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18 marzo 2024

Celdas de muerte (1980)

 





Siempre me han gustado las películas carcelarias, de hecho dos de ellas están entre mis películas favoritas, y siempre que las veo por la tele aprovecho para ver un rato, me las sé bastante bien, como son la obra maestra de Frank Darabont, Cadena Perpetua, protagonizada por Tim Robbins, y la no menos magnífica Fuga de Alcatraz, dirigida por Don Siegel y protagonizada por Clint Eastwood.

Ambas centradas en la elaboración de un plan de fuga para escapar de la cárcel, con bastantes similitudes, siendo seguramente Fuga de Alcatraz una clara inspiración para Cadena Perpetua.

Pero hay otras muchas más películas sobre cárceles que me parecen muy interesantes y con distingo hilo argumental. Por ejemplo, tanto Brubaker como La leyenda del indomable, la primera con Robert Redford, y la segunda con su pareja cinematográfica Paul Newman, me parecen dos buenas películas sobre cárceles, más de corte rural.


Y luego está las que son más de acción pura, que posiblemente para muchos sean películas poco destacables, pero a mi por ejemplo hay tres que me parecen bastante decentes, como son Encerrado, con Stallone, Tango y Cash, con el propio Stallone y Kurt Rusell, y Libertad para morir, donde el protagonista es Jean Claude Van Damme.

En estas además de acción, están los casos de corrupción institucional (en Cadena Perpetua también), amotinamientos o enfrentamientos entre presos o el hacerle la vida imposible a ciertos reclusos para evitar que salgan por buen comportamiento.

Por ejemplo Evasión o Victoria y La gran evasión (dos de mis películas favoritas también), no las consideraría películas carcelarias como tal, o no únicamente eso.


En esta Celdas de muerte, encuentro pocos rasgos interesantes y pocos parecidos con esta retahíla de películas carcelarias que he enumerado, y básicamente es un motín y una negociación continua, con poca variedad de movimientos y capacidad para sorprender al espectador.

Entiendo que cuando las películas están basadas en hechos reales (realmente está basada en un libro de Tom Wicker, que a su vez está basado en los hechos reales acaecidos en esta prisión en 1971), están un poco encorsetadas, y es difícil añadir cosas al relato real, pero en este caso creo que se podría haber hecho algo más y algo mejor.

Así que nos quedamos con las actuaciones de los diferentes actores intersantes que aparecen en la película (entiendo que se necesitaron muchos extras), y en el que todos son masculinos.

Y ahí emerge como siempre, un supongo que todavía no muy conocido, The Quiet Man Morgan Freeman, que aún siendo una película en un cárcel, con un motín, y con el riesgo de muerte latente en el ambiente, interpreta a un personaje sereno, cerebral y reflexivo, que contrasta con el escenario de la película, pero que es su sello personal y reconocible.

Alguna vez le vi en un papel más enérgico, como en Escuela de Rebeldes, pero tanto en Cadena Perpetua como aquí tiene personajes similares.
Y es curioso como, además de ser bastante más habituales los afroamericanos en este tipo de películas, el propio Freeman ha participado tanto en Cadena Perpetua, como en Brubaker, como en ésta (también David Harris que aparece en la película como su compañero habitual, apareció también en Brubaker).

Le acompañan el siempre solvente y sobrio Charles Durning, uno de los actores de los que más películas (algunas involuntariamente) estoy viendo de un tiempo a esta parte, y algunos secundarios reconocibles como Roger E. Mosley, Anthony Zerbe (le recuerdo de aquella serie juvenil de finales de los ochenta, Jóvenes Jinetes), Arlen Dean Snyder, (compañero de Clint Eastwood en El sargento de hierro), o con un papel bastante discreto Richard Gant (que hacía un buen papel en Rocky V y al que había visto días antes como un Guest Starring en un episodio de MacGyver).


Una película buena para conocer lo acontecido en este acontecimiento histórico en Estados Unidos, pero tan solo regular a nivel dramático e interpretativo.











Valoración:                                 5/10













05 julio 2023

Más allá del arco iris (1989)

 




No sabía de que podía ir esta película, pero el título y la presencia del veterano Jason Robards, así como de una jóven Rosanna Arquette, me atraparon y me puse a verle.

Una película dirigida por el director británico Mike Hodges, fallecido hace poquito (17-12-2022), cuyo principal éxito fue quizás Flash Gordon, y que por apariencia ésta debería haber sido su otra gran película, pero no lo fue.


A pesar de las críticas decentes, la película cayó rápidamente en el olvido debido a problemas de distribución tanto en el Reino Unido como en los Estados Unidos. El distribuidor de la película en el Reino Unido, Palace Pictures, estaba en bancarrota en ese momento, por lo que necesitaban una afluencia rápida de efectivo y decidieron retirar la película de los cines casi inmediatamente después de su pequeño estreno y venderla a un distribuidor de videos. 

En los EE. UU., donde Miramax manejó su distribución, las cosas terminaron siendo aún peores para la película. Dado que Miramax también tenía problemas financieros, ni siquiera se molestaron en enviarlo a los cines, sino que optaron por lanzarlo directamente por cable. Sin embargo, obtuvo un estreno en cines en Japón, donde le fue bien. El director Mike Hodges cree que la película encontró una audiencia allí porque a la audiencia japonesa generalmente le gustan las historias de fantasmas.

A lo largo de los años, la película tuvo muchas proyecciones especiales y compitió en varios festivales internacionales de cine. En España, la película ganó el premio al Mejor Guión en el 22º Festival de Cine Fantástico de Sitges, así como los premios a Mejor Película y Mejor Actriz en el Festival Internacional de Cine de Oporto, Portugal.


El escritor y director Mike Hodges no pudo encontrar una actriz dispuesta a interpretar el papel principal hasta que Martin Scorsese convenció a Rosanna Arquette para que lo hiciera.

Hodges, menciona cómo le encantaba trabajar con Jason Robards. También habla de las diferencias entre el enfoque actoral natural de la vieja escuela de Robards, donde el actor simplemente se convierte en el personaje, y en contraprestación, el método más moderno de interpretación de Arquette, donde el actor primero se mete en la mentalidad del personaje.

Rosanna Arquette, hermana mayor de Patricia, y que durante mucho tiempo era mucho más conocida y con mejores papeles y valoración, cosa que con los años se fue dando la vuelta, contrató a una psíquica de la vida real llamada Laura Day y se preparó para el papel junto con Day y su propia profesora de interpretación, Susan Batson. 

Sin embargo, su interpretación de la forma en que el personaje, Martha, debería actuar durante sus sesiones fue vetada por el director Mike Hodges. Quería que la toma de Martha fuera una actuación moderada, y no llena de energía y emoción como la de un medium de un programa de televisión. Después de un serio enfrentamiento por esto, aunque molesta, Arquette finalmente desistió y accedió a interpretar la escena de la manera que el director quería. Más tarde estuvo de acuerdo en que, en lo que respecta a estas escenas de sesiones espirituales, el enfoque más frío de él dio mejores resultados que el enfoque más intenso de ella.


Igual que me pasó recientemente con Cornel Wilde, en El Tesoro de los Tiburones, Mike Hodges también muestra un sentimiento de preocupación por la deriva del mundo en el planeta. Sorprendentemente en ambas películas, que he visto en tan breve espacio de tiempo, se menciona la población mundial del planeta, y se hace desde un punto de vista preocupante, cuando todavía no era la mitad de la que es hoy en día, y en ese aspecto me siento muy identificado, y me ha gustado el detalle de ambos. 


Una película espiritual, pero para nada compleja ni difícil de seguir. Aunque entiendo que a la gente le puedan parecer un rollo, pero son temas poco usados en el cine, y con buenos actores y buenas interpretaciones. Así de lo que haya visto desde que escribo, sólo le encuentro alguna conexión con El Despertar de Sharon.

Película que parecería más típica de finales de los setenta, pero que demuestra que en los ochenta se hicieron más cosas que comedias de consumo rápido.

(Una de las varias películas cuyo título comienza por Más allá de ... y que hace la tercera que veo tras Más allá de la ambición y Más allá de Mombasa)










Valoración:                             6/10













22 septiembre 2022

Objetivo mortal (1982)

 





El otro día fallecía el actor Henry Silva, a punto de cumplir los 96 años. Un actor secundario sin más, pero para mi un gran actor y sobre todo uno de los mejores malos que he visto en el mundo del cine, formando posiblemente el equipo A en cuanto a villanos, en mi opinión, con


Christopher Lee
Gordon Mitchell
Jack Palance


Afirmaba que su madre era del norte de España y que su padre era italiano. 
Decía que solo tenía ocho años cuando decidió convertirse en actor, aunque no hizo nada al respecto hasta su adolescencia. Su inspiración fue principalmente su madre. Aparentemente, ella era una contadora de historias y, al regresar de las compras, llenaba su apartamento con vívidas caracterizaciones del tendero, panadero, etc. 
Silva señalaba que pensaba en su madre todos los días.

Dejó la escuela pública para asistir a clases de teatro a los 13 años y se ganaba la vida como lavaplatos en un hotel de Manhattan. Para 1955, Silva había pasado de lavaplatos a camarero y se sentía listo para una audición para Actors Studio. 
Fue uno de los cinco estudiantes elegidos entre más de 2500 solicitantes, con  Ben Gazzara, Shelley Winters, Harry Guardino y Anthony Franciosa. 
Llamado a Hollywood, interpretó una sucesión de personajes importantes ​​en buenas películas, entre ellas El vengador sin piedad (1958), Mansiones verdes (1959), La cuadrilla de los once (1960), El mensajero del miedo (1962) y Johnny, el frío (1963).

Su popularidad se vio reforzada por un don para los idiomas. Hablaba italiano y español con fluidez y tiene talento para papeles descarnados que también catapultaron a Charles Bronson al estrellato europeo.

Entre 1966 y 1977 protagonizó o coprotagonizó, la sorprendente cifra de 25 películas, la mayoría de las cuales eran películas italianas de género policíaco, donde normalmente interpretaba al villano o al sicario, al héroe oscuro o una combinación de ambos.

Junto a Angie Dickinson, es uno de los dos únicos actores que aparecen tanto en La cuadrilla de los once (1960) como en su remake Ocean's Eleven: Hagan juego (2001).
Estaba retirado de la interpretación desde el año 2001, justo con Ocean's Eleven, espero que pudiendo disfrutar de una merecida jubilación que le ha llevado a una gran longevidad.


Y en esta película se mezcla un villano por excelencia con un héroe por excelencia como era Sean Connery, ya en su madurez, sin el atractivo que tenía años antes en sus interpretaciones de James Bond, pero con la misma solvencia en su interpretación.

Richard Brooks, gran escritor y director de los años 40, 50 y 60 (La última vez que vi París, Sangre sobre la tierra, La gata sobre el tejado de zinc, ...), reunió aquí, en casi su última película, a un gran elenco de actores.
Con un gran protagonista como Connery, dos muy buenos secundarios a mi entender como Henry Silva y John Saxon y otros interesantes y reputados actores de reparto como


Robert Conrad
Leslie Nielsen
Hardy Kruger 
Dean Stockwell



Y hasta una jóven y por aquellos momentos desconocida Jennifer Jason Leigh, en un mínimo papel, obviamente.

Sean Connery, Robert Conrad y John Saxon fallecieron en 2020, Dean Stockwell en 2021 y Hardy Kruger en 2022, actores longevos todos ellos.

Aunque el elenco es muy bueno, a mi se me hacen demasiados personajes con algún protagonismo, lo cual unido a una mezcla también de acción, comedia y bélica, hace un caldo demasiado espeso, y así me sentía yo por momentos viéndola, espeso.


Se dijo de esta película que era "el grito de protesta de Richard Brooks por lo que él ve como la loca espiral descendente de la historia mundial durante la última década"

Uno de los carteles principales de esta película fue diseñado con ilustraciones pintadas, mostrando a Sir Sean Connery de pie en una pose similar a la de James Bond con una cámara de televisión, en lugar de un arma, y ​​con dos chicas en bikini a sus pies. En el fondo, dentro de un círculo (que evoca el cañón de una pistola), había dos escenas de acción, mientras que en el aire arriba, se encontraba un satélite espía. 

Todos estos elementos eran típicos de la franquicia cinematográfica de James Bond, de la que Connery había sido una parte importante. Este no era el póster original de esta película. El póster tipo Bond se utilizó en varios mercados fuera de los EE. UU., en sustitución del póster original, después de que esta película fuera un fracaso comercial en Norteamérica. 

Esta fue la segunda película de Sir Sean Connery que no es de Bond en tener un póster similar a Bond 
en solo unos años, ya que el póster principal de la película Cuba (1979) también fue diseñado como un póster de la película Bond.


Es una de varias películas realizadas durante la década de 1980 que analizaban la política de Oriente Medio y/o el conflicto entre Israel y Palestina. Los otros son Ultimátum (1982), Delta Force (1986), Zona de guerra (1987), El espía imposible (1987), Los hijos de la gloria (1984), Hanna K. (1983) y La chica del tambor (1984).

Se ha dicho que esta película posiblemente anticipó futuros eventos mundiales y que tiene espeluznantes similitudes con eventos reales ocurridos posteriormente ... incluso hasta estos días con la amenaza nuclear que hay en el ambiente.

Esta película es una sátira de los informes de noticias estadounidenses, el sistema político y las agencias encubiertas, según las notas de producción de la película.










Valoración:                                        5/10