El otro día fallecía el actor holandés Rutger Hauer.
Seguramente si lo comento con mis amigos me dirán que quien es ese, otros le conocerán de oídas o sabrán que trabajó en Blade Runner, otros incluso le pueden conocer de Carretera al infierno y para otros será un gran actor, posiblemente el máximo exponente del cine holandés junto a Paul Verhoeven, uno como actor y el otro como director, e incluso junto a ellos quizás Jeroen Krabbé puede ser el secundario holandés más conocido, y también trabaja aquí.
Empezó colaborando con Verhoeven a finales de los 70 y aunque a partir del año 85 se rompió esa colaboración, ambos consiguieron traspasar esa frontera del cine holandés y saltar a Hollywood, Hauer reconocido mundialmente por Blade Runner y Verhoeven por Instinto Básico (también por Robocop y Desafío total).
A pesar de su aspecto y sus papeles habituales de malo, participaba en muchas labores sociales, como una fundación contra el SIDA y ayudaba y promocionaba a Greenpeace.
Además tenía aficiones curiosas, como diseñar camiones o el motociclismo, la cual se ve reflejada en esta película, de hecho durante el rodaje de Sangre de Héroes hizo una escapada por el desierto australiano que reflejaba su pasión y a la vez le ayudaba para el rodaje.
A pesar de llamarle en algún sitios el Paul Newman holandés, sus papeles derivaron príncipalmente hacia villanos o tipos duros en películas de acción, incluso estuvo a punto de protagonizar películas muy conocidas de este género como Robocop o Arma Letal.
Además su fallecimiento me ha servido para descubrir esta película y el cine holandés. Igual que ya le había dado unas cuantas oportunidades al cine australiano, gustándome, aquí también he descubierto una gran película con muchos matices.
Una película, que salvando las distancias se parece mucho a películas ochenteras americanas, pero ésta es anterior.
Con una historia en torno a jóvenes, sus aventuras, desventuras y desdichas, aunque con más tono dramático y menos comedia que las películas americanas, pero tocando muchos temas, juventud, deporte, futuro, tradiciones, familia ... y con una alta importancia de la homosexualidad y con muchos desnudos masculinos, sorprendentes en general y más para aquella época.
Pero como en muchas películas de los 80 siempre hay un toque o un enlace con la tragedia que la verdad que es impactante.
Uno de los actores protagonistas, que interpreta al prometedor piloto que podría competir o reemplazar al personaje de Rutger Hauer, finalmente acaba suicidándose en la ficción ... y en la realidad, lo cual te deja muy frío, con 27 años, con toda la vida por delante y después de una buena interpretación, que desenlace, como si hubiera interiorizado tanto el papel que estaba interpretando.
Tenía pensado y espero hacerlo en breve, ver la película Un amor de verano, y precisamente este actor tiene un pequeño papel en ella, me resultó curiosa la coincidencia.
Valoración: 7/10
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