13 julio 2020

La veneciana (1986)





Mayoritariamente, la fama en el mundo del cine la copan los actores, pudiendo de vez en cuando algún director alcanzar cotas muy altas de fama, y difícilmente nadie más suele llegar a este status, salvo algunos compositores de bandas sonoras, como fue el caso de Ennio Morricone.

Y es que hay algunas películas que son recordadas más por su banda sonora que por su argumento o la interpretación de sus actores, aunque sean menos casos.

Digamos que en la cima de la Pirámide de los compositores estarían Morricone y John Williams, y seguramente para mi John Barry en tercer lugar. Teniendo una trayectoria muy importante también gente como Jerry Goldsmith, Vangelis, Bill Conti y entre los más veteranos Elmer Bernstein, Miklos Rozsa, Dimitri Tiomkin, Max Steiner, Nino Rota, Henry Mancini o Maurice Jarre.

Morricone fue una especie de niño prodigio que a los 6 años ya había compuesto su primera obra, con 9 entró a estudiar en la Academia Nacional de Santa Cecilia y con 12 en el conservatorio, donde logró completar un programa de armonía planificado para 4 años en tan sólo seis meses.

Aunque ahí se estancó un poco componiendo música para programas de radio y haciendo arreglos.

Pero en los años 60 Sergio Leone, con quien al parecer fue al colegio, le requirió para realizar la Banda Sonora de alguna película suya, y ahí empezó su gran colaboración empezada y sustanciada en el Spaghetti Western, con melodías inolvidables de La muerte tenía un precio o El bueno, el feo y el malo.

A partir de aquí y dada la fama que le repercutieron esas composiciones fue incrementando su labor, hasta llegar a más de 500 obras al final de su carrera.
Empezó a trabajar otros géneros de cine y consiguió sus obras más aclamadas como Days of Heaven, Érase una vez en America, La Misión (mi favorita), Los intocables de Elliot Ness o Cinema Paradiso.

Con 5 nominaciones a los Óscar que se quedaron sin premio, tuvo que esperar a 2006 para recibir un Óscar honorífico, recibiendo el segundo en 2016, en un cine del que no estoy muy al día.


Elegí esta película de entre todo su historial, porque encontré la curiosa coincidencia de que trabajaba Jason Connery, al que desconocía, y que intuí que podía ser hijo de Sean Connery, del cual acababa de ver una película. Y efectivamente, así que me resultó curiosa la coincidencia de que buscando
que ver para rendir homenaje a Morricone me encontrara con la posibilidad de ver consecutivamente películas de padre e hijo Connery.

La película en si, muy floja para mi, mostrando una imagen de Venecia antigua, no parándose en la belleza del lugar, si no en el comportamiento poco moral de la sociedad.

Aunque no tiene mucha presencia la música, si que hay algún fragmente breve interesante, y se nota la mano de Morricone en ello, enriqueciendo levemente mi valoración de la misma.










Valoración:                                 4/10














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