27 enero 2023

Ondas de choque (1977)

 




Dentro de la santísima trinidad que formaron en el cine de terror, desde mediados de los 50, hasta mediados de los 70 del siglo pasado, los tres actores Christopher Lee, Vincent Price y Peter Cushing, éste último quizás fuera el más discreto, menos protagonista y con menos reconocimiento de los tres, sin dejar por ello de estar al mismo nivel que los otros dos en mi opinión.

A veces nos encontramos con películas muy poco conocidas que en su ficha cuentan con algún actor notable, pero que tampoco aparece como cabeza de cartel, como es el caso en esta película de Peter Cushing.

Y es que realmente no aparece hasta pasada la media hora de película y su participación no es muy extensa. De hecho la película se rodó en 35 días y tanto Cushing, como el otro actor reconocido, John Carradine, tan sólo trabajon 5 días, por los que Cushing cobró 25.000 $ de la época (más pasajes aéreos en primera clase, desde y hacia Londres, alojamiento en hotel y un conductor a su disposición).

El director de películas de serie B, Fred Olen Ray, dijo que esta era la primera película en la que participaba. Era fotógrafo. Dijo que ninguno de los otros jóvenes del equipo sabía quiénes eran John Carradine y Peter Cushing (como seguramente le pase a mucha gente de mi generación), pero Ray era un gran admirador de ambos. Pasó cada momento que pudo charlando con ellos y terminó usando a Carradine en varias de sus películas después, cuando comenzó a dirigir.

La película se rodó en Florida, y gran parte de la misma en el hotel Biltmore, que estuvo cerrado por un período de dos años y estaba abandonado en el momento de la filmación. El director Ken Wiederhorn pagó 250 $ por alquilar el edificio para el rodaje. El hotel fue renovado un par de años después del rodaje y volvió a cobrar vida.


La verdad que me encontré lo que estaba buscando, una película que mezclara ciencia ficción con miedo y misterio, y colmó mis expectativas.
Una película que se podría catalogar además de en esos géneros, en el subgénero Nazis, o en el de Zombis.

O como bien recoge esta lista



El director y el encargado o los encargados de la sección de vestuario y maquillaje lo bordaron con los personajes que hacen de malos, todos inexpresivos y terroríficos, y ataviados con una indumentaria que espantaría al más pintado.

Originalmente, no se suponía que los zombis llevaran gafas protectoras, que parecen más casi de aviador que relacionadas con el mundo marítimo que ambienta la película, pero cuando el extra Max Trumpton regresó de una reciente cirugía de glaucoma con gafas protectoras, al director le gustó tanto el 'look' que ordenó al departamento de vestuario que hiciera un par para cada zombi.


Quizás no sea una película tan poco conocida como la mayoría que suelo comentar aquí, pero hay que escarbar para dar con ella y ponerse a verla, y me ha parecido una semi joya por descubrir.









Valoración:                                  7/10












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