07 diciembre 2022

Cromwell, el rey de los bárbaros (1982)

 



Albert Pyun, fallecido hace unos días, fue un director de cine Estadounidense, nacido en Hawai (con los rasgos característicos de los oriundos de allí), que empezó su carrera en los años ochenta, y que con sus películas de bajo presupuesto, pero creativas consiguió convertirse en un director de culto entre algunos fans de esta década.

Sus principales aportaciones fueron en los géneros de ciencia ficción y acción. Se le atribuye ser pionero en el subgénero cyborg y se le considera un inconformista dentro del cine independiente.

De hecho su película Cyborg (1989), con Jean Claude Van Damme, fue uno de sus mayores éxitos. 
Además trabajó con otros muchos actores importantes.
Por ejemplo, Albert Pyun participó en una película de Steven Seagal alrededor del año 2000 y convenció al actor para que viera varias películas japonesas, incluidas las películas Lone Wolf y Cub, 
para mostrarle el estilo y el tono que quería aunque Seagal no lo entendió del todo.

Me pareció apropiado hacerle un homenaje viendo una película suya, y aunque sea algo más conocida de la filosofía del blog, me decidí por ver su debut como director, con esta película que, principalmente, podríamos etiquetar dentro del género fantástico.

Un género, y principalmente este subgénero de caballeros y espadas, que tuvo un buen apogeo a finales de los setenta y principios de los ochenta, aunque luego fue cayendo en el olvido, y a pesar de tener el gran exponente de la trilogía de El señor de los anillos, años después, es difícil encontrar hoy en día películas de este género.

Este subgénero creció seguramente al amparo del éxito de Excalibur (1981), de John Boorman, y contó con otros grandes títulos, especialmente las dos películas de Conan, pero también otras menos exitosas o comerciales como Ator, El guerrero rojo, La princesa prometida, Krull, La espada invencible ...

Es un género que particularmente me gusta por la escasez del mismo, y lo diferente de sus películas con respecto a otras.


Y ahora viene la comparativa, por ejemplo con Excalibur, con la que evidentemente cualquiera sale mal parada, ya no sólo por la historia en si, si no por muchos otros factores.
El más decepcionante de ésta para mi, ha sido sin duda la ausencia casi total de escenas rodadas en exterirores, y las tomas de fotografía, algo en mi opinión muy característico y necesario para este tipo de películas, y que le dan un plus muy importante.

Parece ser que Albert Pyun lamentó haber tenido que usar material de archivo para muchos de los exteriores, ya que tenía una gran visión de varios lugares de California que simplemente 
nunca lograron obtener.
De hecho, lasecuencia de apertura se filmó en Bronson Caves en Griffith Park de Los Ángeles (y el resto de la película también se filmó en Los Ángeles y sus alrededores). 

Y además en esta película se abusa de muchas escenas nocturnas.
Esos dos factores me han decepcionado bastante.


El reparto de la película está lleno de actores que principalmente aparecían en series durante esa etapa, alternando con papeles residuales en alguna película.

Los productores originalmente querían a David Hasselhoff en el papel principal en lugar de a Lee Horsley. "Sí, eso habría sido un desastre", dijo Albert Pyun. Al parecer, a los trajes no les gustaban las piernas de Horsley. 
Pero Horsley le devolvió el favor y fue un gran defensor de Pyun.

La película tuvo unos cuantos accidentes, como la muerte de un actor especialista al realizar una escena de salto por un acantilado.
También en una escena, el protagonista rompe las espadas de los enemigos con la suya, y resulta herido cuando uno de los fragmentos de espada voló por el aire y atravesó su cuero cabelludo. 

Pyun pensó "la sangre corre por tu cara, usémosla". Albert Pyun menciona que Jean-Claude Van Damme también sufrió una herida de pelea durante el rodaje Cyborg, y agrega que las películas en estos días simplemente evitan el uso físico y el uso de cuchillas.

Además tuvo algún otro contratiempo, como un ataque en el que estaba destinado a presentar bolas de fuego gigantes, pero en su lugar, Albert Pyun tuvo que cambiarlo. 
Estaban filmando durante la temporada de incendios de California y no se les permitió usar llamas más grandes.


Una película no destacada dentro del género, pero que gustará a los amantes del género.









Valoración:                                      5/10














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