaba en esta película, me pareció un momento inmejorable para verla.

Una película con un gran reparto, y donde supuestamente el actor recientemente fallecido, Joss Ackland, parecería el quinto o el sexto en discordia, resultó ser el protagonista, en una de las primeras veces que le veo en pantalla, o por lo menos que me percato de ello, y posiblemente en el mejor papel de su carrera.


Y es que en el reparto, casi exclusivamente británico, podríamos considerar, apriorísticamente, unos cuantos actores más importantes que Ackland.

Empezando por un gran actor en mi opinión como Trevor Howard, ya en la recta final de su carrera y de su vida, fallecería tan solo un año después, y ni aún así fue su último papel. En su época final me recuerda por momentos al gran Spencer Tracy, y casi todo lo que he visto suyo de un tiempo a esta parte me ha resultado interesante. Parece ser que los productores querían despedirle de la película por problemas alcohólicos, pero su presencia, a pesar de su papel secundario siempre aporta.

Greta Scacchi, una actriz australiana de origen italiano, bastante poco valorada, o muy valorada depende como se mire, eso sí, por su físico o más concretamente por sus pechos, que no tiene reparos en mostrarlos. Le guardo un gran paralelismo con Eric Roberts en el lado masculino, y más desde que los vi juntos en Coca-Cola Kid, dos actores que a mi me gustan y que no merecen unas críticas habitualmente tan pobres.
No hay ningún solo personaje protagonista masculino en la película que no beba los vientos por el personaje de Scacchi, y es que difícilmente se la pueda encontrar en otra película tan deslumbrante como en ésta, y sorprende que no fuera una estrella de la época, ya que en cierto modo me da un cierto parecido con Sharon Stone.

A John Hurt le había visto este año cuando revisioné un clásico de mi infancia, Fuga de Noche. Un actor muy sobrio y serio habitualmente, aunque interpreta un papel introvertido y lacónico, hasta que en la parte final esboza alguna palabra más.

Además, un Charles Dance, que se me asemeja en actuación con otro británico como Michael Caine, aunque quizá un mínimo escalón por debajo de los anteriores.

Y otros dos actores que parecían a priori más importantes también, aunque en este caso tienen papeles bastante reducidos, son un casi debutante y jovencísimo Hugh Grant y una Geraldine Chaplin, que tan pronto aparece en una película americana, como francesa, como inglesa o como española.


A todos ellos los dirigió Michael Radford, no excesivamente conocido y prolífico, pero con algunas buenas películas en su haber, como 1984 (en ésta también trabajó John Hurt), El cartero y Pablo Neruda o El mercader de Venecia (aunque he de reconocer que con esta me quedé dormido en el cine, cuando todavía iba).

Una película basada en una novela de James Fox (no confundir con el actor de mismo nombre), que a su vez estaba basada en hechos reales. El escritor y un compañero empezaron a investigar sobre los hechos en 1969, desplazándose incluso hasta Kenia para informarse mejor, y la novela vio la luz finalmente en 1982.


Dentro de los patrones habituales que suelen deparar las películas africanas, que como ya he dicho alguna vez suelen ser

- Películas de aventuras o safari
- Películas sobre tribus o zonas geográficas de África
- Películas sobre europeos que van a África a hacer negocios


En este caso me quedé un poco descolocado, y aunque la podríamos englobar en el tercer grupo, digamos más bien que es un grupo importante de la burguesía o aristocracia adinerada de un país europeo (en este caso Gran Bretaña), establecido en África sin que aparentemente casi ninguno de ellos desempeñen trabajos que justifiquen su alto nivel de vida. Así que no está mal aportar un nuevo guión de película un tanto diferente a los habituales sobre territorio africano.

Pero bueno la película es mucho más, hay muchos matices a valorar. Es en parte un asesinato misterioso, en parte un estudio sociológico y en parte una historia anterior a la Segunda Guerra Mundial. Colonialismo de África Oriental, en parte romance, en parte relaciones que se acercan a las orgías ... pocas veces la podredumbre social ha sido fotografiada más bellamente que aquí.

Una buena película británica no tiene mucho que envidiarle a una americana.










Valoración:                               7/10