Normalmente las secuelas o segundas partes (o ya que decir de terceras o cuartas, salvo casos puntuales) suelen tener mucha menos difusión y valoración que las primeras, y más cuando hay un período de tiempo largo entre una parte y otra, que en este caso son diez años.
Además este es un caso raro, ya que la primera parte ya era un remake de la película original de King Kong de 1933, y hay más versiones posteriores y otras con un título diferente, que si buscáis en IMDb podéis verificar.
No obstante para mi la película de King Kong de referencia, es la primera parte de ésta, la que hizo John Guillermin en 1976 con Jeff Bridges y Jessica Lange al frente del reparto, y con otros cuantos actores interesantes, además de una fantástica banda sonora, al frente de la cual estaba el formidable John Barry, para mi uno de los mejores compositores de bandas sonoras de cine, a la altura o sin tenerle mucho que envidiar a Ennio Morricone o John Williams.
Así que para aclimatarme a esta película y como hacía mucho que no la veía, me vi primero la versión de 1976 y luego ésta de 1986 (también podría haber visto la de 1933, pero igual habría soñado con monos durante una buena temporada), que no recuerdo que nunca la hubieran pasado aquí en España.
John Guillermin se puso de nuevo al frente de este proyecto, de la mano del productor Dino De Laurentiis.
Según el escritor Steven Pressfield, Dino De Laurentiis había estado luchando por conseguir una secuela de King Kong (1976). De Laurentiis había comentado que debido a que Kong se había convertido en una estrella por derecho propio, nadie pestañearía si lo traían de regreso para otra aventura. Cuando Pressfield y Ronald Shusett lanzaron la idea de que Kong estuviera en coma durante años y necesitara un trasplante de corazón, De Laurentiis los contrató rápidamente para escribir la película porque, como resultó, era la mejor de las propuestas de secuela que había visto. Estas ideas rechazadas incluían a Kong siendo entrenado por el ejército de los EE. UU. para convertirse en un arma viviente e ir a Rusia para ganar la Guerra Fría, una versión en la que Kong iba al espacio y una versión que parecía inspirarse en ET El extraterrestre (1982) en la que Kong sería guiado por un grupo de niños.
En cambio a Guillermin la idea no le llegó con el mismo entusiasmo. Se encontraba muy desconsolado durante la producción, debido a la muerte de su hijo Michael durante la realización de su película anterior, Sheena, reina de la selva (1984). Con frecuencia desaparecía a mitad de un día de rodaje para irse a navegar. Después de una discusión con el personal de producción (Guillermin tenía una notoria reputación de discutir mucho), desapareció durante días. El rodaje finalmente fue completado por Charles McCracken, un documentalista de 21 años no acreditado.
A pesar de haber hecho dirigido grandes películas previamente como Las águilas azules (1966), El puente de Remagen (1969), Shaft en África (1973), El coloso en llamas (1974) y los remakes de King Kong (1976) y Muerte en el Nilo (1978), posiblemente el fracaso consecutivo de Sheena, reina de la selva (1984) y King Kong 2 (1986), unido a la muerte de su hijo hicieron que éste fuera su último largometraje, y tan solo dirigiera ya una película para televisión, Perseguido en Arizona (1988), con Kris Kristofferson como protagonista.
En cuanto al reparto, a Jeff Bridges y Jessica Lange se les pidió que repitieran sus papeles de Jack Prescott y Dwan, pero ambos declinaron. También se le ofreció el papel a Peter Weller, pero lo rechazó para rodar su mayor éxito, Robocop (1987), así que al frente del reparto quedó una siempre interesante Linda Hamilton.
Hamilton ya había hecho la primera parte de Terminator y supongo que no tenía ni idea de si iba a haber una segunda parte, pero curiosamente tiene papeles en dos sagas.
Resulta curioso leer que Linda Hamilton aceptó su papel en la película porque vio cómo la película anterior había catapultado la carrera de Jessica Lange, cuando realmente hacía solo dos años del tremendo éxito de Terminator como para que ya necesitara revitalizar su carrera (entiendo que Terminator fue un éxito inmediato y no de efecto retardado).
Evidentemente la película no soporta la comparación con la versión anterior, no solo por la historia, también las localizaciones, los actores, la banda sonora ... no hay nada en lo que pueda igualar o mejorar a su predecesora, que dicho sea de paso tampoco tuvo excesivas buenas críticas.
Es difícil señalar el mayor defecto de King Kong 2. En general, es bastante ridícula, desde la historia hasta los efectos especiales y los momentos supuestamente emotivos. Es demasiado larga, los diálogos podrían haber sido escritos por niños de secundaria y los personajes ni siquiera resultan graciosos. Pero si puedes aceptar todo eso, puedes obtener al menos algo de valor de entretenimiento de esta secuela.
Y entiendo que este fracaso (gastó 18 de millones de dólares y sólo retornó 5), hizo que se descartara una posible tercera parte, que podría haber tenido como título Kid Kong, que por lo menos a nivel de juego de palabras habría quedado bien.
Un proyecto con buenas intenciones y que podría ser interesante pero que se convirtió en una película tremendamente absurda y cursi ... pero siempre mejor una película así que no hecha por ordenador, en mi humilde opinión.
Valoración: 4/10