30 enero 2025

Siete noches en Japón (1976)

 






Termino este viaje cinematográfico por Asia, en el extremo oriental del continente, en al archipiélago de Japón, con una película que me encontré por casualidad en mi colección y que es justo lo que buscaba, con otro argumento que no fuera el bélico y de otra década posterior.

Una película totalmente desconocida, donde quizás el nombre que más suene de la producción sea el de su director Lewis Gilbert, longevo director británico, fallecido en 2018 a los 98 años y que obtuvo en su carrera una nominación al Óscar, a mejor película por Alfie en 1967.

Un director que ya había ambientado previamente una película en Japón, concretamente una de James Bond, Sólo se vive dos veces (1967), y curiosamente su anterior película es esta que comento también empezó por Siete en su traducción al Español, Siete hombres al amanecer (1975), que además contaron con el mismo director de fotografía, el francés Henri Decae. Y además otra titulada El séptimo amanecer (1964), parece que el siete era su número de la suerte.

Seguramente sea el director que más veces ha dirigido al famoso agente británico 007, ya que además de en Sólo se vive dos veces, los hizo en La espía que me amó (1977) y Moonraker (1979).

Como digo una película no de corte bélico, si no centrada en la Aristocracia británica visitando el país del sol naciente. Este tipo de películas pueden resultar aburridas e incluso tediosas, cuando se centran en rodajes de interior exclusivamente, y se centran en protocolos y ambientes totalmente desconocidos y de escaso interés para el público general, pero aquí se nos hace un bonito recorrido por algunos lugares del país nipón, como el Buda Sentado de Kamakura en el preámbulo de la película, o el Monte Fuji y el Templo de Oro de Kyoto durante el desarrollo de la misma.

Sorprende que en un país tremendamente sobrepoblado (en la película dicen que Tokio tiene 11 millones de habitantes ya en 1976), el director conjuga muy bien el rodaje en ciudad como en zona más despoblada, encontrando lugares dignos de meditación, muy propia en Japón, y dotando a la película de un ambiente tranquilo, apacible y melancólico.


Más allá del cine producido en el país, con Akira Kurosawa como máximo referente, la sensación es que se ha utilizado poco la localización de Japón para realizar películas, tal vez por costes de producción, igual rodar íntegramente allí, como sucedió con esta película es relativamente costoso.

Así que se aprovecharon pasajes históricos, especialmente la Segunda Guerra Mundial para ambientar alguna película en este país asiático.

Y en este caso se utiliza una visita británica a Japón, países enfrentados en la Guerra, pero aparentemente sin mucha conexión entre si.

De la película se dijo que el personaje del príncipe George (Michael York) representa al rey Carlos III (por aquella época príncipe). Time Out dijo que el personaje era "obviamente Charles, aunque se llamaba George".

También se valoró y se hizo una comparación con un clásico como Vacaciones en Roma, diciendo que fue "una actualización libre de Vacaciones en Roma (1953)", pero no acabo de ver tanta conexión entre ambas.


Se trata de un agradable recorrido turístico por Japón con una trama poco interesante, ligeramente romántica sin ser empalagosa, cursi sin ser detestable, y una subtrama bastante tonta que implica un intento de asesinato absurdamente llevado a cabo.

Así que contrastes, hay cosas positivas y cosas negativas, pero no es una película que quieras dejar de ver, especialmente si nunca has estado en Japón y tienes curiosidad por este país y su cultura.










Valoración:                            5/10













25 enero 2025

El diablo de las aguas turbias (1954)

 





Continué viaje por África, y al no poder ver una película que me apetecía mucho, Los Misterios de Angkor (1960), (creí que la tenía en castellano, pero era en francés, y posiblemente no se haya doblado al español), puse ya rumbo a China desde la anterior parada en La India, y aunque estuve dudando en ver ésta o Shanghai Suprise (1986), con Sean Penn y Madonna, (también podía haber visto Corredor hacia China (1957), del mismo director, Samuel Fuller, pero la descarté por ser en blanco y negro), finalmente para continuar la senda de películas antiguas me decanté por ésta y se rompió la racha de películas interesantes.

El argumento más habitual de las películas americanas ambientadas en China o Japón es mayoritariamente la Segunda Guerra Mundial, por tanto películas del género bélico, con bastante presencia naval en las mismas.

De niño me gustaban este tipo de películas bélicas y de submarinos, me sentaba con mi padre y mi hermano a verlas y me parecían apasionantes, además de una alternativa a los westerns que acaparaban casi toda la cuota de pantalla, o por lo menos lo que mi padre le gustaba ver.

Luego según fui creciendo se me fueron haciendo pesadas, hasta el punto de dejarlas de ver completamente, y haber estado muchos años sin ver una, más allá de otras películas con un submarino como protagonista pero no esencialmente bélicas y tampoco ambientadas en la Segunda Guerra Mundial, como La Isla Misteriosa (1973), La Grieta (1990) o la muy famosa película de Steven Seagal, Alerta Máxima (1992).

Pero la película, de lo que recuerdo, no me ha resultado nada novedosa, siendo la única novedad el que hacía mucho tiempo que no veía una película de este género.

Aquí una lista de películas sobre submarinos



Además, aunque las dos últimas películas de esta gira que estoy haciendo por Asia estaban rodadas en España principalmente, se percibía o uno se podía imaginar que estaba físicamente en el lugar en el que se ambientaban, Afganistán y La India, aquí ni rodaje ni ambientación que hiciera a uno pensar que estaba en aguas del Mar de la China.

Y ese es el principal problema que me hizo dejar de ver este tipo de películas, el hecho de que el rodaje se ciñiera exlusivamente al interior de un submarino y poco más.

Pero a ésta, más allá de que tampoco tenía miradas otras alternativas de película ambientada en China, le había visto un posible aliciente, al leer la descripción que había dejado en IMDb otro usuario que ya la había visto:

"Un equipo científico contrata a un exoficial de la Armada para encontrar una base secreta en una isla atómica china y evitar un complot comunista contra Estados Unidos que podría desencadenar la Tercera Guerra Mundial."

Me hizo pensar que una isla, y por tanto vegetación y naturaleza tendría su peso en la película y por tanto aportaría una novedad a las películas bélicas de submarinos, pero nada más allá de la realidad, la supuesta isla se visita muy tarde, con nocturnidad y hasta parece un decorado en cualquier sitio aleatorio.

Además al parecer también parte de las imágenes subacuáticas se tomaron de otra u otras películas de submarinos anteriores.

Una de las muchas películas bélicas que se hicieron en torno a la Segunda Guerra Mundial, que no es excesivamente mala, ni excesivamente buena, pero que tampoco aportó nada diferente. Era muy fácil coger a una de las estrellas de la época, en este caso Richard Widmark, preferentemente que no hubiera hecho ninguna película parecida, y construir en torno a él otra sin mucho más objetivo que hacer un película bélica con ese actor, dando por hecho que el tirón del actor, la Segunda Guerra Mundial y ese género de cine iban a ser garantía de éxito, y no siempre era así.

Creo que el mayor problema, independientemente de no ser una película excelente ni con gran presupuesto, es la presencia innecesaria de una mujer en una película en la que no encaja nada y que refleja la necesidad de muchos cineastas de meter a la fuerza un interés amoroso en los lugares más sórdidos, que rara vez funciona, y esta vez tampoco.

Seguramente una película solo para los muy admiradores de Richard Widmark, o del también renombrado director Samuel Fuller, que por momentos se puede convertir en un aburrimiento torturante, y a la que quizás el novedoso CinemaScope y el Technicolor salvaron de un resultado todavía peor.

Pero con todo y con eso, la película consiguió una nominación a los Óscar, en la categoría de mejores efectos especiales.









Valoración:                         5/10












22 enero 2025

La india en llamas (1959)

 





Proseguí con mi viaje por Asia, haciendo mi siguiente parada en La India, ese país que se ve fascinante desde fuera pero que igual sobre el terreno no lo es tanto.

Dentro de Asia, La India sea posiblemente junto con Japón, el país donde más películas se han ambientado. Las de La India principalmente con dos hilos argumentales, aventuras variadas o películas coloniales británicas.

Y que mejor que recorrer La India en tren, lo cual me retrotrae a dos eventos que también lo hacen. Los documentales, de los que tanto me gusta disfrutar y degustar, y que en alguna ocasión he visto alguno cruzando La India en tren, y mi admirada serie de dibujos animados de la infancia, La Vuelta al Mundo de Willy Fog, donde sus personajes también recorrían el país asiático en tren, dentro también de la época colonial británica.

Pero para hacer el recorrido en tren que nos propone la película no hace falta viajar hasta La India, ya que, como en la anterior película, el director J. Lee Thompson también eligió España para el rodaje de esta película.

Y es algo que me ha sorprendido, porque si que estoy familiarizado con que muchos Spaghetti Westerns se vinieran a rodar a Almería y alguna que otra superproducción también lo hiciera en la Sierra del Guadarrama, pero desconocía estas dos películas, que además están ambientadas en Asia, cuando realmente España y Asia no tienen mucho parecido orográfico.


Así que los habitantes de la comarca de Guadix pudieron disfrutar del rodaje de esta película e incluso participar como extras en la misma. 

La famosa secuencia del viaducto de la película se rodó en el Puente Anchurón, situado en Fonelas, Granada.
El antiguo ferrocarril que se ve en la película está abandonado y ya no se utiliza. Originalmente, el ferrocarril atravesaba la parte norte de Sierra Nevada, la cadena montañosa de la región de las provincias españolas de Granada y Almería.

Pero es un ferrocarril famoso en el cine, ya que se ha utilizado en algunas películas más como Sol rojo (1971), La leyenda de un valiente (1967) y Siete pistolas para los Mac Gregor (1966).

John Lee Thompson es un clásico del cine de aventuras, un director británico, que más allá del maestro Alfred Hitchcock, se instaló entre la élite de los directores de este género. Era un director extremadamente competente y confiable, reconocido y respetado por los productores por terminar sus películas a tiempo y dentro del presupuesto asignado.

Siempre lo asocio a películas en las que los protagonistas son Gregory Peck o Charles Bronson.

En total dirigió a Charles Bronson hasta en 9 películas y a Gregory Peck en 4, aunque quizás éstas más notables. Además también dirigió con asiduidad a Anthony Quayle, 5 veces, Herbert Lom, 5, Anthony Quinn, 3 y David Niven, 3.

Gregory Peck dijo una vez que sólo había cuatro directores en quienes podía confiar para que le dijeran si estaba fingiendo o no su actuación: Alfred Hitchcock, George Cukor, William Wyler y Thompson, lo que era darle el estatus más alto junto a tres grandes maestros del cine.

Fue el director elegido por Charles Bronson para algunas de sus películas. A Bronson le gustaba su método de filmación rápido y sin florituras.

El Oro de McKenna (1969) y Los Cañones de Navarone (1961) son dos de mis películas favoritas.


De esos actores habituales, el único que trabaja en esta película es el checo Herbert Lom. Supongo que el actor más importante de este país, sumido en el comunismo cuando la industria cinematográfica despegaba, y que una vez se estableció principalmente en Hollywood, desde un país como Checoslovaquia o posteriormente la República Checa o Eslovaquia, era difícil trascender del cine nacional y llegar a la meca del cine.

Lom está aquí fantástico, como en alguna otra película que le he visto, complementando un tanto anónimo reparto (y más para lo que suelen ser las películas de Thompson), encabezado por Lauren Bacall, que aunque sea un nombre importante en el mundo del cine, lo es más por ser la mujer de Humprey Bogart. 

Bogart le sacaba 25 años, y además murió relativamente joven, con lo que Bacall quedó viuda a la edad de 32 años (se dice que poco después anunció su compromiso con Frank Sinatra, pero finalmente no se rubricó. Posteriormente se casó con Jason Robards). 

Bogart había fallecido recientemente durante esta película y digamos que marca la última película de Bacall de su época de esplendor, ya que después de ella se casó y tuvo a su tercer hijo y su carrera adquirió un carácter mucho más discontinuo, sin grandes películas ni papeles e intercalando trabajo en cine con trabajo en televisión.

Si soléis consultar la web IMDb, fijaros que tiene el segundo ID de nombre más bajo (https://www.imdb.com/name/nm0000002/bio/?ref_=nm_ov_bio_sm), justo después de Fred Astaire y justo antes de Brigitte Bardot.


DVD Talk dijo de esta película que "... tiene mucho en común con La diligencia (1939) de John Ford en el sentido de que es esencialmente una historia de una mezcla heterogénea de anglosajones confinados en un vagón de tren, corriendo a través de una llanura india tratando de evadir a salvajes sedientos de sangre. Puede ser una reelaboración descarada de La diligencia (1939), ya que la historia original fue coescrita por el hijo de John Ford (I), Patrick Ford, y el esposo de Maureen O'Hara, Will Price . El guión final fue adaptado de un guión del guionista Frank S. Nugent, el escritor de 11 películas de Ford".

Una película bastante subestimada e ignorada, con muy buenos argumentos para sentarse a verla, a pesar de sus más de dos horas (aunque hay una versión más corta, de hecho la que yo vi tuvo muchos momentos sin doblaje), como la notable dirección, el argumento singular o la pintoresca fotografía, más allá de la actuación de todos los pasajeros del tren es notable, a pesar del semi anonimato de algunos de los actores.

¡Pasajeros al tren!










Valoración:                          7/10












17 enero 2025

Orgullo de estirpe (1971)

 





Recuerdo que hará unos 20 años, cuando ya trabajaba y podía permitirme caprichos, y empezaba a interesarme por esto del cine, compré una serie de películas en DVD, unas 20 o así y las compartí en la primera página de cine que me registré.

Cuando compartí ésta, recuerdo que uno de los administradores de la web dijo "que poca aceptación ha tenido para ser un Frankenheimer", y yo le añadí, si, con dos grandes actores además. Y todavía a día de hoy, basándome en los escasos votos que tiene en IMDb parece ser una película muy desconocida.

El caso es que habían pasado casi esos 20 años y no la había visto (como tantas muchas, lástima que no pueda ver en vida todas las películas que me gustaría), y me pareció que tenía una importante conexión con la anterior que había visto como para concatenarla.


Y es que hay muchísimas películas ambientadas en África, también en Asia, pero más centradas sobre todo en La India en mayor medida y luego en China o Japón, pero películas centradas en Afganistán es difícil de encontrar. Evidentemente la única que se me viene a la cabeza es Rambo III, donde además, como en ésta, se muestra el allí habitual deporte del Buzkashi.

Así que después de estar en Troya, actual Turquía, en mi última película puse rumbo un poco más al este y realicé esta parada en Afganistán, además con un caballo también con un rol bastante protagonista.

Sin ser uno de los directores punteros, John Frankenheimer si que tiene títulos importantes como El hombre de Alcatraz (1962), El mensajero del miedo (1962) o Grand Prix (1966).

Aquí se vino a rodar a España esta película, se nota rápidamente en los primeros parajes que eso parece el sistema central de Madrid, al igual que luego también es fácilmente reconocible el Desierto de Tabernas en Almería. Recientemente había visto también suya, Una estación ardiente. Aunque también hay pasajes que parecen claramente afganos, con la Cordillera del Pamir.

Contó con la colaboración del famoso novelista y guionista Dalton Trumbo que llegó a ganar dos premios Óscar, y que aquí adaptó la novela The Horsemen. Aunque Frankenheimer trabajó mucho en la película, más de dos años, finalmente vio como le recortaron su obra que se iba a casi las tres horas de duración.


Evidentemente actores afganos conocidos no hay, y a quien más le pegaba el papel protagonista era sin duda al egipcio Omar Sharif, sin duda el máximo exponente del cine egipcio, un país que con tanta población tiene escasos personajes famosos. A Sharif, haciendo una analogía, lo comparo con su compatriota Mohamed Salah, una superestrella del fútbol, y casi el único futbolista importante a nivel internacional.

Sahrif quizás no fue una superestrella, pero su filmografía está salpicada por algunas películas sobresalientes, especialmente Lawrence de Arabia (1962), por la que recibió su única nominación al Óscar, como actor de reparto y Doctor Zhivago (1965). Pero hay más, para mi especialmente quizás su única incursión en el western en El oro de Mackenna (1969), una de mis películas favoritas de siempre y de las que más veces haya visto, Gengis Khan (1965), El último valle (1971) o interpretando al célebre Capitán Nemo en La isla misteriosa (1973).

Seguramente no sea el mejor papel de Sharif, encorsetado por las limitaciones de su personaje, que lo hacen sombrío y previsible.

A su lado, haciendo de padre aunque solo se llevaran 13 años en realidad, un Jack Palance en un papel menos habitual en él. Siempre he dicho que me parece uno de los mejores malos de la historia del cine, en Barrabás por ejemplo me parece sobresaliente, pero que aquí se transforma en un sosegado y comprensivo padre que deja el papel de más expresividad y actividad a su hijo.

El papel de Palance estuvo a punto de ir a parar a Anthony Quinn, que lo habría hecho tan bien o mejor que el propio Palance, y que luego tuvo un papel en otra película con cierto parecido como Caravanas, que me gustó tanto o más que ésta.

No sé si a Leigh Taylor-Young la había visto en alguna ocasión (quizás en Admiradora Secreta), pero con su aparición aquí me ha parecido una de las actrices más guapas que he visto. No obstante estuvo casada con Ryan O'Neal, que fue durante tiempo considerado uno de los hombres más atractivos.

Lo que en este caso no acompaña tanto a estos buenos actores son sus voces de doblaje, por lo menos en esta versión que yo tenía, que se dobló en 1988, ya que como muestra El doblaje, oficialmente hay un doblaje de cines cuando se estrenó, en el que interviene entre otros el mítico Constantino Romero.


Acompañan y compensan ese doblaje alternativo, una fotografía interesante, sacando provecho tanto a las localizaciones afganas como a las españolas, mezclando tomas terrestres con aéreas (se definía a Frankenheimer como un innovador en los ángulos de rodaje), y mostrando lugares rurales y áridos de paz y majestuosidad, culminados con algún atardecer muy pintoresco. Y además una banda sonora ligera y discreta, que no interrumpe ni perturba el desarrollo de la película pero que envuelve muy bien a la película en las fases que suena.

Frankenheimer nos ofrece el viaje de un afgano, lleno de adversidades, a través de la accidentada orografía de sus país y también a través de sus características, orgullo, vanidad, soberbia, tenacidad, soledad, fracaso, autodestrucción, código de honor ... las cuales podemos evaluar a lo largo de la película y sacar conclusiones de las mismas.

Un viaje también a la belleza y la tradición de un país montañoso y sin salida al mar, aislado y dejado al margen de la corriente principal de la civilización.

Quizás el mensaje que más resuene al final sea las implicaciones y las consecuencias de querer ganar a toda costa, y el orgullo de no querer reconocer que uno se puede equivocar.









Valoración:                            7/10












15 enero 2025

La guerra de Troya (1961)

 




Si ya es difícil conseguir que la gente vea películas antiguas, que decir ya de libros antiguos, pero yo creo que sería una buena inversión dedicarle tiempo a lecturas clásicas, como La Ilíada y La Odisea de Homero, o La Eneida de Virgilio, donde se pueden leer los famosos acontecimientos de la Guerra de Troya, no sé hasta que punto realidad o mito.

El caso es que viendo una serie documental (los documentales, sobre todo de geografía, cada vez me gustan más), situó al protagonista en la ciudad actual más próxima a la antigua Troya, en la costa occidental de Turquía.

Y además ojeando el contenido del disco duro que tenía conectado en ese momento, el más antiguo de todos los que tengo, pude comprobar que estaba lleno de películas clásicas o antiguas, y entre ellas, además de la más famosa Helena de Troya, me encontré con ésta.


Es posible que la gente relativamente joven conozca la versión de 2004, Troya, que reunió un buen elenco de actores famosos y jóvenes en ese momento, como Brad Pitt, Eric Bana, Orlando Bloom o Sean Bean, otros ya más mayores o con cierta inquietud por el cine más allá de los estrenos de cartelera puede que conozcan también Helena de Troya (1955), de Robert Wise, con Stanley Baker, una jovencísima Brigitte Bardot y Rossana Podestà en el papel de Helena, y supongo que ya muy pocos conocerán esta tercera versión con Steve Reeves como único actor importante del reparto.

Esta trilogía que comento sobre la guerra de la guerra de Troya, me recuerda también a otra con cierto parecido en cuanto al conocimiento de las mismas. Me refiero a la del famoso accidente de avión del equipo de rugby uruguayo en la cordillera de Los Andes, de la que seguro la inmensa mayoría conocerán la versión que recientemente se hizo en España, La Sociedad de la Nieve (2023), algunos o quizás bastantes porque es más moderna, conozcan también la película ¡Viven! (1993), con Ethan Hawk al frente del reparto, y muy pocos, ni siquiera yo, se hayan parado a ver la pionera sobre esta historia Supervivientes de los Andes (1976), de René Cardona.

Lo cual me lleva al origen de mi blog y a como me decidí por darle una oportunidad a películas que no se han publicitado, que no se han estrenado en el cine o que no se han pasado por televisión, o que aún teniendo actores muy conocidos son antiguas o desconocidas y la gente las ignora por completo, en cambio sucumben rápidamente a la tentación cuando es un estreno, o hay un reclamo notable en forma de actor y de actriz, aunque se trata de un remake de otra película anterior.

Yo me estoy dejando por ver películas muy populares, empezando porque hace tiempo dejé de ir al cine y prácticamente de ver películas hechas en el siglo XXI, pero también otras del siglo XX que sean tremendamente populares y que casi todo el mundo conozca. A veces incluso veo repetida parte de una película que haya visto varias veces antes que algunas que por su enorme popularidad no podría escribir en el blog porque no aportaría seguramente nada que no esté ya dicho o escrito y por tanto decido dar la oportunidad a todas estas que voy comentando y que además te brindan la posibilidad de vez en cuando de sorprenderte con una joya desconocida.


Evidentemente la historia ya es conocida por cualquiera que haya visto la película y no aporta muchas cosas diferentes en el relato, pero si que lo hace desde el punto de vista del protagonista de la misma, que en esta película no es ni Helena, ni Paris, ni Héctor (que directamente ha muerto antes de empezar la película), ni Aquiles, ni Agamenón ... el protagonismo cae sobre el guerrero troyano Eneas, que encarna el actor más conocido del reparto, Steve Reeves, uno de los famosos forzudos de finales de los cincuenta y la década de los sesenta (que encarnó diferentes papeles de personajes con mucha fuerza, especilamente Hércules), en este tipo de películas del género Peplum.

Creo que Steve Reeves  fue el actor forzudo más famoso de la época, por delante de otros como Ed Fury, Gordon Scott o Mark Forest. La vida laboral como actor de Reeves fue ligada al período de vida también de este género Peplum, donde trabajó en algunas de las más importantes, principalmente películas italianas, como Hércules o Rómulo y Remo, siendo su última película en 1968 con solo 24 títulos de crédito en su filmografía.

Para aprovechar el éxito de la película Ulises de Kirk Douglas, Pietro Francisci planeó hacer una película sobre Hércules, pero buscó sin éxito durante años un actor físicamente convincente y con experiencia. Su hija vio al culturista estadounidense Steve Reeves en la película estadounidense Athena (1954, de Richard Thorpe) y lo contrató para interpretar a Hércules en 1957, cuando se rodó la película. (Reeves cobró 10.000 dólares por protagonizar la película).

Se puede decir que el período dorado de este subgénero cinematográfico comprende entre los años 1958 y 1965.

Esta también es una película italiana (aunque parece ser que se rodó en Belgrado, Serbia), quizás no de escaso presupuesto pero no comparable al de las otras dos versiones de la guerra de Troya, y para los que hayáis visto Helena de Troya, evidentemente sale perdiendo en la comparación, pero también tiene cosas interesantes, como el escenario elegido para la ciudad de Troya y el Caballo para tratarse de 1961.

En la parte menos positiva el anonimato de algunos personajes importantes en la epopeya o sobre todo las escenas de lucha, en las cuales se movilizaron a muchos extras o figurantes, pero que no se plasma en sensación bélica real, y además acaparan buena parte de la película.


A los amantes de los 80, os encontraréis con voces de doblaje familiares, y es que aunque es de 1961, la película, según El Doblaje, se dobló en 1983.

Quizás no deja de ser un peplum más, ya que está hecha en pleno apogeo del género, pero yo personalmente prefiero esta versión a la exagerada versión de 2004, que parece casi ciencia ficción más que otra cosa.

Los caballos salvajes de mi última película, dieron paso a un solo caballo, inanimado, y pacífico externamente, que ha sido de los más famosos de la historia.









Valoración:                           6/10













10 enero 2025

Caballos Salvajes (1973)

 





Aunque los directores de cine son mucho menos conocidos que los actores, hay algunos nombres que rápidamente los puedes asociar con un género especialmente o con alguna de sus películas, aunque no es sencillo adivinar ágilmente el director de muchas películas.

Y de John Sturges, los aficionados al western o al cine de los 50 y 60 les será fácil asociarlo al género del western en general y en particular especialmente a Los Siete Magníficos (1960) y La Gran Evasión (1963), aunque tiene otro puñado de películas notables para mi, como

- Fort Bravo (1953)
- El Sexto Fugitivo (1956)
- Duelo de Titanes (1957)
- Desafío en la Ciudad Muerta (1958)
- El Último Tren de Gun Hill (1959)
- Estación Polar Cebra (1968)
- Joe Kidd (1972)


De todas maneras, parece ser que no acabó la película y fue reemplazado por el italiano Duilio Coletti, y es en esta parte final de la película donde se encuentran pifias, que posiblemente sea difícil de detectar, pero que son detalles de falta de experiencia en este género o de terminar una película de manera precipitada.

En ésta, su antepenúltima película (y su último western), en la que el protagonista es Charles Bronson, al que ya dirigió en Los Siete Magníficos y La Gran Evasión (también en otras dos menos conocidas El Caso O'Hara (1951) y Cuando Hierve la Sangre (1959)), parece que algo no encaja, con esos dos puntales estamos ante una película prácticamente desconocida, aunque es cierto que ya es un año tardío para una película clásica de western.

Cuando empiezan a aparecer los títulos de crédito y luego con las primeras imágenes se confirma el por qué, y es que aunque uno no se imaginaría a John Sturges y Charles Bronson haciendo un Spaghetti Western, pues realmente se trata de uno, quizás no tan parecido a los clásicos de Clint Eastwood, pero evidentemente se nota que no estamos en Arizona o Utah y que no tiene el mismo encanto que las películas rodadas en estos territorios, y aunque se intenta ambientar la película en Nuevo Méjico, el rodaje se realizó en la cuna del Spaghetti Western, Almería.

Además con el colofón en los títulos de crédito de Guido y Maurizio de Angelis en la banda sonora, unos muy prolíficos autores italianos, especialmente asociados a las películas de Bud Spencer y Terence Hill.

Realmente es una coproducción entre Italia, España y Francia, aunque los roles más importantes son extranjeros, los estadounidenses Sturges y Bronson y la británica Ireland. Italia puso al productor Dino de Laurentis (también Sturges es productor en esta película), y bastantes secundarios y roles del backstage, mientras que España principalmente aporta el escenario de la película, así como actores secundarios (parece ser que los actores caracterizados como indios eran gitanos autóctonos españoles), mientras que Francia aporta a uno de los secundarios más importantes.


El complemento de Charles Bronson lo aportan Jill Ireland y un imberbe Vincent Van Patten. Ireland era en ese momento la mujer de Bronson, con la que trabajó en varias películas (irónicamente decía que aparecía en tantas películas con Bronson porque ningún otro quería trabajar con él). Antes de estar casada con él lo había estado con otro actor importante como David McCallum, curiosamente sus dos maridos trabajaron juntos en La Gran Evasión.

Tuvo hasta cinco hijos, con lo cual priorizó su papel de madre y su familia a su carrera de actriz. Además también uno adoptado que falleció de una sobredosis en 1989. Ella por desgracia tampoco gozó en buena salud, y le diagnosticaron un cáncer de mama en 1984, y aunque batalló contra él, finalmente le arrebató la vida prematuramente con 54 años.

Vincent Van Patten, a pesar de este escaparate no logró hacer una carrera exitosa en el cine, y quizás su mayor logro fue estar casado con una de las atractivas actrices de los años 80, como Betsy Russell.


Aunque la película está basada en un libro, que evidentemente no me he leído, hay dos características poco comunes en el género western que están bien introducidas y desarrolladas, como es la presencia infantil muy poco habitual y el del ganado caballar, también poco frecuente, a pesar de que los caballos sean un elemento imprescindible en un western.

Estos dos detalles diferenciadores compensan la escasa calidad de los secundarios o el escenario principal elegido como localización, además con pocas ubicaciones alternativas. No obstante se ven algunas praderas y algún cañón interesante que no desmerecen algunos escenarios de westerns americanos y el ecosistema elegido para el rodaje va cogiendo empaque con el paso de la película y genera un lugar interesante.

Bronson, uno de esos tipos duros de toda la vida, a caballo entre el western y la acción, se mantenía en perfecta forma pasados los 50 años, al estilo de otros como Clint Eastwood o Kris Kristofferson, y su potente presencia es un argumento suficiente para sentarse tranquilamente a ver la película.

Una bonita historia de aquellos que quieren vivir solos y aislados de la sociedad y de como los terratenientes o grandes tenedores llegan hasta el mismo confín del mundo para atormentar a estas personas y no dejarles cumplir su ideal de vida.









Valoración:                          6/10













08 enero 2025

La última ola (1977)

 




Estos días recordé que uno de los actores que el año pasado también había cumplido 90 años y además hacía mucho que no veía una película suya era Richard Chamberlain.

Luego cambié de idea y pensé que los primeros siempre en dar la bienvenida al año nuevo son los australianos (entiendo que técnicamente los neozelandeses, pero básicamente lo mismo o puede que compartan uso horario con la costa este de Australia), así que pensé que la primera película en ver en este 2025 tenía que ser australiana.

Y luego buscando una película australiana para ver, me encontré que ésta aunaba las dos ideas que se me habían pasado por la cabeza y era la ideal para inaugurar el año cinéfilo.

Aunque evidentemente no me parecía la más atractiva, o no la más parecida a ese buen número de películas australianas rurales que he ido viendo estos años, aunque también he visto alguna urbana interesante como Conexión Sidney (1990).


Un Richard Chamberlain al que antes confundía con Richard Attenborough, pensando además que ambos eran británicos cuando no es así, y cuando físicamente no se parecen nada y tampoco en sus papeles habituales hay ningún parecido.

Siempre lo suelo asociar a sus papeles protagonistas en las películas de aventuras Las Minas del Rey Salomón (1985) y Alain Quattermain y la Ciudad Perdida del Oro (1986), ésta porque era la carátula de muchas tarjetas en un juego que tenía de niño que se llamaba Movies y en el que se trataba de adivinar películas.

Aunque también interviene en dos de las películas más significativas de catástrofes de la década de los setenta, las dos que a mi más me gustan, como son El Coloso en Llamas (1974) y El Enjambre (1978), la enorme cantidad de estrellas en esas dos películas, con hasta 10 o más actores que eran o habían sido estrellas o eran muy conocidos y por lo tanto él no destacaba y pasaba un poco desapercibido, no tanto en El Coloso en Llamas pero si algo más en El Enjambre.

Se le llegó a conocer por el Rey de las Miniseries, y es que otros le asociaran a su papel en alguna de éstas, principalmente quizás en El Pájaro Espino (1983), de la que luego posteriormente se hizo una película también en la que intervino.

También intervino en las adaptaciones de las tres novelas de Alejandro Dumas sobre los mosqueteros, Los tres mosqueteros: Los diamantes de la reina (1973), Los cuatro mosqueteros: La venganza de Milady (1974) y El regreso de los mosqueteros (1989).

Nacido en ese lugar tan cinematográfico como es Beverly Hills, aunque estuvo una buena etapa de su  vida en Honolulú, Hawaii, especialmente dedicándose a la pintura de paisaje marinos especialmente extraños, regresó a California en busca de trabajo, ya que sus características, ya era mayor y homosexual (dato que conozco ahora), no invitaban a vivir alejado del epicentro cinematográfico ya que tenía muchas posibilidades de ser ignorado y caer en el olvido. 


Aquí, uno de los más exitosos directores australianos, Peter Weir, todavía en sus inicios atrajo la figura de un actor extranjero para una película australiana, como he visto en alguna más, aunque es más habitual que sean actores autóctonos los protagonistas, y más en esa década de los setenta donde entiendo que el cine australiano estaba bastante en pañales, ya que todavía no se había hecho la, posiblemente, película más exitosa e influyente del cine de este país, como es Mad Max (1979).

Y es que Peter Weir ha estado nominado hasta en 6 ocasiones para el premio Óscar, cuatro como director, una como productor y otra como guionista.

Posiblemente su éxito comenzó con El Año que Vivimos Peligrosamente (1982), con Mel Gibson y Sigourney Weaver, para luego encadenar casi un éxito en cada película que dirigía, y así llegaron

- Único testigo (1985)
- La Costa de los Mosquitos (1986)
- El Club de los Poetas Muertos (1989)
- Matrimonio de Conveniencia (1990)
- Sin miedo a la vida (1993)
- El Show de Truman (1998)
- Master & Commander (2003)


Antes de elegir a Richard Chamberlain para el papel principal, se barajaron dos actores australianos, pero uno fue rechazado y el otro no estaba disponible. Se hizo una lista de seis actores que tenían reconocimiento internacional. Se envió a Chamberlain el guión que le pareció interesante, pero al principio se mostró cauteloso a la hora de hacer una película en un país extranjero y con un director con el que no estaba familiarizado. Peter Weir visitó a Chamberlain en el Broadway Theatre, donde protagonizaba La Noche de la Iguana, y los dos congeniaron. A continuación, se proyectó a Chamberlain la película anterior de Weir, Picnic en Hanging Rock (1975), que aún no se había exhibido en los Estados Unidos, a Chamberlain le gustó la película y poco después fue contratado.

Weir era natural de Sidney, donde se ambienta la película, pero se tuvo que recurrir a la ciudad de Adelaida, que se convirtió en el doble de la de Sídney. Durante la producción, Sídney sufrió duras condiciones climáticas con fuertes lluvias constantes. Irónicamente, ese clima tuvo que ser recreado en Adelaida, que estaba soleada y agradable durante el rodaje.

Las condiciones climáticas oscuras, tormentosas y lluviosas se crearon mediante máquinas de viento y mangueras gigantes, estas últimas accionadas desde varios camiones de bomberos.


Pero la película me ha resultado un tanto pesada y difícil de digerir por momentos. Aunque el comienzo me hacía ilusionar y pensar en otra película rural interesante por la ubicación elegida, y es un comienzo francamente interesante, y aunque la película también tenga alguna conexión o parecido con otra, para mi, gran película australiana como es El Secreto del Lago (1986), rápidamente la película olvida ese comienzo rural y se sumerge en el mundo aborígen australiano, cosa bastante diferencial y novedosa para mi, y que debería ser un buen aliciente, pero que a la postre se convierte en algo desfavorable.

Y es que aunque la palabra aborígen de por sí debería concordar con mis gustos y deparar una película de mi agrado, y la palabra aborígen sugiere ir acompañado de rural, formando un binomio que me debería entusiasmar, la película tránsita por la oscuridad e incomprensibilidad de la cultura más profunda de esta tribu, adentrándose en la brujería y en la magia negro y componiendo un lienzo complejo de entender por momentos, basado en culturas, ritos y justicia ancestral pero a su vez entremezclado con sueños y la conexión con una persona ajena a ellos.

No por ello deja de tener buenos momentos de misterio, sobre todo al principio en, para mi la parte más interesante, pero luego no me gusta hacia donde se dirige y creo que al final la película, siguiendo el hilo argumental de la misma, se ahoga en tanta precipitación acumulada.

De fondo resuena un mensaje de crítica hacia el arrinconamiento y casi extinción de los aborígenes, pero hay que abstraerse para sacarlo, ya que la película más bien ofrece una imagen negativa de los habitantes nativos de Australia.


Podríamos decir que La Última Ola no está, para mi, en la cresta de la ola de películas australianas, pero si que formó parte de una ola de películas intersantes.










Valoración:                         5/10













31 diciembre 2024

Nos dejaron en 2024

 
Finaliza este 2024 y, como otros años, me gustaría recordar a algunas personas del mundo del cine que nos han dejado a lo largo del mismo y que en algún momento me han hecho pasar algún buen rato como directores/productores, o con sus interpretaciones en películas y/o series. Es una lista personal, cada uno tendrá la suya con los que más echará de menos y le gustaría homenajear.






4 de enero

Glynis Johns (1923-2024)



Poco después de convertirse en centernaria, esta actriz sudafricana especialmente conocida por su papel de madre en Mary Poppins, y que llegó a estar nominada para un Óscar, nos dejaba a principios de año.








4 de enero

David Soul (1943-2024)



Interpretó a Hutch en la exitosa serie de los años 70, Starsky & Hutch.







11 de enero

Lynne Marta (1945-2024)



No especialmente conocida, pero flirteó con Clint Eastwood en la gran pantalla con el único papel femenino reseñable de Joe Kidd.







20 de enero

Norman Jewison (1926-2024)



Importante director y productor, con hasta siete candidaturas al Óscar. Entre sus películas más destacadas como director En el calor de la noche (1967), El violinista en el tejado (1971) o Hechizo de luna (1987).







1 de febrero

Carl Weathers (1948-2024)



Figura notable tanto del género Blaxplotation como del de acción, con un papel muy importante en la saga Rocky y también en Depredador.







2 de febrero

Don Murray (1929-2024)



Buen secundario que llegó a ser nominado en una ocasión al Óscar a mejor actor de reparto.







15 de febrero

Gérard Barray (1931-2024)



Le descubrí este año cuando vi Scheherezade, y descubrí que se había casado y afincado en España, donde falleció este año. En los años 60 trabajó en buenas películas de aventuras.







29 de febrero

Paolo Taviani (1931-2024)



Junto a su hermano Vittorio fue responsable de alguna película interesante, como La Noche de San Lorenzo o Good Morning Babilonia







10 de marzo

Percy Adlon (1935-2024)



Director independiente alemán, con un notable título en su haber, Bagdad Café.







19 de marzo

M. Emmet Walsh (1935-2024)



Secundario con mayúsculas, que siempre pareció mayor y a la vez inmortal, hasta que nos dejó con 89 años. Entre las películas notables en las que trabajó (235), Blade Runner. Seguramente os lo encontréis en cualquier película que os pongáis a ver.







29 de marzo

Louis Gossett Jr. (1936-2024)



Evidentemente todos le recordamos por su papel junto a Richard Gere en Oficial y Caballero, trabajo que le valió un Óscar a mejor actor secundario.







31 de marzo

Barbara Rush (1927-2004)

Interesante actriz, no de primer nivel pero cerca, que trabajó en algunas películas importantes y que llegó a estar casada con Jeffrey Hunter.







10 de abril

O.J. Simpson (1947-2024)



El polémico ex jugador de fútbol americano reconvertido a actor, fue más famoso por su condena por asesinato, pero no obstante logró hacerse un hueco en el séptimo arte.







21 de abril

Ángel Aranda (1934-2024)



Dentro del panorama español uno de los que nos ha dejado es este actor malagueño. Seguramente desconocido para muchos, pero en los años 50 y 60 se labró un hueco dentro del mundo del Peplum, a nivel internacional, con trabajos en películas como El Coloso de Rodas.







28 de abril

Zack Norman (1940-2024)



Para mi, mítico su papel en uno de los espisodios dobles de El Equipo A, en los que interpretaba a un mafioso siciliano.







9 de mayo

Roger Corman (1926-2024)



Para mi un mito del cine, nos dejaba con 98 años, y nada más y nada menos que la increíble cifra de 494 títulos de crédito en su faceta como productor, y también algunas películas en su faceta de director.







25 de mayo

Richard M. Sherman (1928-2024)



Destacada persona de la composición y las Bandas Sonoras, con una amplia lista de películas en su filmografía y algunos éxitos como Mary Poppins








2 de junio 

Janis Paige (1922-2024)



Pasaba por ser una de las actrices vivas más longevas, con 101 años. Quizás poco conocida porque sus películas más importantes son de la década de los 40 del siglo XX.







3 de junio

William Russell (1924-2024)



A punto de cumplir los 100 años nos dejaba el, seguramente, último actor más o menos importante de La Gran Evasión que quedaba con vida.







11 de junio

Tony Lo Bianco (1936-2024)



Buen actor secundario, con alguna película importante en su haber, como Contra el imperio de la droga.







13 de junio

Benji Gregory (1978-2024)



Triste pérdida, porque era muy jóven, la del niño de la familia que acogió al entrañable Alf. El tercer actor de la serie que muere en poco tiempo.







18 de junio

Anouk Aimée (1932-2024)



Notable actriz francesa, nominada para un Óscar por Un hombre y una mujer, casada con otro buen actor como Albert Finney y protagonista de otra importante película como Fellini 8 1/2







20 de junio

Donald Sutherland (1935-2024)



Una de las grandes pérdidas de este 2024. Notable actor, con muchas películas interesantes y padre de otro interesante actor como su hijo Kiefer.







25 de junio

Bill Cobbs (1934-2024)



Prolífico actor afroamericano, que no debutó hasta los 40 años, y luego casi llegó a los 200 créditos. He visto varias películas suyas como Profetas de la carretera o Demolition Man.







5 de julio

Arlen Dean Snyder (1933-2024)



No un actor muy conocido, pero su cara es claramente asociable a la del compañero de Clint Eastwood en la mítica El Sargento de Hierro.







11 de julio

Shelley Duvall (1949-2024)



Con un papel de protagonista en una película como El Resplandor, no hace falta mucho más para convertirse en célebre.







13 de julio

Shannen Doherty (1971-2024)



Seguramente un icono de muchos chicos de mi generación que veían Sensación de Vivir, yo no lo hice. Tuvo que luchar durante muchos años contra las enfermedades y finalmente murió joven.







23 de julio

Teresa Gimpera (1936-2024)



Actriz española con algún trabajo internacional prestigioso como en Las Petroleras, junto a Brigitte Bardot y Claudia Cardinale.







5 de agosto 

John Aprea (1941-2024)



Buen secundario que trabajó en Bullit o El Padrino II, y al que yo recuerdo de un siempre interesante episodio de El Equipo A.







14 de agosto

Gena Rowlands (1930-2024)



Actriz secundaria que estuvo casada con John Cassavetes, y que consiguió nada menos que dos nominaciones al Óscar. No he visto mucho de ella, pero este año si que la vi en Invierno en Primavera.







18 de agosto

Alain Delon (1935-2024)



Uno de los actores más atractivos de todos los tiempos, al que tardé en empezar a darle oportunidades, pero me he encontrado con películas suyas francamente interesantes. Otra grandísima pérdida.







21 de agosto

John Amos (1939-2024)



Otro notable actor secundario, con algún papel interesante, para mi, el más recordado el del jefe de policía en la cárcel de Encerrado.







9 de septiembre

James Earl Jones (1931-2024)



Notable actor, nominado una vez al Óscar, se labró una carrera larga y exitosa. Para mi su papel más representativo será el de Conan, el Bárbaro.







11 de septiembre

Chad McQueen (1960-2024)



Hijo del mítico Steve McQueen, su momento más importante en el cine hay que buscarlo en la saga de Karate Kid.







26 de septiembre

John Ashton (1948-2024)



Actor secundario no muy conocido, pero si que tuvo un papel importante en la saga de Superdetective en Hollywood, y además un papel gracioso en un episodio de El Equipo A.







27 de septiembre

Maggie Smith (1934-2024)



Aunque igual no es muy conocida para el gran público, no ganó uno, sino dos premios Óscar, y acumuló cuatro nominaciones más.







28 de septiembre

Kris Kristofferson (1935-2024)



Muy interesante actor para mi, destacando en películas de acción. Al principio no me caía bien por los personajes que interpretaba, pero con el paso de los años empezaron a gustarme sus películas. Además era un notable cantante, categoría en la que fue nominado al Óscar, principalmente del género Country.







30 de septiembre

Frank Fritz (1963-2024)



Recuerdo hace un década, cuando estaba recuperándome de una importante enfermedad y no me apetecía hacer casi nada, pasaba buenos ratos frente a la tele viéndole a él y a su compañero en la serie Cazatesoros.







7 de octubre

Nicholas Pryor (1935-2024)



Buen secundario, con alguna película importante en su filmografía como Aterriza como puedas o Risky Business.







17 de octubre

Mitzi Gaynor (1931-2024)



Esta guapísima actriz en su juventud, tan solo tiene 17 títulos de crédito hasta 1963, pero fueron suficientes para dejar su impronta en el cine.







20 de octubre

Michael Newman (1957-2024)



En una serie donde únicamente primaba la belleza física, él hacía de contrapeso. "Newmi" se hizo un hueco gracias a su profesión real de socorrista. Fue una serie de las últimas que vi en televisión y me trae buenos recuerdos. Parece ser que al entrañable socorrista le empezó a fallar la salud hace años.







25 de octubre

David Harris (1949-2024)



Actor afroamericano muy reconocible, que estuvo presenta en varias de las películas de cárceles de los 70 y los 80.







29 de octubre

Teri Garr (1944-2024)



Importante actriz secundaria nominada para un Óscar por su papel en Tootsie y que también trabajó en Encuentros en la tercera fase.







3 de noviembre

Quincy Jones (1933-2024)



Otro importante de la composición y las bandas sonoras, nominado hasta en siete ocasiones al Óscar.







17 de diciembre

Marisa Paredes (1946-2024)



Una de las actrices fetiche de Pedro Almodóvar, que además descubrí al mirar su biografía que había estado casada con un interesante director español con producciones internacionales como Antonio Isasi-Isasmendi.







Hata aquí el repaso y hasta aquí 2024.

A los que me leéis desearos una feliz entrada del 2025 y que tengáis salud todo el año.