09 diciembre 2024

Sigue ese coche (1980)

 







A pesar de que en la escala militar el orden dentro de los protagonistas de El Equipo A debería ser Coronel, Capitán, Teniente y Sargento y por tanto Hannibal, Murdock, Fénix y M.A., por orden de importancia en la serie, por trayectoria como actor y porque en la entrada principal de cada episodio lo presentan el segundo, el siguiente del que me puse a ver una película fue de Dirk Benedict (1945).

Fénix era el personaje diferente, el discordante, el que no encajaba en un perfil de ex militares. Mientras Hannibal, Murdoch y M.A. casi siempre llevaban la misma ropa, Fénix siempre iba bien vestido, afrontaba tiroteos en traje y corbata y se cambiaba varias veces de indumentaria a lo largo de un episodio.

Dirk Benedict, al igual que Dwight Schulz estuvo casado con una actriz que participó en un episodio de El Equipo A, curiosamente con una con la que no flirteó en dicho episodio.

Extraña que con su inmejorable presencia (en la versión original su apodo era Faceman en vez de Fénix), no tuviera una buena trayectoria en la gran pantalla, no como George Peppard evidentemente, aunque si que se labró una pequeña filmografía.


Pero esa buena impresión que causaba escondía una infancia difícil. Ya su personaje en la serie hace referencia en varias ocasiones a que había estado en un orfanato de niño, cosa que no le pasó en la realidad, pero si que tuvo un par de acontecimientos impactantes de niño/adolescente.

Perdió permanentemente el 50% de la audición en su oído izquierdo a la edad de 12 años cuando intentó escalar una cerca de alambre de púas mientras portaba un arma presuntamente descargada y estalló junto a su cabeza.

Después de que sus padres se divorciaran, la madre de Dirk consiguió que se emitiera una orden de alejamiento contra su ex marido, prohibiéndole ver a los niños en su propia casa. Cuando Dirk tenía 18 años, su padre violó la orden y le dijo que fuera a pescar con él. La madre de Dirk le había dicho previamente que dijera lo que fuera necesario para librarse de ir con su padre. Harto, su padre irrumpió en la casa, fue asesinado a tiros por su hijo mayor, que también estuvo a punto de dispararle a Dirk cuando siguió a su padre hasta la sala de estar.

De hecho su libro guarda relación con este acontecimiento, por lo menos su título, "Y luego fuimos a pescar: Una historia de paternidad, destino y perdón".

Además, poco después tuvo otro evento adverso, un cáncer de próstata, del que por suerte salió adelante. En 1974, los médicos le recomendaron una operación, pero él afirmó haber curado su cáncer gracias a una dieta macrobiótica recomendada por Gloria Swanson. Ha continuado con esa dieta el resto de su vida.

Igual que George Peppard estaba deseando terminar El Equipo A, Benedict por el contrario lo disfrutó muchísimo, y lo definió como cuatro años de risas, destacando a Dwight Schultz y Mr. T. como tipos divertidos. Parece ser, aunque en la pantalla diera otra sensación que Peppard no lo era tanto, quizás también por la diferencia de edad entre ellos.

Pero el éxito de El Equipo A no parece que fue tal en Estados Unidos. Decía Dirk, que después de El equipo A (1983), nadie le contrataba. "Me asociaban demasiado y era una serie estúpida. A la industria no le gustó. Ninguno de nosotros siguió adelante y tuvo una carrera después de eso: George, Dwight, Mr. T., no éramos muy queridos."


La película comienza con Dirk Benedict conduciendo un descapotable, como si estuviera con su Corvette, en El Equipo A, pero en este caso es un Pontiac Trans Am, entiendo que el modelo anterior al que luego se utilizó para El Coche Fantástico, o un Firebird, no sé si eran el mismo modelo y el Trans Am era un apellido del famoso Firebird.

En los títulos de crédito iniciales, sin casi nombres conocidos, aparece en el apartado de Executive Producer, el gran Roger Corman, fallecido este 2024 a los 98 años de edad, y que es para mí el productor por antonomasía del mundo del cine, con una extensísisma filmografía como Productor difícilmente igualable, creo yo.

Parece ser que esta película estaba proyectada como un episodio piloto para una serie de televisión que luego no llegó a desarrollarse. Aparentemente no tenía muchos alicientes ni a nivel argumental, ni a nivel de reparto.

Así que esta película, anterior a su etapa en El Equipo A, se me queda un tanto insulsa, también influído por la escasa calidad audiovisual de la película que conseguí, y teniendo en cuenta que ya he visto gran parte de la filmografía de Benedict y la mayoría me gustaron más.

Le acompañan en los papeles protagonistas dos cantantes conocidas en Estados Unidos (una de ellas la cantante del grupo Berlin, que también tuvo éxito aquí sobre todo gracias a la canción Take my breath away, incluido en la banda sonora de la película Top Gun), que a su vez interpretan alguna canción a lo largo de la película y además para los espectadores españoles la otra cara conocida es la de Noble Willingham.

Si la comparamos con los episodios de El Equipo A, o con cualquier otra película que mezcle acción y comedia de la época, salvo algunas tomas de conducción, sale bastante mal parada. En líneas generales se queda un poco sosa y los personajes, salvo el que protagoniza Dirk Benedcit carecen de interés y tampoco impresionan a nivel interpretativo.









Valoración:                         5/10











07 diciembre 2024

En busca del avión perdido (1981)

 




Este año se han cumplido 30 años de la muerte de George Peppard, sin duda el mejor actor de El Equipo A, no porque el resto fueran malos, si no porque Peppard era ya bastante conocido y reconocido antes de la serie, y para mi un gran actor.

De hecho después de El Equipo A apenas ya realizó alguna TV Movie y poco más, entre sus últimos trabajos Silencio de Cristal (1989) que ya vi y comenté en este blog y que me tocó la fibra al tratar el tema del cáncer, y en una persona joven.

Tampoco fue el más prolífico de los actores de la serie, pero si el único que puede ser recordado por otros motivos distintos a su papel de Hannibal en El Equipo A, o incluso gente que directamente le conozca por alguno de sus exitosos papeles en la gran pantalla sin necesidad siquiera de haber visto la serie.

Y es que en un breve espacio de tiempo concatenó cuatro grandes interpretanciones en cuatro notables películas que le mantuvieron durante algunos años en el estrellato, a pesar de que luego perdió protagonismo rápidamente (parece ser que tuvo problemas con la bebida durante la década de los 70) hasta que aterrizó en la serie por la que muchos le conocemos.

- Con él llegó el escándalo (1960)
- Desayuno con diamantes (1961)
- La conquista del oeste (1962)
- Los insaciables (1964)

Además fue la elección original para el papel que finalmente interpretó Steve McQueen en Los 7 Magníficos (1960), lo que le hubiera dado un repóker de grandes películas. Curiosamente luego trabajó en Los 7 Magníficos del Espacio (1980).

Aunque su personaje de John Hannibal Smith aparentemente tenía un carácter agradable y bromista, parece ser que Peppard no caía bien en el set de rodaje, ya que discutía y cuestionaba muchas cosas y en alguna ocasión le costó algún papel. Y quizás fuese el motivo de su decadencia o ausencia de papeles importantes a partir de los años 70.


Mirando su filmografía, quitando lo que ya había visto o fuera muy famoso, me llamó la atención ésta, porque echando un vistazo además tenía un aliciente diferente, la elección de Nueva Zelanda como lugar de ambientación y rodaje de la misma.

Un país que a nivel cinematográfico solo está en el mapa gracias a las aportaciones de Peter Jackson, sobre todo por su trilogía de El Señor de los Anillos.
Aunque el productor de esta película, Antony I. Ginnane, debido a las disputas sindicales que le llevaron a trasladar la producción de esta película de Australia a Nueva Zelanda, rodó allí cuatro de sus siguientes cinco películas: Prisoners (1983), En estado de shock (1985), Dead Kids (1981) y La segunda oportunidad (1984), así que tengo material para explorar ... si es que esas películas están en castellano.

Así que estamos ante una película multinacional, que podríamos considerar como británica, americana, australiana y neozelandesa.

Del lado británico, su director David Hemmings, que curiosamente dirigió 9 episodios de El Equipo A, pero que era principalmente actor, y Donald Pleasence, al que podríamos considerar el más protagonista de la película, y que yo recuerde, sería el primer papel protagonista que le veo, siempre secundario de lujo para cualquier película.

Por parte estadounidense, el propio Peppard y el resto de actores principales de la película, Ken Wahl y Lesley Ann Warren.

Por parte australiana ha venido mi sorpresa, que podría ser su guionista Everett De Roche, aunque nacido en Estados Unidos, debió de trabajar casi toda su vida en Australia, donde falleció.
De su cosecha son muchos de los guiones de películas australianas que he ido descubriendo y que tanto me han gustado, como por ejemplo:

- Carretera mortal (1981)
- Razorback (1984)
- El secreto del lago (1986)
- Windrider (1986)


Esta película está basada en un hecho real sobre la desaparición durante la Segunda Guerra Mundial de un avión militar estadounidense DC-3 que transportaba la nómina de la Flota del Pacífico estadounidense y que se estrelló, pero que luego fue encontrado frente a Cabo York, en el norte de Queensland, Australia. El guionista Everett De Roche ha dicho que concibió la película a partir de esta historia, que le había contado uno de sus vecinos en Mount Isa, en Queensland, Australia.

También del lado australiano, la banda sonora, a cargo de Brian May, autor también de varias bandas sonoras de películas australianas destacadas, y que por algunos momentos suena muy parecida a la canción principal de La Gran Evasión.

Y por la parte neozelandesa la ubicación e infraestructuras de la película, todo un placer para el sentido de la vista, y algunos técnicos y actores secundarios.
La película fue la primera coproducción de gran presupuesto de Nueva Zelanda (6 millones de dólares).

La película se hizo en Nueva Zelanda en lugar de Australia debido a una disputa sobre la equidad de los actores australianos. Esto se debió a la negativa a permitir que cuatro actores extranjeros, Ken Wahl (estadounidense), Lesley Ann Warren (estadounidense), Donald Pleasence (británico) y George Peppard (estadounidense) fueran elegidos para los cuatro papeles principales de la película, por lo que no habría ningún actor australiano en ninguno de estos papeles protagonistas. El productor Antony I. Ginnane llevó la producción a Nueva Zelanda y, debido a la mudanza, el director original de la película, Richard Franklin, que trabajaba regularmente con el guionista de la película Everett De Roche, abandonó la película.

Podría haber sido muy de mi gusto, pero tiene cosas que no me han agradado nada.
Empezando por un doblaje pobre, voces que no me sonaban de nada y en especial la de Peppard horrible y nada acorde a él, aunque bueno, si acorde con su papel absurdo en la trama, cosa para la que hay que valer también.

Y luego, otra vez, una mezcla de comedia mala con una aventura buena, y una acción ridícula, muy del estilo Equipo A, donde se gastan cargadores enteros de munición sin que nadie reciba ni un solo balazo.

Luego leyendo he encontrado que esto es lo que se buscaba,  ya que fue concebida originalmente como una aventura cómica al estilo de El mundo está loco, loco, loco, loco (1963).


La película está dedicada al coordinador de lanchas motoras Colin Robinson y a los conductores de lanchas motoras John Rillstone y Bill Clarke , quienes murieron durante el rodaje de las secuencias de lanchas motoras. La dedicatoria incluida en los créditos finales dice: "Esta película está dedicada a John Rillstone y a Bill Clarke y Colin Robinson, quienes perdieron la vida en el río Kawarau, Queenstown, mientras operaban lanchas motoras".









Valoración:                            6/10














06 diciembre 2024

Cuñados (1985)

 




Una de las pocas cosas que he estado viendo en este mes largo convaleciente de mi blog, ha sido volver a visionar la serie completa de El Equipo A, no sé por que vez ya, pero me sé muchos diálogos.

Y pensando me pareció una buena idea buscar una película de cada uno de ellos, aunque voy a empezar por el alma mater de la serie, su creador Stephen J. Cannell.

Y es que para los que sean muy fanáticos de esta serie y todavía tengan en mente su final, donde aparece Stephen J. Cannell escribiendo a máquina y apilando la hoja en un montón de folios, componiendo el logotipo de su productora, posiblemente también el nombre de este creador, productor y guionista les resuene de manera positiva, ya que sin él quizás nunca habría existido El Equipo A, o no como lo conocemos.

Básicamente su trabajo se ciñe a la televisión, de hecho tiene una Estrella en el Paseo de la Fama de la Televisión en Hollywood, y yo he visto muy pocas series (las que he visto casi todas más de una vez) en los ochenta y noventa y no se me había pasado por la cabeza que tuviera algún trabajo en el cine, hasta que el otro día haciendo la ficha de esta película me percaté que aparecía su nombre en los títulos de crédito de la misma.


La película se rodó en pleno rendimiento de El Equipo A, y curiosamente cuando uno empieza a ver la película se pregunta cuanto se parecerá a la serie.

Pues no sé si se parece mucho o no, pero en cuanto empiezan a aparecer los títulos de crédito, a los que estamos familiriazados con ellos, podemos comprobar como muchos de los principales nombres de la famosa serie también están en esta película.

Así empiezan a aparecer Mike Post y Pete Carpenter al frente del departamento de música, Jo Swerling Jr. como supervisor de producción, también me parece ver el nombre de Gary Winter y para completar, uno de los personajes de la película se llama Frank Lupo, la otra pata sobre la que se asentó la serie de El Equipo A.

Además también aparecen algunos actores que aparecieron en algún episodio de la serie, no muchos, pero si el interesante y más conocido John Saxon, Alan Fudge o Daphne Ashbrook, por el contrario las localizaciones utilizadas para la película no me resultaron nada familiares y no me suenan de ningún episodio de la serie.


En cambio los dos actores protagonistas no soy consciente de haberlos visto en ningún episodio de El Equipo A, y tampoco me resultan muy solventes, o quizás el problema sea el concepto de película ...

La película es de las más cortas que he visto, escasamente una hora y diez minutos, y los títulos de crédito, además de por los numerosos profesionales del elenco de El Equipo A, parece que está presentando un episodio de una serie de televisión, básicamente por el hecho de aparecer en los créditos Guest Star.

Y ese Guest Star se le concede a Robert Culp (que tampoco trabajo nunca en la serie), un actor al que no conocía antes de empezar mi blog y al que he visto ya en varias películas. Como ya he dicho en alguna ocasión se me da un aire a otro Robert, Redford, y yendo exclusivamente al parecido físico, en esta película parece una mezcla entre él y Andoni Ferreño.

La otra cara reseñable de la película, que tampoco participó en El Equipo A, aunque aquí con un papel bastante testimonial, es la del por aquel entonces niño Lukas Haas. Esta es su película inmediatamente posterior a su salto a la fama (que luego se quedó en nada) con Único Testigo, junto a Harrison Ford, aunque no sé si rodaron en paralelo o si se había estrenado la primera antes de ésta, Cuñados.


Sea como fuere, los poco más de setenta minutos es de lo mejor de la película, porque realmente es poco interesante, siempre en mi opinión. 

Habitualmente las películas de los ochenta que mezclan acción con comedia suelen funcionar bien, o por lo menos son entretenidas, pero ésta se me queda bastante floja. Ni la parte de comedia es significativa, aunque es escasa, ni la acción es muy destacada, más allá de los momentos en que el camión es protagonista.

Los personajes no levantan ninguna expectativa, ninguno de ellos, y además se desaprovecha totalmente la presencia de Robert Culp con el papel más ridículo de toda la película.









Valoración:                           4/10











05 diciembre 2024

La travesía del Congo (1956)

 




Después de unas semanas con problemas de salud y también atascado mentalmente, que me había hecho tomarme un descanso con mis películas, voy a intentar retomarlo poco a poco, con el aliciente de mis 500 entradas, algo motivante y momento para rendir homenaje a algún actor/actriz.

Me decanté por algo de mi gusto, África, aunque siempre está la posibilidad de que no salga la película que esperabas (como en este caso), o que te sea complicado escribir una mínima e interesante reseña sobre la misma.

El principal problema, o la principal decepción de la película para mi viene de la falta de credibilidad de que la película esté rodada o ambientada siquiera en África, así que una de las primeras cosas que hice nada más terminar de verla fue consultar las localizaciones del rodaje para verificarlo, y efectivamente me confirmó mis sospechas, ya que la película, aunque rodada posiblemente en el sitio más parecido al lugar que intenta simular la película como es Florida (imagino que la zona de los Everglades), fue rodada en Estados Unidos y no en África, no habiendo tampoco escenas de fotografía de África aunque fuera sin los actores en ellas.

Para mi es el detalle más importante y en torno al cual deben girar todos los demás en una película africana. Puedes no tener buenos actores o ni siquiera un argumento brillante pero con una buena localización y un escenario que te transporte allí es como se debe construir una película de éstas.


Así que el director Joseph Pevney lo fió todo en el reparto que seleccionó para la película, encabezado por la siempre intersante Virginia Mayo (la había visto hace poco en un western, Tierra de Violencia, justo su anterior película cronológicamente, y no soy partidario de repetir director, actor, actriz o temática con tan poca frecuencia, pero es lo que tiene haberla elegido sin mirar y sin estar muy espabilado).

Virginia decía que creía que era mejor actriz de lo que la opinión tenía de ella y que no pudo demostrar todo su potencial, achacando que cuando eres una cara bonita enseguida te encasillan o etiquetan con ello y es difícil salirse de ahí.

Pero era una actriz francamente versátil, interpretaba desde westerns o film noirs, habituales de la época, pasando por películas de aventuras, comedias o musicales, especialidad que le gustaba ya que era o había sido bailarina de joven.

Entre sus películas más destacadas podemos encontrar Al Rojo Vivo (1949) o El halcón y la Flecha (1950), siendo por tanto ya una actriz importante en la década de los 40 del pasado siglo.

Además trabajó con muchos actores importantes de la época dorada de Hollywood, como Paul Newman, James Cagney, Alan Ladd, Danny Kaye, Bob Hope, Kirk Douglas, Burt Lancaster, Joel McCrea, Gregory Peck, Clint Walker, Jack Palance o el mismo Ronald Reagan, actor inicialmente y posterior presidente de los EEUU.


Entre los que la acompañaban en el reparto, quizás el nombre más conocido sea el de Peter Lorre, con su característica escasa estatura y sus ojos saltones. Actor nacido en la actual Eslovaquia, principalmente asociado el cine en blanco y negro, especialmente conocido por su papel en Casablanca (1942) y también en El Halcón Maltés (1941), y que ya tuvo un primer papel protagonista en 1931, en la película de culto M, el Vampiro de Düsseldorf, una de las primeras películas sonoras de la historia del cine.

Junto a ellos, pero compartiendo el protagonismo, dos actores relativamente poco conocidos, como George Nader y Michael Pate. Pate y Virginia Mayo eran de 1920 y Nader de 1921, todos coetáneos prácticamente.

Lo que más me llama la atención es la aparente sensación de mayores que transmiten ellos en la película, especialmente Pate (a pesar de que luego vivió hasta los 88 años) cuando apenas contaban 35 años, pero es cierto que en aquella época la gente envejecía más rápido, o por lo menos la sensación es que comparándolo con los tiempos actuales daban más sensación de mayores.

Ninguno de los dos desentona y encajan bien en este tipo de películas. Pate, australiano, tuvo una carrera bastante más prolífica y exitosa, aunque fuera de secundario siempre, con películas como El Gran Houdini (1953), Todos los Hermanos Eran Valientes (1953) o El Cáliz de Plata (1954), donde también trabajó con Virginia Mayo (además de por lo menos también en el western Valle Prohibido (1957)). Además me ha servido para conocer y encontrar otra película africana que desconocía, Tambores de África (1963).


Una película no excesivamente interesante, ni de las destacadas en cuanto a películas ambientadas en África, pero a la que siempre se le pueden encontrar algunas cosas interesantes, conexiones o descubrir actores inéditos para mi y sacar algo provechoso de sus filmografías.









Valoración:                            5/10














26 octubre 2024

El misterio de la jungla negra (1964)

 







Aunque tenía esta película como El Misterio de la Isla, veo que en IMDb tiene oficialmente éste otro título. Sea como fuere, igual que decía en la anterior película, hay palabras que incluídas en el título de la película me suelen seducir a decidirme por ellas, y tanto isla como jungla también están entre ese surtido de palabras.

Estamos ante una película basada en una novela del escritor italiano, veronés para más señas, Emilio Salgari. Todavía tengo en casa un par de libros suyos, que junto con otros tres de Julio Verne, conformaron los primeros libros que nos compraron nuestros padres para intentar introducirnos en el hábito de la lectura.

Un escritor un tanto trágico, tanto a nivel personal como familiar. En 1889 se suicidó el padre de Salgari, y fue el primero de una cadena de suicidios familiares, que incluye el del propio escritor (1911), el de su hijo Romero (1931) y el de su otro hijo Omar (1963).

Los libros que tengo suyos son los más famosos seguramente, Sandokán y El Corsario Negro, los cuales se han llevado en muchas ocasiones a la gran pantalla, con varias películas acerca de dichos personajes, e incluso hasta recuerdo una serie de dibujos animados de Sandokán.


Su temática habitual solían ser este tipo de aventuras, marítimas en muchos casos, y ambientadas principalmente en la zona de La India o alguna también en África, pero siempre en el entorno que entre ambos continentes ocupa el Océano Índico.

Curiosamente vi la película el día que se cumplía el aniversario de la muerte de su director, Luigi Capuano, que llevó varias de estas películas de Emilio Salgari al cine ... o desconozco si alguna no lo era, pero en todo caso, de clara inspiración en sus obras, como 

- La tigresa de los siete mares
- Sansón contra el Corsario Negro
- La venganza de Sandokán
- El leopardo de Sarawak
- El aventurero de tortuga

Que junto con ésta, componen el núcleo central de la filmografía de este director.


Así que me volví a encontrar transportado al siempre fascinante territorio de La India (bueno, fascinante en aquella época, o fascinante fuera de las grandes mega ciudades que ha en el país, absolutamente colapsadas y contaminadas).

En esta película aparece la figura de la Diosa Kali, una de las principales del hinduismo, y la cual conocía de uno de los episodios de mi querida serie de dibujos animados La Vuelta al Mundo de Willy Fog, a su paso por este país.

Si alguien tiene curiosidad por saber algo acerca de esta Diosa, aquí puede hacerlo


La película evidentemente debía tener un presupuesto bajísimo y carece de excesivo interés, sin destacar prácticamente nada de la misma.

Dentro del reparto os podréis encontrar dos caras medio conocidas, como son Guy Madison y Peter Van Eyck, uno de los pocos actores alemanes destacados de la época, aunque con nombre más Neerlandés, y nacido en un territorio que hoy forma parte de Polonia. Si no habéis visto nada de él, os recomiendo que lo hagáis, si hubiera sido contemporáneo nuestro y nos lo encontráramos por la calle, se podría decir instantáneamente que es actor.

Evidentemente este bajo presupuesto se refleja en unas localizaciones exteriores realmente cutres y deficientes, que le pueden hacer pensar a uno que están en cualquier zona cercana y no en La India. La decoración interior es de lo mejor de la película, aunque básicamente queda reducida a un único escenario, y el vestuario no está mal sin ser excesivamente atractivo.

Complementan y añaden algo de interés a la película, algunas escenas de serpientes y otra con una lucha contra un tigre, que en ambos casos si que consiguen transportarte más a La India, siendo dos animales claramente autóctonos.

Creo que la película tiene una conexión con La Secta de los Falsarios que vi hace poco, con la secta de los Thuggees, y con que ambas tratan también acerca del colonialismo británico en el país, aunque parecen dos películas completamente diferentes solamente por las localizaciones, y evidentemente por la diferencia de años que hay desde la realización de una hasta la otra.










Valoración:                            4/10














22 octubre 2024

Dos chicas en la carretera (1992)

 





Hay una serie de palabras en el título de una película que me suelen resultar atrayentes y tener más posibilidades de que las vea, como por ejemplo los dos últimas que vi, con las palabras ruta y valle, y también aquí con la palabra carretera.

Llegué a esta película después de ver un rato de un episodio de El Equipo A, que los reponen a diario en un canal de televisión, a razón de unos cinco por día, y revisando el reparto de ese episodio fui a consultar la filmografía de una de las actrices que aparecía brevemente durante el mismo, y al ver que estaba casado con un director (y que además poco después de ese episodio y la mencionada boda dejó la actuación), indagué a ver que me podía ofrecer él.

El caso es que su nombre, Edward Zwick, me resultaba ligeramente familiar, más allá de que apareciera en algún momento en mi extensa base de datos de películas. Y es que, efectivamente, tiene un par de títulos notorios dentro de su filmografía, como son Leyendas de Pasión (1994), su película inmediatamente posterior a ésta, con un todavía muy joven Brad Pitt, y El Último Samurai (2003), con también un todavía joven Tom Cruise. Una de esas películas que creo recordar haber ido a ver al cine, cuando por aquella época ponía en práctica ese pasatiempo con relativa frecuencia.


Así que esta me hizo imaginarme un aroma a Road Movie, que tanto me gusta, quizás pensando en algo parecido a Thelma y Louise, aunque finalmente teniendo cosas en común, básicamente el hilo conductor de dos chicas en un coche sin un rumbo fijo, tiene un argumentario diferente.

Una de las más notables diferencias es el escenario elegido. La mayor parte de las Road Movies que conozco están ambientadas en el Medio Oeste de los Estados Unidos, en parajes semi desérticos, carreteras secundarias y bares y moteles de carretera solitarios. En cambio en este caso se escoge como ubicación para la historia el extremo noroccidental del país, en el estado de Oregón, con intención de realizar un tránsito hasta Alaska.

Otro detalle curioso y contrario a lo habitual es que habitualmente en este tipo de películas suele estar presente la figura del autoestopista, y que habitualmente suelen ser personajes extraños, mucho en algunas ocasiones, sórdidos o hasta peligrosos, y en cambio aquí es a la inversa, son los autoespistas los que se van topando con diferentes frikis a lo largo de su periplo realizando auto-stop.

Es una película con muchos matices, que van desde la soledad, la melancolía, la esperanza, la sencillez, la mala suerte ... y sobre todo en la resistencia y sobreponerse a las adversidades, desembocando en la virtud de la felicidad de las cosas sencillas, de saber vivir con poco y de saber apreciar la amistad, dar y recibir lo poco que tienes.

Nos enseña a como saber afrontar los problemas y encontrar soluciones, y nos da una lección o nos hace reflexionar de como siempre habrá personas con muchísimos más problemas que nosotros, que se quejan mucho menos y que además de poner al mal tiempo buena cara, buscan y encuentran soluciones o alternativas a dichos problemas.

Problemas que se dan entre las protagonistas y que me lleva también a reflexionar que habitualmente suele haber más problemas de convivencia entre dos personajes femeninos que entre dos masculinos, en la gran pantalla.


Con un reparto de tercera fila, donde para mi solo conocía y de manera bastante efímera a las dos protagonistas, destaca o complementa muy bien esta falta de actores importantes, una banda sonora sin letra, tranquila y relajante, con un tono melancólico o de tristeza (y cuando aparece una canción con letra, lo hace de manera muy tenúe, pero es nada más y nada menos que la formidable Wicked Game de Chris Isaak), que me hizo recordar una de las películas de corte Road Movie con mejor banda sonora que he escuchado últimamente, como es Tierra Prometida, con unos todavía poco conocidos Kiefer Sutherland y Meg Ryan.

Me sorprendió y me agradó, por mis valores, educación y creencias, que la película se cierre con una oración de gracias, que en principio no pegaba nada con el perfil de los personajes protagonistas, pero que finaliza esa historia de adversidades de una manera tierna y muy humana, reflejando que a pesar de esos enormes problemas y sufrimientos, soledad, falta de trabajo, dinero ..., no hay que dejar de dar gracias y estar alegre por las personas que te rodean y por lo fantástico que es vivir aún sin reunir las condiciones idóneas que a todos nos gustarían.










Valoración:                              6/10















18 octubre 2024

El valle del fugitivo (1969)

 






Parece que siempre iba a ser jóven Robert Redford, pero ya ha cumplido 88 años, y aunque hay actores todavía mayores que él, algunos rozando la centena, está entre los actores vivos más veteranos.

Aunque también tiene una faceta de director y como organizador del famoso festival de cine de Sundance (al que bautizó con el nombre de su personaje en la película Dos Hombres y un Destino o Butch Cassidy y The Sundance Kid), y aunque lleva ya bastante tiempo semi retirado, todos le seguimos teniendo muy presente por varias de sus películas, muchas de ellas un éxito, y por tanto uno de esos actores que no necesitaban tener una filmografía muy extensa porque cualquiera de sus películas triunfaba en las taquillas, o videoclubs por aquella época.

Cada uno seguramente le asociaremos a una serie de películas, o tendremos unas películas favoritas suyas por delante de otras. Yo, por ejemplo, le asocio principalmente a su pareja cinematográfica formada con Paul Newman, y por tanto a sus películas Dos Hombres y un Destino y El Golpe (la mejor para mi), y también como obras muy representativa suyas a Las Aventuras de Jeremías Johnson y a Memorias de África, que no se si alguna vez he llegado a ver entera, pero que en mi opinión tiene una de las canciones de cine más bonitas que conozco.

Al igual que su querido amigo Paul Newman , ambos hombres tuvieron hijos primogénitos llamados Scott que fallecieron antes que sus padres.

No le gusta ver sus propias películas. La única película en la que quedó completamente satisfecho con su propia actuación fue El Golpe (1973).

Junto con Warren Beatty, Clint Eastwood, Mel Gibson, Richard Attenborough y Kevin Costner, una de las seis personas que han ganado un premio Oscar al mejor director, aunque son principalmente conocidos como actores.

Ha aparecido en siete películas dirigidas por Sydney Pollack: 

- Propiedad condenada (1966) 
- Las aventuras de Jeremiah Johnson (1972) 
- Tal como éramos (1973) 
- Los tres días del cóndor (1975) 
- El jinete eléctrico (1979) 
- Memorias de África (1985) 
- Habana (1990)


Por no hablar mucho más de él y hacerlo un poco más de la película, decir que no fue un actor encajonado en un perfil de personaje típico, y que abarcó papeles de comedia, como dramáticos, románticos, de aventuras y de westerns como aquí.

Como aquí ... en una película que no pasó ni pasará a la historia, bastante floja en mi opinión, tanto dentro del propio género del western, como analizándola en líneas generales.


Podría decirse que estamos ante un western tardío, no crepuscular, pero si ya un tanto decadente, sin ninguna de las características habituales de los grandes éxitos de este género, buscando un toque de distinción con otros aspectos que difícilmente consigue.

Alejada del estado, en mi opinión, por antonomasia protagonista del western, como es Arizona, aquí se escoge como localización California, lo que implicaba la expansión hacia el oeste como el desastre que fue para los nativos americanos. Se sitúa en una especie de valle o de paraje que en algún momento puede parecer interesante, pero que se explota muy fugazmente, salvo al final que aparecen unos curisosos Joshua Trees, árboles muy característicos del estado californiano (de hecho hay un parque nacional con este nombre), y que pegan muy bien además de los cactus en una película del oeste.

Además la persecución no es nada emocionante y el principal argumento de la película es la tormentosa relación entre dos indios, pero no indios con plumas y pinturas como se pensaría, si no más bien ya indios semi mestizos, con bastante parecido a los blancos.

Tampoco el reparto que acompaña a Redford en esta película es un gran aliciente para verla. Cuenta con algunos nombres conocidos, como Katharine Ross, esposa de un actor que me gusta, como es Sam Elliot, y que ya compartió escena con Redford en Dos Hombres y un Destino. Además dos caras curiosas, John Vernon, al que acabo de ver en un episodio de El Equipo A y que compartió trabajo con Clint Eastwood en El Fuera de la Ley, y Susan Clark, que aunque esté poco reconocible, para los que éramos niños en los 80, interpretaba a la madre adoptiva de Webster.

Se trata de una película que se esfuerza demasiado por ser digna, convencida de que transmite un mensaje profundo sobre la culpabilidad de los hombres blancos que colonizaron el Oeste americano a expensas de los indios nativos americanos.

La conclusión es que cada escena es dolorosamente lenta en llegar al desenlace, por lo que la película parece mucho más larga que una hora y treinta y seis minutos. Ya que antes lo he nombrado, podríamos decir que se trata de un western pálido.









Valoración:                           5/10













16 octubre 2024

Ruta hacia el pánico (1975)

 






Habitualmente las películas cuyo título comienza por Ruta, o tienen incluida esa palabra en el título suelen ser de mi agrado o por lo menos suelen estar entre las prioritarias para ver, ya que siempre las asocio a Road Movies o desplazamientos en coche por parajes bucólicos, solitarios y bonitos que encajan perfectamente con mis gustos. Aunque esta vez la ruta fue principalmente en barco, a pesar de que el trepidante y emocionante comienzo si que es un accidentado trayecto en automóvil.

Realmente la película está basada en una novela del mismo nombre (Journey into fear), y no es la primera que se basó en ella, ya que hay otra película de 1943, que no he visto, con Orson Welles y Joseph Cotten, cuyo título aquí fue Estambul, que también está basada en dicha novela.

Se dice que esta novela influyó posteriormente en la que escribió Ian Fleming Desde Rusia con Amor, que en el cine fue una de las películas de la saga de James Bond.

Además de este aliciente otras cosas que me llamaron la atención para verla fueron que se trataba de una película de los setenta mezcla de misterio, intriga, aventura, acción, que suelen ser interesantes y uno de los géneros característicos de esa década, y además que poseía un reparto bastante decente y a la vez era una película totalmente desconocida.

Ya una vez comenzada la película, me encontré con otro aliciente, aunque fue bastante efímero, y es que la película comienza ambientada en Turquía, cosa que ahora mismo, de memoria, no recuerdo en otras películas, aunque rápidamente la acción se traslada principalmente a la travesía de un barco por el Mediterráneo, pasando por Grecia y llegando a su destino en Génova, una ciudad que conozco y siempre me gusta ver el contraste de como eran algunos sitios y ciudades muchos años antes, y básicamente como la acción del hombre los ha convertido en asfalto, ladrillos y coches.


Dentro de ese reparto decente, para mi, sobresalían por encima del resto Vincent Price y Donald Pleasence. El primero fue uno de ese gran triunvirato, junto a Peter Cushing y Christopher Lee, que tomaron el testigo de los Boris Karloff y Bela Lugosi y que coparon el cine de terror desde la década de los 50 hasta entrada la de los 70. Aquí por lo tanto lo vemos fuera de su hábitat habitual, pero con una actuación siempre notable, reforzada por una voz de doblaje sublime, y con la sorpresa del notable envejecimiento, facial especialmente, que tenía con respecto a sus películas de miedo, pese a no ser muy mayor todavía.

El otro actor destacado para mi, es ese gran secundario como es Donald Pleasence, también bastante ligado al cine de terror, casi nunca protagonista de una película, con personajes muchas veces ridículos, desconcertantes o de personas que no parecen muy cuerdas, y uno de los actores que recuerdo que más veces muere en la gran pantalla, con un secundario pero notable y muy recordado papel en la magnífica película La Gran Evasión.

Especialmente por estos dos actores te puedes convencer para ver la película, simplemente porque sabes que uno de ellos (o tal vez incluso ambos) representará a un villano formidable.

Entre los veteranos, por ahí también se cuela Shelley Winters, mientras que los papeles protagonistas y de los jóvenes del reparto recayeron sobre un poco destacado Sam Waterston y la guapa Yvette Mimieux.

Él, venía de trabajar en El Gran Gatsby, posiblemente el mejor título de su filmografía, aunque no recayera en él el papel protagonista de dicha película. Gran amigo de Bruce Lee, trabajó en cuatro películas de Woody Allen e interpretó cinco veces a presidentes de los Estados Unidos en la gran pantalla, especialmente a Abraham Lincoln, en tres ocasiones. Ha aparecido en dos películas nominada al Óscar a mejor película, Los gritos del silencio (1984) y Hannah y sus hermanas (1986).

Yvette Mimieux me era totalmente desconocida hasta que la vi en la notable y recomendable La celda de la violación, junto a Tommy Lee Jones, y donde deja bien a las claras que no solo era actriz por su físico. A pesar de que muy joven había participado en El tiempo en sus manos (1960), que juraría que he visto, y haber estado casada con un director importante como Stanley Donen es bastante anónima entre el público en general.

Con ese nombre suena poco a estadounidense, pero es de esos actores/actrices que tienen un árbol genealógico desperdigado por medio mundo. Su padre nació en Londres, aunque su abuelo paterno era francés y su abuela materna alemana, mientras que su madre nació en México.


De todas maneras como buen viaje en barco, o por lo menos en mi caso, te marea. La película es confusa por momentos, más allá de que sea una película de misterio o intriga, pero no queda muy claro el motivo por el que se persigue y se quiere asesinar al protagonista y cuando se desliza ligeramente o se intuye no resulta nada emocionante.

Así que lo mejor de la película son los actores, el doblaje y algunos de los parajes que aparecen durante la película, y la trama, a mi modo de ver queda aprobada por los pelos o incluso en suspenso.

A pesar de que los primeros minutos son de los más interesantes que he visto desde hace tiempo, luego la película languidece, se vuelve poco creíble y poco interesante.

Y es aquí donde, para finalizar, se podría hablar de las películas basadas en libros que quedan muy por debajo del libro, o que realmente son libros que no dan para trasladar al cine. No es que tenga yo un gran bagaje como lector y menos de películas que luego se hayan llevado al cine, pero mi sensación es que habitualmente si has leído el libro luego te suele decepcionar la película basada en el mismo.










Valoración:                            5/10












09 octubre 2024

La lectora (1988)

 




Una persona importante y valiosa en mi vida ahora mismo, me hizo retomar el hábtio de la lectura que tenía olvidado hace mucho, así que esta película me pareció una buena forma de darle las gracias anónimamente.

Después de que me contara los libros que se iba leyendo, decidí que era momento de quitar tiempo a otras actividades y dedicarle un rato a la lectura, que aunque muchas veces y a mucha gente le pueda parecer aburrido, realmente es algo enriquecedor, por ejemplo ayudando a enriquecer la mente o para liberar la imaginación.

Cuando empecé a trabajar allá por 2002, siendo un chaval, los trayectos en tren hasta el trabajo me llevaban más de una hora, así que un poco por imitación, me empecé a comprar libros para ir leyendo durante el trayecto de ida y vuelta al trabajo ... siempre que el sueño y el cansancio me lo permitiera.

Además no empecé por libros pequeños, ya que recuerdo libros de hasta 1000 páginas, y de aquella época guardo buen recuerdo de Los Pilares de la Tierra, La Ciudad de los Prodigios o Las Cenizas de Ángela.

Esta persona y yo tuvimos vidas relativamente paralelas, coincidimos en una clase en el último año de instituto, pero nunca llegamos a hablar, y luego empezamos de manera relativamente parecida nuestras carreras laborales y con ésta misma actividad durante nuestros trayectos. Además estuvimos trabajando muy cerca en varias ocasiones sin ni siquiera saberlo.

Eso sí, mi afición por la lectura se terminó rápido, y es que los viajes al trabajo se me hacían muy pesados, y en 2005 me compré un coche y por tanto se acabaron los libros, mientras ella siguió con su buen hábito y lo ha conservado hasta día de hoy.

Así que cuando por fin la conocí, además de darme cuenta de que era una gran persona me hizo concienciarme en recuperar la lectura.

Y así cuando conseguí esta película me pareció una bonita forma de celebrar lo afortunado que me siento de conocerla.


Aunque la película como tal no se parezca en mucho al concepto de lector, en silencio y en soledad habitualmente, y nos introduce la original idea de una persona que se dedica a la lectura en voz alta y para otras personas haciendo de ello una profesión ... imaginaria evidentemente, porque no conozco que en realidad haya un trabajo así.

No me importó mucho que se tratara de una película francesa, totalmente desconocida para mi, sin ni siquiera algún actor que me sonara, y es que últimamente le he cogido gusto y valoro las películas de otros países, más allá de las más habituales americanas y británicas, y teniendo especial afición por las australianas, las italianas, y ahora también las francesas, que me han demostrado con variedad de estilos y calidad de las mismas que son perfectamente visionables.

Hay varios detalles de la película, más allá de la impresión general, que me han gustado de la película.

- Uno de ellos, bastante despercibido para alguien que no sea francés, que me ha gustado especialmente de la película, es la localización de la misma. Rápidamente me di cuenta de que yo había estado allí, y que estaba casi seguro que era la ciudad de Arlés. Más por el entorno del río Ródano, que por su famoso anfiteatro (o arénes en francés), que salen muy de refilón en alguna escena de la película.

- Otro fue la diferente música de la película. Igual si no te fijas al principio, en los títulos de crédito, luego no eres capaz de darte cuenta, pero en los créditos pone a Ludwig Van Beethoven como el autor de la misma. Esa música da una sensación de libertad y felicidad impresionante.

- Y esa bonita y diferente música, junto con las callejuelas en las que se rueda, desiertas de gente, que me recuerdan un poco al lugar de rodaje de la serie del duende Pumuky (aunque sea a muchos kilómetros de distancia un sitio de otro), es el tercer detalle que me pareció bastante agradable y acertado.


Por lo demás la película, que en líneas generales debería ser una comedia (aunque tiene calificación R, que entiendo que en aquella época significaba Restrigida, supongo que a menores de 18 años), mezcla adecuada y acertadamente, pasajes con tintes dramáticos, cómicos, absurdos y hasta picantes o eróticos para rematar un buen producto, muy bien valorado en IMDb por lo que veo

Es una película bastante inteligente y poética, con diálogos brillantes y secuencias ingeniosas en las que el placer de las palabras se une al placer de las imágenes.

A mi sin apasionarme, me ha gustado por su originalidad y frescura, aunque me parezca un poco rompecabezas, y por esa historia inicial que os he contado, que me ha llevado a verla y comentarla como agradecimiento a una persona, y que posiblemente sin ella no habría reparado ni dado la oportunidad hasta película.

Además lo que evoca la historia, que no deja de ser una ayuda a personas desfavorecidas principalmente, también representa una de las actividades que intentamos llevar a cabo esta persona, yo y otro grupo de gente, de ir a visitar a gente mayor, enferma o sola, aunque no sea para leerles, si para acompañarles un rato e intentar que por un momento la vida sea diferente, más amable y bondadosa.

La lectura debe conservarse en una sociedad en la que los libros ocupan un lugar cada vez menos importante.

Probablemente no sea para todo el mundo, pero si te gusta una película sutil, suavemente divertida, culta y poco convencional, entonces dale una oportunidad.









Valoración:                              6/10













01 octubre 2024

Convoy (1978)

 





El otro día fallecía el actor Kris Kristofferson, a los 88 años de edad. Era un actor que había tenido un buen envejecimiento y siempre parecía más jóven de lo que era, sobre todo en su vejez, con lo cual quizás no parecía que le fuera a llegar su hora, y más teniendo en cuenta que todavía hay actores vivos nacidos en la década de los 20 del siglo pasado, pero evidentemente ya tenía una edad respetable.

Y realmente por lo que cuenta ha sido como un milagro llegar a esa edad:

"Debería haber muerto muchas veces. Debería haber muerto por la forma en que solía volar helicópteros de ataque. Debería haber muerto cuando sufrí numerosas conmociones cerebrales por jugar al fútbol. Debería haber muerto cuando seguí boxeando incluso después de haber perdido la memoria. Están tratando de arrancarte la cabeza por el amor de Dios. He volcado autos muchas veces, he estado borracho en una motocicleta demasiadas veces. Es vergonzoso ahora, sentado aquí, sabiendo que diste por sentado todas las cosas buenas, que no aprecié mi vida un poco más."

No era un actor que me gustase mucho de joven, le veía un tono arrogante y prepotente que no me apasionaban, aunque luego lo interpreté como un tío rebelde o mejor renegado, como característica de sus personajes, amén de que vi alguna película suya que tampoco me gustó, principalmente algún western crepuscular atemporal ... hasta que vi por primera vez esta película, Convoy, hará unos 12 años o así, y cambio mi perspectiva sobre él, y también cuando vi el gran parecido y paralelismo relativo que guardaba con un actor que me gustó mucho como Charles Bronson, creo que incluso compartiendo voz de doblaje ocasionalmente, factor que contribuye a encontrar esas analogías.

Realmente, aunque aquí sea un detalle más desconocido, Kristofferson era casi tan músico como actor, quizás porque su estilo, la música country (está incluido en el salón de la fama de este estilo musical), no tenga muchos seguidores por aquí. Comenzó en el negocio de la música aterrizando un helicóptero en el patio trasero de la vivienda de Johnny Cash y presentándole una canción que había escrito. Cash luego grabó la canción.

Al mundo de la actuación llegó tarde, casi cercano a los 40 años, sin haber recibido nunca una lección de actuación. Antes había estado bastante tiempo dedicado al ejército. Fue capitán de los Rangers de este cuerpo y estuvo a punto de llegar a Mayor. Se presentó voluntario para ser piloto de helicóptero en Vietnam pero no le aceptaron.

Antes, bbtuvo un doctorado en literatura en Oxford, período durante el cual realizó trabajos de construcción, entre otros.


Sus abuelos paternos eran suecos. Su madre tenía ascendencia inglesa, escocesa-irlandesa, alemana, suizo-alemana y holandesa, aunque en una entrevista que hizo antes de su concierto en Finlandia, contó que su ascendencia original es finlandesa.

Era un fanático del fitness durante la mayor parte de su vida, entrenó rigurosamente hasta mediados de los años 90, corriendo once kilómetros por día, haciendo ejercicio en un saco de boxeo, en una máquina de remo y nadando.

También fue un hábil boxeador y jugador de rugby y fútbol hasta que una serie de lesiones graves lo obligaron a abandonar. Luego también practicó con asiduidad el golf.

Una gran variedad de actividades y muchas muy diferentes entre sí, como doctorarse en literatura y ser miembro del ejército. En este aspecto, dijo en su momento "Crecí en una época en la que la gente creía en el deber, el honor y la patria. Mis abuelos eran oficiales. Mi padre era general de la Fuerza Aérea. Mi hermano y yo estábamos en el ejército. Siempre me he sentido identificado con los soldados; creo que es posible apoyar al guerrero y estar en contra de la guerra".

Fue uno de los muchos nombres que se barajaron para el papel potencial de John Rambo en Acorralado (1982). Algunos productores esperaban que despertara el interés del amigo de Kristofferson, Sam Peckinpah. Aunque no hubiera sido una mala alternativa, está claro que no podría nunca igualar a Stallone en ese papel. También llegó a sonar como candidato al personaje de Superman.


Entiendo que esta es una película más conocida, aunque no recuerde haberla visto en canales de televisión españoles, creo que es una película de culto y cualquiera con inquietud o intereses parecidos a los míos la puede haber visto, pero es la que asocio irremisiblemente a la figura de Kristofferson, aunque quizás fuera más adecuada Ha Nacido Una Estrella, que además de ser una película trata sobre la música y se vería reflejado por partida doble su profesión.

Esta película está dirigida por un director bastante reputado, Sam Peckinpah, básicamente por una película, Grupo Salvaje (donde también trabajó Ernest Borgnine), un western ya tardío y con un enfoque diferente al habitual. Aunque realmente su película más taquillera es ésta, Convoy (Como curiosidad, la película fue un éxito en la Unión Soviética ya que mostraba una rebelión de la clase trabajadora contra un gobierno corrupto).

Aquí contó como ayudante de producción con James Coburn, para obtener su credencial de director de cine. Kris Kristofferson era buen amigo personal de ambos, de hecho ya había trabajado dos veces a las órdenes de Peckinpah, en Pat Garrett y Billy El Niño y en Quiero la Cabeza de Alfredo García, que le vió en su primer papel en Cisco Pike - La Policía y la Droga y le eligió para sus siguientes películas.

Sam Peckinpah consumía grandes cantidades de cocaína, metacualona y vitaminas que lo dejaban irritable e irracional. En un momento dado, llamó a su sobrino David E. Peckinpah desde el plató y le dijo que Steve McQueen y la empresa Executive Car Leasing Co. estaban conspirando para matarlo.
Parece ser que se propuso a Steve McQueen para interpretar al protagonista y lo desestimó, no sé si de ahí surgió algún problema que llevara a este delirio a Peckinpah.

La droga parecía habitual en el rodaje, ya que Ali MacGraw, que siempre se sentía incómoda frente a la cámara, llegó un día al set demasiado borracha de tequila y drogada de cocaína como para actuar. El incidente la impulsó a dejar las drogas.


El guión original presentaba una comedia de acción, pero cuando se lo presentaron a Peckinpah y lo aceptó (básicamente porque estaba arruinado), tomó el control total y empezó a reescribir gran parte del mismo, transformándolo en esta película de acción, que claramente podría entenderse como una secuela en cuanto a la esencia de la película de Grupo Salvaje, cambiando los caballos por camiones.

El reparto de la película incluye a un ganador del Oscar, Ernest Borgnine, y cinco nominados al Oscar: Kris Kristofferson, Ali MacGraw, Burt Young, Sam Peckinpah y Seymour Cassel.

Borgnine fue uno de esos actores que brilló mucho más en los 70 que en los 50 y los 60. Burt Young, que ya había tenido su primer exitoso papel en la saga Rocky, demuestra que es más que su papel de Poli (Paulie).


Siempre me han gustado las películas de camioneros o de camiones, quizás por su componente de Road Movie principalmente.
Me empezaron a llamar la atención la primera vez que que vi El Diablo Sobre Ruedas (además de algún episodio de El Equipo A o El Coche Fantástico), y también curiosamente por una baraja de cartas de camiones que tenía de pequeño de Heraclio Fournier, con camiones americanos.

Además la película transcurre por carreteras secundarias del Medio Oeste de los Estados Unidos, con todo el encanto que para mi tiene ese paraje, largas rectas, árido, ocre con ligeros toques verdes a veces, rural y básicamente despoblado, un ecosistema que me parece mucho más atractivo y saludable que el de la masificación, contaminación, seres humanos y coches por todas partes, estrés, ruido ...


Si no la habéis visto, os la recomiendo.











Valoración:                        8/10