Retomamos la sesión de los martes en Príncipe Pío e igualmente que cerramos el 2016 con una película en la que intervenía Ralph Macchio, lo abrimos con otra película suya. Un actor que para la gente más jóven o para aquellos que se niegan a ver películas que no sean estrenos o posteriores al 2000, parece que no hay hecho nada más allá de Karate Kid, pero alguna cosa más ha hecho.
Película que sin ser un musical ni tener una BSO que la haga célebre si que gira en torno a la misma, en concreto al estilo del Blues.
No es muy habitual encontrarnos esta temática en el cine, más bien recordar una canción o una BSO asociada a una película, pero que el argumento sea la música no es muy común.
Poco antes de empezar este blog vi la película Sueños Eléctricos, que aunaba ambas cosas, el argumento giraba en torno a la música y la BSO era fantástica y para tenerla.
Buscando por IMDB me he encontrado esta lista de películas llamada "Most musically sublime films", pero van más por Bandas Sonoras notables y no porque la música sea su argumento.
Esta otra en cambio si parece girar en torno a la música como argumento, así que tendré que echarla un vistazo y quizás visionar alguna película más. Películas sobre música.
Habitualmente las películas de los 80 basadas en décadas anteriores o ambientadas en los años 20 o 30 no suelen gustarme, pero ésta es diferente y ese matiz no supone que la película se haga lenta o aburrida como otras que he visto con esa característica.
Además la película reúne momentos de comedia y un ligero pasaje que la acerca a una Road Movie, género del que soy un fan incondicional.
El final, para los que os gusten las guitarras, es un buen postre para la película.
Dirigida por Walter Hill, un director que se labró un buen prestigio en los 80 con varias de las películas que dirigió, como Forajidos de Leyenda, que da título a una página web que de vez en cuando sigo, y para mí sobre todo Calles de Fuego, una película para mí de culto de los 80, con una canción inicial sublime y una final también muy buena.
En el duelo final entre Ralph Macchio y el guitarrista Steve Vai, ambos originarios de Long Island, estaba pensado que el papel de Vai lo interpretara Keith Richards.
La película la escribió John Fusco, amante del Blues pero que lo tuvo que dejar por un problema en sus cuerdas vocales. La idea le sobrevino en una visita a un anciano que tocaba la armónica.
Con esta película ganó el primer premio en el Festival de películas para estudiantes de escuelas y universidades, y posteriormente la vendió a Columbia por 250.000 dólares.
El duelo final de guitarras estaba programado para que durara 15 minutos pero luego se redujo notablemente.
La película se filmó con dos finales, uno triste y otro feliz, por el que finalmente se decantaron. En el otro finalizaba con la muerte del personaje de Willie Brown.
Valoración: 6/10
Cruce de caminos en IMDb
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