13 octubre 2020

Conducta inmoral (1993)

 







Una de las actrices más importantes de los últimos 20 años, por la que he ido alguna vez al cine y de lo poco que salvo de este siglo XXI, es Naomi Watts.

No sé exactamente cuando empezó a despegar su popularidad y reputación, supongo que a partir de Mullholland Drive de David Lynch, un director al que me niego a ver más después de ver algún fragmento de alguna película suya, y que después prosiguió con The Ring, 21 gramos o King Kong.

Me puse a investigar a ver hasta donde se remontaban sus inicios y me encontré con que tenía esta película de principios de los 90, que es una época que se suele adaptar a mis gustos.

Junto a ella comparte protagonismo Jimmy Smits, un actor con un rostro muy reconocible pero que no sé muy bien a que asociar esa familiaridad, supongo que a la serie de finales de los 80, La ley de Los Ángeles.

Con rasgos claramente caribeños, desciende de madre dominicana puertoriqueña y padre de Surinam, de ahí el apellido Smits, también  bastante reconocible como holandés.
El caso es que, a pesar de lo familiar que resulta, su filmografía no es extensa y es poco conocida, siendo yo creo ésta la primera película que veo.

Una producción australiana, de la que sigo viendo películas interesantes, y más de las que esperaba, en este caso sin recaer el protagonismo en actores autóctonos, pero por ejemplo Naomi Watts da un gran parecido con Nicole Kidman.

Una película que podríamos calificar como thriller, un género bastante típico de esos primeros 90's, habitualmente a través de TV Movies, y que en este caso mezcla algunos asuntos habituales, como acoso, abusos, denuncias, juicios ...

La película no es una maravilla, pero me ha valido para ver a una de las primeras Naomi Watts, y presentarme a Jimmy Smits, y aporta por ejemplo de novedoso, interesante y diferencial, algunas notas de jazz que suenan bastante bien.









Valoración:                            5/10













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