Me dispuse a ver otra película relacionada con el verano, refrescante, y que supusiera un buen rato de entretenimiento pero aunque no estuvo mal, lo del verano pues como que no mucho.
Y es que, en una de las múltiples traducciones raras de los títulos originales, de Corvette summer pasamos a Correrías de verano, o sea, se quedaron como parte importante con el verano, cuando realmente lo que da sentido al título de la película, y lo protagonista es la otra palabra, el Corvette, ese modelo de la marca Chevrolet, que es un icono en Estados Unidos.
Y es que la película podría ser Corvette spring, o Corvette autumn, o Corvette winter, y prácticamente no cambiaría mucho, pero claro Correrías de verano me hizo pensar en otro tipo de película y para nada el título español refleja la realidad.
No obstante había dos buenos ingredientes, los coches, siempre interesantes para mi, y en este caso los Muscle cars americanos, que siempre me han provocado fascinación y Las Vegas, la ciudad del juego, en el estado de Nevada, que no recuerdo que sea muy protagonista en las películas y que siempre ofrece un escenario interesante para el rodaje y para dotar de alicientes a cualquier tipo de película que se precie.
Decía Hamill, que venía de alcanzar gran protagonismo por su presencia en La Guerra de las Galaxias, que quería actuar de manera diferente, que sólo le importara el coche y no ninguna chica, pero cuando apareció su compañera de aventuras en la película, Annie Potts, cambió completamente de idea, se sintió fascinado por trabajar con ella y posteriormente decía que la película era una historia de amor, no una película sobre coches.
Curiosamente ambos protagonistas sufrieron sendos accidentes de coche previos al rodaje principal de la película.
A diferencia de la última que vi de Christian Slater, aquí además de esos elementos diferenciadores, en este caso el modelo de coche exclusivo propiedad del Museo Nacional Corvette de Estados Unidos, el argumento es más interesante que aquel, y además de ser una comedia de aventuras, también tiene un argumento decente.
Valoración: 6/10