Siempre he tenido en buena estima tanto al protagonista de hoy, Lou Diamond Phillips, como a Esai Morales, desde que vi la interpretación de ambos en la película La Bamba, y por eso de vez en cuando me gusta ver algo suyo, aunque me parece bastante mejor actor Morales.
Me sorprendió que para ser una película de 1991, el aspecto de Phillips pareciera de adolescente, y es que luego investigando, encontré que la película se rodó en 1984, pero no se estrenó hasta 1991, en uno de los intervalos de tiempo mayores que recuerdo entre fecha de rodaje y salida a la luz de la película. Estamos por tanto, ante el primero o uno de los primeros trabajos de este actor.
Nacido en Filipinas, aunque con ascendencias diversas y distantes por sus antecesores, su aspecto exótico le ayudó a ser un actor popular e importante a partir de la segunda mitad de la década de los ochenta, aunque no en películas típicas de esa década, si no más bien preferentemente en el género de acción.
Aunque el título y el cartel de la película pudieran hacer pensar que estábamos ante una película de motoristas, nada más lejos de la realidad, el peso de la moto en la película es mínimo, así que si alguien se plantea verla pensando en encontrarse una película con temática motera que se olvide por completo porque se sentirá totalmente decepcionado.
En cambio nos encontramos una película rural, educativa, con caballos, algunos atardeceres interesantes, pero poco desarrollo y no excesivo interés. Tan solo el papel del padre de familia tiene algo de interés, además del de Lou Diamond Phillips, el resto se reparten entre personajes sosos e intrascendentes o tipos ridículos que no tienen mucho sentido.
Harley se hizo al mismo tiempo que Dakota, la otra película de Lou Diamond Phillips basada en Texas. En su tiempo de ejecución original, Harley tiene un mensaje cristiano más explícito.
Desafortunadamente, la escena en la que le explican al conflictivo personaje protagonista los beneficios de su fé se elimina. En la copia que se puede conseguir no existe esa escena, pero parece ser que si que existió. Sin esa escena, el resto de la película es difícil de comprender, y sólo sabiendo de que existía se puede analizar y asimilar mejor el cambio de comportamiento del personaje interpretado por Phillips.
No obstante, para gente muy creyente como yo, es más fácil de interpretar, pero quizás no se quiso que fuera tan explícito, y simplemente darle importancia a la unidad familiar y a intentar ser buenas personas, ayudar a los demás, sin importar o resaltar ninguna religión.
Un buen mensaje en una película discreta, como deberíamos ser los cristianos, un poco austera en recursos, duración, personajes, también cualidad la austeridad de un buen hombre de fé, pero un tanto insípida como película.
Valoración: 5/10