26 octubre 2024

El misterio de la jungla negra (1964)

 







Aunque tenía esta película como El Misterio de la Isla, veo que en IMDb tiene oficialmente éste otro título. Sea como fuere, igual que decía en la anterior película, hay palabras que incluídas en el título de la película me suelen seducir a decidirme por ellas, y tanto isla como jungla también están entre ese surtido de palabras.

Estamos ante una película basada en una novela del escritor italiano, veronés para más señas, Emilio Salgari. Todavía tengo en casa un par de libros suyos, que junto con otros tres de Julio Verne, conformaron los primeros libros que nos compraron nuestros padres para intentar introducirnos en el hábito de la lectura.

Un escritor un tanto trágico, tanto a nivel personal como familiar. En 1889 se suicidó el padre de Salgari, y fue el primero de una cadena de suicidios familiares, que incluye el del propio escritor (1911), el de su hijo Romero (1931) y el de su otro hijo Omar (1963).

Los libros que tengo suyos son los más famosos seguramente, Sandokán y El Corsario Negro, los cuales se han llevado en muchas ocasiones a la gran pantalla, con varias películas acerca de dichos personajes, e incluso hasta recuerdo una serie de dibujos animados de Sandokán.


Su temática habitual solían ser este tipo de aventuras, marítimas en muchos casos, y ambientadas principalmente en la zona de La India o alguna también en África, pero siempre en el entorno que entre ambos continentes ocupa el Océano Índico.

Curiosamente vi la película el día que se cumplía el aniversario de la muerte de su director, Luigi Capuano, que llevó varias de estas películas de Emilio Salgari al cine ... o desconozco si alguna no lo era, pero en todo caso, de clara inspiración en sus obras, como 

- La tigresa de los siete mares
- Sansón contra el Corsario Negro
- La venganza de Sandokán
- El leopardo de Sarawak
- El aventurero de tortuga

Que junto con ésta, componen el núcleo central de la filmografía de este director.


Así que me volví a encontrar transportado al siempre fascinante territorio de La India (bueno, fascinante en aquella época, o fascinante fuera de las grandes mega ciudades que ha en el país, absolutamente colapsadas y contaminadas).

En esta película aparece la figura de la Diosa Kali, una de las principales del hinduismo, y la cual conocía de uno de los episodios de mi querida serie de dibujos animados La Vuelta al Mundo de Willy Fog, a su paso por este país.

Si alguien tiene curiosidad por saber algo acerca de esta Diosa, aquí puede hacerlo


La película evidentemente debía tener un presupuesto bajísimo y carece de excesivo interés, sin destacar prácticamente nada de la misma.

Dentro del reparto os podréis encontrar dos caras medio conocidas, como son Guy Madison y Peter Van Eyck, uno de los pocos actores alemanes destacados de la época, aunque con nombre más Neerlandés, y nacido en un territorio que hoy forma parte de Polonia. Si no habéis visto nada de él, os recomiendo que lo hagáis, si hubiera sido contemporáneo nuestro y nos lo encontráramos por la calle, se podría decir instantáneamente que es actor.

Evidentemente este bajo presupuesto se refleja en unas localizaciones exteriores realmente cutres y deficientes, que le pueden hacer pensar a uno que están en cualquier zona cercana y no en La India. La decoración interior es de lo mejor de la película, aunque básicamente queda reducida a un único escenario, y el vestuario no está mal sin ser excesivamente atractivo.

Complementan y añaden algo de interés a la película, algunas escenas de serpientes y otra con una lucha contra un tigre, que en ambos casos si que consiguen transportarte más a La India, siendo dos animales claramente autóctonos.

Creo que la película tiene una conexión con La Secta de los Falsarios que vi hace poco, con la secta de los Thuggees, y con que ambas tratan también acerca del colonialismo británico en el país, aunque parecen dos películas completamente diferentes solamente por las localizaciones, y evidentemente por la diferencia de años que hay desde la realización de una hasta la otra.










Valoración:                            4/10














22 octubre 2024

Dos chicas en la carretera (1992)

 





Hay una serie de palabras en el título de una película que me suelen resultar atrayentes y tener más posibilidades de que las vea, como por ejemplo los dos últimas que vi, con las palabras ruta y valle, y también aquí con la palabra carretera.

Llegué a esta película después de ver un rato de un episodio de El Equipo A, que los reponen a diario en un canal de televisión, a razón de unos cinco por día, y revisando el reparto de ese episodio fui a consultar la filmografía de una de las actrices que aparecía brevemente durante el mismo, y al ver que estaba casado con un director (y que además poco después de ese episodio y la mencionada boda dejó la actuación), indagué a ver que me podía ofrecer él.

El caso es que su nombre, Edward Zwick, me resultaba ligeramente familiar, más allá de que apareciera en algún momento en mi extensa base de datos de películas. Y es que, efectivamente, tiene un par de títulos notorios dentro de su filmografía, como son Leyendas de Pasión (1994), su película inmediatamente posterior a ésta, con un todavía muy joven Brad Pitt, y El Último Samurai (2003), con también un todavía joven Tom Cruise. Una de esas películas que creo recordar haber ido a ver al cine, cuando por aquella época ponía en práctica ese pasatiempo con relativa frecuencia.


Así que esta me hizo imaginarme un aroma a Road Movie, que tanto me gusta, quizás pensando en algo parecido a Thelma y Louise, aunque finalmente teniendo cosas en común, básicamente el hilo conductor de dos chicas en un coche sin un rumbo fijo, tiene un argumentario diferente.

Una de las más notables diferencias es el escenario elegido. La mayor parte de las Road Movies que conozco están ambientadas en el Medio Oeste de los Estados Unidos, en parajes semi desérticos, carreteras secundarias y bares y moteles de carretera solitarios. En cambio en este caso se escoge como ubicación para la historia el extremo noroccidental del país, en el estado de Oregón, con intención de realizar un tránsito hasta Alaska.

Otro detalle curioso y contrario a lo habitual es que habitualmente en este tipo de películas suele estar presente la figura del autoestopista, y que habitualmente suelen ser personajes extraños, mucho en algunas ocasiones, sórdidos o hasta peligrosos, y en cambio aquí es a la inversa, son los autoespistas los que se van topando con diferentes frikis a lo largo de su periplo realizando auto-stop.

Es una película con muchos matices, que van desde la soledad, la melancolía, la esperanza, la sencillez, la mala suerte ... y sobre todo en la resistencia y sobreponerse a las adversidades, desembocando en la virtud de la felicidad de las cosas sencillas, de saber vivir con poco y de saber apreciar la amistad, dar y recibir lo poco que tienes.

Nos enseña a como saber afrontar los problemas y encontrar soluciones, y nos da una lección o nos hace reflexionar de como siempre habrá personas con muchísimos más problemas que nosotros, que se quejan mucho menos y que además de poner al mal tiempo buena cara, buscan y encuentran soluciones o alternativas a dichos problemas.

Problemas que se dan entre las protagonistas y que me lleva también a reflexionar que habitualmente suele haber más problemas de convivencia entre dos personajes femeninos que entre dos masculinos, en la gran pantalla.


Con un reparto de tercera fila, donde para mi solo conocía y de manera bastante efímera a las dos protagonistas, destaca o complementa muy bien esta falta de actores importantes, una banda sonora sin letra, tranquila y relajante, con un tono melancólico o de tristeza (y cuando aparece una canción con letra, lo hace de manera muy tenúe, pero es nada más y nada menos que la formidable Wicked Game de Chris Isaak), que me hizo recordar una de las películas de corte Road Movie con mejor banda sonora que he escuchado últimamente, como es Tierra Prometida, con unos todavía poco conocidos Kiefer Sutherland y Meg Ryan.

Me sorprendió y me agradó, por mis valores, educación y creencias, que la película se cierre con una oración de gracias, que en principio no pegaba nada con el perfil de los personajes protagonistas, pero que finaliza esa historia de adversidades de una manera tierna y muy humana, reflejando que a pesar de esos enormes problemas y sufrimientos, soledad, falta de trabajo, dinero ..., no hay que dejar de dar gracias y estar alegre por las personas que te rodean y por lo fantástico que es vivir aún sin reunir las condiciones idóneas que a todos nos gustarían.










Valoración:                              6/10















18 octubre 2024

El valle del fugitivo (1969)

 






Parece que siempre iba a ser jóven Robert Redford, pero ya ha cumplido 88 años, y aunque hay actores todavía mayores que él, algunos rozando la centena, está entre los actores vivos más veteranos.

Aunque también tiene una faceta de director y como organizador del famoso festival de cine de Sundance (al que bautizó con el nombre de su personaje en la película Dos Hombres y un Destino o Butch Cassidy y The Sundance Kid), y aunque lleva ya bastante tiempo semi retirado, todos le seguimos teniendo muy presente por varias de sus películas, muchas de ellas un éxito, y por tanto uno de esos actores que no necesitaban tener una filmografía muy extensa porque cualquiera de sus películas triunfaba en las taquillas, o videoclubs por aquella época.

Cada uno seguramente le asociaremos a una serie de películas, o tendremos unas películas favoritas suyas por delante de otras. Yo, por ejemplo, le asocio principalmente a su pareja cinematográfica formada con Paul Newman, y por tanto a sus películas Dos Hombres y un Destino y El Golpe (la mejor para mi), y también como obras muy representativa suyas a Las Aventuras de Jeremías Johnson y a Memorias de África, que no se si alguna vez he llegado a ver entera, pero que en mi opinión tiene una de las canciones de cine más bonitas que conozco.

Al igual que su querido amigo Paul Newman , ambos hombres tuvieron hijos primogénitos llamados Scott que fallecieron antes que sus padres.

No le gusta ver sus propias películas. La única película en la que quedó completamente satisfecho con su propia actuación fue El Golpe (1973).

Junto con Warren Beatty, Clint Eastwood, Mel Gibson, Richard Attenborough y Kevin Costner, una de las seis personas que han ganado un premio Oscar al mejor director, aunque son principalmente conocidos como actores.

Ha aparecido en siete películas dirigidas por Sydney Pollack: 

- Propiedad condenada (1966) 
- Las aventuras de Jeremiah Johnson (1972) 
- Tal como éramos (1973) 
- Los tres días del cóndor (1975) 
- El jinete eléctrico (1979) 
- Memorias de África (1985) 
- Habana (1990)


Por no hablar mucho más de él y hacerlo un poco más de la película, decir que no fue un actor encajonado en un perfil de personaje típico, y que abarcó papeles de comedia, como dramáticos, románticos, de aventuras y de westerns como aquí.

Como aquí ... en una película que no pasó ni pasará a la historia, bastante floja en mi opinión, tanto dentro del propio género del western, como analizándola en líneas generales.


Podría decirse que estamos ante un western tardío, no crepuscular, pero si ya un tanto decadente, sin ninguna de las características habituales de los grandes éxitos de este género, buscando un toque de distinción con otros aspectos que difícilmente consigue.

Alejada del estado, en mi opinión, por antonomasia protagonista del western, como es Arizona, aquí se escoge como localización California, lo que implicaba la expansión hacia el oeste como el desastre que fue para los nativos americanos. Se sitúa en una especie de valle o de paraje que en algún momento puede parecer interesante, pero que se explota muy fugazmente, salvo al final que aparecen unos curisosos Joshua Trees, árboles muy característicos del estado californiano (de hecho hay un parque nacional con este nombre), y que pegan muy bien además de los cactus en una película del oeste.

Además la persecución no es nada emocionante y el principal argumento de la película es la tormentosa relación entre dos indios, pero no indios con plumas y pinturas como se pensaría, si no más bien ya indios semi mestizos, con bastante parecido a los blancos.

Tampoco el reparto que acompaña a Redford en esta película es un gran aliciente para verla. Cuenta con algunos nombres conocidos, como Katharine Ross, esposa de un actor que me gusta, como es Sam Elliot, y que ya compartió escena con Redford en Dos Hombres y un Destino. Además dos caras curiosas, John Vernon, al que acabo de ver en un episodio de El Equipo A y que compartió trabajo con Clint Eastwood en El Fuera de la Ley, y Susan Clark, que aunque esté poco reconocible, para los que éramos niños en los 80, interpretaba a la madre adoptiva de Webster.

Se trata de una película que se esfuerza demasiado por ser digna, convencida de que transmite un mensaje profundo sobre la culpabilidad de los hombres blancos que colonizaron el Oeste americano a expensas de los indios nativos americanos.

La conclusión es que cada escena es dolorosamente lenta en llegar al desenlace, por lo que la película parece mucho más larga que una hora y treinta y seis minutos. Ya que antes lo he nombrado, podríamos decir que se trata de un western pálido.









Valoración:                           5/10













16 octubre 2024

Ruta hacia el pánico (1975)

 






Habitualmente las películas cuyo título comienza por Ruta, o tienen incluida esa palabra en el título suelen ser de mi agrado o por lo menos suelen estar entre las prioritarias para ver, ya que siempre las asocio a Road Movies o desplazamientos en coche por parajes bucólicos, solitarios y bonitos que encajan perfectamente con mis gustos. Aunque esta vez la ruta fue principalmente en barco, a pesar de que el trepidante y emocionante comienzo si que es un accidentado trayecto en automóvil.

Realmente la película está basada en una novela del mismo nombre (Journey into fear), y no es la primera que se basó en ella, ya que hay otra película de 1943, que no he visto, con Orson Welles y Joseph Cotten, cuyo título aquí fue Estambul, que también está basada en dicha novela.

Se dice que esta novela influyó posteriormente en la que escribió Ian Fleming Desde Rusia con Amor, que en el cine fue una de las películas de la saga de James Bond.

Además de este aliciente otras cosas que me llamaron la atención para verla fueron que se trataba de una película de los setenta mezcla de misterio, intriga, aventura, acción, que suelen ser interesantes y uno de los géneros característicos de esa década, y además que poseía un reparto bastante decente y a la vez era una película totalmente desconocida.

Ya una vez comenzada la película, me encontré con otro aliciente, aunque fue bastante efímero, y es que la película comienza ambientada en Turquía, cosa que ahora mismo, de memoria, no recuerdo en otras películas, aunque rápidamente la acción se traslada principalmente a la travesía de un barco por el Mediterráneo, pasando por Grecia y llegando a su destino en Génova, una ciudad que conozco y siempre me gusta ver el contraste de como eran algunos sitios y ciudades muchos años antes, y básicamente como la acción del hombre los ha convertido en asfalto, ladrillos y coches.


Dentro de ese reparto decente, para mi, sobresalían por encima del resto Vincent Price y Donald Pleasence. El primero fue uno de ese gran triunvirato, junto a Peter Cushing y Christopher Lee, que tomaron el testigo de los Boris Karloff y Bela Lugosi y que coparon el cine de terror desde la década de los 50 hasta entrada la de los 70. Aquí por lo tanto lo vemos fuera de su hábitat habitual, pero con una actuación siempre notable, reforzada por una voz de doblaje sublime, y con la sorpresa del notable envejecimiento, facial especialmente, que tenía con respecto a sus películas de miedo, pese a no ser muy mayor todavía.

El otro actor destacado para mi, es ese gran secundario como es Donald Pleasence, también bastante ligado al cine de terror, casi nunca protagonista de una película, con personajes muchas veces ridículos, desconcertantes o de personas que no parecen muy cuerdas, y uno de los actores que recuerdo que más veces muere en la gran pantalla, con un secundario pero notable y muy recordado papel en la magnífica película La Gran Evasión.

Especialmente por estos dos actores te puedes convencer para ver la película, simplemente porque sabes que uno de ellos (o tal vez incluso ambos) representará a un villano formidable.

Entre los veteranos, por ahí también se cuela Shelley Winters, mientras que los papeles protagonistas y de los jóvenes del reparto recayeron sobre un poco destacado Sam Waterston y la guapa Yvette Mimieux.

Él, venía de trabajar en El Gran Gatsby, posiblemente el mejor título de su filmografía, aunque no recayera en él el papel protagonista de dicha película. Gran amigo de Bruce Lee, trabajó en cuatro películas de Woody Allen e interpretó cinco veces a presidentes de los Estados Unidos en la gran pantalla, especialmente a Abraham Lincoln, en tres ocasiones. Ha aparecido en dos películas nominada al Óscar a mejor película, Los gritos del silencio (1984) y Hannah y sus hermanas (1986).

Yvette Mimieux me era totalmente desconocida hasta que la vi en la notable y recomendable La celda de la violación, junto a Tommy Lee Jones, y donde deja bien a las claras que no solo era actriz por su físico. A pesar de que muy joven había participado en El tiempo en sus manos (1960), que juraría que he visto, y haber estado casada con un director importante como Stanley Donen es bastante anónima entre el público en general.

Con ese nombre suena poco a estadounidense, pero es de esos actores/actrices que tienen un árbol genealógico desperdigado por medio mundo. Su padre nació en Londres, aunque su abuelo paterno era francés y su abuela materna alemana, mientras que su madre nació en México.


De todas maneras como buen viaje en barco, o por lo menos en mi caso, te marea. La película es confusa por momentos, más allá de que sea una película de misterio o intriga, pero no queda muy claro el motivo por el que se persigue y se quiere asesinar al protagonista y cuando se desliza ligeramente o se intuye no resulta nada emocionante.

Así que lo mejor de la película son los actores, el doblaje y algunos de los parajes que aparecen durante la película, y la trama, a mi modo de ver queda aprobada por los pelos o incluso en suspenso.

A pesar de que los primeros minutos son de los más interesantes que he visto desde hace tiempo, luego la película languidece, se vuelve poco creíble y poco interesante.

Y es aquí donde, para finalizar, se podría hablar de las películas basadas en libros que quedan muy por debajo del libro, o que realmente son libros que no dan para trasladar al cine. No es que tenga yo un gran bagaje como lector y menos de películas que luego se hayan llevado al cine, pero mi sensación es que habitualmente si has leído el libro luego te suele decepcionar la película basada en el mismo.










Valoración:                            5/10












09 octubre 2024

La lectora (1988)

 




Una persona importante y valiosa en mi vida ahora mismo, me hizo retomar el hábtio de la lectura que tenía olvidado hace mucho, así que esta película me pareció una buena forma de darle las gracias anónimamente.

Después de que me contara los libros que se iba leyendo, decidí que era momento de quitar tiempo a otras actividades y dedicarle un rato a la lectura, que aunque muchas veces y a mucha gente le pueda parecer aburrido, realmente es algo enriquecedor, por ejemplo ayudando a enriquecer la mente o para liberar la imaginación.

Cuando empecé a trabajar allá por 2002, siendo un chaval, los trayectos en tren hasta el trabajo me llevaban más de una hora, así que un poco por imitación, me empecé a comprar libros para ir leyendo durante el trayecto de ida y vuelta al trabajo ... siempre que el sueño y el cansancio me lo permitiera.

Además no empecé por libros pequeños, ya que recuerdo libros de hasta 1000 páginas, y de aquella época guardo buen recuerdo de Los Pilares de la Tierra, La Ciudad de los Prodigios o Las Cenizas de Ángela.

Esta persona y yo tuvimos vidas relativamente paralelas, coincidimos en una clase en el último año de instituto, pero nunca llegamos a hablar, y luego empezamos de manera relativamente parecida nuestras carreras laborales y con ésta misma actividad durante nuestros trayectos. Además estuvimos trabajando muy cerca en varias ocasiones sin ni siquiera saberlo.

Eso sí, mi afición por la lectura se terminó rápido, y es que los viajes al trabajo se me hacían muy pesados, y en 2005 me compré un coche y por tanto se acabaron los libros, mientras ella siguió con su buen hábito y lo ha conservado hasta día de hoy.

Así que cuando por fin la conocí, además de darme cuenta de que era una gran persona me hizo concienciarme en recuperar la lectura.

Y así cuando conseguí esta película me pareció una bonita forma de celebrar lo afortunado que me siento de conocerla.


Aunque la película como tal no se parezca en mucho al concepto de lector, en silencio y en soledad habitualmente, y nos introduce la original idea de una persona que se dedica a la lectura en voz alta y para otras personas haciendo de ello una profesión ... imaginaria evidentemente, porque no conozco que en realidad haya un trabajo así.

No me importó mucho que se tratara de una película francesa, totalmente desconocida para mi, sin ni siquiera algún actor que me sonara, y es que últimamente le he cogido gusto y valoro las películas de otros países, más allá de las más habituales americanas y británicas, y teniendo especial afición por las australianas, las italianas, y ahora también las francesas, que me han demostrado con variedad de estilos y calidad de las mismas que son perfectamente visionables.

Hay varios detalles de la película, más allá de la impresión general, que me han gustado de la película.

- Uno de ellos, bastante despercibido para alguien que no sea francés, que me ha gustado especialmente de la película, es la localización de la misma. Rápidamente me di cuenta de que yo había estado allí, y que estaba casi seguro que era la ciudad de Arlés. Más por el entorno del río Ródano, que por su famoso anfiteatro (o arénes en francés), que salen muy de refilón en alguna escena de la película.

- Otro fue la diferente música de la película. Igual si no te fijas al principio, en los títulos de crédito, luego no eres capaz de darte cuenta, pero en los créditos pone a Ludwig Van Beethoven como el autor de la misma. Esa música da una sensación de libertad y felicidad impresionante.

- Y esa bonita y diferente música, junto con las callejuelas en las que se rueda, desiertas de gente, que me recuerdan un poco al lugar de rodaje de la serie del duende Pumuky (aunque sea a muchos kilómetros de distancia un sitio de otro), es el tercer detalle que me pareció bastante agradable y acertado.


Por lo demás la película, que en líneas generales debería ser una comedia (aunque tiene calificación R, que entiendo que en aquella época significaba Restrigida, supongo que a menores de 18 años), mezcla adecuada y acertadamente, pasajes con tintes dramáticos, cómicos, absurdos y hasta picantes o eróticos para rematar un buen producto, muy bien valorado en IMDb por lo que veo

Es una película bastante inteligente y poética, con diálogos brillantes y secuencias ingeniosas en las que el placer de las palabras se une al placer de las imágenes.

A mi sin apasionarme, me ha gustado por su originalidad y frescura, aunque me parezca un poco rompecabezas, y por esa historia inicial que os he contado, que me ha llevado a verla y comentarla como agradecimiento a una persona, y que posiblemente sin ella no habría reparado ni dado la oportunidad hasta película.

Además lo que evoca la historia, que no deja de ser una ayuda a personas desfavorecidas principalmente, también representa una de las actividades que intentamos llevar a cabo esta persona, yo y otro grupo de gente, de ir a visitar a gente mayor, enferma o sola, aunque no sea para leerles, si para acompañarles un rato e intentar que por un momento la vida sea diferente, más amable y bondadosa.

La lectura debe conservarse en una sociedad en la que los libros ocupan un lugar cada vez menos importante.

Probablemente no sea para todo el mundo, pero si te gusta una película sutil, suavemente divertida, culta y poco convencional, entonces dale una oportunidad.









Valoración:                              6/10













01 octubre 2024

Convoy (1978)

 





El otro día fallecía el actor Kris Kristofferson, a los 88 años de edad. Era un actor que había tenido un buen envejecimiento y siempre parecía más jóven de lo que era, sobre todo en su vejez, con lo cual quizás no parecía que le fuera a llegar su hora, y más teniendo en cuenta que todavía hay actores vivos nacidos en la década de los 20 del siglo pasado, pero evidentemente ya tenía una edad respetable.

Y realmente por lo que cuenta ha sido como un milagro llegar a esa edad:

"Debería haber muerto muchas veces. Debería haber muerto por la forma en que solía volar helicópteros de ataque. Debería haber muerto cuando sufrí numerosas conmociones cerebrales por jugar al fútbol. Debería haber muerto cuando seguí boxeando incluso después de haber perdido la memoria. Están tratando de arrancarte la cabeza por el amor de Dios. He volcado autos muchas veces, he estado borracho en una motocicleta demasiadas veces. Es vergonzoso ahora, sentado aquí, sabiendo que diste por sentado todas las cosas buenas, que no aprecié mi vida un poco más."

No era un actor que me gustase mucho de joven, le veía un tono arrogante y prepotente que no me apasionaban, aunque luego lo interpreté como un tío rebelde o mejor renegado, como característica de sus personajes, amén de que vi alguna película suya que tampoco me gustó, principalmente algún western crepuscular atemporal ... hasta que vi por primera vez esta película, Convoy, hará unos 12 años o así, y cambio mi perspectiva sobre él, y también cuando vi el gran parecido y paralelismo relativo que guardaba con un actor que me gustó mucho como Charles Bronson, creo que incluso compartiendo voz de doblaje ocasionalmente, factor que contribuye a encontrar esas analogías.

Realmente, aunque aquí sea un detalle más desconocido, Kristofferson era casi tan músico como actor, quizás porque su estilo, la música country (está incluido en el salón de la fama de este estilo musical), no tenga muchos seguidores por aquí. Comenzó en el negocio de la música aterrizando un helicóptero en el patio trasero de la vivienda de Johnny Cash y presentándole una canción que había escrito. Cash luego grabó la canción.

Al mundo de la actuación llegó tarde, casi cercano a los 40 años, sin haber recibido nunca una lección de actuación. Antes había estado bastante tiempo dedicado al ejército. Fue capitán de los Rangers de este cuerpo y estuvo a punto de llegar a Mayor. Se presentó voluntario para ser piloto de helicóptero en Vietnam pero no le aceptaron.

Antes, bbtuvo un doctorado en literatura en Oxford, período durante el cual realizó trabajos de construcción, entre otros.


Sus abuelos paternos eran suecos. Su madre tenía ascendencia inglesa, escocesa-irlandesa, alemana, suizo-alemana y holandesa, aunque en una entrevista que hizo antes de su concierto en Finlandia, contó que su ascendencia original es finlandesa.

Era un fanático del fitness durante la mayor parte de su vida, entrenó rigurosamente hasta mediados de los años 90, corriendo once kilómetros por día, haciendo ejercicio en un saco de boxeo, en una máquina de remo y nadando.

También fue un hábil boxeador y jugador de rugby y fútbol hasta que una serie de lesiones graves lo obligaron a abandonar. Luego también practicó con asiduidad el golf.

Una gran variedad de actividades y muchas muy diferentes entre sí, como doctorarse en literatura y ser miembro del ejército. En este aspecto, dijo en su momento "Crecí en una época en la que la gente creía en el deber, el honor y la patria. Mis abuelos eran oficiales. Mi padre era general de la Fuerza Aérea. Mi hermano y yo estábamos en el ejército. Siempre me he sentido identificado con los soldados; creo que es posible apoyar al guerrero y estar en contra de la guerra".

Fue uno de los muchos nombres que se barajaron para el papel potencial de John Rambo en Acorralado (1982). Algunos productores esperaban que despertara el interés del amigo de Kristofferson, Sam Peckinpah. Aunque no hubiera sido una mala alternativa, está claro que no podría nunca igualar a Stallone en ese papel. También llegó a sonar como candidato al personaje de Superman.


Entiendo que esta es una película más conocida, aunque no recuerde haberla visto en canales de televisión españoles, creo que es una película de culto y cualquiera con inquietud o intereses parecidos a los míos la puede haber visto, pero es la que asocio irremisiblemente a la figura de Kristofferson, aunque quizás fuera más adecuada Ha Nacido Una Estrella, que además de ser una película trata sobre la música y se vería reflejado por partida doble su profesión.

Esta película está dirigida por un director bastante reputado, Sam Peckinpah, básicamente por una película, Grupo Salvaje (donde también trabajó Ernest Borgnine), un western ya tardío y con un enfoque diferente al habitual. Aunque realmente su película más taquillera es ésta, Convoy (Como curiosidad, la película fue un éxito en la Unión Soviética ya que mostraba una rebelión de la clase trabajadora contra un gobierno corrupto).

Aquí contó como ayudante de producción con James Coburn, para obtener su credencial de director de cine. Kris Kristofferson era buen amigo personal de ambos, de hecho ya había trabajado dos veces a las órdenes de Peckinpah, en Pat Garrett y Billy El Niño y en Quiero la Cabeza de Alfredo García, que le vió en su primer papel en Cisco Pike - La Policía y la Droga y le eligió para sus siguientes películas.

Sam Peckinpah consumía grandes cantidades de cocaína, metacualona y vitaminas que lo dejaban irritable e irracional. En un momento dado, llamó a su sobrino David E. Peckinpah desde el plató y le dijo que Steve McQueen y la empresa Executive Car Leasing Co. estaban conspirando para matarlo.
Parece ser que se propuso a Steve McQueen para interpretar al protagonista y lo desestimó, no sé si de ahí surgió algún problema que llevara a este delirio a Peckinpah.

La droga parecía habitual en el rodaje, ya que Ali MacGraw, que siempre se sentía incómoda frente a la cámara, llegó un día al set demasiado borracha de tequila y drogada de cocaína como para actuar. El incidente la impulsó a dejar las drogas.


El guión original presentaba una comedia de acción, pero cuando se lo presentaron a Peckinpah y lo aceptó (básicamente porque estaba arruinado), tomó el control total y empezó a reescribir gran parte del mismo, transformándolo en esta película de acción, que claramente podría entenderse como una secuela en cuanto a la esencia de la película de Grupo Salvaje, cambiando los caballos por camiones.

El reparto de la película incluye a un ganador del Oscar, Ernest Borgnine, y cinco nominados al Oscar: Kris Kristofferson, Ali MacGraw, Burt Young, Sam Peckinpah y Seymour Cassel.

Borgnine fue uno de esos actores que brilló mucho más en los 70 que en los 50 y los 60. Burt Young, que ya había tenido su primer exitoso papel en la saga Rocky, demuestra que es más que su papel de Poli (Paulie).


Siempre me han gustado las películas de camioneros o de camiones, quizás por su componente de Road Movie principalmente.
Me empezaron a llamar la atención la primera vez que que vi El Diablo Sobre Ruedas (además de algún episodio de El Equipo A o El Coche Fantástico), y también curiosamente por una baraja de cartas de camiones que tenía de pequeño de Heraclio Fournier, con camiones americanos.

Además la película transcurre por carreteras secundarias del Medio Oeste de los Estados Unidos, con todo el encanto que para mi tiene ese paraje, largas rectas, árido, ocre con ligeros toques verdes a veces, rural y básicamente despoblado, un ecosistema que me parece mucho más atractivo y saludable que el de la masificación, contaminación, seres humanos y coches por todas partes, estrés, ruido ...


Si no la habéis visto, os la recomiendo.











Valoración:                        8/10