Cuando uno se dispone a ver una película de miedo, que aparezca el nombre de Christopher Lee en el reparto de la misma, suele ser sinónimo de garantía, y si a ello además le sumamos la presencia de Rod Taylor, pues en principio no parecía una mala apuesta. Ambos actores fallecidos en 2015, por cierto.
Bien es cierto que es otra película absolutamente desconocida, cosa que siempre extraña cuando entran en juego actores importantes.
Y es que Christopher Lee es uno de los actores más prolíficos que yo recuerdo, cuenta hasta con 282 entradas en su apartado de actor, dentro de la filmografía que detalla la página especializada en cine The Internet Movie Data Base (IMDb), así que no es extraño que de vez en cuando aparezca entre las películas que veo.
Y es que el cine de terror de finales de los 50 y durante las décadas de los 60 y los 70 iba indivisiblemente asociado a Christopher Lee, Peter Cushing o Vincent Price, mezclándose dos de ellos en varias películas.
En concreto en La carrera de la muerte (que ahora que lo pienso tengo que ver, ya que una de las primeras pelis que vi en el blog fue La carrera de la vida y quedaría bien) participan los tres juntos.
Además de eso, nuestro protagonista también solía hacer frecuentemente de villano, en películas que no fueran del género de terror, y luego esa gran película para mi que es más bien un rara avis para él, como es Más allá de Mombasa.
Digamos que aquí no estaba ni mucho menos en declive aunque su época de esplendor ya hubiera quedado atrás
Junto a él, Rod Taylor, uno de los actores australianos más importantes, aunque en la actualidad mucha gente ni le conozca y sólo asocien actor australiano a Russell Crowe o Nicole Kidman, o quizás ni eso. O incluso a Mel Gibson, que aunque pasó su infancia y juventud allí y protagonizó unas cuantas películas autóctonas realmente es estadounidense de nacimiento.
Taylor si que estaba en claro declive. Lejos quedaba su década prodigiosa, los 60, con sus dos grandes éxitos El tiempo en sus manos y Los pájaros, y algunas otras grandes películas. Luego fue bajando sus interpretaciones, participando incluso en películas australianas y en los 80 ya hizo alguna TV Movie, y una sorprendente película española "Marbella, un golpe de cinco estrellas", que fue justo la anterior a ésta.
Me sorprende que la película comienza situando la escena en Canadá cuando a mi la primera escena que sale me recordaba plenamente a cuando estuve en Estocolmo. Luego, los coches que sólo son marca Saab y Volvo (suecos) confirman las sospechas.
Efectivamente, no en Estocolmo, si no en Upssala, ciudad que también conozco y de la que guardo un gran recuerdo, es donde se rodó la película.
La película, una vez más, trata de un asesino en serie. Si sólo nos quedáramos con eso, sería de las más pobres que he visto al respecto. Pero al estar implicada la policía y ser casi más una película de misterio que de miedo, además que el asesino inicial se descubre muy rápido y luego otro adopta su personalidad generando esa intriga hacen una película interesante, con un final un tanto extraño, eso sí.
Valoración: 6/10
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