15 agosto 2022

La ley de Murphy (1986)

 







J. Lee Thompson fue un director poco reconocido, o directamente poco conocido. No sé si porque no era americano, si no británico o porque sus películas básicamente eran de aventuras o de acción.
Pero para mi tiene algunas películas muy interesantes o incluso de mis favoritas, especialmente Los cañones de Navarone y El oro de MacKenna, ambas con Gregory Peck, un actor con el que trabajó en unas cuantas películas y que dijo una vez que solo había cuatro directores en los que podía confiar para decirle si estaba fingiendo o no su actuación: 
Alfred Hitchcock, George Cukor, William Wyler y Thompson.

También, originalmente, iba a dirigir El planeta de los simios (1968) y era copropietario de los derechos con el productor Arthur Jacobs, pero tuvo que retirarse de tal empresa porque estaba ocupado trabajando en El oro de Mackenna (1969), una producción problemática que se pasó de presupuesto y mucho más de lo previsto. Sin embargo, si que llegó a dirigir La rebelión de los simios (1972) y Batalla por el planeta de los simios (1973).

Su otro actor favorito fue Charles Bronson, ya más en la época final de sus carreras, con una serie de películas policíacas de acción.
La colaboración empezó con 

- El temerario Ives

Luego se rompió ese ciclo de películas de acción con la sorprendente y diferente 

- El desafío del búfalo blanco

para luego seguir con las películas policíacas propiamente dichas, con 

- Cabo blanco
- Al filo de la medianoche
- Justicia salvaje
- La ley de Murphy
- Yo soy la justicia II
- Mensajero de la muerte
- Kinjite: prohibido en occidente (última película del director)


El significado y relevancia del título de esta película, La ley de Murphy (1986), es que es un juego de palabras del nombre del personaje central Jack Murphy (Charles Bronson) con la expresión popular del mismo nombre, que en general expresa que cualquier cosa que pueda salir mal saldrá mal, una máxima que se puede considerar que se aplica al personaje de Jack Murphy durante esta película.

Charles Bronson es el prototipo de tipo duro, uno de los primeros de Hollywood. A pesar de que se convirtiera en tipo duro ya en su madurez, ya que en su primera época era un actor al uso que tan pronto compaginaba películas del oeste, con películas de aventuras.
Después de él encarnaron quizás ese papel de tipo duro gente como Chuck Norris, Arnold Schwarzenegger o Steven Seagal.

Para el papel coprotagonista femenino se quería que lo interpretara Madonna pero se descolgó pidiendo un millón de dólares, y parece ser que el presupuesto de la película no daba para ello.
No obstante podemos encontrar otros nombres interesantes en la película, como son los actores secundarios y siempre sobrios en sus actuaciones James Luisi, Richard Romanus y Robert F. Lyons.
Especial mención para Carrie Snodgress, que venía de hacer un papel totalmente diferente en El jinete pálido y que falleció relativamente jóven.

También destacan Jill Ireland como co-productora. Fue la mujer de Charles Bronson hasta su prematura muerte en 1990 con 54 años, y que también trabajó como actriz junto a su marido en varias películas, como Nevada Express o Yo soy la justicia.
Y también aparece como productor ejecutivo Menahem Golan, palestino que entre otras películas también dirigió Delta Force o Yo, el halcón.


En fin, es una película más de Charles Bronson de la época de los 80. A pesar de que el título pueda servir como gancho para atraer a los espectadores, es una película bastante estándar y sin nada excepcional, pero para los amantes del cine de acción será un rato entretenido.










Valoración:                                     5/10
 













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