A principios de año fallecía Sidney Poitier, uno de los últimos grandes actores del Hollywood dorado que quedaba vivo, y de la década de los 20 (la lista ya es muy reducida), y sin duda uno de los pioneros de los actores de raza negra, siendo el primero en ganar el Óscar a mejor actor protagonista entre los de su raza por su interpretación en Los lirios del Valle (1963), estatuilla que le entregó Anne Bancroft.
Después de la muerte de Maximilian Schell en 2014, era el actor vivo con el Óscar más antiguo como actor protagonista, y que ahora creo que hereda Gene Hackman con el que ganó en 1971 por French Connection.
Natural de Bahamas, tuvo una infancia difícil, como mucha gente en esa época, independientemente de ser negro o blanco. Sus padres lo mandaron con su hermano a Miami a los 15 años, y desde allí se fue a Nueva York, donde llegó a dormir en los aseos de una terminal de autobuses.
En noviembre de 1943, Sidney Poitier, de 16 años, mintió sobre su edad e ingresó al ejército porque no tenía hogar y los militares lo recogieron del frío.
Se desempeñó como asistente médico en un hospital psiquiátrico en Nueva York. Al no gustarle la vida del ejército, Poitier intentó fingir locura en un intento de ser dado de baja. Después de que lo amenazaron con tratamientos de terapia de choque, admitió haber mentido sobre su edad.
Fue rechazado en su primer casting interpretativo, pero no cejó en su empeño y en 1949 consiguió su primer papel.
Para conseguir su primer papel importante en Un rayo de luz (1950), le mintió al director Joseph L. Mankiewicz y le dijo que tenía 27 años, cuando en realidad solo tenía 22 años.
Poco a poco ascendiendo hasta llegar a sus grandes éxitos, que comenzaron con Fugitivos en 1958 y que abarcan hasta finales de los 60 principalmente.
En la década de 1960, para muchas de sus películas, se le pagó de una manera conocida como "participación de un dólar", lo que básicamente significa que comienza a cobrar una parte de los ingresos brutos de la película desde el primer boleto vendido.
La revista Premiere lo ubicó en el puesto 20 en una lista de las mejores estrellas de cine de todos los tiempos en su función Stars in Our Constellation (2005) y la misma revista (2006) valoró su interpretación de Virgil Tibbs en En el calor de la noche (1967) como el puesto número 55 en la lista de las 100 mejores actuaciones de todos los tiempos.
Junto con Gary Cooper, es el actor más representado en las 100 películas más inspiradoras de todos los tiempos del American Film Institute, con cinco de sus películas en la lista.
Ellas son:
Un lunar en el sol (1961) en el n.° 65
Fugitivos (1958) en el n.° 55
Los lirios del valle (1963) en el n.° 46
Adivina quién viene esta noche (1967) en el n.° 35
En el calor de la noche (1967) en el n.º 21.
Fue padre por primera vez a los 25 años y por sexta y última vez a los 46, con dos esposas diferentes.
Hablaba ruso con fluidez, algo que resulta extraño y chocante, por lo menos hoy en día.
Era amigo desde hace mucho tiempo con el también actor y activista Harry Belafonte. Nacieron con nueve días de diferencia. Se conocieron en Nueva York a los 20 años, antes de que ninguno de los dos estuviera en el mundo del espectáculo.
Además de Los Lirios del Valle protagonizó tres de sus mayores éxitos en el mismo año, 1967, Adivina quién viene esta noche, En el calor de la noche y Rebelión en las aulas, pero no fue nominado al Oscar ese año. Una teoría es que los votos se dividieron entre las tres actuaciones, y ningún título obtuvo suficientes votos para ser nominado.
A mi la película que más me gusta suya es Los invasores, junto a Richard Widmark, con el que también trabajó en Un rayo de luz (1950) y Estado de alarma (1965).
Me decanté por esta película por ver un Poitier fuera de su época dorada, por la presencia del gran Michael Caine, a punto de ingresar también en el club de los 90 años, y por ser una película ambientada en África, que tanto me atrae, a pesar de que pudiera tener un posible parecido con alguna que he visto recientemente, como Una árida estación blanca.
Sidney Poitier y el director Ralph Nelson se reencontraban para su tercera y última película juntos, luego de haber colaborado previamente en Duelo en Diablo (1966) y Los lirios del valle (1963).
La mayor parte de esta película está ambientada en Sudáfrica, en Johannesburgo y Ciudad del Cabo, pero debido a la sensibilidad política contra el Apartheid reinante en aquel momento, no se intentó filmar allí.
El presidente de Kenia, Jomo Kenyatta, invitó personalmente a Sidney Poitier a filmar esta película en Kenia y allí se hizo, donde Sidney Poitier era considerado un Dios, y ya había rodado allí Sangre sobre la tierra con Rock Hudson.
La película, ambientada en Sudáfrica, a menudo se refiere a "Kaffirs". Un "Kaffir", según Wikipedia, "... se usaba en la antigua Sudáfrica para referirse a una persona negra. Ahora es un insulto étnico ofensivo, anteriormente era un término neutral para los africanos negros del sur. La palabra se deriva de la Término árabe Kafir, que significa 'incrédulo' o literalmente, 'el que oculta (la verdad)'...
En Sudáfrica hoy en día, el término se considera altamente ofensivo desde el punto de vista racial,
de la misma manera que "nigger" lo es en otros países. Rara vez se usa como un insulto aislado, sino que se usa sistemáticamente, por personas abiertamente racistas, cuando se habla de personas negras, y como tal era muy común en la era del Apartheid.
El uso de la palabra ha sido procesable en los tribunales sudafricanos desde al menos 1976 bajo el delito de crimen injuria: “la lesión ilícita, intencional y grave de la dignidad de otra persona”.
Una película con toques de Road Movie, encima a través de un coche mítico para mi como fue el Peugeot 504, aventuras, acción y drama, con el encanto que para mi siempre tiene el rodaje en África.
Además de este gran dúo protagonista, les acompañaban muy bien Rutger Hauer, casi debutando, ya que era su primera película no holandesa, y que después tuvo una extensa y gran carrera cinematográfica, y Nicol Williamson, cuya cara me es muy familiar pero no le ponía nombre y que realiza una fantástica interpretación.
Y sin duda una de las mejores cosas de la película y por la que recomiendo verla es el doblaje, con varias de las mejores voces de doblaje de la época y de la historia del doblaje en España, que como siempre digo enriquecen muchísimo la película y son uno de los factores diferenciales entre el cine hasta los años 80 y el posterior.
Valoración: 7/10