Me puse a ver esta película, sin mirar nada acerca de ella previamente, y después de parecerseme bastante a Puzzle mortal que ví hace no mucho, ya no sólo por el desarrollo de la película, si no también por alguos de los sitios de rodaje, miré los títulos de crédito y confirmé, efectivamente, que el director era el mismo, Lamberto Bava.
Pero la película tiene matices que la hacen diferente o igualmente atractiva a pesar del parecido con esta otra que había visto recientemente.
Es una película, en la que a pesar de ir descartándose sospechosos de ser el asesino, mantienes la duda hasta bien avanzada la película, y cuando realmente se descubre quien es no es ninguno de los que esperabas, sorprendiéndote en ese punto.
Hay películas muy predecibles en ese aspecto, en las que rápidamente se ve quien es el malo, otras en las que cuesta más adivinarlo, y luego en las que realmente no consigues desenmascararlo antes de que lo haga el propio desarrollo de la misma.
En esta película tiró más de repertorio italiano entre los actores y me parece cuanto menos curioso las tres actrices que podemos comentar.
La actriz principal Serena Grandi fue un icono sexual en los años 80 y protagonista de algunas importantes películas eróticas. Curiosamente se graduó en programación informática y fue empleada por primera vez en un laboratorio de análisis científico, pero luego cuando se dedicó a la actuación derivó hacia estas películas eróticas, algunas dirigidas por los más reputados en este género como Joe D'Amato y Tinto Brass.
Luego tenemos a la actriz francesa Capucine, en uno de sus últimos papeles antes de morir relativamente jóven con 62 años, aparentemente por suicidio. Acumuló trabajos en grandes películas especialmente en la década de los 60, como
- El león
- La pantera rosa
- ¿Qué tal, Pussycat?
- Mujeres en Venecia
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