Pese a estar pegado a los Estados Unidos, México nunca ha destacado a nivel cinematográfico, o por lo menos no en cuanto a cantidad.
Siempre he defendido que Anthony Quinn es uno de los mejores actores que he visto y el claro referente del cine mexicano, siguiéndole a nivel de actores quizás Pedro Armendáriz y Mario Moreno - Cantinflas -, en hombres y en mujeres María Félix y recientemente Salma Hayek.
Y en cuanto a directores, este Roberto Gavaldón fue uno de los más destacados, a pesar de que toda su carrera estuvo ligada a su país, pero llegó a ser candidato a un Óscar por mejor película de habla no inglesa, por Macario en 1961.
Y ésta, una de las últimas películas en la filmografía de Roberto Gavaldón, me parecía un título atrayente para mi, y que posiblemente escondiera una película totalmente diferente a ninguna que hubiera visto.
El comienzo me pareció sumamente adictivo para mi. De repente me encontré en una escena que aglutinaba ante mi tres actividad que me resultan muy de mi agrado.
- Una ruta de senderismo hasta una cascada
- Un día de recolección de setas por el campo
- Una aparición propia del programa de Iker Jiménez
Y es que con poco presupuesto y pocas estrellas, o ninguna, también se puede hacer una película interesante.
Pero no obstante, me encontré con dos actores que no me esperaba.
El primero, Adolfo Marsillach, actor español ya fallecido hace tiempo, al que tenía asociado exclusivamente al teatro, porque creo que fue donde desarrolló toda la parte final de su carrera, y porque nunca le había visto en un largometraje.
Y el segundo, Philip Michael Thomas, que posiblemente por el nombre muchos no le conozcan, pero que es el famoso detective Ricardo Tubbs de Corrupción en Miami, y sorprende encontrárselo aquí, bastantes años antes de su éxito, en una película mexicana y bastante desconocida.
Además completaban el reparto, Isela Vega, actriz mexicana bastante importante en su país, y Sandra Mozarowsky, una actriz española, a pesar del nombre, que murió con solo 18 años y estando embarazada, cayéndose desde una terraza en Madrid.
A pesar de no tener la mejor calidad posible, me resultó una propuesta interesante sobre una plantación de un terrateniente español en suelo mexicano en la época colonial, con mezcla de actividades de ambas culturas y con el curioso papel de los hongos en la misma y un curioso felino que aparentemente no pega mucho en la película pero que juega un papel importante y bien hilado.
Con pocas localizaciones, pero un par de ellas interesantes en Guanajuato, Veracruz o Morelos.
Valoración: 6/10
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