16 octubre 2023

En defensa propia (1983)

 





Seguramente muy poca gente se ponga a ver películas relativamente antiguas a conciencia, y de los que lo hagan dudo que mucha gente lo haga con mi misma filosofía de ver películas totalmente desconocidas y tan minimalistas como las últimas dos que he visto.

Y cuando digo minimalistas me refiero a

- Son totalmente desconocidas
- No tienen ningún aliciente en forma de actor conocido
- Son de bajo presupuesto
- Tienen pocos personajes
- Están rodadas en un par de escenarios contados


Pero sorprendentemente, por lo menos en estas dos películas, todo este cóctel no ha supuesto que el resultado sea insatisfactorio.


En esta primera, rodada en 14 días, de hecho hasta se utilizó como localización principal el edificio de viviendas en el que vivían los realizadores, con lo cual supongo que la inversión fue realmente escasa.

La acción transcurre prácticamente de corrido, o sea el 80% o más de la película sucede de continuo a lo largo de una noche, cosa que suele ser poco habitual, sin haber elipsis ni el transcurrir de días, semanas o meses.

Después de un comienzo que parece indicar que estamos ante una película de pandillas callejeras, rápidamente se transforma en una película de acción con tintes claustrofóbicos, posiblemente inspirada en Asalto al distrito 13, aunque también cuando aparece el nombre del grupo "Nuevo Orden" en la película, también hace pensar en que pueda parecerse a Cobra, el brazo fuerte de la ley.

A pesar de haber sido filmada con un presupuesto reducido, la película tiene más atmósfera que el típico thriller de Hollywood. Esto se debe en parte a los escenarios claustrofóbicos, los edificios decadentes y los callejones oscuros que dominan todo el rodaje.

Los personajes no son especialmente diferentes de una película de acción, pero todos tienen su cuota de pantalla y sus diálogos, destacando el cabecilla de la banda de matones y una especie de MacGyver aficionado entre la resistencia.


Completan esta interesante película, dos detalles más enriquecedores, un malo muy del estilo Henry Silva o Jack Palance de los años 70, y una música psicodélica, que aunque suena con cuentagotas, le da un toque de angustia, misterio y terror muy interesante.

En definitiva, una película hecha con muy poco dinero, pero con mucho talento, es una joya escondida que merece ser mejor conocida.










Valoración:                                7/10













No hay comentarios:

Publicar un comentario