Buscando una película con la palabra otoño en el título, di con ésta, que además lleva en el título (traducido) el mismo año en que se filmó.
Producida y estrenada en cines en 1979 antes del boicot a los Juegos Olímpicos de 1980, esta película muestra a atletas estadounidenses compitiendo en los juegos de Moscú.
En realidad, el boicot significó que EE. UU. no actuó allí, lo que hizo que la imagen posterior al lanzamiento fuera anacrónica e históricamente inexacta, e intuyo que eso quizás haya hecho que sea una película tan poco conocida para ese reparto que tiene.
Valoración: 6/10
Aunque también es cierto que no es una banda de motoristas al uso, ya que inicialmente el protagonismo lo tienen los coches (por algo la película la saqué de una lista llamada Carsploitation), que son los que realmente me atrajeron hasta esta película, pero posteriormente pierden algo de protagonismo o más bien la oferta de vehículos queda prácticamente reducida a 3 o 4, cuando yo esperaba ver un buen catálogo de muscle cars americanos de la década de los 70, que me resultan muy atractivos.
Hay un Firebird, un Dodge Charger y un Mercury Cougar que tienen una buena exhibición durante la película.
Valoración: 5/10
Hasta ahora las películas de desastres que había visto estaban protagonizadas por medios de transporte aéreos o marítimos, insectos o algún otro tipo de animal, y fenómenos de la naturaleza, véase terremotos o principalmente el fuego, y desde hoy puedo añadir ésta que tiene al agua como vector de la catástrofe que cuenta la película.
Valoración: 6/10
Hace unos días fallecía un veterano actor secundario, L. Q. Jones, al que seguramente mucha gente no conozca, pero el que yo tenía gran aprecio por un episodio de El Equipo A y por su papel de Loomis en la gran película Cometieron dos errores.
Un actor principalmente de películas del oeste, donde encajaba muy bien, dada su piel curtida y su aspecto un tanto envejecido como si realmente fuera un habitante de algún rancho del oeste de los Estados Unidos.
Para ver algo suyo en homenaje, me llamó claramente la atención esta película, mitad aventuras, mitad western, de Walt Disney, que durante la década de los 50 y los 60 realizó bastantes películas de este perfil aunque pueda parecer extraño. Evidentemente suelen ser películas más edulcoradas, sin violencia o muertes, como suele ser una de las principales señas de identidad de cualquier buen western que se precie.
Una película básicamente de actores secundarios, donde el más importante es Ben Johnson, que precisamente compartió reparto con L.Q. Jones en la mencionada Cometieron dos errores, y que tiene una amplia filmografía, siendo además de esos actores típicos de westerns, que además de no morir joven como otros muchos, supo reciclarse hacia otros géneros cuando el género tocó a su ocaso a finales de los años 60, aproximadamente.
Sorprendentemente el protagonista es de los actores menos conocidos del reparto, y aunque interpreta bien su papel, es curioso que en una película del oeste con actores conocidos, el protagonismo recaiga en alguien más anónimo y sin carisma, cosa que Disney supongo tenía muy en cuenta.
Una película sobre exploradores que rápidamente me trajo a la cabeza dos de ellas, las cuales me gustan mucho, Paso al Noroeste y Horizontes Azules, especialmente esta segunda, y que mezclan muy bien esos dos géneros que tanto disfruto como son el western y las aventuras.
Lo cierto es que la primera parte me resultó un poco monótona. Los eventos y los paisajes parecen un poco repetitivos, casi como si se estuviera en un bucle. Mucho plano corto, mucho color ocre, haciendo la película casi monocolor, y ausencia de paisajes y de planos más amplios para dotar a la película de más interés y realmente trasladar al espectador a donde realmente se ambienta la película, que es el curso del Río Colorado acercándose al Gran Cañón.